Fullmetal Alchemist

Cuando escribí mi entrada de Cardcaptor Sakura, una de las cosas que quería dejar bien claras era que, según mi opinión, Cardcaptor Sakura era el mejor animé que hubiera visto en mi vida.

Después explicaba porqué; pero eso no importa para el resto de esta entrada. Lo que importa es que en alguno de los comentarios que mis lectores me dejaron, uno de ellos mencionaba que aunque Sakura era buena, que definitivamente no era la mejor. Mencionaba varios animés que él consideraba los mejores, y entre ellos estaba Fullmetal Alchemist.

Full Metal Alchemist

Full Metal Alchemist

Como yo de por sí ya había oído cosas muy buenas de Fullmetal Alchemist, regresando de California la conseguí y la vi, más o menos de forma ininiterrumpida.

Fullmetal Alchemist es sin lugar a dudas un gran animé. Creo que su cualidad más grande es su sentido del humor, que durante tres cuartas partes de la serie logra mantener un ambiente ligero y divertido, sin por ello renunciar a escenas muy dramáticas y emocionantes. En la última cuarta parte las cosas se complican y la serie adquiere un tono decididamente más oscuro.

El diseño de personajes, aunque no es de mis preferidos, es consistente durante toda la serie, y la animación es de al menos la calidad de la de Sakura. De hecho son similares por el uso de efectos con computadora en todas las partes que incluyen el uso de la alquimia.

La historia trata de dos hermanos: Edward y Alphonse Elric, hijos de un famoso alquimista (o al menos eso afirma su madre), que viven con su madre una idílica vida provinciana, mientras aprenden alquimia, que permite transmutar elementos bajo la “ley de cambio igualitario”; básicamente que para conseguir algo, uno tiene que dar otra cosa.

Todo sigue así hasta que su madre muere de alguna enfermedad, y entonces Edward decide que usen alquimia para revivirla. La idea (que nunca explican del todo bien) es que sólo necesitan transmutar los elementos básicos que conforman un cuerpo humano (que ciertamente son sorprentemente pocos y sencillos de conseguir), y “atar” el alma de su madre a ese nuevo cuerpo; Edward cree que con una gota de sangre de cada uno de ellos bastará para “pagar” por el precio de tal atadura. La práctica es conocida como “transmutación humana”, y está prohibidísima por las leyes de la alquimia, pero los chavos deciden intentarlo.

Por supuesto el experimento falla, creando un monstruo que tiene ciertas características humanas (y vivo además), y encima causa que Edward pierda su pierna izquerda (más o menos desde la mitad del muslo). La escena es bastante sangrienta, por cierto.

Para horror de Edward, a su hermanito Alphonse le fue peor; él pierde todo su cuerpo. Horrorizado, Edward se da cuenta de que el cuerpo de su hermano y su pierna izquierda fueron el precio que pagaron por intentar la transmutación humana, y consciente de que el alma de Alphonse no debe haberse alejado mucho todavía, sacrifica su brazo derecho (aunque de hecho estaba dispuesto a sacrificar todo su cuerpo) para poder atar el alma de su hermano a una vieja armadura que estaba ahí cerca.

Después de conseguir un brazo y pierna “biónicos” (entre comillas porque realmente son sólamente mecánicos, pero parece que la energía de las prótesis tiene que ver con la alquimia; tampoco lo explican claramente nunca), Edward y Alphonse se dirigen a los cuarteles centrales de los Alquimistas Estatales, que son básicamente una rama del ejército que emplea alquimistas. Aunque los Alquimistas Estatales son (al parecer) odiados y despreciados universalmente, Edward decide ir ahí porque sabe que si se convierte en Alquimista Estatal tendrá los recursos suficientes para investigar y descubrir cómo recuperar el cuerpo de Alphonse. Y todo está ligado a la mítica Piedra Filosofal, por supuesto.

La serie sigue a los hermanos teniendo aventuras en distintas regiones del país donde viven, y enterándonos de las guerras, políticas e intrigas del gobierno, de los refugiados de Ishbala (una minoría que fue masacrada genocidamente en varias guerras), de los Homunculi (monstruos creados cuando alguien intenta la transmutación humana), y de los distintos grupos que buscan desesperadamente la Piedra Filosofal.

La serie es muy emocionante, y las peleas suelen ser muy entretenidas porque en general cada alquimista utiliza sus poderes de forma distinta. Hay mucha acción en casi todos los capítulos, y como dije arriba en general el sentido del humor es muy bueno durante gran parte de la serie.

Me eché la serie completita y la película Conqueror of Shamballa. Y después de hacerlo, la pregunta evidente es, ¿es Fullmetal Alchemist la mejor serie de animé que yo haya visto?

No. Sigue siendo mejor Cardcaptor Sakura.

Muchos (la enorme mayoría) de los personajes de FMA son demasiado unidemensionales; la serie es muy inconsistente (o ambigua) con muchas cosas; quedan un montón de hoyotes al final de la película, no digamos de la serie; y muchos otros detallitos.

No lo tomen a mal; creo que FMA es de las mejores series de animé que he visto. Hay un dramatismo en ciertas escenas fabuloso, y de verdad la acción, para no incluir robots gigantes en ningún momento, es increíble.

Solo que Sakurita sigue siendo mejor. Desde mi subjetivo punto de vista, por supuesto.

Además hay dos cosas que a mí en particular me incomodan con la serie. La primera es Winry, el único posible interés romántico de Edward; el tipo la abandona siempre. El romance ni siquiera es secundario en la serie; es terciario o peor. No hay romance en ningún momento, para motivos prácticos… excepto entre Edward y Alphonse.

Que es la otra cosa que no me termina de gustar; el amor, lealtad e interés de los hermanos Elric es para ellos nada más. Los dos hermanos se quieren profundamente, y están dispuestos a renunciar a su propia vida el uno por el otro. Y ya; ese amor, lealtad e interés es básicamente inexistente para nadie más.

Y no es que yo diga que hay algo malo con eso; sólo que para mí eso no funciona. Una serie cuyo principal romance sea entre dos hermanos, no, lo siento; no es lo mío. A lo mejor lo será para alguien más, pero no para mí.

Yo quiero mucho a mi hermano, y sé que él a mí; pero lo que tienen los hermanos Elric es pleitesía el uno por el otro. A mí al final me resultó incluso un poco enfermizo.

Pero independientemente de todo eso la serie es muy buena. Sólo no la mejor.

Por cierto, la música también es fabulosa; en particular Kesenai Tsumi de Nana Kitade y Melissa de Porno Graffitti me parecen de las mejores rolas J-Pop que he oído.

Sin duda alguna recomiendo la serie ampliamente; creo que cualquiera se puede divertir mucho con ella. Es muy buena.

Pero Cardcaptor Sakura sigue siendo la mejor serie de animé que yo haya visto en mi vida.

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Claymore

En California comencé a ver Claymore. La serie es novedosa para mí entre otras cosas porque es la primera vez que veo un animé casi al mismo tiempo que sale en Japón; el equipo de subtitulaje en línea suele tener los subtítulos listos uno o dos días después de que se transmite un nuevo episodio (y lo empaquetan en bonito archivo Matroska, listo para bajar con BitTorrent).

Claymore

Claymore

La serie me gusta por la animación (que es de lo mejor que he visto en mucho tiempo), el diseño de personajes (las Claymore, que son todas bellísimas y terriblemente frías a la vez; y los Yoma, cada uno siendo un monstruo nuevo y original), y la música (que pueden oír la apertura en YouTube).

Por lo demás, la historia no es nada del otro mundo: las Claymore (llamadas así por las espadas ridículamente grandes que usan) se encargan de asesinar Yoma, que son monstruos que disfrutan enormemente comer entrañas humanas… en serio. Los Yoma no sólo son bastante feos; son mucho más rápidos y fuertes que un ser humano rápido y fuerte, y para acabarla de amolar se pueden disfrazar de humanos. Lo que hace realmente imprescindibles a las Claymore es que pueden detectar a los Yoma, y que están a su nivel de fuerza y velocidad.

Las Claymore logran esto porque básicamente son híbridos entre Yoma y humano, y al parecer de hecho terminan convirtiéndose en Yoma; si sienten que esto va a ocurrir, suelen pedirle a una “amiga” dentro de la organización (o lo que puedan considerar una amiga) que las mate antes de convertirse en Yoma.

La historia sigue las aventuras de Clare, una Claymore más guapa y más fría que las demás (si acaso es posible), a partir de que se le pega Raki, un niño cuya familia entera fue asesinada por un Yoma. Conforme pasan los capítulos vamos aprendiendo más de las Claymore, la extraña organización a la que pertenecen, cómo Clare (y otras) se unieron, y varias batallas con Yoma primero y con Awakened Beings (que básicamente son Claymore que “despertaron”: se convirtieron en Yoma antes de que alguien pudiera matarlas).

Clare

Clare

La historia está bien, supongo; sólo no me parece espectacular. Además, se toma terriblemente en serio; y dado que Clare y el resto de las Claymore andan por la vida como si estuvieran estreñidas perpetuamente de lo serias que están, se le agrega todavía más seriedad. Sí queda con la historia, pero es medio de hueva a veces.

Y luego está el hecho de que se supone es de acción la serie, y aunque al inicio sí hay peleas espectaculares, después de un rato la serie se alenta cada vez más, y conforme Clare y otras Claymore aprenden combos nuevos (literalmente), las peleas cada vez son más sin sentido.

Pero son detalles menores; en general es muy disfrutable la serie, además de que tiene un tinte ligeramente erótico con estas mujeres hermosísimas y terribles a la vez, que si no se cuidan se convierten en monstruos asesinos que comen entrañas humanas.

Yo he tenido novias así.

La serie va en el capítulo veintiuno, y se supone serán veintiséis en total (que no veo cómo van a amarrar todos los cabos sueltos en sólo cinco capítulos, pero bueno). Vale la pena verla sólo por la animación y diseño de personajes; pero la historia está entretenida si no tienen problemas con que se tome terriblemente en serio y que carezca casi en absoluto de sentido del humor. Y la música está basante padre; así que la recomiendo si tienen la oportunidad de verla.

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The Sealed Card

Después de ver unos cuantos episodios de Cardcaptor Sakura, y de escribir una página acerca de la serie, me sentí inspirado y me puse a ver la película que cierra la serie, Cardcaptor Sakura: The Sealed Card.

Me gustaría decir que es una gran película… pero la verdad es que no lo es. Es, sin embargo, un gran final para una serie de animé.

La película es básicamente un capítulo grandote de la serie, con una animación un poquito mejor (la de la serie normal es fabulosa), un par de canciones de J-Pop nuevas, y tantita más acción. También hay bastante romance, pero en una cantidad similar a la de la última temporada de la serie.

Lo chido de la película es que resuelve de forma más o menos perfecta (a mi parecer) los cabos sueltos que deja la serie. Que siendo honestos son dos: la carta sin nombre y la relación entre Sakura y Syaoran; todo lo demás queda arreglado dentro de la serie.

La película es una finalización (closure que le dicen los gringos) a la altura de lo que la serie pone como base: es bonita, tierna, divertida, y un poquito más emocionante que la serie. También nos permite ver la resolución en la dinámica de Sakura y Syaoran, y divertirnos una vez más con todas las bromas recurrentes del programa (la última temporada especialmente).

Fuera de eso, no tiene nada de espectacular. Pero para los fans de la serie es un final perfecto; imposible perdérselo.

私は愛する!

私は愛する!
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Tsubasa Chronicle

Cardcaptor Sakura es uno de mis animés favoritos (si no el que más). Y un día viendo información en la Wikipedia, me enteré de Tsubasa.

Tsubasa Chronicle

Tsubasa Chronicle

Tsubasa: RESERVoir CHRoNiCLE es una especie de crossover entre varios trabajos de CLAMP, el grupo de dibujantes (mujeres) que creó a Sakura y otros muchos más mangas. El manga está siendo publicado actualmente en Japón y va en su decimoprimer volumen.

Hasta ahí, todo chido. Hace mucho que dejé de comprar manga, y menos si tengo que comprarlo importado y en japonés. Tengo cuates y conocidos que sí lo hacen, pero me falta interés (y dinero).

Pero hace poco me enteré de que la primer temporada de Tsubasa Chronicle (el animé adaptado del manga) acababa de terminar, y que se esperaban otras dos temporadas próximamente.

Cómo se distribuye el animé por el mundo es algo chistoso. Primero sale en Japón, donde tiene o no éxito. Independientemente de si tuvo o no éxito, pueden pasar años para que alguna compañía gringa lo licencie y haga todo el trámite de doblarlo (al inglés) y transmitirlo en el gabacho. A menos que lo lancen en DVD de inmediato.

Hace años, como comenté en otra entrada, parece que era común el que algunos animés llegaran directamente a México y/o Latinoamérica. Creo que tal cosa ya no ocurre; aunque nos fue mucho mejor a nostros en Latinoamérica con Cardcaptor Sakura que a los gringos con Cardcaptors. Tengo que escribir una entrada de eso.

Como sea, el punto es que sepa la chingada cuándo llegará Tsubasa a México (si acaso llega). Y ni siquiera hay modo de conseguir los DVDs; en primera, en Japón creo que aún no han salido, y en segunda; aunque salieran, estarían en japonés. Y ya. Con subtítulos en mandarín, si bien nos va.

Eso último no es broma.

Así que busqué la única esperanza que hay para la gente que le gusta tener lo último de lo último en animé.

Fansubs.

Cuando los hombres eran hombres, las mujeres mujeres, y las ovejas tenían miedo, los otakus tenían una vida triste y azarosa. Los VHS piratas (tal vez incluso hubo quienes usaran Betas) que conseguían, además de tener una dudosa calidad, estaban en japonés. Los más clavados iban y aprendían japonés, tarea que dista mucho de ser sencilla. Los menos trataban de conseguir los guiones traducidos del programa.

A veces los conseguían; a veces sólo encontraban unas escuetas sinopsis de lo que ocurría. Ellos tenían que echarle imaginación para ver cuándo ocurría qué cosa.

De vez en cuando alguno tomaba un guión y un VHS pirata y con uno de esos rotuladores Mi Alegría creaba una copia con subtítulos integrados (generalmente con mala ortografía y redacción). Esas copias chafas eran lo máximo a lo que podía aspirar un otaku si quería ver lo último de animé disponible.

Eran tiempos oscuros para los amantes del animé.

Con la llegada de Internet todo eso cambió. En primer lugar, los videos podían transferirse electrónicamente y sin pérdida de calidad. Un corolario de ello es que crear subtítulos se volvió mucho más sencillo. Pero lo realmente importante es que la red permitió a los otakus trabajar en grupo, sacando subtitulajes de forma mucho más rápida y con una calidad de verdad sorprendente.

El estado legal de los fansubs es ligeramente ambiguo. Generalmente los creadores de dichos fansubs viven fuera de Japón, lo que para empezar los coloca fuera de la jurisdicción de los dueños del copyright en Japón. En segundo lugar, no ganan dinero haciendo sus fansubs. Y en tercer lugar, generalmente consiguen atraer la atención a un nuevo animé a tal grado que una compañía gringa (o europea) se decide a licenciar el animé y sacarlo localmente, con lo que todos ganan (los otakus pueden comprar DVDs de alta calidad, las compañías locales ganan vendiendo, y los creadores japoneses ganan licenciando su trabajo).

Así que no es raro que, en general, las compañías creadoras de animé voltean a otro lado cuando se trata de fansubs. Y los grupos que hacen los subtítulos (al menos los decentes), dejan de hacerlos cuando una compañía local licencia el animé.

Pero como iba diciendo… no tardé en encontrar un fansub de Tsubasa Chronicle, y hoy vi el primer capítulo. Se ve muy bien; no tiene el mismo estilo (en la animación) de Cardcaptor Sakura, que a mí me encantaba, y la música es mucho más tecno, contrario al suave J-Pop de Sakura. Pero se ve muy bien de cualquier forma. Lo único es que sólo tengo la primera temporada; la segunda sale en abril. Y de ahí dóblenle y súmenle para que el grupo que la subtitula lo haga.

Pero vale la pena; cualquier cosa por ver de nuevo a Sakura y Syaoran.

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Animé en México

Me entró la nostalgia por haber terminado de ver Robotech, y me puse a recordar la viejas series de animé que vi cuando era niño. En México fueron muchas: estaba Remy, Candy Candy, La Ballena Josefina, Mazinger Z, Heidi, etc.

Así que me puse a buscar en la red; principalmente La Ballena Josefina, porque sólo tengo dos recuerdos de esa serie: 1. era un niño, que tenía una ballena que volaba. Neto. Lo juro. 2. La ballena hablaba.

Hubo un momento en que incluso pensé que lo había imaginado. Pero no, busqué y por fin encontré un foro, donde alguien más clavado que yo se puso a hacer un recuento de todas las series de animé que han pasado en México (las viejitas claro), y además añade comentarios cagadísimos, como este respecto a Remy:

Se trataba de: Remi es un huérfano que Jerome Barberand recogió en París (el libro original es francés). Y de ahí en delante sólo son tragedias y más tragedias para el niño y sus amigos, así como angustia tras angustia para los miles de fans que sufrían diariamente con el, aunque tiene la serie final feliz, dicho sea de paso.

No recuerdo lo mismo que él en muchas cosas; por ejemplo, él dice que Bell y Sebastian lo pasaron muy incompleto, cuando yo recuerdo claramente que pasaron casi toda la serie, incluidos el final y el inicio; y además menciona el nombre de la actriz que dobló a Akane Tendo como Patricia Acevedo, cuando es obvio que es Rosy Aguirre. Pero de cualquier forma es una lectura muy interesante; hay un montón de animés que yo sencillamente no recuerdo, que él menciona.

Altamente recomendable; el hilo del foro es:

http://miarroba.com/foros/ver.php?foroid=430279&temaid=2327074

Como sea, otra cosa interesante que él menciona, y que yo ya sospechaba pero que no he tenido el hígado de investigar por mí mismo, es que un montón de animé que pasó en México fue traído directamente aquí, y doblado aquí respetando los nombres de los personajes japoneses originales. Y en gringolandia ni siquiera han oído hablar de esos animés.

Voy a tratar de conseguir algunas de esas series viejas; recuerdo que algunas eran fabulosas… aunque, de nuevo, puede ser sólo el niño dentro de mí viendo las cosas a través del cristal de la nostalgia.

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Corazón, diario de un niño

Recuerdo haber visto el animé, y me parece recordar haber leído algunos capítulos de la novela. Me parecía algo ridícula (la serie), y queda principalmente en mi memoria como otra de esas caricaturas que veía porque daba la casualidad de que estaba en la programación. En esa época sencillamente me chutaba toda la programación.

Ai no Gakkou Cuore Monogatari

Ai no Gakkou Cuore Monogatari

(Además, ni siquiera me genera una sombra de duda como Josefina… ¿de qué carajo trataba todo eso? ¿Una ballena enana, que flotaba? ¿Qué demonios? Al menos a Josefina quiero volverla a ver para resolver el misterio.)

Nunca quise llevar un diario básicamente porque mi letra es espantosa. De verdad, es horrible. Mis compañeros de la facultad dicen que lo que pasa es que conforme transcurría el tiempo en la clase, me daba más y más hueva el escribir, y ponía cada vez menos esfuerzo en hacer la letra legible. Al final de la clase, mis apuntes eran poco más que algunos puntos y líneas y círculos, chiquitos chiquitos que sólo yo (a veces) podía leer.

Así qué, ¿cuál es la idea de todo esto? Las páginas personales me parecen la cosa más patética del universo, e inicialmente creí que los blogs eran su más abominable legado. Después de un rato terminé leyendo algunos, como todo mundo; pero ciertamente no espero que nadie lea esto (¡Hola mamá!)

Supongo que la idea de todo esto es que, después de tres años de stand-by en cuanto a lo relacionado a mi vida se refiere, parece que ahora sí va a llegar el momento de reiniciarla (podría incluso decirse que iniciarla), y no sé, creo que quiero tener una forma de recordar todo lo que estoy sintiendo sin tener que recurrir a mi memoria (que a veces raya en lo genial, para luego parecer de teflón) o a mi terrible costumbre de racionalizar todo, cambiando mis recuerdos a como me convenga en el momento. Necesito mantenerme sincero conmigo mismo.

Como sea, esto probablemente no será un diario (conociéndome lo dejaré abandonado semanas enteras), ciertamente no será tal cual mi corazón (es un blog, se supone deben leerlo otras personas), y puedo asegurar que ya no soy niño.

Pero la idea me emociona. Como a un niño.

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