Voten

Salí a votar a las 7:40 AM, y llegué a la casilla al cinco para las ocho. Cuatro horas después, emití mi voto.

El dedo

El dedo

Ese es mi castigo por venir a Ixtapa-Zihuatanejo en día de elecciones. La casilla estaba hasta su madre; mucho tiene que ver que era casilla especial, en medio de un complejo turístico, pero al parecer sí está saliendo mucha gente a votar.

Así que hagan lo mismo.

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Las elecciones presidenciales

Hace un rato que he estado ponderando escribir acerca de las elecciones; mi trabajo en mi tesis doctoral, así como otras circunstancias, lo habían impedido. Sin embargo, llevo con una tos espantosa más de una semana que me ha impedido trabajar como quisiera, y en este tiempo he estado pensando acerca de esta entrada, así que por fin me decidí a escribirla.

Hace poco más de seis años escribí una entrada, Porqué voy a votar por el PRD y el Peje, donde explicaba por qué votaría como lo hice en el 2006. Mi razonamiento para votar por Andrés Manuel López Obrador y (hasta cierto punto) el PRD siguen básicamente siendo los mismos; aunque las circunstancias se han vuelto más apremiantes, lo cierto es que el PRI y el PAN tienen para motivos prácticos el mismo proyecto de gobierno, y que el proyecto alternativo de nación que el Peje y su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) es el único que ofrece una alternativa a la misma política social y económica que ha destrozado el país desde 1982, cuando Miguel de la Madrid tuvo a mal en convertirse en el primer presidente neoliberal de esta nación.

Cuando en el 2000 la bola de idiotas que promovió la estúpida idea del “voto útil”, un montón de gente lo dijimos: con Fox, al país le va a ir de la chingada. Tuvimos razón, por supuesto; el cambio de presidente de uno del PRI a uno del PAN no modificó en casi nada lo que hicieron los gobiernos priistas de de la Madrid, Salinas y Zedillo. Cambiaron las caras, y hubo algunos ajustes en los grupos de poder; pero para motivos prácticos todo siguió igual, y un montón de cosas empeoraron: en particular, al PAN (ni mucho menos a FOX) jamás le ha interesado realmente la cultura, el desarrollo científico, ni la educación pública, y esos tres rubros sufrieron acordemente.

Cuando en 2006 los mismos idiotas, junto con otros que lo único que temían era que sus privilegios fueran afectados, vociferaron que el Peje era un “peligro para México”, un montón de gente volvimos a decir: con otros seis años de PAN, al país le va a ir más de la chingada.

No sólo volvimos a tener razón; nuestros peores temores fueron altamente superados. El fraude electoral de 2006, donde Calderón “ganó” por 0.56 puntos porcentuales (dícese, ni uno completo), después de una asquerosa guerra sucia, de una intervención ilegal de Vicente Fox (que descaradamente después diría que él, personalmente, le había “ganado” al Peje), y de un IFE tan parcial que lo único que pudo hacer fue renunciar a su cúpula, llevó de manera viciada de origen a un “gobierno” de la República que ha resultado en el sexenio más catastrófico que hemos tenido en varias décadas.

Decenas de miles de muertos en una guerra inútil e idiota contra el narcotráfico; un gabinete formado por políticos de tercera y cuarta categoría incapaz de gobernar al país; una economía cada vez más débil y que genera cada vez más pobreza y desempleo (y por lo tanto cada vez más crimen y violencia); un abandono absoluto de la educación pública (cuando no la ataca de frente, como es el caso de la prueba ENLACE); y un mal manejo de los bienes de la nación, en particular, preocupantemente, los energéticos, con PEMEX en una condición desastrosa, y la CFE concesionando (de nuevo, ilegalmente) la producción de electricidad a empresas extranjeras… después de deshacerse (ilegalmente también) de Luz y Fuerza del Centro y uno de los pocos sindicatos que se oponían de manera inteligente a este régimen ilegítimo.

Todo lo anterior resulta en que el PAN va a perder en el 2012, por suerte; nada ni nadie puede cambiar ese desenlace para la pobre y patética Josefina Vázquez Mota. No sólo porque es pésima candidata, ni porque recibe madrazos no sólo de sus adversarios (que en las últimas semanas ya mejor la ignoran, porque sus posibilidades de ganar se han reducido de forma irremediable); sino de su propio partido, de su propio equipo de campaña, y (por supuesto) del propio Calderón. El voto de castigo que ese partido se ganó solito durante los últimos 12 años será implacable, y espero que mis compatriotas hayan aprendido la triste verdad de la patética derecha de este país: sencillamente no sabe gobernar.

Desde hace unos años yo he estado convencido: el PAN resultó peor que el PRI, y si esas fueran las únicas opciones, yo votaría por el PRI, que incluso en la terrible mediocridad de de la Madrid, la incapacidad política de Zedillo, o la venenosa inteligencia de Salinas, fueron mejores gobernantes de lo que el PAN jamás (con su actual dirigencia y militancia) será capaz de ser.

Por suerte, PAN y PRI no son las únicas opciones.

Desde hace al menos tres años (aunque realmente lleva más tiempo), cuando Televisa y otros grupos de poder en México se dieron cuenta de que las posibilidades de reelección del PAN se disminuían cada vez más (era y es fácil verlo, dada su inusitada incompetencia), en bloque decidieron que el próximo presidente de México debía de ser alguien que en primer lugar les garantizara que sus privilegios (varios de ellos ilegales) no serían tocados, y en segundo lugar que lo pudieran controlar, a cambio de (en gran medida) el control de los medios electrónicos que tienen.

Desde su punto de vista tiene sentido: los niveles de aprobación del PAN se estaban (y lo siguen haciendo) despeñando ante la opinión pública, y entonces un regreso del PRI no sólo era posible, sino altamente probable. Entonces durante estos años manejaron la imagen de un Enrique Peña Nieto ganador de las elecciones del 2012, aunque faltaran decenas de meses para que esto ocurriera. Es también importante entender que esta estrategia no sólo se centra en Peña Nieto: hay ya varios diputados y senadores del PRI y del PAN que están básicamente al servicio de Televisa, para que cosas como la Ley Televisa no les vuelva a ocurrir. Están protegiendo sus intereses, en detrimento de la democracia y libre expresión en México (nada más recuerden el caso de Carmen Aristegui).

Durante todo este tiempo Peña Nieto fue presentado como algo inevitable; no había ya nada que hacer, “todas” las encuestas mostraban que el candidato priista (meses antes de que de hecho fuera candidato del PRI) sería el presidente y no había nada que discutir.

A este grupo de poder, que le encantaría que la realidad fuera como ellos la presentan, se le olvidaron tres cosas:

  1. Enrique Peña Nieto es un mal candidato: inculto, torpe, autoritario y no particularmente inteligente.
  2. López Obrador lleva preparándose para el primero de julio casi seis años.
  3. Los estudiantes de este país, sorprendentemente comenzando con los de las escuelas privadas, no están dispuestos a que una televisora les imponga su próximo presidente.

Voy a hacer un paréntesis: aunque en principio y sin duda alguna apoyo a los chavos y chavas de #YoSoy132, lo cierto es que (en mi opinión) son muy inocentes (o muy pendejos) si siguen pronunciándose como “apartidistas”. En sus asambleas y movilizaciones la enorme mayoría de estos chavos expresa su rechazo tajante a Peña Nieto, y su completa descalificación del “gobierno” de Felipe Calderón. Bueno pues, dejen de hacerse güeyes y apoyen abiertamente a Andrés Manuel López Obrador. De otra forma, es básicamente llamar al voto nulo, que como toda persona con dos dedos de frente sabe, es igual de inútil que abstenerse.

Otro paréntesis: si las elecciones en México fueran por mayoría calificada (50% + 1), el voto nulo no sólo no sería inútil; sería un arma bastante filosa. Pero como en México gana el que tenga mayoría simple (así sea una “mayoría” de 10%), el voto nulo es completamente inservible. Uno de los candidatos presidenciales en la boleta ganará la presidencia, y anular el voto no evita en nada eso: no va a cambiar absolutamente nada. El que sea que gane el primero de julio (y de verdad quiero decir el que sea) le va a valer absoluta y completamente madres si el 75% de los votos que lo lleven a la presidencia son nulos.

Las últimas encuestas muestran una tendencia que debe aterrar al grupo de poder que quiere a Peña Nieto en la Silla del Águila; el Peje sube y sube y sube, y EPN y JVM bajan y bajan y bajan. Quadri no importa; nunca ha importado, y ha quedado tan profundamente descalificado por su relación con Elba Esther Gordillo que realmente ya nunca importará. Por dichas tendencias este grupo de poder (comenzando por Televisa) ha comenzado un refrito de la guerra sucia que vimos hace seis años: espots televisivos mostrando a AMLO como un “peligro para México”. Después de los últimos 12 años de panismo, y de los últimos 30 de neoliberalismo, no sé cómo no se les cae la lengua para decirle a nada más un “peligro para México”.

Las tendencias además les preocupan por otras circunstancias: en el 2006, tres meses antes de las elecciones AMLO sólo bajó en las encuestas, no subió. Además, hace seis años la guerra sucia tardó más de un mes en comenzar a reflejarse en las encuestas. Ahora sólo faltan poco más de tres semanas para las elecciones, y es entonces muy posible que la guerra sucia no funcione; de cualquier forma esperen ver al Peje siendo atacado por absolutamente todo lo que haya hecho o dejado de hacer, no importa si fue antier o hace veinte años. Incluso ya lo están acusando de la devaluación del peso frente al dólar.

Si su guerra sucia no funciona, entonces el fraude es otra opción. La usaron en 2006; ¿por qué no de nuevo? Se ha reportado que las listas nominales muestran un aumento en la población rural (no la urbana), mientras que los datos del INEGI dicen exactamente lo contrario. Recuerden que el Peje tiene una ventaja absoluta (e incluso abrumadora) en los sectores educados de la población, y éstos se concentran en las ciudades; además de que el control de la maquinaria del PRI es mayor en las zonas rurales que en las urbanas.

Y si la ventaja del Peje para el primero de julio es tal que incluso un fraude no garantizaría el triunfo de EPN, no duden incluso escenarios que hace unos meses hubieran parecido impensables. No es completamente descabellado pensar que unos días antes de las elecciones Calderón (o el IFE, o quien sea) diga que no hay condiciones de seguridad para llevar a cabo las elecciones, y que éstas se posponen “hasta próximo aviso”. Es un escenario catastrófico; pero ciertamente no podemos descartarlo.

Mucha de la gente que ha expresado su intención de votar por Andrés Manuel López Obrador lo hace bajo el argumento de que es “lo menos peor”. Yo no caigo en ese grupo; yo sinceramente creo que es la mejor opción que tiene el país. No por el Peje; como escribí hace seis años, el tipo nunca me ha caído bien, y de hecho sigue cayéndome mal. En particular cuando empezó con sus mamadas de la “República amorosa” no tienen idea de lo mal que me cayó; por suerte al parecer ya superó esa idea idiota.

No; lo importante es el proyecto de nación, que no es una idea fabulosa que él haya tenido, inspirada por ángeles o el espíritu santo. Ese proyecto de nación es el resultado de décadas de discusión de la izquierda mexicana, comenzando realmente con el movimiento estudiantil de 1968. Mucho más que el Peje, el proyecto de nación es lo que a mí me atrae, particularmente por el gabinete que ha anunciado que formará su gobierno. La mayoría de los miembros de ese gabinete son expertos en sus temas, y gente que sin duda está dispuesta y es capaz de implementar dicho proyecto.

Yo no voy a votar por el Peje por razón de él; voy a votar por el Peje por razón del proyecto que encabeza.

De la misma manera, no voy a votar ni por el PRI ni por el PAN no porque me caigan mal sus candidatos, o porque difiramos en ciertos principios. No voy a votar por ellos sencillamente porque gobiernan mal. Vean a la Ciudad de México en los últimos 15 años, y vean (literalmente) al resto del país. Vean lo que pasó en Atenco durante el sexenio de Peña Nieto en el Estado de México. Vean la violencia en lugares como Monterrey, tan exacerbada que hubo quienes se mudaron a la Ciudad de México por la violencia.

La Ciudad es de los pocos oasis de las desgracias que está viviendo el país, y en gran medida es por el gobierno que hemos tenidos en los últimos tres quinquenios, aunque gran parte también es por la fabulosa ciudadanía que aquí vive. Hago notar que estoy hablando en particular de los gobiernos de la Ciudad, no del PRD. En Chiapas, Guerrero y Michoacán las cosas están igual o más de la chingada que en el resto del país, y son estados gobernados por el PRD.

Pero los equipos que han gobernado la Ciudad (incluyendo el del Peje, por supuesto), han hecho las cosas más bien que mal; han cometido su bola de imbecilidades, claro, pero en general han gobernado bien. Y es sin duda de los gobiernos más progresistas de este país, donde las mujeres pueden decidir el futuro de su propio cuerpo, y donde dos personas que se aman se pueden casar, no importando de qué género sean. Uno de esos equipos es el que encabeza el Peje (aumentado y fortalecido por gente increíblemente capaz como Juan Ramón de la Fuente), y quiero que hagan por el país lo que hicieron por la Ciudad.

Los documentos que acaba de publicar The Guardian acerca de la participación de Televisa en la campaña de desprestigio contra el Peje, me parece serán la pistola humeante que muchos de los indecisos necesitaban para decidirse a votar por él. No es seguro, y no será fácil; pero sí es posible que el Peje gane el primero de julio, y hay múltiples señales que apuntan a ello, como Peña Nieto comenzando a decir que la única encuesta importante es la del día de las elecciones, o un aterrado Fox llamando a votar en contra de su partido.

Va a venir el lodazal, y tal vez incluso peores escenarios como el uso del fraude, o incluso el tratar de posponer o cancelar las elecciones. Pero conforme más gente se informe y decida salir a votar ese día, más difícil será que eso ocurra; no hay forma de garantizar que no ocurra, pero sí se le pueden poner piedras al camino de esos escenarios.

De forma muy paradójica, de alguna manera es más probable que gane el Peje ahora que en 2006. Muchísimos empresarios y gente de clase alta lo están apoyando; los primeros porque en este país no hay realmente libre mercado, uno tiene que ser amigo de alguien dentro de los grupos de poder para que realmente el mercado le sea “libre”. Los segundos porque la gente con recursos está despertando a la espantosa realidad de que sus hijos no tienen futuro con estos regímenes. Por eso fue la reacción tan inusitada de los estudiantes de la Ibero, y por eso fue que en el Tecnológico de Monterrey en Monterrey recibieron al Peje bajo gritos de “¡Presidente, presidente!”. Sus padres se gastan miles de pesos en universidades privadas, y al salir tienen las mismas dificultades que todos el resto de los mexicanos para encontrar trabajo.

Sólo un puñado (muy poderoso) con los conectes necesarios está beneficiándose de este “gobierno”; y eso no va a cambiar con Enrique Peña Nieto; mucho menos con Josefina Vázquez Mota (que de cualquier forma va a perder, entonces no importa). Si el resto de nosotros queremos una oportunidad, las cosas deben de cambiar.

Y el único que ofrece una posibilidad real de cambio, es Andrés Manuel López Obrador.

Como lo he dicho muchas veces en este blog: no me crean nada a mí. Infórmense, vean la historia, logros y errores de cada uno de los candidatos y de sus partidos, y salgan a votar el primero de julio. No votar o anular el voto es una irresponsabilidad y (desde mi punto de vista) una cobardía: es como el niño que agarra sus canicas y se va a su casa porque el juego no les gusta. La diferencia primordial es que en ese “juego” se va el futuro de la nación y de millones de mexicanos, porque agarren o no sus canicas, uno de los candidatos disponibles va a sentarse en la silla del águila. Les guste o no les guste.

Y a los que no les gusta ninguno de los cuatro candidatos; no pueden culpar a nadie excepto a ustedes mismos. La clase política mexicana no va a generar candidatos decentes mágicamente: la única forma de que comience a hacerlo es que todos, como ciudadanos, participemos activamente en la política.

Salir a votar el día de las elecciones no es suficiente; pero es el mínimo indispensable. Así que háganlo, después de informarse.

Y vamos a ver qué resulta en tres semanas.

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Y eso es lo que determina a un partido del siglo XIV

Ni siquiera comentaré en la primera parte de la intervención del imbécil de Juan Pablo Castro (ya hemos oído pendejadas similares miles de veces); quiero comentar en la parte cerca del final, cuando dice:

“¿A qué se ha dedicado el PRD en el Distrito Federal? Simplemente a destruir todas las instituciones: como por ejemplo permitiendo el matrimonio de jotos, permitiendo el aborto…”

Énfasis mío; pueden ver el video en el tubo.

Y luego se siguen preguntando por qué el PAN jamás gobernará mi hermosa Ciudad.

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Los resultados de la criminal incompetencia

Hace poco más de un año escribí acerca del caso Cassez, en una entrada llamada La criminal incompetencia. Si no lo quieren leer, se puede resumir así: los idiotas de este “gobierno” ilegítimo, por querer hacer más “dramática” la captura de la Cassez, violaron el Debido Proceso y por lo tanto (aunque al parecer es obvio que la francesa es culpable) deben liberarla y enviarla a Francia. La hermosa secuestradora puede ser culpable (y todo apunta a que de hecho así es), pero tiene que ser liberada por culpa de la criminal incompetencia de este “gobierno” a su vez formado por criminales.

Trece meses después el sistema de justicia mexicano (por el que en general no doy dos pesos), llegó a la única conclusión posible; la misma que yo comenté en febrero del 2011: la AFI violó los derechos de la sádica francesita por andar inventado shows televisivos, y por lo tanto las pruebas que la acusan “carecen de fiabilidad”.

El “gobierno” de Felipe Calderón pataleará ante esta decisión, como patalea ante casi cualquier cosa que vaya en contra de las decisiones del acomplejado ladrón de la silla del águila; pero me parece que al final no tendrá de otra sino enviar a Francia a una criminal que causó dolor y pena a decenas de familias mexicanas, robándoles el poco consuelo que algo de justicia les habría dado. Y de eso no hay otros culpables que no sean sino dichos criminales que ahora se hacen llamar el “gobierno” de este país.

Esos son los resultados de la criminal incompetencia.

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El berrinchudo perdedor

Hace dos semanas MVS Radio despidió (le “terminó el contrato”) a Carmen Aristegui. La excusa para que la empresa en motivos prácticos callara a la mejor periodista de México fue que había violado el “código de ética” de la empresa, código que hasta donde yo sé nadie sabe exactamente qué dice o cómo está formulado.

El escándalo subsecuente mostró a la luz lo que todo mundo sospechaba: el despido fue reacción de MVS Comunicaciones a presiones del ratero que vive en Los Pinos ilegítimamente, que tuvo un berrinche porque Carmen se atrevió a decir al aire que dicho ratero debía contestar a las acusaciones y rumores (que existen desde antes de las elecciones del 2006) de que es un borracho irresponsable. La presión vino de que MVS Comunicaciones le toca que le renueven su concesión; se hizo inmediatamente claro que el incompetente que habita Los Pinos amenazó a MVS con que dicha concesión no sería renovada si Carmen seguía siendo empleada de ellos.

No es la primera vez que tratan de callar a Carmen; Televisa la corrió de W Radio porque la periodista fue altamente crítica (y honesta) respecto a la llamada Ley Televisa. Sin embargo, hay una diferencia fundamental: Televisa la corrió porque la periodista criticó una ley que la empresa buscaba fuera aprobada. Éticamente también fue una chingadera, pero no hubo presiones externas de un grupo de poder (uno distinto de Televisa, claro está) para callarla.

Lo que pasó en MVS es mucho más grave: es la intención de un “gobierno” ilegítimo de obligar a callar a una periodista únicamente porque no le gusta lo que dijo. En su programa Carmen dijo:

“No es la primera vez que se habla de este tema, de un presunto alcoholismo de Felipe Calderón. Si usted es usuario de las redes sociales –por ejemplo–, pues en ese circuito de comunicación de la sociedad mexicana es frecuente ver expresiones que aluden a esa circunstancia que no podemos corroborar (…)
“Debería realmente la propia Presidencia de la República dar una respuesta clara, nítida, formal al respecto. No hay nada de ofensivo –me parece– cuando alguien, si es que fuera el caso, atravesara por un problema de esta naturaleza (…)
“¿Tiene o no Felipe Calderón problemas de alcoholismo? Esto merece, insisto, una respuesta seria, formal y oficial de la propia Presidencia de la República.”

Es fácil ver que Carmen no le está diciendo borracho al berrinchudo perdedor que habita Los Pinos; sólo exige (como deberíamos exigir todos y cada uno de los mexicanos) que se responda a una acusación que han hecho (por los motivos que ustedes quieran) contra Felipe Calderón. Nada más, y nada menos.

Por supuesto Calderón es incapaz de escuchar nada que no le guste, de aceptar críticas buenas o malas. Como he dicho antes, su “presidencia” está viciada de origen, y eso aunado a las claras debilidades en su carácter y personalidad hacen que sea imposible que se conduzca como líder. Si fuera alguien inteligente y con aplomo, tal vez incluso hubiera podido revertir el estigma que causa el haber empezado su sexenio con un crimen; pero eso es mucho pedir de tan patético individuo.

Entonces en lugar de reaccionar a la altura de las circunstancias, lo que el presunto borracho hizo fue hacer un berrinche no sólo triste, patético y ridículo; además uno que le causó una derrota más (y fea) en su ya de por sí desastroso sexenio.

Al presionar a MVS para que despidiera a Carmen (que toda la evidencia apunta a que fue lo que pasó, pero que además aunque no hubiera sido así como condujeron desde Los Pinos todo el asunto hace ahora que todo mundo de por hecho que así fue) con la amenaza de la renovación de su concesión, el muy imbécil le dio todavía más legitimidad a Carmen, causó que MVS tuviera que recontratarla pr la presión generada por los mismos radioescuchas, y de pilón casi los fuerza a que le renueven dicha concesión.

Porque si ahora no se la renueva, todo mundo dará por hecho que no se la renovaron porque volvieron a contratar a Carmen.

Aristegui dio una muestra de elegancia, estilo e inteligencia que debe hacer que el berrinchudo perdedor de Los Pinos se retuerza de coraje, porque él es incapaz de actuar así. Su berrinchito le costó una derrota más, entre las muchas que lleva desde el crimen de 2006, y me alegró mucho que hoy Carmen regresara a su programa.

No sólo porque Carmen Aristegui es sin lugar a dudas la mejor periodista de México, y porque no se puede permitir que los “gobernantes” callen las voces críticas. Sino también por la humillación que le causó a Felipe Calderón (directamente), y porque lo evidenció (una más entre muchas) como el perdedor berrinchudo que es.

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La criminal incompetencia

Hay tantas pendejadas que está haciendo el “gobierno” de Felipe Calderón (aunadas a las otras tantas pendejadas que ha hecho a lo largo de su ilegítimo sexenio), que hasta es difícil elegir una para comentar. Todas y cada una de ellas muestran su incompetencia, su incapacidad a aceptar críticas, su acomplejamiento que lo hace rodearse de inútiles que únicamente le dicen que sí, y, en fin, de todas las señales que de muchas formas confirman que su “presidencia” es resultado de un fraude electoral. Un “ejecutivo” que comenzó su periodo a partir de un crimen, de un engaño, es muy difícil que pueda evolucionar en un líder eficiente; está viciado de origen. No es imposible; Salinas al menos logró mantener la ilusión de un gobierno eficiente, hasta que los zapatistas le interrumpieron la fiesta, y la crisis de diciembre de 1994 mostró la triste realidad.

La incompetencia de estos idiotas que robaron la silla presidencial en 2006 alcanza ya extremos criminales; dicha incompetencia está causando muertos, heridos, y violaciones a la justicia que repercuten no sólo en el país, sino con nuestros hermanos latinoamericanos, como en el caso de los inmigrantes centro y sudamericanos; y con el arrogante imperialismo francés, como en el caso de la secuestradora Florence Cassez.

Florence Cassez es una criminal; y de hecho las evidencias apuntan a que es una criminal particularmente sádica y violenta. A mí no me cabe la menor de que la hermosa y demente francesa merece la máxima pena por secuestro que el sistema de justicia mexicana sea capaz de dar.

Lamentablemente, la justicia nunca es (nunca ha sido, y nunca será) únicamente de castigar a alguien como se merece.

Estos imbéciles que dicen dirigir la nación cometieron una muestra más de su criminal incompetencia; en lugar de arrestar a la francesa y presentarla a los medios como debe ser, montaron un circo mediático con una “recreación” de cómo habían capturado a la sádica francesa, en un intento ridículo y estúpido de hacer más “heroica” la captura. Cuando lo único que tenían que hacer era su trabajo.

Con ese imbécil descuido, mandaron completamente al carajo al Debido Proceso, dándole totalmente en la madre a cualquier posibilidad de que el caso pueda ser llevado de manera competente para la fiscalía. Como este patético intento de “gobierno”, está viciado de origen.

México arguye (y arguye bien) cuando Estados Unidos enjuicia connacionales sin respetar el Debido Proceso; es uno de los pilares de cualquier sistema de justicia. Si el Debido Proceso no se puede garantizar, todo el caso se pone en duda. Se debe poner en duda.

El “gobierno” de México debería enviar a Cassez a Francia; si no lo hace, no tendrá cara (no que jamás la haya tenido) para exigir que se cumpla el Debido Proceso en casos en que nuestros connacionales son indebidamente enjuiciados en otros países (principalmente Estados Unidos). Sí, parecerá que se está doblegando a las presiones del gobierno de Sarkozy, pero eso también es culpa de ellos.

Déjenme repetirlo: Florence Cassez es una criminal, y además violenta y sádica para rematar. Los que fueron secuestrados por Los Zodiaco, así como los amigos y familiares de sus víctimas, merecen justicia. Pero la criminal incompetencia del “gobierno” de Felipe Calderón les robó eso; gracias a ellos, los familiares y amigos de las víctimas de Los Zodiaco, así como las mismas víctimas, no podrán encontrar la justicia que se merecen aquí.

Y todo es culpa de estos imbéciles incompetentes. Criminalmente incompetentes.

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La mejor universidad de habla hispana en el mundo

Una vez más salió un estudio que pone a la UNAM como la mejor universidad de habla hispana en el mundo. La única otra universidad en Iberoamérica catalogada como mejor que la UNAM es la Universidad de Sao Paulo.

La UNAM además es la única universidad mexicana dentro de las mejores 500 del mundo, con el lugar 66. El Tec, para que se den una idea, está en el lugar 593; y ni siquiera es la segunda mejor mexicana: la Universidad de Guadalajara le gana, en el lugar 550.

Pero por supuesto esto no evitara que varios idiotas sigan criticando a la UNAM en particular y a la educación pública en general. Que vociferen, yo digo: los números no mienten.

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La intolerancia a la intolerancia

Esto salió hace un par de días, pero hasta ahorita pude escribir al respecto: dice la Arquidiócesis que las autoridades de mi Ciudad son talibanes laicistas.

El comunicado es fabuloso en tantos niveles que no sé ni siquiera por dónde empezar. Dice que el Gobierno del Distrito Federal hace del laicismo una “religión” única e intolerante, “realizando ritos laicos contra las verdaderas religiones”. Dice que “algunas autoridades y miembros de la Asamblea Legislativa no sólo se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse, aprobando leyes inmorales e injustas, sin ningún sentido moral y ético –por la falta de respeto a la vida humana y a la institución familiar, fundamental para la sana convivencia social–, sino que han desatado una verdadera persecución ideológica contra quienes, con base en sus principios religiosos y valores, se oponen a estas leyes”. Dice que las autoridades del DF son verdaderos “talibanes laicistas”, “personajes intolerantes a la crítica, fundamentalistas en sus principios inmorales, incapaces de aceptar el reto del diálogo con la racionalidad y el derecho”.

Y luego hay pendejos que no le ven razón de ser al Artículo 130, que dice: “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”. No es persecusión religiosa: es sencillamente respetar la separación Estado/Iglesia, por la simple razón de que no se puede discutir con gente dogmática. Por definición la fe es dogmática; esto no tiene en principio nada de malo: si alguien quiere creer que el Monstruo del Espagueti Volador los ha tocado con su extremidad tallarinesca, está en todo su derecho.

Sólo a) no se metan con quien no se les pegue la gana creer eso, y b) si son ministros, no se metan en la política; de otra forma no se puede establecer una verdadera separación entre el Estado y la Iglesia. Nada bueno sale de que la iglesia (o peor aún, iglesias) intervengan en la política.

Por eso me pareció fabuloso lo último que cité: “[las autoridades del DF son] personajes intolerantes a la crítica […] incapaces de aceptar el reto del diálogo con la racionalidad y el derecho”. Lo más divertido de los últimos avances que se han dado en mi Ciudad (la despenalización del aborto, el matrimonio entre homosexuales, la adopción por parejas del mismo sexo), es que ganamos el debate de calle. Eran patéticos los intentos de argumentos que trataba de usar la Iglesia y la derecha histérica para (según ellos) discutir: no podían dar un argumento que no incluyera a algún dios, o la moral dictada por un libro escrito hace cientos de años; si bien nos iba, porque si no era la moral de un grupo que arbitrariamente quería imponerla a todos los demás.

La Arquidiócesis entonces se queja de intolerancia… intorelancia a su propia intolerancia. Intolerancia a que no les dejemos meterse con lo que no les importa: el derecho de una mujer a decidir sobre su cuerpo, el derecho de una pareja homosexual a quererse y que el Estado reconozca ese amor, el derecho de una pareja del mismo sexo a adoptar hijos.

Si así vamos a llamar eso, yo aplaudo que el gobierno de mi Ciudad se “intolerante” a la intolerancia de cualquier grupo que quiera imponer sus opiniones sobre el resto de nosotros, y espero que los gobiernos futuros aquí (y en el resto del país) sean igual de “intolerantes” a dichos grupos.

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El príncipe

El viernes vi en el periódico la siguiente foto:

El Príncipe Carlos

El Príncipe Carlos

Y recuerdo claramente la opinión que se formó en mi cabeza de forma automática:

Qué bueno.

No porque en particular apoye las manifestaciones violentas (que sin duda hay ocasiones en las que se justifican), ni porque indudablemente yo esté con los estudiantes británicos, que les salieron con la jalada de que un día para otro pagarán tres veces más de colegiatura en su educación. Que es justamente la razón por las que no hay que tener cuotas en primer lugar, por cierto; una vez establecidas, subirles el precio es medio imposible de evitar, no importa qué tanto sea la oposición a la idea, como la foto de arriba claramente muestra.

No; mi reacción inmediata fue qué bueno, porque me parece que el tener reyes y princesas en el siglo XXI es una vergüenza para la humanidad; debimos habernos librado de esos parásitos hace siglos, como de hecho lo hicimos en casi toda Latinoamérica desde hace más de 150 años.

En cualquier país, no importa su historia y tradiciones, que exista un subconjunto de habitantes a los cuales no se les aplica igual las leyes ni las reglas, únicamente porque son hijos de alguien “especial”, es asqueroso. Bien por los chavos ingleses, que les metieron un buen susto a ese par de zánganos, los cuales por cierto jamás tendrán que preocuparse de cómo pagarán la educación de sus hijos. Y no porque sean buenos en los negocios, ni nada por el estilo: sencillamente por ser de familia “real”.

Me alegró ver esa foto; se ve que se cagan de miedo igual que cualquier otra persona.

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Captcha!

Desde hace más de cuatro año (de los cinco y pico que tiene este blog), utilizo Captcha! para detectar SPAM. Captcha!, en teoría, impide que un bot en la red pueda dejar comentarios (generalmente SPAM), y permite que sólo pasen los comentarios que aprueban la pregunta de Captcha!

Eso no tiene nada que ver con la moderación que hago de mis comentarios; ningún comentario en mi blog pasa sin que antes yo lo lea. Esto no es por el SPAM; es por la bola de idiotas que al parecer soy propenso a atraer a que comenten en lo que llanamente es mi espacio para decir lo que pienso.

Internet Commenter

Debería ser obvio que no pienso así de la mayor parte de mis lectores; todo lo contrario. A pesar de que mi blog existe para mí, por mí, y que además me vale madre quien pueda o no leerlo, la verdad es que de lo más divertido que ha resultado de tener una presencia virtual es leer los comentarios que todo tipo de lectores me han dejado, e incluso a veces entablar discusiones inteligentes y entretenidas con ellos.

Son la bola de animales que creen que el discutir conmigo me es tan fascinante como sin duda lo es para ellos los que tienden a desesperarme. En particular los que, como en la tira de arriba, juran y perjuran no volver, y a los pocos días me encuentro un comentario nuevo de ellos. Muchas veces todavía más idiota o patético que el anterior.

A los más recalcitrantes ya tiene rato que sencillamente borro sus comentarios, sin ni siquiera leer el contenido del mismo; me basta ver el autor. Por suerte, los puedo contar con los dedos de una mano.

En fin. Como sea, el motivo de esta entrada era comentar que al parecer mi sitio cayó en la mira de los que saben como quebrar Captcha!; el número de comentarios SPAM subió dos o tres órdenes de magnitud, y estar moderando SPAM es de verdad de lo menos gratificante que existe.

Así que después de resistirme durante años, por fin activé Akismet, y que se hagan bolas las máquinas para decidir qué es o qué no es SPAM.

Al parecer funciona muy bien, pero siempre existe el riesgo de que haya falsos positivos. Si un comentario suyo no aparece en el blog, por favor mándenme un correo para que lo rescate.

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PAN implica violencia

Tómenlo con un grano de sal, dado que (como siempre) hay que entender que correlación no implica causalidad, y que con estadísticas siempre se puede explicar casi lo que sea si el que las está haciendo de verdad así lo quiere. Y claro que también tomen en cuenta que el estudio lo hizo una estudiante del MIT que (aparentemente) no tendría ningún motivo para hablar mal del PAN.

Les paso la liga de un estudio que dice que cuando un candidato del PAN asume la presidencia de un municipio, la violencia del mismo comienza a escalar. Y ojo con ver que la violencia comienza a escalar cuando el presidente municipal asume el cargo, no cuando lo gana.

La tesis de la chava es que los presidentes municipales panistas han seguido la línea estúpida de “guerra al narcotráfico” que el remedo de sombra de “presidente” que tenemos ha tomado; otras interpretaciones existen por supuesto.

Independientemente de la interpretación que quieran darle, los resultados son innegables: ahí donde un presidente municipal panista asume el cargo, la violencia comienza a crecer.

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En defensa de la razón

Hace unos días la Suprema Corte refrendó el derecho de las parejas homosexuales, primeramente reconocido en mi Ciudad, de casarse y adoptar hijos.

La Suprema Corte realmente no tenía de otra; no sólo por la legitimidad que tienen la asamblea y el gobierno de la Ciudad de México, ni por la broncota política que se habrían echado encima si intentaban echarlo para atrás. Es sencillamente la conclusión única, correcta y obvia que tiene que tomar uno de los tres poderes que conforman un estado laico. Eso es lo que hace tan lamentable y patético que la PGR (o sea, nuestro remedo de triste sombra de “presidente”) haya sido la que pusiera la demanda de inconstitucionalidad en primer lugar.

La Iglesia Católica ha respondido a dicha medida, irónicamente, violentando la constitución mexicana: básicamente llamando a votar en contra del PRD, cuando la constitución claramente dice que “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.

La derecha histérica de este país está asustadísima por los avances que están siendo aprobados en mi Ciudad, y que terminan afectando a todo el país, como las bodas entre homosexuales, que ahora tienen que ser reconocidas legalmente en todo el país aunque sólo se realicen en el DF, y la adopción de niños por parejas del mismo sexo. Eso ha causado una retaliación bastante inhumana, bestial, y medieval por parte de los sectores más retrógadas del país, como el meter a la cárcel a mujeres que ejercían su derecho a abortar. Todas ellas de escasos recursos, por cierto. Obviamente.

Dado el ilegal e ilegítimo “gobierno” que está ahorita en Los Pinos, no es de extrañar el envalentamiento de los sectores más oscuros de la Iglesia Católica, que se sienten que pueden tan campantemente entrometerse en la vida política de un estado laico (que así sigue siendo, por más que al “gobierno” actual eso le moleste).

La Iglesia Católica (desde cualquier sacerdote hasta cualquier cardenal) no tiene voz ni voto en la vida política nacional… que además es por su propio bien; cuando abren la boca generalmente dicen puras pendejadas. Y aunque algunos sectores derechistas que soportan las mismas posturas reaccionarias traten de seguirles el juego, en el siglo XXI y en un estado laico como es el mexicano dichas posturas están destinadas al escarnio, al ridículo y ultimadamente al fracaso. La decisión de la Suprema Corte es una muestra de ello.

Pero qué tanto tarden en fracasar depende en gran medida de nosotros, la ciudadanía; es nuestro deber estar siempre en defensa de la razón, del laicismo, de la racionalidad. No por atacar o menospreciar las creencias de nadie; todo mundo tiene derecho a creer en lo que quiera.

Mas eso no les da derecho de meterse en cómo viva nadie más.

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39,000 vidas potencialmente salvadas

De acuerdo al secretario de salud de mi Ciudad, más de 39,000 mujeres han abortado legalmente aquí desde que se despenalizó el aborto en el DF hace tres años.

39,000. La tercera parte del Estadio Azteca.

Encima de ello, unas 65,000 mujeres han pedido informes acerca del derecho que tienen de decidir sobre su propio cuerpo, y que en la Ciudad es de los pocos lugares en el país donde se les reconoce.

La cifra en sí misma justifica la legislación que se aprobó hace tres años en mi Ciudad, además de los argumentos que entonces dí. También hace obvio lo importante que era el desaparecer la letra muerta que les prohibía a las mujeres decidir qué hacer con su cuerpo y con su vida.

Pero más importante aún, me parece, es el hecho de que esas más de 35,000 mujeres su vida fue salvada al haber tenido la oportunidad de abortar de forma legal y por ende en un hospital o clínica en condiciones sanitarias, con un personal médico responsable y entrenado, y sin la idea pendeja encima de ellas de que estaban haciendo algo ilegal. Por supuesto, cuando digo que salvaron la vida no infiero que todas habrían muerto si hubieran tenido abortos ilegales (porque es muy importante resaltar que, leyes o no leyes, las mujeres han abortado y seguirán abortando en el mundo por la sencilla razón de que es su cuerpo); pero ciertamente un porcentaje importante de ellas evitó problemas de salud, y ciertamente todas evitaron el tener que obligar a su cuerpo el pasar por una experiencia que no querían o no podían sufrir. En ese sentido, sin duda todas ellas salvaron la vida.

Por supuesto, hubiera sido todavía mejor que ninguna mujer tuviera que pasar por la terrible experiencia de abortar; hay que seguir fomentando el uso de distintos métodos anticonceptivos, y mejorar la educación sexual que los chavos reciben hoy en día para que estén conscientes de que tienen que tener una vida sexual responsable. Porque esperar que todos ellos practiquen la abstinencia no sólo es ridículo; es literalmente irresponsable desde un punto de vista de salud pública.

Pero que todas esas miles de mujeres hayan podido ejercer el derecho de sentido común que es que su cuerpo es suyo y ellas saben lo que hacen (o no) con él, hace que me sienta (una vez más) increíblemente orgulloso de vivir en esta Ciudad.

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Higinio

Hace unos días me encontré en la Facultad de Ciencias a uno de mis antiguos camaradas de la huelga de 1999, y me preguntó si ya sabía. Le dije que no, y me comenzó a contar que Higinio estaba hospitalizado después de que le había dado meningitis, que ya lo habían desahuciado dos veces pero que seguía luchando.

El viernes sin embargo, Higinio falleció. La Jornada tiene una cobertura más o menos decente de los logros que tuvo Higinio.

Durante la huelga, la enorme mayoría de estudiantes que al inicio apoyó el movimiento se dividió en dos bloques: los pusilánimes que se espantaron de cuánto estaba durando la huelga, y quisieron levantarla aunque no se hubiera conseguido realmente nada; y los dementes que querían (por diversos motivos) que durara indefinidamente… y me queda perfectamente claro que en ambos grupos había infiltrados cuyo objetivo principal era sencillamente darle en la madre a la UNAM, porque ambas alternativas dañaban a la Universidad.

Yo no podía en buena conciencia apoyar a ninguna de esas dos facciones; no podíamos levantar la huelga mientras Barnés siguiera siendo rector y las cuotas siguieran ahí; y era pendejísimo el pensar que había que mantenernos en huelga de forma aferrada sin buscar modos inteligentes de forzar a la Rectoría a sentarse a dialogar.

Ahí fue cuando yo conocí a Higinio (aunque ya habíamos coincidido cuando fui a Chiapas en 1994), y casi de inmediato comencé a trabajar en su grupo. Dentro de la bola de personajes que fluctuaban entre la demencia y la estupidez, Higinio (y en gran medida su grupo) siempre fue alguien que mantuvo la lucidez de entender que no podíamos levantar la huelga al menos hasta que se garantizara que las cuotas se echarían para atrás, pero que eso mismo debía forzarnos a buscar maneras de destrabar el conflicto. Además de eso, Higinio siempre fue alguien que se caracterizó por su congruencia, por su honradez, y (algo nada despreciable en ese mundo lleno de divas) por su humildad.

Yo creo (realmente nunca podré saberlo con certeza) que yo terminé en la cárcel justo porque durante los últimos meses de la huelga yo siempre estuve con Higinio. Parecía, toda proporción guardada, que actuaba como su guardaespaldas.

Al término de la huelga, y cuando por fin logramos sacarlo del bote, Higinio me invitó (junto con otro par de compañeros) a que siguiera trabajando con él. Yo ahí fue que terminé tomando una decisión fundamental en mi vida, aunque no caí en cuenta sino hasta mucho después: le dije que no, gracias. Mi vida no era (ni es) la política; yo iba a terminar mi carrera, trabajaría o haría un posgrado, y daría clases y otras cosas académicas. Siempre seguiría participando en las movilizaciones sociales a las que yo considerara importantes, pero mi vida principal no sería eso.

Y así ha sido desde entonces.

A partir de ese momento dejé de ver a Higinio, aunque seguí oyendo de las cosas a las que se dedicaba. Todavía hace pocos meses me lo encontré en mi Facultad; como generalmente era con él, estaba en chinga.

La muerte de Higinio me duele por muchas razones; no sólo perdimos a un líder de los que hacen falta: decente, honesto, con una visión clara y trabajador como pocos. También yo en particular perdí a un amigo, a alguien a quien siempre admiraré y respetaré.

Me queda el consuelo de que Higinio alcanzó a ver que todo lo que hicimos durante la huelga en gran medida valió la pena, y que la Universidad sigue siendo (y no hay visos de que pueda cambiar dentro de poco) pública, gratuita, laica. Y bien chida.

Porque el color de la sangre jamás se olvida
Los masacrados serán vengados
Vestido de verde olivo
Políticamente vivo
No has muerto, no has muerto, no has muerto camarada
Tu sangre, tu sangre, tu sangre será vengada

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Diez años después

Universidad Nacional Autónoma de México

Universidad Nacional Autónoma de México

Hace diez años la Policía Federal Preventiva entró ilegal y violentamente a Ciudad Universitaria, terminando una huelga que se había extendido innecesariamente por 9 nueve meses.

Yo estaba en el auditorio Che Guevara, en la sesión del Comité General de Huelga, confiado de que al siguiente día habría un nuevo llamado de la rectoría para reanudar el diálogo. Casi todos los ahí presentes estábamos confiados de que eso ocurriría, porque inicialmente se había soltado el rumor de que si entraba la PFP, sería a las dos de la mañana. Y ciertamente a las dos de la mañana el Che estaba casi vacío; nada más pasó la hora fatídica, el auditorio comenzó a llenarse de nuevo. Yo, junto con mis compañeros más cercanos, nunca lo dejamos durante esa noche.

Un día antes fui a mi casa, a bañarme, ponerme ropa limpia, y decirle a mi mamá que la PFP entraría a Ciudad Universitaria; para ese momento (después de que rectoría había abandonado unilateralmente la mesa de diálogo) yo lo daba por hecho. También daba por hecho que, dado mi involucramiento con el CEM y la banda de Higinio, y si era verdad que había 500 órdenes de aprehensión para participantes de la huelga, por simples cuentas a mí me tocaría una de ellas. También le dije eso a mi madre, diciéndole que se preparara; recuerdo claramente que me preguntó que, si yo estaba tan seguro de que la PFP entraría a CU y de que además yo en particular acabaría en el bote, que por qué iba a la sesión del CGH.

No fue fácil explicar eso hace diez años; sigue siendo difícil ahora.

Ha pasado una década, y mucho se ha dicho acerca de la huelga que en una famosa portada la revista Proceso calificó de “Interminable”. La misma, así como mi estadía durante unos días en la cárcel, y el proceso de sacar a los compañeros presos inmediatamente después, me marcó profundamente; no es exagerado decir que el hombre que soy ahora en gran medida es resultado de las decisiones que tomé y las experiencias que pasé por todo lo relacionado con la huelga.

Lo más sucinto que yo puedo decir de la misma, hoy que se cumplen diez años de que la PFP entró a Ciudad Universitaria, se puede resumir en dos palabras.

Teníamos razón.

Teníamos razón entonces, y la seguimos teniendo; la gratuidad de la universidad era indispensable que se defendiera, al costo que fuera necesario.

¿Que cometimos errores los huelguistas? Por supuesto que los cometimos; es más, probablemente cometimos todos los posibles errores que se pudieran cometer; y algunos otros que hasta difícil era que se cometieran. También es cierto que el movimiento estuvo infiltradísimo, desde el principio hasta el final, por casi cualquier grupo político que tuviera presencia en la Universidad (que son, básicamente, todos), y por varios que de hecho no la tenían. Y también es cierto que el costo para la Universidad, y para muchos de sus estudiantes en particular, fue inhumanamente alto.

Pero teníamos la razón; y a pesar de todos los errores que cometimos, los principales responsables del estancamiento de la huelga fueron los funcionarios de rectoría (encabezados por el animal de Francisco Barnés), y el gobierno de Ernesto Zedillo. Que debimos haber sabido cómo responder a su deseo de extender la huelga y debilitar con ello el movimiento, eso también es cierto; pero la alternativa de levantar la huelga (como muchos inocentemente querían) sin haber conseguido detener las cuotas hubiera significado la derrota de la Universidad pública y gratuita.

Debe eso quedar claro: la Universidad Nacional Autónoma de México sigue siendo (para motivos prácticos) gratuita gracias a nosotros. Y además yo (y muchos más) estamos convencidos de que la Universidad es lo que es, la mejor de Iberoamérica, en gran medida por ser gratuita; por permitirle el alcanzar una educación superior a miles de personas que no podrían hacerlo si se cobraran cuotas; por “razonables” que éstas fueran.

Hace unos años, cuando estaba la terna de posibles rectores que reemplazarían a Juan Ramón de la Fuente, todos y cada uno de ellos dejaron claro que la Universidad seguiría siendo gratuita si eran elegidos rectores. De nuevo eso fue gracias a nosotros. Y mi rector, José Narro, dijo lo siguiente cuando recibió el premio Príncipe de Asturias a nombre de la Universidad:

Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a la maquila o a la medianía en el desarrollo[…]

La educación es vía de superación humana, de la individual y de la colectiva. Concebirla como un derecho fundamental es uno de los mayores avances éticos de la historia.

De nuevo; que esa sea la postura consensuada en la Universidad es gracias a nosotros. Actualmente nadie cuestiona la gratuidad de la Universidad; ni siquiera de broma. Y eso fue un triunfo indiscutible de nosotros.

Así que, con todos los errores y todas las cosas que se pudieron haber hecho de forma distinta hace diez años, yo sigo estando profundamente orgulloso de haber participado en la huelga. Han pasado diez años, y yo he cambiado mucho en ese periodo de tiempo; he crecido en muchas cosas, y he madurado en otras más.

Y con todo lo que he aprendido en el camino, y sabiendo todo lo que ocurriría después, incluyendo mi estadía en la cárcel, mi decisión es absoluta e inmediata: volvería a hacerlo todo de nuevo. Una y mil veces más lo haría, de ser necesario.

Porque sin la raza, ¿cómo va hablar el espíritu?

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