Alejandro me presumió que con apt-get se había lanzado al vagón de la modernidad y había instalado Xgl.
No queriendo quedarme atrás, me dije: “pues vamos a intentarlo”.
La manera sencilla era pasarme a X.org 7.0 (inestable ahorita en Gentoo), bajar el overlay de portage de Hanno Böck, y hacer el correspondiente emerge. La manera complicada era tratar de instalar sólo lo necesario en /opt. Por supuesto, traté la complicada.
Buen Dios. Mala idea.
Siendo justo, la idea no era tan mala. Sólo no sabía que lo que buscaba era imposible. Mi idea era justamente el evitarme tener que pasarme a X.org 7.0, dejando mi sistema de trabajo más o menos incólumne, y tener lo nuevo en /opt para cuando quisiera jugar.
Y lo peor es que, por afuera, parecería que se puede, porque (con sus bemoles) todo compila. La bronca es que Xgl (creo) hace unos dlopen a otras partes de X, y como yo tenía X.org 6.8, la cosa nomás no jalaba.
Pero yo no sabía eso. Así que recompilé Xserver, Xgl, Mesa, y un montón de paquetes de X (que por cierto, siempre apoyé el partir a X en varios paquetes, pero exageraron… ¡son como 200!), unas 20 veces antes de por fin descubrir que no se podía instalar Xgl sin X.org 7.0.
Así que por fin desenmascaré X.org 7.0, y veinte minutos después (con una complicación muy menor) por fin tuve el futuro hoy:
Compiz
Es impresionante. No sólo es precioso, además es increíblemente funcional. Le faltan cosillas: el exposé no permité seleccionar iconos cuando están en miniatura las pantallas, el task switcher sólo recorre las ventanas en una dirección, etc. Pero ya está muy avanzado.
Y lo más chingón, es que esto sólo funciona en Linux. No hay ningún sistema operativo que haga tales cosas: MacOS X se acerca, y tal vez también lo haga Vista; pero esta carrera ha terminado, y la ganó Linux.
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