K-On!

Otro animé que vi, y del que no he terminado la segunda temporada (así que técnicamente sigo viéndolo), es K-On!.

K-On!

K-On!

K-On! es especial en mi lista de animé, porque es de un género al que se le conoce como slice of life. Esa es una forma rebuscada de decir que realmente la serie no trata de nada en específico.

Nominalmente, K-On! es acerca de unas chavitas en secundaria que forman una banda de Pop-Rock (o sea, Pop). En realidad, K-On! es acerca de cinco chavitas, y las cosas completamente normales que les ocurren mientras forman una banda de Pop-Rock (o sea, Pop).

Dejen hago énfasis en esto; no hay romance, no hay acción, para motivos prácticos no hay drama, y nada más de estar enumerando todas estas características me pregunto, una vez más, cómo pude echarme toda una temporada de un animé donde no pasa absolutamente nada nunca.

El programa está divertido, las protagonistas son agradables (la maestra asesora del grupo, una rockera de corazón enclosetada, es cagadísima), y el arte es más que pasable. Únicamente no pasa nada. Nunca.

Eso sí, tiene bastante J-Pop que, no me avergüenza admitirlo, disfruto bastante. Pero no creo que justifique ver la serie.

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Ciudades de Papel

Hace más de dos semanas fui a ver Paper Towns, en gran medida por Cara Delevingne. La inglesita interpreta a uno de los muchos locutores que existen en las estaciones de radio ficticias en Gran Theft Auto V, y a mí me parece encantadora ahí, nada más por su voz. Además va a aparecer en Suicide Squad, como Enchantress.

Total que hubiera pedido mi dinero, porque aperece como 20 minutos en total en la película, y hablando con acento gringo. Pero me gustó la película.

Se aplican las de siempre.

Paper Towns

Paper Towns

Quentin ha estado perdidamente enamorado de su vecina Margo desde que ella se mudó cuando era chiquita, pero nunca ocurrió nada entre ellos porque es un tetote. Hasta que una noche Margo entra por su ventana y le pide ayuda para cometer actos ilegales de venganza contra su ex-novio y sus dos mejores amigas porque el primero lo engañaba con una de ellas, y la segunda amiga no le dijo nada.

El tarado muchacho acepta, y comienza a hacerse ilusiones de que esa noche de aventuras abrirá la posibilidad de que algo ocurra entre ellos, pero todo se se va a la basura cuando Margo desaparece de la faz de la tierra.

Junto con sus dos igual de tetos amigos, Quentin comienza a descifrar el misterio de dónde fue Margo, y al poco rato se les une la segunda amiga, la que se supone no le dijo nada del novio infiel, porque dice que nunca supo nada. Todos terminan yendo en la camioneta de Quentin de Orlando a Nueva York (el estado, no la ciudad), siguiendo las pistas que el muchacho ha ido descifrando.

La película es una recolección de clichés, lugares comunes y viñetas que hemos visto en doscientas películas del estilo; pero funciona en gran medida por varias razones. Nat Wolf, el muchacho que interpreta a Quentin, es genuinamente encantador, a su manera torpe y poco decidida, como buen adolescente. Sus amigos, aunque nerds sin duda alguna, son bastante felices y uno de ellos hasta novia tiene. Y por último, Margo aparece (o se habla de ella) durante toda la película como si fuera un ser celestial sin ninguna imperfección, y al final se revela como una muchacha insegura que realmente no sabe qué hacer con su vida.

Pero más importante que todo eso, el viaje que “Q” hace con sus amiguitos lo que consigue es conectarlo con ellos, que eran con los que realmente tenía una relación sana y tangible. Margo termina al final siendo un pretexto. Y por supuesto no termina con Margo; porque era un espejismo lo que siempre vio en ella.

Aunque debió ser muy satisfactorio el besote que le pega antes de despedirse.

Paper Towns no es original; pero está bien hecha, muy bien actuada, con personajes adolescentes que se siente reales, no caricaturas, y la historia es satisfactoria y bonita.

Dicho todo lo anterior, véanla en Blu-ray; no tiene caso irla a ver al cine. Que de cualquier forma creo que ya la quitaron.

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Fantastic Four

El domingo pasado fui a ver Fantastic Four.

¿Por qué hice eso? No lo sé, pero es de las peores decisiones que he tomado he mi vida. Voy a ponerme medieval con los spoilers, pero no importa porque no deben ver esta película bajo ninguna circunstancia.

Fantastic Four

Fantastic Four

Los que hemos leído cómics toda la vida sabemos que existe una regla básica de los negocios relacionados con dichos cómics: cada personaje pertenece a un universo. En otras palabras, Superman y Batman viven en el mismo universo, Thor y Iron Man viven en el mismo universo, etc.

Y el universo de Spider-Man, los Cuatro Fantásticos, los Vengadores y los X-Men es el mismo: el universo Marvel.

¿Por qué no ha habido una película de los Vengadores donde salga Spider-Man, o una de los X-Men donde aparezcan los Cuatro Fantásticos? Esto no sólo es el fanboi dentro de mí hablando; Spider-Man es de hecho miembro de los Vengadores en los cómics (o lo ha sido), y el hijo de Reed Richards y Susan Storm (Franklin Richards) es mutante, y en toda historia de posibles futuros se da por hecho que será parte de los X-Men.

La respuesta es que los derechos de las películas de Spider-Man, los X-Men y los Cuatro Fantásticos pertenecen a compañías distintas. Los Vengadores (y todos los superhéroes involucrados) son de Marvel; pero recuerden que no había una compañía cinematográfica de Marvel hace unos cuantos años.

Justo lo que pasó es que durante décadas Marvel vendió los derechos cinematográficos de distintos personajes a diferentes compañías, y en general dichas compañías estuvieron produciendo basura durante todas esas décadas, hasta que a inicios de este siglo Sony por fin produjo una película de Spider-Man decente, que fue lo que detonó esta etapa de oro del cine de superhéroes que por fin está entrando a su crepúsculo.

Fascinante; ¿qué tiene que ver todo este chisme narco-empresarial con Fantastic Four? Tiene que ver todo. Los derechos que 20th Century Fox tiene sobre las películas de los FF expiran si una nueva película no es estrenada cada cierto tiempo; así que después del desastre que fue Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer (que en comparación con esta nueva parece una joya de la cinematografía mundial), a Fox se le hizo bolas el engrudo para iniciar la producción de una nueva película, y cuando se fijaron se dieron cuenta de que tenían que sacarla ya o perdían los derechos.

Y básicamente eso es lo que le pasó a la película; una producción apresurada y errada, que por cierto, es lo mismo que le pasó a Amazing Spider-Man 2. Pero mientras Sony miró el error de sus caminos y decidió “devolverle” Spider-Man a Marvel (lo que permitirá que aparezca en la próxima película de los Vengadores), dudo que Fox haya aprendido la lección.

Fantastic Four es un sangriento accidente de trenes. Pero mientras Amazing Spider-Man 2 a mí me tuvo entretenido, esta nueva película del cuarteto de superhéroes comete el peor pecado que puede haber en una película de este estilo. Es insufriblemente aburrida.

Y eso que el elenco es espectacular: Miles Teller es un extraordinario actor, y me parece que pudo haber interpretado al mejor Reed Richards hasta la fecha; Kate Mara me parece bellísima y descaradamente inteligente, además de súper sexy, y me hubiera gustado verla de Susan Richards en una buena película; Jamie Bell probablemente sea el más experimentado de los cuatro muchachos, y sus capacidades histriónicas nadie las cuestiona, pero es pésima elección para Ben Grimm; y por último, Michael B. Jordan sólo lo había en Chronicle y That Awkward Moment, pero se me hace guapísimo y muy buen actor.

Las actuaciones de estos sin duda alguna talentosos muchachos son tan aburridas que dan ganas de llorar. Pareciera que sólo leyeron el guión en voz alta, sin darle ninguna emoción a ninguna de sus líneas. Miles Teller, que suele ser muy rápido al hablar y muy intenso físicamente, aquí parece que le está dando un aneurisma todo el tiempo.

El director es Josh Trank, que dirigió Chronicle (véanla, es de las mejores películas de superhéroes de este siglo, lo que quiere decir de toda la historia), pero las peleas que tuvo con el estudio son ya ahora motivo de leyenda; él mismo es el primero en decir que no le gustó la película.

La historia es opaca y no hace mucho sentido; el villano es una mala caricatura; y esta película tiene el descaro de tener dos escenas de acción en total. Cuando la película terminó yo literalmente me dije en voz alta what the fuck?!, porque no podría creer que eso fuera todo.

Mucho talento criminalmente tirado a la basura; el peor estreno de películas de superhéroes en todos los tiempos, y las peores reseñas de la crítica.

Ni siquiera voy a intentar empujar mi teoría de que el cine de superhéroes está entrando en un declive usando esta película como ejemplo; es sin duda alguna un espécimen aparte, porque nadie ha hecho nada tan malo en mucho tiempo.

Evítenla como la peste.

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Misión Imposible: Nación Secreta

El domingo pasado fui a ver Mission: Impossible – Rogue Nation, porque por qué no.

Se aplican las de siempre.

Mission: Impossible - Rogue Nation

Mission: Impossible – Rogue Nation

Desde mi punto de vista, ésta es la mejor película de misión imposible que ha hecho Tom Cruise, con la única posible excepción de la primera.

Está muy divertida, muy bien hecha, con un montón de acción, y con la mejor protagonista que ha tenido la serie. Rebecca Ferguson interpreta a Ilsa Faust, una agente británica, y se roba toda la película. Además de ser hermosísima (y no tener cuerpo de ranita escuálida, sino de mujer como Marx manda), da de patadas igual o mejor que Ethan Hunt (él nunca la salva en la película; ella de hecho lo hace varias veces), y como muy buen detalle es suficientemente inteligente como para quitarse los zapatos de tacón antes de ponerse a dar de patadas.

Lo único que no me gustó de la película es que la historia es medio idiota, pero eso es tiro por viaje con MI; y que el villano es bastante meh. Pero cualquier problema que pudiera haber tenido la película, sería perdonable nada más por la espectacular persecusión en motocicletas que ocurre a la mitad de la misma. Hace parecer que en la escena de la autopista en Matrix: Revolutions, los personajes andaban en triciclos.

De verdad no hay mucho que reclamarle a la película. Es un perfecto ejemplo de churrito de acción para el verano.

Altamente recomendable.

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Ant-Man

El viernes fui a ver Ant-Man. Se aplican las de siempre.

Ant-Man

Ant-Man

Ant-Man debe ser de los superhéroes con los poderes más estúpidos que puedan existir. El equivalente de DC Comics (Atom) se las ingeniaba para hacer algunas cosas medianamente interesantes, pero Hank Pym en Marvel siempre fue más bien una broma. Me declaro lo suficientemente viejo como para que ya no haya leído ningún cómic de Marvel con Scott Lang como Ant-Man, pero la verdad el poder de “hacerse chiquito” nunca me ha parecido muy interesante.

Dando eso como antecendente, creo que Ant-Man es tan buena como era humanamente posible esperar, en gran medida por el espectacular elenco. Paul Rudd abraza sus raíces cómicas y las explota en la mejor de las maneras en esta película interpretando a Scott Lang. Jamás me voy a tragar que Paul Rudd sea un superhéroe; pero de entrada no puedo tragar que “hacerme tan pequeño que me puede aplastar un niño” sea un superpoder, entonces está bien. La hermosísima Evangeline Lilly interpreta a la hija de Hank Pym y su esposa, Janet van Dyne, Hope, además del obvio interés romántico de Lang. Es un papel más bien pequeño, especialmente porque no hay realmente romance, pero lo maneja de manera excelente. Michael Douglas aparece rejuvenecido al inicio de la película (muy buen efecto especial, por cierto), y después como viejito cascarrabias todo el resto del tiempo. Le queda bien el papel al anciano, y se ve que se divirtió como enano. Por cierto, al inicio también aparecen John Slattery y Hayley Atwell volviéndola a hacer de Howard Stark y Peggy Carter; no es muy trascendente para el resto de la película, pero están simpáticos los cameos. Corey Stoll me gustó mucho como villano; lo he visto en dos o tres películas, y en general me está gustando como actor.

Pero el que casi se roba la película (y de hecho no lo hace nada más por falta de escenas), es Michael Peña como Luis, el antiguo compañero de celda de Lang. Es extraordinario el mexicano haciéndola de mexicano, y siendo entreñablemente simpático en su papel de patiño.

Me gustó mucho la película… y sin embargo reafirma todo lo que he venido diciendo del ocaso en el que está entrando el universo cinematográfico de Marvel. La película es de verdad tan buena como pudo haberse esperado de una premisa tan estúpida, y es el segundo estreno más pobre de Marvel después de alguna de las de Hulk (escojan ustedes; todas son terribles).

Lo que sí es que después del trailer que presentaron los de DC en la Comic Con, estoy sintiendo más optimista respecto a Batman v Superman. En una de esas y terminan recogiendo la estafeta de Marvel.

Como sea; está simpática la película, pero se centra en un héroe que casi nadie conoce fuera de los fans de cómics, que tiene un poder estúpido, y que en este universo cinematográfico está relacionado apenas con los Avengers, así que no creo que le vaya tan bien como le ha ido a las demás películas. Sí le va a ir bien (como dije antes, es una campana, no un crash), pero ya cruzamos el cénit con Marvel. Espero que haya uno para DC.

De cualquier forma, vayan y véanla; aunque honestamente no se perderán nada que no hayan visto en otras películas de Marvel si no lo hacen.

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Terminator: Génesis

El domingo pasado fui a ver Terminator: Genisys en preestreno. Estábamos yo y otros tres güeyes en el cine.

Se aplican las de siempre.

Terminator: Genisys

Terminator: Genisys

Terminator, la primera película de esta saga, salió cuando yo tenía 7 años. La vi hasta que estuve en secundaria, y siempre me ha gustado mucho. No sé si considere a T2 (la segunda entrega) mejor o peor, porque hace mucho que no las veo, pero sin duda alguna a ambas las considero muy buenas películas de ciencia ficción y acción.

Lo que ocurrió después con la saga fue extraño, por decir lo menos. Terminator 3: Rise of the Machines es sin duda alguna mala, pero está suficientemente divertida como para que muchos la perdonáramos. En cambio Terminator Salvation por poco manda la serie directamente a la basura.

En medio, la serie de televisión Terminator: The Sarah Connor Chronicles fue sorprendentemente divertida, si bien trágicamente corta.

Como sea: soy fan de la serie, nada más no muy clavado. Espero que las películas de Terminator que me diviertan, no que cumplan un particular nivel de calidad. Mi reseña se basa en que yo siempre he considerado estos como los puntos más importantes de la saga:

  1. El personaje principal es Sarah Connor.
  2. La historia es, antes que nada, la historia del romance entre Sarah Connor y Kyle Reese.
  3. John Connor is a whinny little bitch.

La columna vertebral de la quinta película se basa en el hecho de que después de todo lo que ha pasado en las películas anteriores, la serie de televisión, y los cómics (y por supuesto los estoy incluyendo), las líneas temporales se han enredado tanto que ya no es posible determinar exactamente qué pasado, presente y/o futuro es seguro. Lo único de lo que se tiene certeza es de que Skynet siempre trata de matar a Sarah y John en el pasado, y siempre falla.

La película se basa mucho en la original de 1984, rehaciendo algunas escenas casi cuadro por cuadro. La diferencia es que cuando Kyle llega, el T-1000 (interpretado espectacularmente por Lee Byung-hun) lo está esperando, y es salvado por Sarah Connor y un T-800 modelo 101, que la ha protegido desde que es una niña.

No voy a entrar mucho en el desmadre de los viajes en el tiempo; sólo sí quiero dejar claro que yo no tengo ningún problema con las explicaciones ofrecidas (muchas de ellas por el gobernator en persona), y que me parecen una salida satisfactoria. No es la historia mejor contada ni mejor armada del mundo, y al igual que con todas las películas de Terminator no es terriblemente profunda; pero a mí me pareció divertida y suficientemente bien contada.

En lo que quiero entrar es en los personajes; que después de todos los desmadres que han ocurrido con las distintas líneas temporales antes mencionadas, son lo único que tenemos realmente como ancla en esta serpentina historia.

Primero que nada, Schwarzenegger a sus 478 años es encantador como el viejo, pero no obsoleto, Terminator. Resulta tan entrañable el viejito en el papel que lo llevó a la fama que es casi imposible no sentir cariño por él, y por la perseverancia de seguir interpretando un personaje que sencillamente nadie podrá interpretar mejor jamás en toda la historia del mundo mundial. Se roba la película en todas las escenas donde sale, que realmente no son tantas.

En segundo lugar, Emilia Khaleesi Clarke me encantó como Sarah Connor. He leído de mucha gente decepcionada de su actuación; mi opinión más sobria y mesurada al respecto es que están todos bien pendejos. Sí, no es Linda Hamilton en T2; pero no se supone que lo sea; aunque sí fue educada y preparada por el T-800 Pops, sigue siendo básicamente una niña, de la edad de Linda Hamilton en Terminator original. Cuando le sala la vida a Reese y abre la puerta de su camión blindado para decir Come with me if you want to live!, y después procede a disparar su pistola para rematar con Now, soldier!, yo me vine un poquito.

Me encanto la Clarke en el papel de Sarah Connor, y me pareció salvajemente hermosa; mucho más de lo que jamás me ha parecido en Game of Thrones. Será que le queda mejor ser morena.

En tercer lugar, Jai Courtney me pareció bastante bien como Kyle Reese. De nuevo, por supuesto que no es Michael Biehn; nadie podrá ser jamás Kyle Reese como lo fue Michael Biehn. Pero Courtney hace un papel más que decente, y me gustó mucho cómo interpreta el romance con una Sarah Connor que realmente no lo necesita (más que como donador de esperma), y como en esta versión es él el que tiene que estar pidiendo que, por favor, le expliquen qué rayos está pasando.

Por último, se me hizo fabuloso Jason Clarke como John whinny little bitch Connor, y me pareció una idea muy original que Skynet llegue a la conclusión de que no puede matarlo, y que entonces debe reclutarlo.

Me gustaron mucho los personajes, y la escena donde por primera vez en la historia aparecen Sarah, Kyle y John juntos me pareció por mucho de las mejores y más divertidas no sólo de esta película, sino de toda la saga.

Agréguenle a esto que la acción es espectacular y muy bien hecha, y yo salí encantado del cine. De hecho, y creo que es la mejor alabanza que puedo darle a la película, salí como cuando tenía unos doce años y por fin vi Terminator en una cinta VHS con casi toda certeza pirata.

Y entonces llegué a mi casa para leer a un montón de gente que se queja de la película.

Ni siquiera voy a tratar de argumentar porque sinceramente creo que toda esa gente sencillamente está equivocada; sólo vayan y vean Terminator: Genisys. No es tan buena como Terminator o T2, pero me parece que sí es mejor que la tercera, y sin duda alguna mucho mejor que la cuarta. Vayan y véanla; denle una oportunidad a los nuevos actores jóvenes, y por encima de todo disfrútenla por el sincero cariño que le tiene a las raíces de la serie.

Creo que con eso podrán encontrarla mucho más que satisfactoria.

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Porque aún estás aquí

Todavía no era hora de levantarse.

Eduardo giró a su izquierda y abrazó el cálido cuerpo de Amanda. Hundió la nariz en su cabello y aspiró el aroma que tanta paz le brindaba, mientras sentía como los dos cuerpos se acomodaban plácidamente para dormir.


“Te digo que es perfectamente legal”, le dijo Roberto, mientras Eduardo giraba la llave del cubículo y lo seguía en el pasillo. “Los estudiantes tienen prohibido consumir alcohol en el campus, pero los profesores no.”

“Eso no tendría sentido, ¿entonces los profesores podemos emborracharnos en nuestros cubículos así nada más?”

“No estoy diciendo que esté bien, estoy diciendo que es legal.”

Eduardo se detuvo a la mitad del pasillo. Algo estaba mal; éste era el departamento de Historia, no el de Letras. Su cubículo no estaba aquí; ¿cómo podía haber cerrado un cubículo de Historia?

Regresó el corto camino que había cubierto, y notó que el cubículo que había cerrado había desaparecido. ¿Estaba seguro de haber cerrado alguna puerta? Tardó en notar al estudiante detrás de él, hablándole.

“Profesor…”

Eduardo giró y se le helaron las entrañas. El muchacho extendía su brazo hacia él, pero en lugar de una mano, era un muñón ensangrentado, con un pedazo de hueso incongruentemente blanco que salía de la herida por varios centímetros, y decenas de moscas volando alrededor del mismo. Moscas negras, grandes, zumbantes, que se lanzaron al unísono a la cara de Eduardo.

Eduardo despertó de golpe, sintiendo su corazón palpitar, un grito atorado en su garganta. Miró el reloj en su buró.

Era hora de levantarse.


“Sigo teniendo pesadillas” le dijo Eduardo al terapeuta. “Todavía relacionadas con insectos.”

El terapeuta levantó una ceja, como invitándolo a continuar.

“Estaba en la universidad, con un compañero, y de repente un estudiante me llamó. Tenía la mano amputada brutalmente, como si acabara de haber sufrido un accidente; pero la herida era revoloteada por muchas moscas, que se lanzaron a mi cara en cuanto las noté. ¿Qué cree que signifique?”

Una ligera inclinación de cabeza fue la única respuesta del terapeuta. Como si le regresara la pregunta.

“No sé” continuó Eduardo. “¿Me preocupan los estudiantes?”


Amanda y Eduardo estaban sentados frente a la televisión, abrazándose. Sin percatarse de que lo estaba haciendo, Amanda se quitó los calcetines y los metió entre los cojines del sofá. Eduardo detestaba que hiciera eso, pero al ver sus piecitos sintió un oleada de cariño por ella tan abrumadora, que sólo la abrazó más fuerte y la besó en la cabeza.


Eduardo bajó la velocidad de su carro frente al semáforo en rojo. Varios peatones comenzaron a cruzar su campo de visión, y por el rabillo del ojo alcanzó a ver en el retrovisor un carro a su izquierda que no parecía que quisiera (o pudiera) frenar.

El carro se detuvo en seco justo enfrente de un peatón, que le dio un golpe en el cofre. Eduardo frunció el ceño. Algo estaba mal; ¿de dónde venía ese zumbido?

El enjambre de abejas dentro del carro creció exponencialmente. Las podía sentir en sus brazos, en su cuello, en su cara. Podía sentir cómo se metían en su cabello, en sus orejas y en su nariz, y cuando abrió la boca para gritar horrorizado, pudo sentir como volaban dentro de su garganta.

Eduardo despertó tosiendo, sintiendo todavía que se ahogaba. Miró el reloj en su buró.

Era hora de levantarse.


“Ahora un enjambre de abejas me sofocó dentro de mi carro”, le relató Eduardo al terapeuta, que procedió a reclinarse en su asiento juntando las puntas de los dedos, como invitándolo a elaborar.

“Siempre son insectos. Siempre me despierto de un sobresalto. Siempre es justo a la hora en que tengo que levantarme.”

El terapeuta lo miró fijamente a los ojos, sin decir nada.

“¿No debería decirme algo además de escucharme?”

El terapeuta asintió lentamente.


Amanda estaba lavando los trastes. Tenía puestos unos pants holgados que solía utilizar de piyama. Eduardo se acercó por detrás y comenzó a besarle la espalda y el cuello. Se fue inclinando mientras le besaba la espalda, hasta que estuvo de rodillas detrás de ella y le empezó a bajar el pants y los diminutos calzoncillos.

Eduardo hizo que Amanda se diera la media vuelta y comenzó a lamerla, dejando que el olor y el sabor de ella envolvieran todos sus sentidos. Amanda empezó a reír entre los gemidos.


Eduardo le estaba dando la espalda al terapeuta. Se sentía realmente molesto.

“¿Sabe qué, doc?” le preguntó, “no me gusta cómo está funcionando esto. No me está ayudando para nada a resolver mi problema de no poder dormir.”

“Eduardo, tu problema no es que no puedas dormir”, dijo el terapeuta con una voz imposiblemente seductora.

Eduardo sintió que los vellos detrás del cuello se le ponían de punta. Algo estaba mal; el terapeuta nunca hablaba.

Dio la media vuelta muy despacio, sintiendo un hueco en el estómago que crecía hasta cubrir todo su ser. El terapeuta tenía la sonrisa más encantadora que pudiera existir, y lo miraba con los ojos compuestos de una mosca, de color rojo brillante. Su postura era relajada, su sonrisa irresistible. Pero sus ojos le helaron la sangre a Eduardo. Vio maldad en ellos, peligro. Sintió el peso de la realidad inescapable de que algun día moriría.

“Eso sólo es un síntoma del problema real” continuó el terapeuta.

Eduardo despertó, sintiendo el sudor frío que cubría su cuerpo. Miró el reloj en su buró.

Era hora de levantarse.


Eduardo abrió los ojos y miró el techo. Estaba cubierto de cientos de mosquitos, de miles. Cerró los ojos con fuerzas. Estoy en un sueño, pensó.

Al abrir los ojos de nuevo, los moscos habían desaparecido. Sintió sus músculos relajarse, y oyó un suspiro de alivió de Amanda a su lado.

“Eran muchísimos moscos”, dijo ella.

“Lo sé”, contestó él.

“¿Qué es eso?”

Eduardo siguión con su mirada la de ella. Un mosco del tamaño de su puño estaba en la pared. Su cuerpo tenía una joya verde brillante que ocupaba casi todo su torso. No se movía, no hacía ningún sonido, pero Eduardo sintió el peligro al verlo.

“No sé, pero si nos movemos bruscamente volará hacia nosotros.”

“¿Qué hacemos?”

“Creo que si me muevo muy despacio a lo mejor puedo ir a la cocina por un vaso para atraparlo”.

Eduardo miró de nuevo a Amanda, y sintió como el alma se le caía a los pies.

“Esto es un sueño”, le dijo.

“¿Cómo sabes?”, le preguntó ella.

“Porque aún estás aquí”.

Eduardo abrió los ojos, y miró el otro lado de la cama, vacío como siempre desde aquel fatídico día. Como había ocurrido casi diario desde que Amanda ya no estaba, Eduardo empezó a llorar sin poder evitarlo, sintiendo de nuevo como si fuera la primera vez el dolor, la soledad, la desesperanza, el miedo.

Como todos los días, su reloj comenzó a sonar.

Era hora de levantarse.

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Intensa-mente

El fin de semana pasado fui a ver Inside Out.

Se aplican ya saben.

Inside Out

Inside Out

Juan me preguntó unos días antes si no se me antojaba verla, y le dije que no. No por la película, sino porque estoy hasta la madre de que todas las películas para “niños” las estén doblando. No importa qué tan bueno sea el doblaje, prefiero siempre ver las películas en su idioma original.

Y entonces vi el fin de semana pasado que Inside Out estaba subtitulada en Perisur, y ahí es que la vi. Por cierto, antes de empezar con la película misma, nada más por ver el corto Lava valió la pena el viaje al cine, y me da mucho gusto haberlo visto (repitió Canek, ligeramente molesto) en su idioma original. Pueden ver un pedacito del corto en el tubo.

Inside Out es tal vez el proyecto más ambiciosos desde el punto de vista conceptual que Pixar haya intentado. Tratar de describir emociones es terriblemente complicado; hacer una película donde dichas emociones son los personajes de la misma es altamente arriesgado, y me parece que hay que encomendar a Pixar por haberlo intentado, incluso si el resultado hubiera sido un fracaso.

Por suerte, el resultado no es un fracaso. Tampoco es todo lo que pudo ser, pero en general me parece que es una de las mejores películas de Pixar. Aunque Wall•E me sigue pareciendo mejor; y por cierto, en algunas cosas es más efectiva para representar emociones que Inside Out.

La premisa de la película es que todos los seres humanos somos controlados por un comité de cinco emociones básicas: Alegría, Tristeza, Enojo, Miedo y Desagrado, y que se van turnando para tomar el “control” de una persona de acuerdo a las circunstancias que la rodean. Una vez que un episodio ocurre dominado por una de las cinco emociones, se produce una memoria codificada con el color de la emoción dominante, y hay memorias centrales (core memories) que de hecho son las que terminan definiendo a la persona misma.

La historia sigue a Riley, una gringa que como es blanca y sus papás sí la quieren y le hacen caso, pues casi todas sus memorias son felices (dominadas por Alegría), y que de hecho todas sus memorias centrales son así. Esto hasta que se mudan de Bumbelch, Nebrahoma (que por ser su pueblo natal Riley asocia con todo lo que es felicidad en el mundo) a San Francisco, California, y pues la pobre niña provinciana tiene hartos problemas para lidiar con la que será su nueva vida.

En medio de todo el pandemonio asociado con la mudanza, Alegría hace su mejor esfuerzo por conducir a Riley alegre y con chispa, pero eventualmente todo confluye en un primer día traumático en su nueva escuela, lo que genera una memoria central dominada por Tristeza, y Alegría en su afán de impedir que la personalidad de Riley incluya una memoria triste (o, más egoístamente, una memoria no dominada por ella), trata de evitar que la memoria central vaya a donde deba ir, y pues ella y Tristeza terminan en la zona de almacenamiento a largo plazo con todas las memorias centrales de Riley. Las dos emociones deben tratar de regresar al cuartel central antes de que Riley haga algo irreparable al no contar con sus dos emociones más importantes, y las memorias centrales que la definen.

La película es antes que nada muy original e hilarantemente divertida todo el tiempo. Eso está bien, y es consistente con lo que Pixar ha hecho antes; pero además de todo es una película que trata de lidiar con temas muy difíciles y conceptualmente muy profundos. Cosas como miedos subconscientes, el pensamiento abstracto, por qué lo que creemos lo confundimos con hechos, etc., son presentados de manera muy divertida y, dentro de lo que cabe en una historia con emociones antropomorfas, creíble.

Amy Poehler y Phyllis Smith son extraordinarias como Alegría y Tristeza; particularmente la segunda, que con su voz apagada y monótona suena exactamente como la tristeza encarnada debe sonar.

Pero lo que más me gustó de la película, es el mensaje final de que estar triste está bien. Que es lo normal en muchas circunstancias, y que sí, los episodios tristes de nuestra vida son sin duda alguna parte de aquellos que terminan definiéndonos como personas. Que es parte de crecer, como lo es olvidar para siempre a amigos imaginarios.

También me gustó mucho que Riley es un personaje femenino (güera, porque de esos hacen falta, pero bueno), y juega hockey, no está interesada en princesas o cosas de color rosa, y que a pesar de que tiene 11 años, no está obsesionada con chicos ni cuándo tendrá su primer novio. Tiene un novio imaginario canadiense, pero se usa eso básicamente como una de las múltiples bromas de la película.

No sé qué tanto entiendan los niños menores de 10 años de la película, pero tampoco creo que importe mucho. Los chistes son suficientes como para tener entretenidos a los más pequeños, y yo esperaría que los demás al menos alcanzaran a medio entender las ideas centrales de la historia. Pero definitivamente es de las películas de Pixar más enfocadas para adultos que han hecho.

Así que váyanla y véanla, en el cine de preferencia. Y si les interesa mi opinión particular, véanla subtitulada, porque las actuaciones en inglés son fenomenales.

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Hyouka

Después de ver Accel World, vi Hyouka.

Hyouka

Hyouka

Les voy a ser sincero; no recuerdo mucho de esta serie. Supuestamente es acerca de Hotaro que se une al club de literatura, y sus compañeros en el mismo: Eru, Satoshi y Mayaka.

Together, they fight crime! Bueno, no realmente; pero resulven misterios idiotas. Y no estoy exagerando; son realmente idiotas e intrascendentes, con la única posible excepción siendo el titular Hyuoka, cuya mejor traducción sería Icecream.

No, a quién engaño; también es un misterio idiota.

Terminé la serie porque realmente los misterios idiotas no importan demasiado; lo que importa es el tierno y sutil romance entre Hotaru y Eru, y que Eru es de los personajes femeninos más encantadores que he visto en un animé; y sin tener la agresividad de Akane Tendo o Haruhi Suzumiya. Es, de hecho, como una versión unos pocos años mayor de Sakura Kinomoto. Y un mucho más torpe.

Eru Chitanda

Eru Chitanda

Ahora bien, si dicho romance hubiera cuajado propiamente durante los interminables 22 capítulos de la serie, yo hubiera terminado encantado con la misma. En lugar de eso, la serie únicamente intuye lo que sienten los dos muchachos, y no resuelve su relación de ninguna manera, dejen ustedes de manera satisfactoria.

Dicho sea eso, la animación es espectacular (especialmente los diseños de personajes), y es moderadamente divertida, si bien los interminables dramas entre las dos parejas a veces sí se vuelven un poco medio de hueva.

Así que no la recomiendo exactamente, pero tampoco les diría que no la vieran. Sólo a mí sí me dejó más o menos insatisfecho.

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Jurassic World

En la semana fui a ver Jurassic World, porque al parecer todo mundo lo está haciendo.

Se aplican las de siempre.

Jurassic World

Jurassic World

A mí nunca me obsesionaron los dinosaurios. Ese sería mi hermano; yo, como buen hermano menor, le habré seguido la corriente varias veces, pero realmente los lagartos (ahora pájaros, al parecer) enormes nunca me causaron mucho interés.

Vi la primera película de esta saga hace más de veinte años, y recuerdo haber pensado “meh, está entretenida”. Las siguientes dos secuelas ni siquiera las tengo registradas; de la segunda recuerdo que salía de nuevo Jeff Goldblum y en la tercera Sam Neil. Básicamente es todo lo que recuerdo de ellas.

Así que fui a ver esta nueva entrega únicamente porque, repito, todo mundo al parecer lo está haciendo.

No salí realmente decepcionado, pero creo que desde cualquier perspectiva que se le mire, Jurassic World es una película mediocre, en el mejor de los casos, y sencillamente mala en el peor. No terriblemente mala, eso sí.

Chris Pratt y Bryce Dallas Howard los dos me encantan, pero están muy mal utilizados en esta película. Pratt es encantador justamente cuando la hace de héroe ligeramente atolondrado; aquí le quitan eso, poniéndolo más bien serio, y sencillamente pierde mucho de su encanto. Y Dallas Howard interpreta el estereotipo imbécil de que una mujer existosa tiene que ser estirada y controladora. Aunque admiro mucho el sinsentido de la película de tenerla corriendo todo el puto tiempo con stilettos.

Los niños son execrables y merecían ser asesinados por los dinosaurios a los cinco minutos.

La historita es la misma mamada de siempre con estas películas; las cosas se salen de control y los dinosarios se comen gente, con la única novedad de que hay un nuevo dinosaurio. Ah, y le meten con calzador un romance entre Chris Pratt y Bryce Dallas Howard, que incluso yo que me encanta el romance me pareció gratuito e innecesario.

Y ya; esa es toda la película. Tiene dos o tres escenas que sí son espectaculares al momento de mostrarnos dinosaurios (casi seguramente como no lo eran), y un par (literalmente) de chistes efectivos; fuera de eso, es realmente aburrida. Los efectos especiales que hace veinte años eran innovadores, ahora los utilizan en los comerciales de pan Bimbo. Es la norma, ya no impresionan a nadie.

Y sin embargo, esta mediocre película ganó en una semana el doble de dinero que Mad Max Fury Road ha ganado en cinco. Yo lo culpo en la gente que, como mi hermano, sencillamente ha estado enamorada de los lagartotes (más bien pájaros) gigantes desde siempre. No le veo sentido de otra forma.

No me arrepiento de haber visto la película en el cine; creo que vale la pena hacerlo. Sólo sí creo que no tiene nada de espectacular.

A menos que estén enamorados de los enormes ancestros de los pollitos.

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Tomorrowland

El fin de semana fui a ver Tomorrowland, porque George Clooney.

Se aplican las de siempre.

Tomorrowland

Tomorrowland

Tomorrowland es un cuento de hadas. La han estado tratando de vender como una película de “ciencia” ficción, pero que no los engañen; como buen producto de Disney, es realmente un cuento de hadas.

La historia sigue a Casey Newton, una adolescente “demasiado lista para su propio bien”, que le dan la pista para ir al famoso mundo del mañana; un refugio y/o zona segura para que las “mentes más brillantes” del mundo pudieran trabajar sin los estorbos de los “gobiernos” o el “dinero”. Para hacerlo la dirigen al cascarrabias Frank Walter, que después de mucho hacerse del rogar la lleva al titular mundo mañanero, donde descubre que ahí están esperando a que el mundo “normal” termine por una catástrofe no determinada (calentamiento global, guerra nuclear, que gane el América; escojan su opción preferida). Saben que esto va a ocurrir porque tienen un “visor de taquiones” (les dije, “ciencia”) que les permite ver hacia el futuro.

Sólo que Casey tiene la pregunta que al parecer ninguno en el mundo matutino se había hecho; ¿que tal si ver el futuro nos permite cambiarlo? O peor aún, ¿que tal si ver un futuro nos lleva a realizarlo?

La película tiene más hoyos que el queso Gruyère, la “ciencia” de la misma es patética, y la posibilidad de que alguien pudiera construir Tomorrowland niega básicamente la necesidad de construir Tomorrowland; nada más con los avances en generación de energía, inteligencia artificial y robótica que plantea se acabarían como que todos los problemas de los que sufre la humanidad. Todos.

Dicho sea eso, la película a mí me encantó por varias razones. La primera es que es genuinamente optimista, y además argumentando que de hecho es necesario ser optimista para poder mejorar el mundo. Dado que toda mi vida he sido un optimista empedernido, esa parte del mensaje de la película resonó mucho conmigo, si bien hubiera esperado un vehículo más racional y bien justificado para el mismo.

La segunda es que es una película muy divertida, con un humor inteligente y muchas veces basado en argumentaciones lógicas. Incluso cuando gente muere o es gravemente malherida, la película se las ingenia para que esto sea divertido.

La tercera es el elenco. Clooney es Clooney es Clooney, y hubiera podido verla nada más por él; pero en su papel de casi-abuelito cascarrabias es a la vez hilarante y enternecedor, además de que cerca del final el tipo se las ingenia para dar una interpretación espectacular, en una escena trágico-romántica que estoy seguro casi cualquier otro actor en el mundo la hubiera arruinado, conviertiéndola en perturbadora y/o incómoda. Clooney la libera increíblemente.

Britt Robertson es encantadora como la energética, empecinada, inteligente, decidida y muy bonita Casey; por poco se roba la película la niña, y yo ya quiero ver más cosas donde salga ella, porque es de los mejores papeles femeninos-adolescentes que he visto en mucho tiempo, incluyendo a Jennifer Lawrence en los juegos del hambre.

Pero la que me sorprendió totalmente (más aún porque no tenía ni siquiera idea de que aparecía), y que de plano ella sí se roba la película en todas las escenas donde sale, es Raffey Cassidy como Athena. La niña de 12 años interpreta uno de los personajes más divertidos, interesantes, entrañables y trágicos que he visto en mucho tiempo, y quiero ir a ver la película de nuevo en el cine nada más por ella.

Y Hugh Laurie, aunque me parece desperdiciado en la película, da un muy buen villano en los doce segundos en que aparece.

Por último, la cuarta razón por la que la película me gustó es el final, donde el futuro de la humanidad se distribuye no sólo entre científicos, sino también entre artistas, y ecologistas, y músicos, y maestros, y entre gente de todo el mundo. Es predecible y terriblemente barato; pero creo que ser optimista implica ser un poco predecible y barato.

Así que yo sí la recomiendo, mucho. Especialmente para niños, pero creo que todo mundo la puede disfrutar; incluso los pesimistas: las dos niñas principales hacen que esta película se altamente disfrutable, incluso si uno no se traga el cuento de hadas.

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Accel World

Técnicamente terminé de ver Accel World antes de terminar Sword Art Online, pero como empecé a ver primero la segunda, pues de esa escribí primero. Como sea, los dos animés son relativamente similares, y de hecho ocurren en el mismo universo; el autor de los mangas es el mismo, pero las compañías que realizaron los animés son distintas.

Accel World

Accel World

Unas décadas después de los eventos relatados en Sword Art Online, los estorbosos cascos utilizados para la realidad virtual se han reducido a unos cómodos collares, y la mayor parte de la población no sólo los utiliza para realidades virtuales inmersivas; todo mundo anda navegando por la vida con realidad aumentada que se integra de manera perfecta y transparente en el mundo real.

Nada más por la premisa de un mundo tan potencialmente fabuloso vale la pena esta serie.

La serie relata un videojuego clandestino llamado Brain Burst, que es un programa que se instala en el cerebro de los jugadores, y que les permite experimentar la realidad de manera acelerada (de ahí el título). Varias horas dentro del juego se traducen en unos cuantos segundos en la vida real.

El famoso videojuego tiene unas reglas que hacen poco sentido, pero la serie se siente básicamente como un videojuego gracias al mismo, lo cual está divertido. Nadie está nunca en peligro de muerte (al menos no por el juego), pero los personajes están chistosos; el protagonista es un niño chaparro y con sobrepeso, que es “reclutado” para el juego por la muchacha más linda y popular de la escuela, gracias a sus habilidades como jugador de videojuegos “normales”. Es refrescante ver un personaje así, y su relación (que no avanza lo suficiente como para calificarla de romance) con la antes mencionada niña.

Me gustaron los veintitantos capítulos de este animé, y después procedí a básicamente olvidarme de él. No es malo, nada más no es muy trascendente que digamos.

Como sea, sí lo recomiendo; nada más no es nada terriblemente innovador.

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Avengers: Era de Ultrón

El día del estreno fui a ver Avenger:Age of Ultron con mis cuates.

Se aplican las de siempre.

Avengers: Age of Ultron

Avengers: Age of Ultron

Yo tenía muchas ganas de ver esta película, y no me decepcionó en lo más mínimo. Es divertida, con mucha acción, hartas explosiones, y además está muy bien hecha, y competentemente actuada.

La historia no hace demasiado sentido; el inicio parece in media res, sin explicarnos muchas cosas que supongo debieron ocurrir entre la última película del capitán mamérica, la última de Iron Man, y esta nueva película. Fuera de eso, un montón de cosas tampoco hacen mucho sentido (como el romance entre la Viuda Negra y Hulk, o mejor dicho Banner, que aparece medio de repente).

Se siente justamente como se sentían los cómics de un héroe (o equipo de héroes) cuando tenían que estar cuidando la continuidad en “eventos” que afectaban a todo el universo en cuestión. Se siente que la película trata de cuidar o preparar las cosas para las próximas películas del capi, de Thor, y de los mismos Avengers.

No es tan grave; sigue siendo muy divertida y muy entretenida. Nada más por la espectacular pelea entre Hulk y Iron Man en su armadura aumentada valdría la pena la película.

Y sin embargo algo no terminó de gustarme al salir del cine. Tardé varios días en poder determinar qué era; y la respuesta está ligada al hecho de que Avengers: Age of Ultron, por divertida que sea, no es tan satisfactoria como la primera parte.

Creo que, sin darnos cuenta, ya cruzamos el cénit de esta época del cine de superhéroes, y que entre The Avengers y Guardians of the Galaxy ocurrió dicho cénit.

No me parece que vaya a haber un crash del género. Sencillamente será más parecido a una gráfica de la campana; llegamos al punto más alto, y ahora suavemente bajará la satisfacción que generan las películas de superhéroes. Y no porque sean peores, sino porque ya vimos lo que podía soprendernos.

Creo que ya comenzó el decline de ésta época de oro del cine de superhéroes; habrá otras, espero, en el futuro. Y me da mucho coraje que DC no haya podido producir nada decente (sans Batman).

De todas formas, está muy divertida, y les recomiendo que vayan a verla varias veces al cine. Que dada la cantidad absurda de dinero que está ganando, no creo que fuera necesario decirles.

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Tal vez es para siempre

Casi al otro día de ver Feuchtgebiete (o sea, hace casi dos semanas; me debo poner al día o voy a acabar igual de retrasado en mis reseñas que el año pasado), fui a ver Love, Rosie. Esta es la película que realmente quería ver, en gran medida por Lily Collins, a la cual encuentro enloquecedoramente hermosa. No puedo entender como alguien tan feo como Phil Collins pudo tener una hija tan hermosa.

Diría que se aplican las de siempre, pero como los avances cuentan básicamente toda la película, no creo que importe demasiado.

Love, Rosie

Love, Rosie

Rosie y Alex han sido amigos desde que tenían cinco años, y tenían planeado ir al baile de final de la prepa juntos, pero como amigos. Porque así ocurre en estas historias, terminan yendo cada quien con su propia cita, y esto desemboca en que no se declaren el obvio amor que sienten el uno por el otro, y que durante doce años estén separados. Después de esos doce años, por fin se juntan. Fin.

Hemos visto, leído, oído y (en los casos más extremos) vivido esta historia miles de veces. Es de las más viejas que existen; pero hay una razón por la cual seguimos viéndola, leyéndola, oyéndola y (en los casos más extremos) viviéndola una y otra y otra y otra vez. Porque es increíblemente satisfactoria cuando está bien contada.

Generalizando un poco esta idea, todas las comedias románticas de hecho son iguales. El chico conoce a la chica (o, gracias a que vivimos en un mundo más tolerante, un sofonte conoce a otro), se enamoran, ocurren una o más cosas que ponen en peligro su relación, y al final acaban juntos. De hecho, yo estoy dispuesto a llevar esto al extremo, y entonces definir así a las comedias románticas: si no tiene esa estructura la historia, entonces no es una comedia romántica. Puede ser otra cosa (y de hecho, muy probablemente sea mejor desde un punto de vista literario) que una comedia romántica, pero no es una comedia romántica.

Por lo tanto uno no va al cine para saber cómo termina una comedia romántica, porque siempre terminan igual. Uno va a ver el viaje, la progresión de la historia.

Love, Rosie a mí me encantó. Me pareció perfecta en el tipo de película que quiere ser: una comedia romántica acerca de dos muchachos increíblemente torpes para decirse lo que todo el mundo además de ellos ven: que están locos el uno por el otro. Ayuda mucho que en verdad Lily collins es bellísima, encantadora y simpática; y, medio sorprendentemente, resulta que Sam Claflin también es bellísimo, encantador y simpático (especialmente cuando se le atora la lengua, que es casi todo el tiempo).

La película está muy bien hecha, con un soundtrack espectacular y que básicamente fue el de mi vida como adulto relativamente joven, combinado con unas cuantas clásicas para variar el asunto. El elenco actúa perfecto para las circunstancias; no son actuaciones desgarradoras, porque la historia no se presta para eso, pero todos los actores son más que competentes en sus papeles; especialmente los dos protagónicos, mostrando la inseguridad, celos, deseo y felicidad que se causan el uno al otro. La historia, que da un par de saltos para atrás y para adelante, está muy bien contada, y la continuidad de la misma está laboriosamente cuidada (aunque, siendo honesto, no es realmente complicada, así que no debió ser difícil hacerlo).

Y al final del día es una historia bonita, con dos protagonistas guapos y simpáticos que tratan (muy torpemente) de estar juntos, y que al final lo consiguen.

Yo salí encantado del cine, y llegué a mi casa para descubrir, horrorizado, que en Rotten Tomatoes la calificaban con un 21% de aprobación de la crítica. Ahorita ya subió a 26%, aunque (de manera muy interesante) tiene una calificación de 62% por parte de la audiencia. Me dio mucha risa que el consenso de la crítica fuera que, aunque Lily Collins y Sam Claflin son muy agradables y le echan muchas ganas, la historia “tonta y llena de clichés” de la película los hundía.

Como si de verdad hubiera una comedia romántica que no fuera tonta y llena de clichés.

A mi me encantó; tanto que ya la volví a ver en el cine. No es una joya de la cinematografía; pero está entretenida, los dos protagónicos son encantadors y tienen muy buena química, y cumple con lo que deben de cumplir las comedias románticas. Así que yo sí la recomiendo; mucho, de hecho.

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Zonas Húmedas

El fin de semana pasado (no éste que acaba, el anterior) fui a ver Feuchtgebiete. La verdad tenía más ganas de ver otra, pero sabía que ésta no iba a durar mucho en cartelera y sí se me antojaba, así que me metí a verla.

No me arrepiento en lo más mínimo; se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Feuchtgebiete

Feuchtgebiete

Feuchtgebiete es una película difícil de digerir. En la sala donde la fui a ver, varias personas se levantaron y se fueron a menos de 30 minutos de que iniciara la proyección.

Si me preguntaran a mí, yo diría que lo que ocurre es que los mexicanos somos, en gran medida, un pueblo muy limpio. No como muchos europeos (especialmente del norte de Europa), que a veces parece que quisieran poder identificarse mutuamente únicamente a través del sentido del olfato.

Carla Juri interpreta a Helen, una hermosa y perturbadoramente asquerosa alemanita de 18 años, que es inmensamente feliz experimentando con su sexualidad, los fluidos corporales de ella misma y otras personas, y a qué tantos microbios puede exponer a su vagina antes de que se le infecte.

Después de una sesión increíblemente intensa, si bien platónica, con un árabe que la rasura casi por completo, Helen adquiere la costumbre de rasurarse tdo; pero siendo como es, lo hace sin mucho cuidado, lo que causa que rebane su ano poblado de hemorroides mientras se rasura el mismo.

Detesto cuando eso ocurre.

Como suele ocurrir en este tipo de circunstancias, Helen termina en el hospital, donde procede a coquetear con y sacar muchísimo de onda a el guapo enfermero que le toca cuidarla.

No hay mucha más trama que esto; Helen relata su historia familiar mientras está internada (sus padres están divorciados y ella quiere que vuelvan a juntarse), y varios episodios de sus experimentaciones sexuales, con drogas, y en general con no ser muy higiénica que digamos.

Varias partes de la película son estridentes en su asquerosidad; hay semen en pizza, tampones hechos en casa, incontinencia anal, baños públicos con siglos sin ser limpiados, desgarres anales, etc., etc., etc. No es exactamente escatológica la película (de hecho poco gira alrededor de la mierda); es más bien una larga colección de episodios diseñados a ver cuál causa más shock al espectador.

Extraordinariamente, la película funciona por dos razones; al final hay una muy satisfactoria resolución a varios de los traumas de Helen (resulta que su mamá trató de suicidarse y matar al mismo tiempo a su hermanito menor cuando era un bebé con el gas del horno, y Helen fue la que la descubrió y evitó que ocurriera), y por la encantadora, natural, desenfrenada y maravillosa actuación de Carla Juri, que no puedo creer que una muchacha tan asquerosa consiguiera que me medio enamorara de ella.

La película me parece buena, y ciertamente un muy interesante experimento con una protagonista que se aleja de la obsesión que muchas muchachas (en mi experiencia) tienen con renegar de tan siquiera mencionar varios de sus fluidos corporales (también exagera y se va al otro extremo, creo yo); pero de verdad creo que muchísima gente no tendrá el estómago para soportarla completa. A mí me costo, y me considero bastante tolerante, especialmente con casi todo lo que está relacionado con la sexualidad.

De cualquier manera la recomiendo. Sólo sí prepárense a lidiar con varias escenas que uno no acostumbra a ver en ningún lado. Ni siquiera, paradójicamente, en lo más extremo de la pornografía alemana.

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Sword Art Online

Como comentaba hace unas semanas, comenzaré a escribir del animé que he estado viendo desde hace unos dos años, que volví a interesarme en el mismo. Lo haré en orden más o menos cronológico respecto a cuándo vi las series, pero hay varias que tengo atoradas porque no he tenido tiempo (y/o interés) en terminarlas.

Antes de empezar debo aclarar que, para motivos prácticos, todos los animés que reseñaré aquí son, de alguna manera, románticos. En algunas ocasiones no será descaradamente el caso, pero incluso entonces ocurrirá que el romance juega un papel muy importante en la trama. Y de hecho casi todas las series que no he terminado de ver, es justamente porque no tienen un componente romántico importante.

La primera serie de la que quiero escribir es Sword Art Online, que de alguna manera fue la que me regresó el hábito de ver animé.

Sword Art Online

Sword Art Online

Sword Art Online tiene una premisa interesante: en el futuro, se desarrolla tecnología de realidad virtual tan avanzada, que los usuarios realmente se sienten dentro de otro mundo. Un montón de juegos son lanzados que utilizan dicha tecnología, pero uno de los más esperados y famosos (el titular Sword Art Online) causa que miles de usuarios se conecten al mismo el día de su estreno.

El único problema es que al final de dicho día de lanzamiento, en el mundo virtual, aparece el creador del juego para avisarles a los jugadores que no podrán desconectarse del juego, o morirán. Y si sus avatares mueren dentro del juego, entonces ellos también morirán. Y que esto continuará hasta que alguien “gane” el juego.

Kirito, un gamer bastante clavado, se lanza a la tarea de tratar de ganar el juego y escapar con vida del mismo.

Básicamente esa es la premisa principal de la mitad de la primera temporada (unos 12 capítulos); no sólo la mecánica, historia y reglas del juego, sino también las consecuencias sociales, emocionales y sicológicas que sufren los jugadores atrapados dentro del mismo. Cómo se organizan, cómo se alían, cómo se pelean e incluso asesinan dentro del juego que termina siendo de vida o muerte.

La historia es interesante (si bien a veces le falta humor por tomarse demasiado en serio) y tiene bastantes personajes entrañables, aunque la verdad Kirito no es uno de ellos. No es que me caiga mal; sólo es medio aburrido, y además después de un rato termina siendo algo cansado que todas las muchachas que lo conocen terminan enamorándose de él.

La serie cuenta con el romance entre Kirito y Asuna (la muchacha que aparece en la imagen de arriba), pero se vuelve rápidamente aburrido porque se casan dentro del juego, y básicamente ya no hay más progresión en ese frente.

De cualquier manera, como gamer, como computólogo, y como fan de la ciencia ficción, la serie me gustó bastante; especialmente la mitad de la primera temporada. La otra mitad es más aburrida, porque es básicamente cómo Kirito libera a Asuna de un friquitín que la secuestra en otro mundo virtual. Y la segunda temporada la vi por disciplinado que soy, pero para la misma ya no están nunca en peligro de muerte los jugadores, y el romance entre Kirito y Asuna se ha vuelto absolutamente de hueva en el sentido de que no progresa a ningún lado.

Aún así vería una tercera temporada, si es que aparece, y la recomiendo (especialmente el primer arco), porque sí plantea preguntas muy interesantes acerca de tecnología, videojuegos, relaciones humanas y cosas por el estilo. Ah, y la animación es efectiva, si bien nada del otro mundo; aunque tiene varias secuencias de acción que son espectaculares.

Así que véanla si pueden, en particular el primer arco.

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Cenicienta

El fin de semana anterior fui a ver Cinderella. Se aplican las de siempre.

Cinderella

Cinderella

No me esperaba mucho de esta película (no fue realmente mi idea ir a verla). Salí inesperada y agradablemente sorprendido; de hecho lo más malo que tiene la película (además de que volverá a inspirar a millones de niñas a tener ideas pendejas en sus cabezas), es que la vi en español, y el doblaje es más que pasable, siendo honesto.

Lo mejor de la película, sin duda alguna, es Cate Blanchett; es espectacular interpretando a la madrastra malvada. Lo segundo mejor es la Helena Bonham Carter, que me parece nació para interpretar al hada madrina. Lo tercero es Richard Madden, a.k.a. Robb Stark, porque puta madre qué guapo muchacho. La pobre niña que la hace de la Cenicienta la verdad no me llamó demasiado la atención; a lo mejor en inglés es más interesante. Eso sí, su cintura es casi perturbadoramente delgada.

Además del elenco, la historia pendeja de Cenicienta ha sido moderadamente actualizada. Nada revolucionario; de hecho sigue siendo igual de misógina que antes, sólo un poco menos descarada en su desprecio por el genéro femenino.

Pero en el contexto de los cuentos de hadas (que suelen ser asquerosos), está simpática la película. En particular, me gustó bastante el estúpido vestido, lo cual me sorprendió; generalmente lo único que me interesa de un vestido es qué tan corto es, y qué tan fácil es de quitar. El vestido azul de Cenicienta no califica muy alto en ninguno de esos dos puntos, pero se ve divino cuando baila con el estúpidamente guapo príncipe.

OK, necesito cambiar mi tampón, probablemente.

Está entretenida la película, aunque el mensaje siga siendo la misma estupidez que al final termina causándoles innumerables problemas emocionales a muchas niñas (junto con sus sufridos novios) que se tragan que así debe ser la vida. Yo sí la recomiendo.

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Insurgente

El fin de semana pasado fui a ver Insurgent.

Se apli… ¿saben qué? Realmente no importa; lean aunque no la hayan visto.

Insurgent

Insurgent

Insurgent es una película técnicamente bien hecha, pero con la historia más idiota del universo.

La primera parte no la fui a ver al cine; fue el año en que se estrenaron muchas películas basadas en novelas que los gringos denominan como YA, porque están dirigidas para young adults, jóvenes adultos. Me parece que el resto del mundo tiene un mejor término para este tipo de novelas.

Les decimos malas. Aunque sería divertido que alguien tratara de clasificar a las “novelas” de Carlos Cuauhtémoc Sánchez como “para jóvenes adultos”.

Los gringos producen una cantidad impresionante de literatura; literalmente (je) decenas de miles de libros al año. Por supuesto, la enorme mayoría son completa y absoluta basura; antes yo era de la idea de que al menos la gente estaba leyendo. Ahora no sé si prefiero menos autores, pero realmente buenos, a muchos mierderos.

Ciertamente del montón de literatura en inglés que he leído en los últimos años, casi nadie se acerca a Gabo, a Saramago, o a Carlos Fuentes. Tolkien (obviamente) es el único que está al nivel; pero yo ni siquiera pondría a C.S. Lewis en la misma categoría; lo mismo la Rowling. Son buenos; nada más no realmente extraordinarios.

(Y ni me hablen de George R. R. Martin; el tipo en lo personal me cae bien, pero sus libros me parecen aburridísimos, lo cual es paradójico porque la historia que cuenta de hecho es fascinante… sólo para realmente disfrutarla uno tiene que deshacerse de tres cuartas partes de los personajes y contarla de forma menos fastidiosa, como en el programa de televisión, que ese sí me parece fabuloso).

Del resto, y esto debo admitirlo, que no sean buenos no quiere decir que no sean entretenidos. Todo lo contrario: The Hunger Games la disfruté bastante, pero no tengo el menor deseo de volver a leerla jamás en mi vida. De la misma manera estoy ahorita en una fase de Stephen King (quién lo hubiera dicho, a mi edad), pero aunque me entretiene no lo clasificaría como realmente bueno.

Como sea; leí las novelas de vampiros maricones de la Meyer (y la única de ciencia ficción que hizo, que de hecho me gustó más); y leí la triología de The Hunger Games. No pude con más, y al ver lo infames que eran las películas que salían de esas madres, mejor tiré la toalla y decidí nada más ver las que me parecieran interesantes de ver los avances.

Divergent no me pareció interesante, y cuando la vi en Blu-ray decidí que había tomado la decisión correcta. Pero terminé yendo al cine a ver la secuela porque no había nada que quisiera ver el fin de semana pasado.

Insurgent es una película muy bien hecha; con un elenco espectacular; con dos protagonistas jóvenes, guapos, y con una excelente química; y todo eso se tira al caño porque la historia es pendejísima, cuando hace sentido. Que además, no hace sentido la mayor parte del tiempo.

Las acciones de los personajes no tienen sentido; la tecnología que utilizan no tiene sentido; el sine qua non de esta “sociedad distópica futurista” no tiene sentido. Son sólo una serie desconectada de escenas, salpicadas varias de ellas con muy buena acción gracias a Marx, y un par con sexo censurado para que sea apropiado para todo público, que llevan a esta historia sin sentido de un punto a otro sin que en ningún momento nada esté realmente explicado.

Ni siquiera me queda claro que, como sea que se llame la autora de los libros sobre los que se basa la película, tenga el corazón en el lugar correcto, como la de The Hunger Games. Son sólo las fantasías pendejas (y los sueños húmedos) de una adolescente ídem que de verdad quisiera poder patear gente, y tener un novio “tenebroso” que pudiera patear todavía más gente. Porque no me importa qué edad tenga esa mujer; es una adolescente.

Dicho todo eso, probablemente vea las dos últimas partes; Shailene Woodley tiene una belleza muy poco fuera de lo común que me resulta muy atractiva y (para qué me hago pendejo) Theo James es arrebatadoramente guapo.

Sólo no creo ir a verlas al cine.

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Francotirador

Hace una semana fui a ver American Sniper. Yo no quería verla, pero varias personas me la recomendaron así que al final sí fui a verla.

Se aplican las de siempre.

American Sniper

American Sniper

Tengo varios problemas con esta película. Comenzando porque se presenta como una historia real, y que los mismos realizadores admiten que cambiaron un montón de cosas (licencia artística, le dicen) para hacerla más cinematográfica. Y eso que el libro en el que está basado de por sí tiene un montón de cosas que (al parecer) tampoco son ciertas.

Chris Kyle el gringuito sobre la que se basa la película, era un cerdo y un asesino. Eso parece ser consenso entre gente progresiva; el tipo decía que jamás se sintió mal por asesinar a mujeres y niños en Irak (les decía “salvajes” por defender su país de una invasión ilegal que además de todo se realizó por una enorme mentira), y presumía (apócrifamente al parecer) de haber matado negros que “saqueaban” centros comerciales durante el huracán Catrina con su rifle de francotirador. Por cierto, hay un artículo muy interesante de cómo los medios gringos se referían a los negros sacando comida durante la tragedia como “saqueadores” y “maleantes”, pero a los blancos que hacían exactamente lo mismo se les llamaba “supervivientes” y “residentes”. Pero eso no tiene nada que ver con la película.

La película suaviza un poco al personaje de Chris Kyle, humanizándolo un poco. Pero es realmente poco: el tipo jamás cuestiona por qué andan matando gente en sus casas en su país, y sigue refiriéndose a los iraquíes como salvajes. No lo dicen explícitamente, pero si uno no leyera periódicos (y admitámoslo, los gringos a los que esta película va dirigida en general no lo hacen) uno podría creer viendo esta película que Irak tuvo algo que ver con los atentados contra las torres gemelas en 2001. Que, como todo mundo sabe, no tuvo nada que ver.

En general no tengo problemas con el progringuismo de las películas gringas; es su país, se entiende que eso hagan. Pero en este caso el personaje es realmente tan deleznable, que es francamente nauseabundo.

En otras películas pro-gringas (Battle: Los Angeles, o Interstellar, por ejemplo), no tengo problemas con apagar mi cerebro un par de horas y echarle porras a los gringos. Está hecho de forma inteligente, o al menos de forma entretenida. En esta película, cuando un francotirador peleando del lado de los iraquíes mataba a los gringos, no podía menos que echarle porras a él. Al menos estaba matando a los agresores en la historia.

La película, como obra cinematográfica, es bastante buena. Bradley Cooper es espectacular en su papel, la dirección de Eastwood es impecable, está bien contada y ambientada, y la guerra incluye miembros volando y niños siendo asesinados o torturados con taladros en su cabeza. Por alguna razón, al parecer esa pornografía de la violencia ahora se considera “alto realismo”.

Sólo su propaganda es tan descarada y tan barata, que a mí sí me dejó un muy mal sabor de boca. Yo no la recomiendo.

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Focus: Maestros de la estafa

Estas dos semanas de mi vida han sido, como dicen los gringos, an emotional rollercoaster. Que es una manera muy mamona de decir que han sido muy intensas.

El sábado en la noche fui al cine para despejarme un poco la cabeza; vi Focus.

Se aplican las advertencias habituales de spoilers.

Focus

Focus

Como en general elige muy malas películas para hacer, y suele aportar mucho de su personalidad en la vida real a sus personajes, a veces es fácil olvidar qué buen actor es Will Smith. En Focus hay una secuencia durante un Super Bow en particular, donde de verdad el tipo es increíble.

Los avances de esta película hacían creer que es un thriller. No se dejen engañar; Focus no es un thriller.

Es una comedia romántica. Con humor negro, pero comedia romántica al fin y al cabo.

Smith (que a sus 46 años continúa viéndose arrebatadoramente guapo) interpreta a un timador; un confidence man o conman como les dicen en el gabacho. Esto es una manera elegante de decir que es un ratero; aunque ciertamente queda claro que nunca utiliza violencia, y en general roba a gente que no extrañará en demasía lo que le quiten.

Al timador tratan de timarlo un par de amateurs, y por supuesto les pone una revolcada explicándoles por qué su timo está súper chafa. La chavita amateur (la estupidizantemente hermosa Margot Robbie) lo sigue y le pide que le enseñe a ser profesional, como él. El tipo la pone a prueba, y cuando ve que sí tiene madera, la agrega a su equipo, donde después de varias muy divertidas aventuras (y la fabulosa escena en el Super Bowl), ganan muncho dinero.

Para este momento Smith y Robbie ya son amantes, pero el tipo decide terminarlo todo porque en esa “profesión” las conexiones emocionales siempre son un lastre. Tres años después está tratando de hacer un trabajo en Argentina más complicado de lo normal, cuando se la vuelve a encontrar.

La película me encantó; en el fondo es un romance al fin y al cabo; tiene más giros inesperados que todas las películas de M. Night Shyamalan juntas; y es consistentemente bien actuada y divertida. Además, Smith y Robbie son encantadores en todo momento, y se cargan una química impresionante.

Como bono a esto, el hecho de que el personaje de Will Smith (como él mismo) sea negro no importa en lo más mínimo. Es el galán; la raza (como debería ser siempre) no importa. Sólo lo mencionan en un chiste muy menso en algún momento.

Consecuencia de esto, es la primera vez que el interés romántico de Smith en una película es una mujer blanca, y que de hecho termine al lado de ella (en Hancock Charlize Theron es blanca, pero no acaba a su lado). Ya había escrito antes de esto; en general en las películas gringas los negros nunca se ligan a las blancas, a menos que la trama sea justamente de relaciones interraciales. Hollywood teme (o temía) que la población de hombres blancos fuera a sentirse amenazada de que los negros fueran a quitarles a sus mujeres. Las parejas de negros eran negras, latinas, o asiáticas en casi todos los casos.

Eso sí, un blanco podía ligarse una negra; eso estaba “bien”.

Me alegra ver que este estereotipo haya sido ignorado en Focus, y espero que continúe siendo ignorado en el futuro.

La película está muy divertida, bien hecha, bien actuada, y bien contada. La recomiendo ampliamente.

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