
Categoría: Política e ideología
“Arriba los pobres del mundo…”
Y eso es lo que determina a un partido del siglo XIV
Ni siquiera comentaré en la primera parte de la intervención del imbécil de Juan Pablo Castro (ya hemos oído pendejadas similares miles de veces); quiero comentar en la parte cerca del final, cuando dice:
“¿A qué se ha dedicado el PRD en el Distrito Federal? Simplemente a destruir todas las instituciones: como por ejemplo permitiendo el matrimonio de jotos, permitiendo el aborto…”
Énfasis mío; pueden ver el video en el tubo.
Y luego se siguen preguntando por qué el PAN jamás gobernará mi hermosa Ciudad.

Los resultados de la criminal incompetencia
Hace poco más de un año escribí acerca del caso Cassez, en una entrada llamada La criminal incompetencia. Si no lo quieren leer, se puede resumir así: los idiotas de este “gobierno” ilegítimo, por querer hacer más “dramática” la captura de la Cassez, violaron el Debido Proceso y por lo tanto (aunque al parecer es obvio que la francesa es culpable) deben liberarla y enviarla a Francia. La hermosa secuestradora puede ser culpable (y todo apunta a que de hecho así es), pero tiene que ser liberada por culpa de la criminal incompetencia de este “gobierno” a su vez formado por criminales.
Trece meses después el sistema de justicia mexicano (por el que en general no doy dos pesos), llegó a la única conclusión posible; la misma que yo comenté en febrero del 2011: la AFI violó los derechos de la sádica francesita por andar inventado shows televisivos, y por lo tanto las pruebas que la acusan “carecen de fiabilidad”.
El “gobierno” de Felipe Calderón pataleará ante esta decisión, como patalea ante casi cualquier cosa que vaya en contra de las decisiones del acomplejado ladrón de la silla del águila; pero me parece que al final no tendrá de otra sino enviar a Francia a una criminal que causó dolor y pena a decenas de familias mexicanas, robándoles el poco consuelo que algo de justicia les habría dado. Y de eso no hay otros culpables que no sean sino dichos criminales que ahora se hacen llamar el “gobierno” de este país.
Esos son los resultados de la criminal incompetencia.

El berrinchudo perdedor
Hace dos semanas MVS Radio despidió (le “terminó el contrato”) a Carmen Aristegui. La excusa para que la empresa en motivos prácticos callara a la mejor periodista de México fue que había violado el “código de ética” de la empresa, código que hasta donde yo sé nadie sabe exactamente qué dice o cómo está formulado.
El escándalo subsecuente mostró a la luz lo que todo mundo sospechaba: el despido fue reacción de MVS Comunicaciones a presiones del ratero que vive en Los Pinos ilegítimamente, que tuvo un berrinche porque Carmen se atrevió a decir al aire que dicho ratero debía contestar a las acusaciones y rumores (que existen desde antes de las elecciones del 2006) de que es un borracho irresponsable. La presión vino de que MVS Comunicaciones le toca que le renueven su concesión; se hizo inmediatamente claro que el incompetente que habita Los Pinos amenazó a MVS con que dicha concesión no sería renovada si Carmen seguía siendo empleada de ellos.
No es la primera vez que tratan de callar a Carmen; Televisa la corrió de W Radio porque la periodista fue altamente crítica (y honesta) respecto a la llamada Ley Televisa. Sin embargo, hay una diferencia fundamental: Televisa la corrió porque la periodista criticó una ley que la empresa buscaba fuera aprobada. Éticamente también fue una chingadera, pero no hubo presiones externas de un grupo de poder (uno distinto de Televisa, claro está) para callarla.
Lo que pasó en MVS es mucho más grave: es la intención de un “gobierno” ilegítimo de obligar a callar a una periodista únicamente porque no le gusta lo que dijo. En su programa Carmen dijo:
“No es la primera vez que se habla de este tema, de un presunto alcoholismo de Felipe Calderón. Si usted es usuario de las redes sociales –por ejemplo–, pues en ese circuito de comunicación de la sociedad mexicana es frecuente ver expresiones que aluden a esa circunstancia que no podemos corroborar (…)
“Debería realmente la propia Presidencia de la República dar una respuesta clara, nítida, formal al respecto. No hay nada de ofensivo –me parece– cuando alguien, si es que fuera el caso, atravesara por un problema de esta naturaleza (…)
“¿Tiene o no Felipe Calderón problemas de alcoholismo? Esto merece, insisto, una respuesta seria, formal y oficial de la propia Presidencia de la República.”
Es fácil ver que Carmen no le está diciendo borracho al berrinchudo perdedor que habita Los Pinos; sólo exige (como deberíamos exigir todos y cada uno de los mexicanos) que se responda a una acusación que han hecho (por los motivos que ustedes quieran) contra Felipe Calderón. Nada más, y nada menos.
Por supuesto Calderón es incapaz de escuchar nada que no le guste, de aceptar críticas buenas o malas. Como he dicho antes, su “presidencia” está viciada de origen, y eso aunado a las claras debilidades en su carácter y personalidad hacen que sea imposible que se conduzca como líder. Si fuera alguien inteligente y con aplomo, tal vez incluso hubiera podido revertir el estigma que causa el haber empezado su sexenio con un crimen; pero eso es mucho pedir de tan patético individuo.
Entonces en lugar de reaccionar a la altura de las circunstancias, lo que el presunto borracho hizo fue hacer un berrinche no sólo triste, patético y ridículo; además uno que le causó una derrota más (y fea) en su ya de por sí desastroso sexenio.
Al presionar a MVS para que despidiera a Carmen (que toda la evidencia apunta a que fue lo que pasó, pero que además aunque no hubiera sido así como condujeron desde Los Pinos todo el asunto hace ahora que todo mundo de por hecho que así fue) con la amenaza de la renovación de su concesión, el muy imbécil le dio todavía más legitimidad a Carmen, causó que MVS tuviera que recontratarla pr la presión generada por los mismos radioescuchas, y de pilón casi los fuerza a que le renueven dicha concesión.
Porque si ahora no se la renueva, todo mundo dará por hecho que no se la renovaron porque volvieron a contratar a Carmen.
Aristegui dio una muestra de elegancia, estilo e inteligencia que debe hacer que el berrinchudo perdedor de Los Pinos se retuerza de coraje, porque él es incapaz de actuar así. Su berrinchito le costó una derrota más, entre las muchas que lleva desde el crimen de 2006, y me alegró mucho que hoy Carmen regresara a su programa.
No sólo porque Carmen Aristegui es sin lugar a dudas la mejor periodista de México, y porque no se puede permitir que los “gobernantes” callen las voces críticas. Sino también por la humillación que le causó a Felipe Calderón (directamente), y porque lo evidenció (una más entre muchas) como el perdedor berrinchudo que es.

La incongruencia
La criminal incompetencia
Hay tantas pendejadas que está haciendo el “gobierno” de Felipe Calderón (aunadas a las otras tantas pendejadas que ha hecho a lo largo de su ilegítimo sexenio), que hasta es difícil elegir una para comentar. Todas y cada una de ellas muestran su incompetencia, su incapacidad a aceptar críticas, su acomplejamiento que lo hace rodearse de inútiles que únicamente le dicen que sí, y, en fin, de todas las señales que de muchas formas confirman que su “presidencia” es resultado de un fraude electoral. Un “ejecutivo” que comenzó su periodo a partir de un crimen, de un engaño, es muy difícil que pueda evolucionar en un líder eficiente; está viciado de origen. No es imposible; Salinas al menos logró mantener la ilusión de un gobierno eficiente, hasta que los zapatistas le interrumpieron la fiesta, y la crisis de diciembre de 1994 mostró la triste realidad.
La incompetencia de estos idiotas que robaron la silla presidencial en 2006 alcanza ya extremos criminales; dicha incompetencia está causando muertos, heridos, y violaciones a la justicia que repercuten no sólo en el país, sino con nuestros hermanos latinoamericanos, como en el caso de los inmigrantes centro y sudamericanos; y con el arrogante imperialismo francés, como en el caso de la secuestradora Florence Cassez.
Florence Cassez es una criminal; y de hecho las evidencias apuntan a que es una criminal particularmente sádica y violenta. A mí no me cabe la menor de que la hermosa y demente francesa merece la máxima pena por secuestro que el sistema de justicia mexicana sea capaz de dar.
Lamentablemente, la justicia nunca es (nunca ha sido, y nunca será) únicamente de castigar a alguien como se merece.
Estos imbéciles que dicen dirigir la nación cometieron una muestra más de su criminal incompetencia; en lugar de arrestar a la francesa y presentarla a los medios como debe ser, montaron un circo mediático con una “recreación” de cómo habían capturado a la sádica francesa, en un intento ridículo y estúpido de hacer más “heroica” la captura. Cuando lo único que tenían que hacer era su trabajo.
Con ese imbécil descuido, mandaron completamente al carajo al Debido Proceso, dándole totalmente en la madre a cualquier posibilidad de que el caso pueda ser llevado de manera competente para la fiscalía. Como este patético intento de “gobierno”, está viciado de origen.
México arguye (y arguye bien) cuando Estados Unidos enjuicia connacionales sin respetar el Debido Proceso; es uno de los pilares de cualquier sistema de justicia. Si el Debido Proceso no se puede garantizar, todo el caso se pone en duda. Se debe poner en duda.
El “gobierno” de México debería enviar a Cassez a Francia; si no lo hace, no tendrá cara (no que jamás la haya tenido) para exigir que se cumpla el Debido Proceso en casos en que nuestros connacionales son indebidamente enjuiciados en otros países (principalmente Estados Unidos). Sí, parecerá que se está doblegando a las presiones del gobierno de Sarkozy, pero eso también es culpa de ellos.
Déjenme repetirlo: Florence Cassez es una criminal, y además violenta y sádica para rematar. Los que fueron secuestrados por Los Zodiaco, así como los amigos y familiares de sus víctimas, merecen justicia. Pero la criminal incompetencia del “gobierno” de Felipe Calderón les robó eso; gracias a ellos, los familiares y amigos de las víctimas de Los Zodiaco, así como las mismas víctimas, no podrán encontrar la justicia que se merecen aquí.
Y todo es culpa de estos imbéciles incompetentes. Criminalmente incompetentes.

La mejor universidad de habla hispana en el mundo
Una vez más salió un estudio que pone a la UNAM como la mejor universidad de habla hispana en el mundo. La única otra universidad en Iberoamérica catalogada como mejor que la UNAM es la Universidad de Sao Paulo.
La UNAM además es la única universidad mexicana dentro de las mejores 500 del mundo, con el lugar 66. El Tec, para que se den una idea, está en el lugar 593; y ni siquiera es la segunda mejor mexicana: la Universidad de Guadalajara le gana, en el lugar 550.
Pero por supuesto esto no evitara que varios idiotas sigan criticando a la UNAM en particular y a la educación pública en general. Que vociferen, yo digo: los números no mienten.

La intolerancia a la intolerancia
Esto salió hace un par de días, pero hasta ahorita pude escribir al respecto: dice la Arquidiócesis que las autoridades de mi Ciudad son talibanes laicistas.
El comunicado es fabuloso en tantos niveles que no sé ni siquiera por dónde empezar. Dice que el Gobierno del Distrito Federal hace del laicismo una “religión” única e intolerante, “realizando ritos laicos contra las verdaderas religiones”. Dice que “algunas autoridades y miembros de la Asamblea Legislativa no sólo se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse, aprobando leyes inmorales e injustas, sin ningún sentido moral y ético –por la falta de respeto a la vida humana y a la institución familiar, fundamental para la sana convivencia social–, sino que han desatado una verdadera persecución ideológica contra quienes, con base en sus principios religiosos y valores, se oponen a estas leyes”. Dice que las autoridades del DF son verdaderos “talibanes laicistas”, “personajes intolerantes a la crítica, fundamentalistas en sus principios inmorales, incapaces de aceptar el reto del diálogo con la racionalidad y el derecho”.
Y luego hay pendejos que no le ven razón de ser al Artículo 130, que dice: “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”. No es persecusión religiosa: es sencillamente respetar la separación Estado/Iglesia, por la simple razón de que no se puede discutir con gente dogmática. Por definición la fe es dogmática; esto no tiene en principio nada de malo: si alguien quiere creer que el Monstruo del Espagueti Volador los ha tocado con su extremidad tallarinesca, está en todo su derecho.
Sólo a) no se metan con quien no se les pegue la gana creer eso, y b) si son ministros, no se metan en la política; de otra forma no se puede establecer una verdadera separación entre el Estado y la Iglesia. Nada bueno sale de que la iglesia (o peor aún, iglesias) intervengan en la política.
Por eso me pareció fabuloso lo último que cité: “[las autoridades del DF son] personajes intolerantes a la crítica […] incapaces de aceptar el reto del diálogo con la racionalidad y el derecho”. Lo más divertido de los últimos avances que se han dado en mi Ciudad (la despenalización del aborto, el matrimonio entre homosexuales, la adopción por parejas del mismo sexo), es que ganamos el debate de calle. Eran patéticos los intentos de argumentos que trataba de usar la Iglesia y la derecha histérica para (según ellos) discutir: no podían dar un argumento que no incluyera a algún dios, o la moral dictada por un libro escrito hace cientos de años; si bien nos iba, porque si no era la moral de un grupo que arbitrariamente quería imponerla a todos los demás.
La Arquidiócesis entonces se queja de intolerancia… intorelancia a su propia intolerancia. Intolerancia a que no les dejemos meterse con lo que no les importa: el derecho de una mujer a decidir sobre su cuerpo, el derecho de una pareja homosexual a quererse y que el Estado reconozca ese amor, el derecho de una pareja del mismo sexo a adoptar hijos.
Si así vamos a llamar eso, yo aplaudo que el gobierno de mi Ciudad se “intolerante” a la intolerancia de cualquier grupo que quiera imponer sus opiniones sobre el resto de nosotros, y espero que los gobiernos futuros aquí (y en el resto del país) sean igual de “intolerantes” a dichos grupos.

Idiotas
A los que siempre están vociferando en contra de las Escuelas Normales: Se colocaron las normales públicas con el mejor desempeño en el examen de ingreso.

El príncipe
El viernes vi en el periódico la siguiente foto:
Y recuerdo claramente la opinión que se formó en mi cabeza de forma automática:
Qué bueno.
No porque en particular apoye las manifestaciones violentas (que sin duda hay ocasiones en las que se justifican), ni porque indudablemente yo esté con los estudiantes británicos, que les salieron con la jalada de que un día para otro pagarán tres veces más de colegiatura en su educación. Que es justamente la razón por las que no hay que tener cuotas en primer lugar, por cierto; una vez establecidas, subirles el precio es medio imposible de evitar, no importa qué tanto sea la oposición a la idea, como la foto de arriba claramente muestra.
No; mi reacción inmediata fue qué bueno, porque me parece que el tener reyes y princesas en el siglo XXI es una vergüenza para la humanidad; debimos habernos librado de esos parásitos hace siglos, como de hecho lo hicimos en casi toda Latinoamérica desde hace más de 150 años.
En cualquier país, no importa su historia y tradiciones, que exista un subconjunto de habitantes a los cuales no se les aplica igual las leyes ni las reglas, únicamente porque son hijos de alguien “especial”, es asqueroso. Bien por los chavos ingleses, que les metieron un buen susto a ese par de zánganos, los cuales por cierto jamás tendrán que preocuparse de cómo pagarán la educación de sus hijos. Y no porque sean buenos en los negocios, ni nada por el estilo: sencillamente por ser de familia “real”.
Me alegró ver esa foto; se ve que se cagan de miedo igual que cualquier otra persona.

Captcha!
Desde hace más de cuatro año (de los cinco y pico que tiene este blog), utilizo Captcha! para detectar SPAM. Captcha!, en teoría, impide que un bot en la red pueda dejar comentarios (generalmente SPAM), y permite que sólo pasen los comentarios que aprueban la pregunta de Captcha!
Eso no tiene nada que ver con la moderación que hago de mis comentarios; ningún comentario en mi blog pasa sin que antes yo lo lea. Esto no es por el SPAM; es por la bola de idiotas que al parecer soy propenso a atraer a que comenten en lo que llanamente es mi espacio para decir lo que pienso.
Debería ser obvio que no pienso así de la mayor parte de mis lectores; todo lo contrario. A pesar de que mi blog existe para mí, por mí, y que además me vale madre quien pueda o no leerlo, la verdad es que de lo más divertido que ha resultado de tener una presencia virtual es leer los comentarios que todo tipo de lectores me han dejado, e incluso a veces entablar discusiones inteligentes y entretenidas con ellos.
Son la bola de animales que creen que el discutir conmigo me es tan fascinante como sin duda lo es para ellos los que tienden a desesperarme. En particular los que, como en la tira de arriba, juran y perjuran no volver, y a los pocos días me encuentro un comentario nuevo de ellos. Muchas veces todavía más idiota o patético que el anterior.
A los más recalcitrantes ya tiene rato que sencillamente borro sus comentarios, sin ni siquiera leer el contenido del mismo; me basta ver el autor. Por suerte, los puedo contar con los dedos de una mano.
En fin. Como sea, el motivo de esta entrada era comentar que al parecer mi sitio cayó en la mira de los que saben como quebrar Captcha!; el número de comentarios SPAM subió dos o tres órdenes de magnitud, y estar moderando SPAM es de verdad de lo menos gratificante que existe.
Así que después de resistirme durante años, por fin activé Akismet, y que se hagan bolas las máquinas para decidir qué es o qué no es SPAM.
Al parecer funciona muy bien, pero siempre existe el riesgo de que haya falsos positivos. Si un comentario suyo no aparece en el blog, por favor mándenme un correo para que lo rescate.

Feliz mes patrio
(Imagen sacada del blog de Daryl Cagle, sin permiso del autor).
Ciertamente el dibujo es mucho más cercano a la realidad que el informe del país de las maravillas que presentó el ladrón que vive en los Pinos.

PAN implica violencia
Tómenlo con un grano de sal, dado que (como siempre) hay que entender que correlación no implica causalidad, y que con estadísticas siempre se puede explicar casi lo que sea si el que las está haciendo de verdad así lo quiere. Y claro que también tomen en cuenta que el estudio lo hizo una estudiante del MIT que (aparentemente) no tendría ningún motivo para hablar mal del PAN.
Les paso la liga de un estudio que dice que cuando un candidato del PAN asume la presidencia de un municipio, la violencia del mismo comienza a escalar. Y ojo con ver que la violencia comienza a escalar cuando el presidente municipal asume el cargo, no cuando lo gana.
La tesis de la chava es que los presidentes municipales panistas han seguido la línea estúpida de “guerra al narcotráfico” que el remedo de sombra de “presidente” que tenemos ha tomado; otras interpretaciones existen por supuesto.
Independientemente de la interpretación que quieran darle, los resultados son innegables: ahí donde un presidente municipal panista asume el cargo, la violencia comienza a crecer.

En defensa de la razón
Hace unos días la Suprema Corte refrendó el derecho de las parejas homosexuales, primeramente reconocido en mi Ciudad, de casarse y adoptar hijos.
La Suprema Corte realmente no tenía de otra; no sólo por la legitimidad que tienen la asamblea y el gobierno de la Ciudad de México, ni por la broncota política que se habrían echado encima si intentaban echarlo para atrás. Es sencillamente la conclusión única, correcta y obvia que tiene que tomar uno de los tres poderes que conforman un estado laico. Eso es lo que hace tan lamentable y patético que la PGR (o sea, nuestro remedo de triste sombra de “presidente”) haya sido la que pusiera la demanda de inconstitucionalidad en primer lugar.
La Iglesia Católica ha respondido a dicha medida, irónicamente, violentando la constitución mexicana: básicamente llamando a votar en contra del PRD, cuando la constitución claramente dice que “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.
La derecha histérica de este país está asustadísima por los avances que están siendo aprobados en mi Ciudad, y que terminan afectando a todo el país, como las bodas entre homosexuales, que ahora tienen que ser reconocidas legalmente en todo el país aunque sólo se realicen en el DF, y la adopción de niños por parejas del mismo sexo. Eso ha causado una retaliación bastante inhumana, bestial, y medieval por parte de los sectores más retrógadas del país, como el meter a la cárcel a mujeres que ejercían su derecho a abortar. Todas ellas de escasos recursos, por cierto. Obviamente.
Dado el ilegal e ilegítimo “gobierno” que está ahorita en Los Pinos, no es de extrañar el envalentamiento de los sectores más oscuros de la Iglesia Católica, que se sienten que pueden tan campantemente entrometerse en la vida política de un estado laico (que así sigue siendo, por más que al “gobierno” actual eso le moleste).
La Iglesia Católica (desde cualquier sacerdote hasta cualquier cardenal) no tiene voz ni voto en la vida política nacional… que además es por su propio bien; cuando abren la boca generalmente dicen puras pendejadas. Y aunque algunos sectores derechistas que soportan las mismas posturas reaccionarias traten de seguirles el juego, en el siglo XXI y en un estado laico como es el mexicano dichas posturas están destinadas al escarnio, al ridículo y ultimadamente al fracaso. La decisión de la Suprema Corte es una muestra de ello.
Pero qué tanto tarden en fracasar depende en gran medida de nosotros, la ciudadanía; es nuestro deber estar siempre en defensa de la razón, del laicismo, de la racionalidad. No por atacar o menospreciar las creencias de nadie; todo mundo tiene derecho a creer en lo que quiera.
Mas eso no les da derecho de meterse en cómo viva nadie más.

Ni suprema, ni justicia
39,000 vidas potencialmente salvadas
De acuerdo al secretario de salud de mi Ciudad, más de 39,000 mujeres han abortado legalmente aquí desde que se despenalizó el aborto en el DF hace tres años.
39,000. La tercera parte del Estadio Azteca.
Encima de ello, unas 65,000 mujeres han pedido informes acerca del derecho que tienen de decidir sobre su propio cuerpo, y que en la Ciudad es de los pocos lugares en el país donde se les reconoce.
La cifra en sí misma justifica la legislación que se aprobó hace tres años en mi Ciudad, además de los argumentos que entonces dí. También hace obvio lo importante que era el desaparecer la letra muerta que les prohibía a las mujeres decidir qué hacer con su cuerpo y con su vida.
Pero más importante aún, me parece, es el hecho de que esas más de 35,000 mujeres su vida fue salvada al haber tenido la oportunidad de abortar de forma legal y por ende en un hospital o clínica en condiciones sanitarias, con un personal médico responsable y entrenado, y sin la idea pendeja encima de ellas de que estaban haciendo algo ilegal. Por supuesto, cuando digo que salvaron la vida no infiero que todas habrían muerto si hubieran tenido abortos ilegales (porque es muy importante resaltar que, leyes o no leyes, las mujeres han abortado y seguirán abortando en el mundo por la sencilla razón de que es su cuerpo); pero ciertamente un porcentaje importante de ellas evitó problemas de salud, y ciertamente todas evitaron el tener que obligar a su cuerpo el pasar por una experiencia que no querían o no podían sufrir. En ese sentido, sin duda todas ellas salvaron la vida.
Por supuesto, hubiera sido todavía mejor que ninguna mujer tuviera que pasar por la terrible experiencia de abortar; hay que seguir fomentando el uso de distintos métodos anticonceptivos, y mejorar la educación sexual que los chavos reciben hoy en día para que estén conscientes de que tienen que tener una vida sexual responsable. Porque esperar que todos ellos practiquen la abstinencia no sólo es ridículo; es literalmente irresponsable desde un punto de vista de salud pública.
Pero que todas esas miles de mujeres hayan podido ejercer el derecho de sentido común que es que su cuerpo es suyo y ellas saben lo que hacen (o no) con él, hace que me sienta (una vez más) increíblemente orgulloso de vivir en esta Ciudad.

Higinio
Hace unos días me encontré en la Facultad de Ciencias a uno de mis antiguos camaradas de la huelga de 1999, y me preguntó si ya sabía. Le dije que no, y me comenzó a contar que Higinio estaba hospitalizado después de que le había dado meningitis, que ya lo habían desahuciado dos veces pero que seguía luchando.
El viernes sin embargo, Higinio falleció. La Jornada tiene una cobertura más o menos decente de los logros que tuvo Higinio.
Durante la huelga, la enorme mayoría de estudiantes que al inicio apoyó el movimiento se dividió en dos bloques: los pusilánimes que se espantaron de cuánto estaba durando la huelga, y quisieron levantarla aunque no se hubiera conseguido realmente nada; y los dementes que querían (por diversos motivos) que durara indefinidamente… y me queda perfectamente claro que en ambos grupos había infiltrados cuyo objetivo principal era sencillamente darle en la madre a la UNAM, porque ambas alternativas dañaban a la Universidad.
Yo no podía en buena conciencia apoyar a ninguna de esas dos facciones; no podíamos levantar la huelga mientras Barnés siguiera siendo rector y las cuotas siguieran ahí; y era pendejísimo el pensar que había que mantenernos en huelga de forma aferrada sin buscar modos inteligentes de forzar a la Rectoría a sentarse a dialogar.
Ahí fue cuando yo conocí a Higinio (aunque ya habíamos coincidido cuando fui a Chiapas en 1994), y casi de inmediato comencé a trabajar en su grupo. Dentro de la bola de personajes que fluctuaban entre la demencia y la estupidez, Higinio (y en gran medida su grupo) siempre fue alguien que mantuvo la lucidez de entender que no podíamos levantar la huelga al menos hasta que se garantizara que las cuotas se echarían para atrás, pero que eso mismo debía forzarnos a buscar maneras de destrabar el conflicto. Además de eso, Higinio siempre fue alguien que se caracterizó por su congruencia, por su honradez, y (algo nada despreciable en ese mundo lleno de divas) por su humildad.
Yo creo (realmente nunca podré saberlo con certeza) que yo terminé en la cárcel justo porque durante los últimos meses de la huelga yo siempre estuve con Higinio. Parecía, toda proporción guardada, que actuaba como su guardaespaldas.
Al término de la huelga, y cuando por fin logramos sacarlo del bote, Higinio me invitó (junto con otro par de compañeros) a que siguiera trabajando con él. Yo ahí fue que terminé tomando una decisión fundamental en mi vida, aunque no caí en cuenta sino hasta mucho después: le dije que no, gracias. Mi vida no era (ni es) la política; yo iba a terminar mi carrera, trabajaría o haría un posgrado, y daría clases y otras cosas académicas. Siempre seguiría participando en las movilizaciones sociales a las que yo considerara importantes, pero mi vida principal no sería eso.
Y así ha sido desde entonces.
A partir de ese momento dejé de ver a Higinio, aunque seguí oyendo de las cosas a las que se dedicaba. Todavía hace pocos meses me lo encontré en mi Facultad; como generalmente era con él, estaba en chinga.
La muerte de Higinio me duele por muchas razones; no sólo perdimos a un líder de los que hacen falta: decente, honesto, con una visión clara y trabajador como pocos. También yo en particular perdí a un amigo, a alguien a quien siempre admiraré y respetaré.
Me queda el consuelo de que Higinio alcanzó a ver que todo lo que hicimos durante la huelga en gran medida valió la pena, y que la Universidad sigue siendo (y no hay visos de que pueda cambiar dentro de poco) pública, gratuita, laica. Y bien chida.
Porque el color de la sangre jamás se olvida
Los masacrados serán vengados
Vestido de verde olivo
Políticamente vivo
No has muerto, no has muerto, no has muerto camarada
Tu sangre, tu sangre, tu sangre será vengada

Diez años después
Hace diez años la Policía Federal Preventiva entró ilegal y violentamente a Ciudad Universitaria, terminando una huelga que se había extendido innecesariamente por 9 nueve meses.
Yo estaba en el auditorio Che Guevara, en la sesión del Comité General de Huelga, confiado de que al siguiente día habría un nuevo llamado de la rectoría para reanudar el diálogo. Casi todos los ahí presentes estábamos confiados de que eso ocurriría, porque inicialmente se había soltado el rumor de que si entraba la PFP, sería a las dos de la mañana. Y ciertamente a las dos de la mañana el Che estaba casi vacío; nada más pasó la hora fatídica, el auditorio comenzó a llenarse de nuevo. Yo, junto con mis compañeros más cercanos, nunca lo dejamos durante esa noche.
Un día antes fui a mi casa, a bañarme, ponerme ropa limpia, y decirle a mi mamá que la PFP entraría a Ciudad Universitaria; para ese momento (después de que rectoría había abandonado unilateralmente la mesa de diálogo) yo lo daba por hecho. También daba por hecho que, dado mi involucramiento con el CEM y la banda de Higinio, y si era verdad que había 500 órdenes de aprehensión para participantes de la huelga, por simples cuentas a mí me tocaría una de ellas. También le dije eso a mi madre, diciéndole que se preparara; recuerdo claramente que me preguntó que, si yo estaba tan seguro de que la PFP entraría a CU y de que además yo en particular acabaría en el bote, que por qué iba a la sesión del CGH.
No fue fácil explicar eso hace diez años; sigue siendo difícil ahora.
Ha pasado una década, y mucho se ha dicho acerca de la huelga que en una famosa portada la revista Proceso calificó de “Interminable”. La misma, así como mi estadía durante unos días en la cárcel, y el proceso de sacar a los compañeros presos inmediatamente después, me marcó profundamente; no es exagerado decir que el hombre que soy ahora en gran medida es resultado de las decisiones que tomé y las experiencias que pasé por todo lo relacionado con la huelga.
Lo más sucinto que yo puedo decir de la misma, hoy que se cumplen diez años de que la PFP entró a Ciudad Universitaria, se puede resumir en dos palabras.
Teníamos razón.
Teníamos razón entonces, y la seguimos teniendo; la gratuidad de la universidad era indispensable que se defendiera, al costo que fuera necesario.
¿Que cometimos errores los huelguistas? Por supuesto que los cometimos; es más, probablemente cometimos todos los posibles errores que se pudieran cometer; y algunos otros que hasta difícil era que se cometieran. También es cierto que el movimiento estuvo infiltradísimo, desde el principio hasta el final, por casi cualquier grupo político que tuviera presencia en la Universidad (que son, básicamente, todos), y por varios que de hecho no la tenían. Y también es cierto que el costo para la Universidad, y para muchos de sus estudiantes en particular, fue inhumanamente alto.
Pero teníamos la razón; y a pesar de todos los errores que cometimos, los principales responsables del estancamiento de la huelga fueron los funcionarios de rectoría (encabezados por el animal de Francisco Barnés), y el gobierno de Ernesto Zedillo. Que debimos haber sabido cómo responder a su deseo de extender la huelga y debilitar con ello el movimiento, eso también es cierto; pero la alternativa de levantar la huelga (como muchos inocentemente querían) sin haber conseguido detener las cuotas hubiera significado la derrota de la Universidad pública y gratuita.
Debe eso quedar claro: la Universidad Nacional Autónoma de México sigue siendo (para motivos prácticos) gratuita gracias a nosotros. Y además yo (y muchos más) estamos convencidos de que la Universidad es lo que es, la mejor de Iberoamérica, en gran medida por ser gratuita; por permitirle el alcanzar una educación superior a miles de personas que no podrían hacerlo si se cobraran cuotas; por “razonables” que éstas fueran.
Hace unos años, cuando estaba la terna de posibles rectores que reemplazarían a Juan Ramón de la Fuente, todos y cada uno de ellos dejaron claro que la Universidad seguiría siendo gratuita si eran elegidos rectores. De nuevo eso fue gracias a nosotros. Y mi rector, José Narro, dijo lo siguiente cuando recibió el premio Príncipe de Asturias a nombre de la Universidad:
Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a la maquila o a la medianía en el desarrollo[…]
La educación es vía de superación humana, de la individual y de la colectiva. Concebirla como un derecho fundamental es uno de los mayores avances éticos de la historia.
De nuevo; que esa sea la postura consensuada en la Universidad es gracias a nosotros. Actualmente nadie cuestiona la gratuidad de la Universidad; ni siquiera de broma. Y eso fue un triunfo indiscutible de nosotros.
Así que, con todos los errores y todas las cosas que se pudieron haber hecho de forma distinta hace diez años, yo sigo estando profundamente orgulloso de haber participado en la huelga. Han pasado diez años, y yo he cambiado mucho en ese periodo de tiempo; he crecido en muchas cosas, y he madurado en otras más.
Y con todo lo que he aprendido en el camino, y sabiendo todo lo que ocurriría después, incluyendo mi estadía en la cárcel, mi decisión es absoluta e inmediata: volvería a hacerlo todo de nuevo. Una y mil veces más lo haría, de ser necesario.
Porque sin la raza, ¿cómo va hablar el espíritu?

Y por eso quiero a esta Ciudad
Una encuesta encargada por el PAN, con unas preguntas formuladas de forma terriblemente tendenciosa, confirman que la mayor parte de los habitantes de mi hermosa Ciudad están de acuerdo con que las personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio.
Por supuesto, es irrelevante; aunque 95% de los habitantes de la Ciudad estuvieran en contra, debería legalizarse. Aquí y en todos lados: los derechos no se ponen a votación. Por eso mismo también es irrelevante que la mayoría esté en contra de que adopten… más aún cuando ese derecho ya lo tienen: no se puede discriminar a nadie por sexo, religión, raza, o preferencia sexual para adoptar. Los homosexuales ya pueden adoptar hijos en la Ciudad, y por supuesto los matrimonios homosexuales también podrán.
Pero es significativo que la mayoría de la Ciudad esté de acuerdo con los matrimonios homosexuales, o no les importe (entre 5% y 7% dicen que “no saben”); más aún por quién mandó hacer la encuesta y cómo plantearon las preguntas. Una encuesta realmente imparcial me imagino revelaría que un porcentaje mucho más alto de la población está de acuerdo o al menos no le importa que los homosexuales se puedan casar entre ellos.
(Además de la deliciosa ironía de que los pendejos de la dirección panista en el DF mandaron hacer esta encuesta porque idiotamente creyeron que justificaría sus pataleos en contra de la ley que permite a los homosexuales casarse.)
Y por eso quiero a esta Ciudad. Por la gente que vive en ella.

Otro triunfo más de la razón
En mi hermosa Ciudad, los homosexuales ayer obtuvieron el obvio, sencillo y fundamental derecho de poder casarse con quienes aman; derecho que a pesar de ser obvio, sencillo y fundamental, se les había negado siempre. No sólo aquí, sino en casi todo el mundo; me parece que ésta es la primera ciudad de Latinoamérica que les reconoce este derecho a los miembros de la comunidad gay.
Y por eso es que adoro vivir en esta Ciudad. Aquí la razón, en general, triunfa sobre las mentes más pendejas, retrógradas e intolerantes.
Ahora venga, que salgan la bola de bestias que atacarán esta ley cuando no los afecta en lo más mínimo.
