A mediados de julio del año pasado fui y me chuté Twisters.
Hace casi treinta años fui al cine a ver Diabolique, con una muchacha de la que estaba perdidamente enamorado y que fue idea de ella ir a ver la película.
No me gustó; pero en los avances que pusieron, estaba el de Twister que, por si no lo sabían, queridos lectores, es legendario no sólo por la vaca voladora, sino porque revolucionó los avances de películas en el cine.
Recuerdo que después de ir a ver Twister, le platiqué todo emocionado a la chava de la que estaba enamorado, comenzando con algo como “¿te acuerdas del avance que pasaron cuando fuimos a ver Diabolique?”
La muchacha me miró con sus enormes y hermosos ojos, poniendo cara de que no tenía ni puta idea de qué carajo estaba yo hablando.
Como sea; Twister fue de los blockbusters que vi en mi adolescencia/joven adultez, y la recuerdo con bastante cariño; sale hermosísima Helen Hunt; está Bill Paxton a quien yo siempre aprecié mucho; y por supuesto fue de las primeras películas donde salió Philip Seymour Hoffman.
Cuando me enteré de que harían la secuela me dije a mí mismo: “mí mismo, hay que ir a verla”, cosa que procedí a hacer.
Twisters no es una mala película; pero creo que hubiera sido mejor que fuera mala. Lo grave que tiene es que es intrascendente.
Daisy Edgar-Jones está chula, pero no le llega a los talones a la presencia que tenía Helen Hunt. Glen Powell me cae muy bien y aquí sale como siempre guapísimo y haciéndola de frat boy dude bro (porque él mismo es un frat boy dude bro), versión redneck; pero también como siempre siendo increíblemente simpático y además teniendo un título de meteorología. Y Anthony Ramos aparece como la más patética tercera rueda de un triángulo amoroso que yo jamás haya visto.
El churro es, como les digo, intrascendente; pero yo en lo particular le hubiera perdonado casi todo si hubiera hecho las siguientes dos cosas: una, cuando Kate agarra su balón y se va a casa de su mamá porque ya no quiere jugar, me parece todo mundo esperábamos que resultara que su mamá era Helen Hunt y que era la hija de Jo y Bill. No tengo idea de por qué no hicieron eso; me encanta Maura Tierney, pero no tiene nada qué ver con la franquicia. Dos, que al final se dejaran de hacerle a la mamada, y que Kate y Tyler se besaran; voy a creer.
La primera película fue revolucionaria en los efectos que utilizaron, el elenco que tenía y la mercadotecnia que usaron para promocionarla. Esta secuela con esfuerzos recuperará lo que costó hacerla y la verdad no creo que le haga muchos favores a ninguna de las carreras de las personas involucradas con hacerla.
Así que no la recomiendo, realmente; pero la pueden ver en Max, si no tienen nada mejor qué hacer.
