Desde que se estrenó el 12, quería ir a ver Rocky Balboa, pero no fui el viernes temiendo unas colas espantosas. Entonces fui hoy (bueno, ayer ya ahorita) a la función de las 22:45.
De todas formas hubo una cola espantosa; pero conseguí mi lugar favorito (cuarta fila, enmedio), y casi no hice cola. Se aplican las advertencias de spoilers normales.
Rocky Balboa
Ya lo había mencionado, pero el Filthy Critic cuando criticó The Departed, le dedicó (literalmente) dos párrafos a esa película, y después otros seis párrafos a mentar madres porque vio el trailer de Rocky Balboa.
Yo tenía ganas de verla por dos razones: la primera, que es una película de Rocky. La segunda, que sale Milo Ventimiglia. Rocky es de mis películas favoritas, pero (y sé que varios me acusarán de hereje) mi favorita es Rocky II: la escena donde Adrian despierta de su coma (¿cómo no va a ser fabulosa una película donde la reina entra en coma?) y le dice a Rocky “Win!” es ante mis ojos insuperable. La tercera parte es decente (y sale Mr. T), y la cuarta ya de plano fue mala, si bien lo realmente desagradable es lo baratamente pro gringa que es. La quinta hagamos de cuenta que no ocurrió, por favor.
Milo Ventimiglia es Jess en las Gilmore Girls, papel al que lamentablemente creo que no regresará por estarla haciendo de superhéroe en Heroes; pero de cualquier forma el chavo me cae muy bien, y además lo primero que pensé cuando lo vi actuar de “niño malo” en las Gilmore era que el tipo hacía el papel como si fuera un Rocky chiquito. Muchas expresiones faciales incluso son idénticas, así que me pareció perfecto para el papel del hijo de Rocky.
Supongo que ya todo mundo sabe de qué trata la película: los comentaristas de un programa deportivo hacen una “simulación” de cómo sería una pelea entre Rocky y el actual campeón de pesos pesado, y resulta que el Rocky virtual gana. Eso y las ganas de Rocky de demostrar que todavía tiene algo que enseñar dentro de su viejo cuerpo hacen que se organice un circo para una pelea de exhibición entre él y el campeón.
Voy a hacer esto rápido: Rocky pierde. Obviamente; pero Stallone (que como bien lo dijo el Filthy Critic, aunque a mí no me ofenda tanto, realmente es de él la película) consigue vender el conjunto de lugares comunes y pequeños guiños, regalitos y fan service a los fans de la serie para dar el mensaje (algo torpe y balbuceante; justo como el habla de Rocky) de que la cosa no es tanto ganar, sino intentarlo y mostrar al mundo que la mitad del asunto es la actitud con el que uno se sube al ring.
O algo así.
No importa realmente: esta es una auténtica película de Rocky. No como la cuarta (que era propaganda) o la quinta (que era… no me queda muy claro qué era… además de mala). Y además se muestran cosas que uno como fan tal vez extrañaba: cómo la gente de Philadelphia adoran a su ex campeón de boxeo; cómo Rocky (y por tanto supongo que el mismo Stallone) quiere a su ciudad; la innegable simpatía del personaje (aquí están de nuevo el sentido del humor llano y sincero del boxeador), y lo que se supone es el trademark del Semental italiano: su determinación inquebrantable.
Encima de todo eso, los viejitos que regresan a hacer de nuevo sus papeles, y los jóvenes que se integran a una serie de películas legendaria, es obvio que se divierten como enanos. Más los viejitos: Burt Young es encantador y fabuloso en su papel de un Paulie más viejo y más amargado que antes, y Tony Burton tiene básicamente una única escena (sale en algunas más, pero esta es la importante): en pocas palabras le dice a Rocky al empezar el entrenamiento que está viejo y con artitris, así que se pueden olvidar de velocidad o agilidad; entonces que hay que concentrarse en fuerza bruta… que todo golpe que le de Rocky al campeón debe hacer que le duela hasta a sus antepasados.
Y esa es la otra cosa que vale la pena mencionar: Stallone se ve condenadamente bien para tener sesenta años. Se nota ahí el lavadero, y no tiene casi nada de grasa. Y tiene unos brazos todavía espectaculares.
Pero además se mueve todavía bastante bien: no sé en cuántas tomas habrán hecho la pelea (o el entrenamiento), pero ciertamente se ve entero.
¿Es un churro? Indudablemente. Ni siquiera vayan a pensar por un momento que no: es un churro hecho y derecho. Pero es un churro muy bien hecho, y que lleva en él un cariño y cuidado muy sinceros. Es un buen fin para la serie… porque por dios espero que a nadie se le vaya a ocurrir jamás hacer otra.
Pero este es un buen fin. Rocky da una última pelea y muestra que el dicho de que “más sabe el diablo por viejo” tiene mucho de cierto, y cierran de forma mucho más digna la saga.
Le está yendo bastante bien a la película (más si consideramos que costó relativamente poco), y en general los críticos y los espectadores la están recibiendo cálidamente. Está bien; es una manera decente de despedirnos de Rocky “El Semental Italiano” Balboa.
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