Trailers

En el cine ayer vi dos trailers. De hecho vi más; pero vi dos que no había visto antes (entre los que sí había visto antes está el El Perfume, y se me antoja muchísimo esa película).

El primero fue el de Rocky Balboa. Recuerdo que en una de sus críticas, el Filthy Critic dedicó como dos párrafos a criticar la película que había ido a ver, y como seis más a mentar madres porque vio el trailer.

Su punto más o menos es que a quién engaña Stallone; que no es de Rocky la película, sino de él.

Estoy completamente de acuerdo: la película no es acerca de si Rocky puede o no tener una última pelea; es acerca de si Stallone puede o no hacer una última buena película. A mí no me ofende particularmente, así que pienso ir a verla.

(Pero creo que será un churrototototototote).

El otro trailer fue de Alatriste.

OMFGWTF!!!

Creo que me vine un poquito viendo el trailer. Lo único es que aparecen escenas de como cuatro libros distintos: no sé cómo le van a hacer para meter todo en una sola película.

Pero no importa; hay una escena donde salen en formación los tercios de España, y se ve perrísima. “Que cuenten los cuerpos”.

Se ve muy chida.

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Eragon

Como de cualquier forma yo sí quería ver Eragon, fui a verla en la noche. Se aplican etc…

Eragon

Eragon

No sé por dónde empezar. Primero: no es terriblemente cuidadosa con la historia de Paolini… no la destaza, pero la sigue tomando bastante licencias creativas. Que la verdad no es muy grave; no es un libro de alta literatura, así que no se pierde mucho.

Los cambios eran tal vez necesarios para que la película no fuera larga y aburrida; y en ese sentido consiguen su objetivo: no es ni larga ni aburrida. Saphira crece en tres patadas (o mejor dicho, explosiones de fuego), Ayra reduce su papel de bulto por mucho (aunque la verdad era más interesante como bulto en la novela que como adolescente intrascendente en la película… ¿y qué pedo con la pluma en su cabeza?), y en general todo ocurre en chinga, contrario a la novela que tiene un ritmo decididamente lento en muchas partes. También se ve que cortan muchas cosas que afectarán la segunda película: me parece casi seguro que no aparecerá Roran Stonghammer ni toda la saga de Carvahall, y aunque lo entiendo lo voy a lamentar, porque son de las cosas que hacen bastante disfrutable el segundo libro.

En la película hay buenas escenas de acción, con efectos especiales que son básicamente como eran de esperarse, y… y básicamente ya.

Edwar Speleers le echa muchas ganas… y falla miserablemente. Tiene todo el tipo de teen idol (con acento inglés para hacerlo aún más irresistible), y sencillamente es imposible que alguien se lo trague como el héroe Eragon. Jeremy Irons me confirma lo que había pensado desde que salió en Dungeons & Dragons: que hace lo que sea por dinero. Y John Malkovich es maravilloso, pero sólo porque se ve que se divierte como enano, además de que sale sólo diez minutos. Sienna Guillory es sencillamente intragable como Ayra; y además es la única elfo. ¿Qué bronca era ponerle orejas puntiagudas?

Por otra parte, Garrett Hedlund está bastante chido en su papel de Murtagh (aunque también sólo sale diez minutos), y Djimon Hounsou es fabuloso como Ajihad, pero debo admitir que estoy parcialmente prejuciado a favor del negro. Y Rachel Weisz como la voz de Saphira… chale, no sé. Me encanta su voz, y transmite la ironía y carácter que tiene el dragón en la novela… sólo no imaginaba una voz tan sexy en un dragón que avienta fuego por la boca.

Pero en las actuaciones el punto más bajo lo da Robert Carlyle. Qué pedo con él; es de mis actores favoritos, pero aquí aparece sobreactuado al borde de la caricatura y ridiculez. Y el maquillaje no ayuda, ciertamente.

La dirección es débil, sin duda: escenas que en El Señor de los Anillos o La Guerra de las Galaxias hacen que a uno le tiemblen las rodillas, aquí dan risa. Y son básicamente las mismas, porque como ya dije una vez Paolini no peca de muy original que digamos. Puede tal vez atribuírsele al director Stefen Fangmeier, que es la primera que dirige (aunque ya había sido “second unit director” antes); pero el punto es que la mayor parte de las escenas dramáticas (que mal que bien Paolini las relata más o menos en su libro), en la película son sencillamente ridículas. Aunque debo decir que las escenas de acción están muy chidas.

Y por último está la historia. No las diferencias con el libro (que como ya dije dado que no partíamos de un gigante de la literatura no importa mucho), sino la historia en sí, que en su core es básicamente la misma del libro.

En el libro no sé si uno no se de cuenta tanto porque ahí se elabora mucho en detalles y en descripciones, pero en la película se hace dolorosamente obvio lo simple (por no decir pobre) que es la historia. Además de poco original y predecible; pero ya había dicho eso antes. No es que me guste decir que es poco original y predecible, cómo creen. Sólo digo que es poco original y predecible porque, pues, es poco original y predecible.

Dicho todo eso, me gustó la película. Sólo que probablemente me olvide de ella mañana, u hoy más tarde. No estaré esperando con ansias la segunda parte; pero probablemente vaya a verla (espero que a esta le vaya lo suficientemente bien para que haya segunda parte). Y ese es el triste destino que le depara a esta película: ser olvidada sin pena o gloria. Porque lamentablemente de lo que más peca es de ser intrascendente.

No es buena (obviamente; después de todo lo que dije debe quedar claro que no es buena). Pero no sé si decir si es mala. A mí me gustó; pero sale un dragón azul enorme volando y echando fuego por la boca: era medio imposible que no me gustara. Creo que podría decirse que no, que no es mala. Definitivamente no apesta, y hay bastantes razones para ir a verla al cine (ir a ver un dragón azul enorme volando y echando fuego por la boca, por ejemplo), y dentro de sus limitaciones es entretenida. Así que no es un churro; pero la verdad no por mucho.

Y creo que ahí está el problema: no creo que pudiera hacerse mucho mejor. Podría hacerse mejor (siempre se puede), pero el resultado no estaría terriblemente alejado de esta película. Y es que la película de verdad hace evidente que es una historia bastante intrascendente y simple (¿mencioné también que es poco original y predecible?), y eso viene desde el libro. Cualquier película basada en el libro no sería muy distinta de esta, porque no hay mucho de dónde cortar para empezar.

Si les gustan las películas de fantasía, van a ir a verla, así que para qué les digo que vayan. Si les son indiferentes, yo creo que podrían disfrutarla: tiene bastante acción y los efectos especiales hacen bastante justificable verla en el cine. Pero no garantizo nada.

Si no les gustan las películas de fantasía, no vayan. Sólo reafirmarán su opinión.

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Un buen año

Ayer, después de que Enrique y yo donamos casi un litro de sangre entre los dos, fuimos al cine. La idea era ver Eragon, pero el donar sangre tomó más tiempo del que calculamos, y además Enrique había dejado muy claro que él no tenía la menor gana de ver Eragon.

Y entonces fuimos a ver Un buen año. Se aplican las advertencias de spoilers regulares.

A Good Year

A Good Year

Qué bonita película. También es ligeramente barata, algo cursi y bastante predecible; pero eso no le quita lo bonita. Altamente recomendable.

El único punto que es más o menos molesto (porque es una película romántica, no por otra cosa), es que los personajes de Russel Crowe y Marion Cotillard (hermosísima, por cierto) se enamoran básicamente porque el guión decía que se enamoraban. Creo que fue cuestión de tiempo: no les cupo el poner bien la historia del romance, porque Ridley Scott (por cierto; ¿qué pedo con él?, este no es su tipo de películas para nada) prefirió el transmitir la magia que parece emanar del viñedo. Y eso lo consigue perfectamente.

La verdad no es una película para ver en cine; es para rentarse y verla tumbado en el sofá abrazando a la novia. Pero tampoco es mala elección, así que si pueden véanla.

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Harry Potter and the Deathly Hallows

Bueno, el título ya está confirmado: una de mis lectoras puso una liga al sitio de la Rowling donde después de seguir unos cuantos pasos (y jugar una partida de ahorcado) el título aparece.

(Después vi que pude muy bien ahorrarme todo eso: la Wikipedia ya lo tiene).

Que el título haya sido revelado es bastante prometedor: quiere decir que es muy probable que el libro esté listo para junio o julio del 2007.

Y qué bueno, porque si no tendría que matar a alguien.

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Cuatrocientos cincuenta mililitros de sangre fresca

Hoy fui a donar sangre.

De nuevo.

De verdad necesito que mi vida sexual sea menos aburrida; todo mundo me pide que done sangre. Esta vez fue para un cuate. O mejor dicho, una conocida de un cuate.

Como sea, todo fue más o menos igual a la última vez, excepto por una cosa: esta vez fue en una clínica privada.

Y déjenme decirles: es una diferencia enorme.

El servicio en la clínica privada fue de la chingada. No sólo me dolió más cuando me sacaron la muestra para pruebas (me picaron en mi dedo; se me hace de simple viveza que ahí debe doler más); además el tipo que metió la aguja en mi vena lo hizo casi tocando músculo y con una brusquedad bastante dolorosa. Y no es mi terror a las agujas lo que habla aquí; como siempre estaba mirando al otro lado cuando me picaron.

A Enrique (que también donó sangre) le fue peor: terminó con un moretón e hinchazón donde le metieron la aguja. Yo nunca había visto algo así; hasta fotos le tomó con su celular. Y le siguió doliendo todo el día.

De verdad yo no entiendo esta idea idiota de que pagar por algo lo hace “mejor”; la UNAM debería ser ejemplo suficiente, pero sin duda (desde mi perspectiva) éste también sirve. En el IMSS fue mucho mejor el servicio; sin duda. Tuve que esperar más tiempo (había mucha más gente), pero los que me clavaron las agujas me parecieron mucho más profesionales y cuidadosos. Al menos parecía que sí les importaba si me dolía o no: los de esta clínica fue más o menos de “aprieta los dientes que ahí te va”.

Como sea, al revisar mi muestra me dijeron que ya me había recuperado de mi última donación; pero también leí que un hombre no debe donar más de seis veces al año.

¿Me pregunto si podré contar desde cero a partir de enero?

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Casino Royale

El domingo fui a ver con mi madre Casino Royale. Se aplican las advertencias de spoilers normales.

Casino Royale

Casino Royale

Qué película de acción tan chida. James Bond vuelve a ser un personaje básicamente mamón; no regresa a “sus orígenes” (no tiene nada que ver con el James Bond de Sean Connery), sino que empieza algo realmente novedoso. No sé si vaya a funcionar con todo mundo; pero a mí me pareció sensacional.

Daniel Craig no es pero para nada tan guapo como Sean Connery (el James Bond) o Pierce Brosnan (que en mi opinión sería el segundo mejor James Bond que ha habido). Pero sin duda lo compensa con estilo el cabrón; el tipo es encantador.

Aunque sí estoy convencido de que Pierce Brosnan fue mejor James Bond, sus películas eran demasiado ligeras: no se lo tomaban muy en serio. Lo cual está bien; eran divertidas… incluso al borde del ridículo a veces. El Bond de Craig se toma completamente en serio. Y también está bien: le queda perfectamente al personaje.

La película es entretenida, llena de acción y las chicas Bond están sabrosas. Así que a mí me gustó bastante. Váyanla a ver.

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Fotos de Guanajuato

Antes que nada, perdón por la negligencia respecto al blog. No he escrito entradas ni aprobado (o tan siquiera leído) nuevos comentarios desde hace días. Prometo comenzar a hacer eso mañana; ahorita estoy sencillamente molido.

Después de dos días de estar organizando, subiendo y etiquetando (además de ir al cine, a ver a mi amiga Claudia y perder un día en Toluca), por fin están las fotos de mi viaje a Guanajuato.

Taller de Investigación en Guanajuato

Taller de Investigación en Guanajuato

Están divididas por día básicamente; porque terminé tomando más de trescientas treinta fotos… aunque al final quedaron “sólo” trescientas dieciocho.

Enjoy.

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Los últimos días del taller

El Primer Taller Iberoamericano en Geometría Combinatoria y Computacional llegó a su fin hoy a las dos de la tarde. No había escrito al respecto porque los últimos días fueron particularmente agitados (dentro y fuera del taller).

Estoy muy contento de haber venido; no sólo aprendí toneladas de cosas que no sabía; además conocí un chingo de gente increíblemente inteligente (además de agradable) y me la pasé bomba.

Aunque estuve pajareando en varios problemas, le entré realmente a dos. Uno de ellos está bastante bonito y probamos un resultado (con todo y algoritmo) que suena bastante interesante. El otro conseguimos un algoritmo que aún no sabemos si podemos bajarle la complejidad de O(n2), pero que genera un montón de problemas similares.

Si tengo suerte, uno de esos problemas será mi tema de tesis.

En un momento saldremos a la comida de despedida, y mañana nos iremos como al medio día. Las fotos se acumulan cada vez más, pero no creo subirlas hasta regresar a mi querida Ciudad de México.

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El envío de paquetes

El jueves nos levantamos tarde (hacía años que no me emborrachaba… y menos en miércoles y con doctores y estudiantes de maestría y doctorado), y al llegar al taller Urrutia nos regañó por llegar tarde. Y después me dio (por fin) mis cartas de recomendación.

A las doce me fui a DHL; tenía que enviar los paquetes antes de la una para que llegaran el viernes (15 de diciembre, último día para recibir solicitudes). El miércoles (antes de la reunión) pasé la tarde haciendo los paquetes, que siempre me ha dado una angustia enorme. Y sigue dándome, por cierto.

Al llegar a DHL, hice con la empleada lo necesario para dar las direcciones de las universidades (tres de ellas; me faltan dos), y al momento de pagar resultó que no tenía más que para pagar uno de ellos.

Mierda.

Se suponía el viernes antes de venir a Guanajuato me iban a dar $1,500.00 pesos, adelanto de mis viáticos. No pude pasar por ellos, pero pedí que me los depositaran y me habían dicho que eso harían.

Sólo nomás no lo hicieron.

Por suerte estoy con cuates, que me hicieron el favor de prestarme el dinero necesario; pero tuve que ir al CIMAT y regresar al DHL derrapándome por la carretera. Pero todo salió bien: a la una en punto mis paquetes iban en camino a las universidades.

Ahora (al menos con esas tres universidades) ya no está en mis manos.

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Y de verdad es cagado

Está una vaca en el establo, y una mosca le molesta las ancas y la espanta moviendo el rabo. La mosca se sube por el lomo, y la vaca la espanta moviendo el cuerpo. La mosca sube hacia el cuello, y la vaca la espanta moviendo la cabeza. La mosca termina posándoce cerca de la boca de la vaca, y ésta saca la lengua y se la come.

¿Moraleja? Lo que no consigas con el rabo, termínalo con la boca.

El chiste es medianamente cagado: pero es cagadísimo escucharlo de un doctor en Ciencias de la Computación español.

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El olvido

En la mañana fuimos al taller y de nuevo avanzamos bastante padre en la chamba. Yo en particular propuse un algoritmo (para otro problema distinto al de ayer) que parece puede jalar… la única bronca es que se me olvidó que O(n2+n) es distinto a O(n3).

Saliendo fuimos a comer al centro en mi carro, y ya veníamos de regreso cuando me di cuenta de que había olvidado mi cámara. Lo peor era que ahí estaba el memory stick de un giga que Enrique me prestó.

Nos regresamos al restaurante, y por suerte y buena onda de la gente de ahí, mi cámara estaba esperándome. Se lo agradezco mucho a los del restaurante, porque me guardaron mi hermosa camarita.

Me puse un buen susto. Tengo que recordar el bailar La Macarena cada vez que salgo de un lugar, para comprobar qué gadgets traigo conmigo.

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El asesino murió

Pinochet murió por fin. Lo único que nos molesta a la gran mayoría en Chile y el mundo, es que no pisó la cárcel por los asesinatos y desapariciones que ocurrieron durante su dictadura.

Pero no importa; aunque la derecha histérica de Chile intentó dar la imagen de que Pinochet era un viejito tranquilo que hizo “lo necesario” para evitar que “los comunistas” se adueñaran de Chile, lo cierto es que ese cuento no se lo cree casi nadie. El dictador pasará a la historia como un asesino que encabezó un golpe de estado apoyado por los Estados Unidos y una ultraderecha retrógrada contra el gobierno legal y legítimo de Salvador Allende. Su nombre será siempre asociado con lo peor de la derecha, con asesinatos, con desapariciones y con el uso de la fuerza contra el deseo popular.

El viejo asesino pudo evitar en vida el juicio legal que sin duda lo hubiera puesto tras las rejas: pero su memoria no puede (ni podrá) evitar el juicio histórico que hará que las generaciones futuras lo recuerden con odio y con desprecio.

Un abrazo a los hermanos Chilenos. Y que viva Chile, y que viva Allende.

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El primer día del taller

El primer día del taller fue algo pesado, pero bastante productivo. La gente con la que estuve trabajando fuimos capaces de dar una propuesta (algoritmo incluido) para un problema abierto (bastante nuevo), y los doctores están de acuerdo en que al menos estamos en camino para obtener una aproximación de la solución óptima. A mí y otro compañero nos suena que podemos encontrar la solución óptima si es posible realizar unas comprobaciones localmente en la gráfica; pero los doctores dicen (y tienen bastante más experiencia) que el problema tiene toda la cara de ser NP-duro.

Además, la idea inicial se me ocurrió a mí y utiliza la triangulación de Delaunay… si bien se me olvidó cómo se llamaba y nada más dije “la otra de la de Voronoi, que no tiene cosos dentro de los circulitos”.

Bastante divertido el día. Las fotos se acumulan, pero no tengo el tiempo (y paciencia) para subirlas y clasificarlas.

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“Push the red button”

En el hotel donde estamos quedándonos para el taller de investigación, hay red wireless.

Eso sin embargo es tal vez exagerar las cosas: hay tres Access Points, y hasta ahora sólo nos habíamos podido conectar a uno. Como queda relativamente lejos de la habitación, la entrada de las seis horas de viaje la escribí en una escalera del hotel, donde la señal sí llegaba.

Regresé a la habitación, escribí la entrada de Cuando cae la noche, y cuando regresé a las escaleras, aunque sí recibía IP, no pude conectarme. Estuve dando vueltas por varias partes del hotel, sin lograr conectarme, y mirando incómodo las cámaras de seguridad (que son sospechosamente similares a las de Splinter Cell: Chaos Theory), hasta que de reojo vi una maderita en la pared, encima de la cual estaba uno de los Access Points.

Tratando de ser stealth, verifiqué que ninguna de las cámaras podía capturar el área del Access Point o sus cercanías, y tarareando el tema de Mission: Impossible hice la maniobra técnica más utilizada por todos los geeks del mundo: desconecté el Access Point de la corriente eléctrica, conté hasta cinco y volví a conectarlo.

En otras palabras, lo reinicié. O como diría Pitr Dubovich, “I pushed the red button”.

Regresando a la habitación, vi con gusto que mi precisa maniobra había funcionado y que ahora podemos conectarnos sin necesidad de estar sentados en ninguna escalera. Lo cual está bastante chido, si se me permite decirlo.

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Cuando cae la noche

Hace poco más de diez años estaba en el CCH y enamorado de una chava que, en ese momento de su vida, estaba confundida acerca de si le gustaban los niños o las niñas.

Además de todo el drama que yo hacía entonces cuando una chava no me hacía caso (que era lo común, por cierto), añádanle todo el drama de que la chava en cuestión no supiera si era o no lesbiana.

Como sea, en ese estado de ánimo fue que vi la película Cuando cae la noche. En ese particular momento de mi vida, la película se me hizo maravillosa: tierna, divertida, inteligente, sensual, erótica y muy romántica. Y romántica bien, no pendejadas tipo Tom Hanks.

Hace tiempo la conseguí, y como ayer tenía que esperar a Enrique para que recogiera unas cartas de recomendación que tengo que encargarle a él porque estaré fuera de la ciudad hasta que regrese de Guanajuato, decidí verla a las dos de la mañana (lo cual es muy recomendable, por cierto, desvelarse antes de manejar seis horas en carretera).

La verdad tenía miedo de verla, porque no es raro que algo que experimentamos siendo chavos quede brillando en nuestra memoria con el resplandor de la nostalgia, y luego termine decepcionándonos (y feamente además) si lo volvemos a experimentar. Pero decidí correr el riesgo.

Puta madre. Qué maravillosa película.

No sólo no me gustó menos; me gustó creo que más. Es fabulosa. Consíganla y véanla, porque es bellísima. Y si no la han visto dejen de leer, porque voy a básicamente contarla todita.

Camille es una profesora de mitología en una Universidad Cristiana de Canadá. La profesora cristiana más sabrosa que yo jamás haya visto, por cierto; pero no sabrosa vulgar: realmente es una mujer muy bella. Tiene un novio teólogo bastante guapo (Martin) que da clases en la misma universidad, y un perro llamado Bob, y su vida transcurre sin mucha pena o gloria hasta que un día ocurre algo que desata una serie de eventos que cambiarán su vida para siempre.

Bob, su perro, aparece muerto en un callejón. Sin ninguna explicación; sólo aparece muerto.

Devastada (incluso ella misma parece sorprenderse de cuánto quería a su perro), Camille hace lo que cualquier persona sensata haría en su caso: mete al cadáver de Bob en el refri de su casa. Y después va a lavar su ropa y llorar desconsoladamente.

En la lavandería llama la atención de Petra, un muchacha negra guapísima que también lavaba su ropa, que le pregunta si está bien, y Camille le cuenta de su perro. En un arranque de sinceridad, le confiesa a Petra que se daba cuenta de que quería más a Bob que a nada (o nadie) en el mundo.

Petra, aprovechando el estado de Camille, cambia sus cargas de ropa y se despide, después de consolarla.

Camille se da cuenta del cambio de ropa, y en un arranque travieso se pone una de las prendas de Petra. Camille (como buena profesora de una universidad cristiana) en general viste de forma bastante conservadora, y la prenda de Petra (que le queda fabulosa, por cierto) es todo menos conservadora.

Camille va con su novio a ver al “reverendo” (parecido a un rector), y éste les ofrece el puesto de capellanes a ambos; pero les deja claro que si aceptaran el puesto, no podría permitirse que se sospechara que tienen relaciones sexuales si no están casados: en otras palabras, que tienen que casarse para obtener el puesto.

Consecuentemente, Martin le propone matrimonio a Camille.

Con todo esto sobre su cabeza, Camille va a recoger su ropa que tiene Petra (quien dejó una tarjeta en su ropa para que pudiera localizarla). Resulta que Petra trabaja en un circo, rodeada de un montón de gente maravillosa (si bien algo excéntrica). Después de tomarse unas copas, Petra le confiesa a Camille que cambió la ropa a propósito, y le hace una insinuación bastante agresiva, ante la cual Camille se retira bastante afectada y (al menos así lo expresa) ofendida.

Lo que sigue a partir de este momento son dos partes de una historia; la primera de cómo Petra seduce a Camille (que realmente no le cuesta tanto: Camille se siente terriblemente atraída hacia Petra); y la segunda de cómo Camille sencillamente elige mandar por un caño su vida de profesora de mitología cristiana y seguir a Petra cuando se da cuenta de lo enamorada que está de ella.

Pero todo en esta historia es bellísimo, divertido, romántico, tierno, erótico. La primera vez que Camille besa a Petra, y después agarra y se va sin decir una palabra, escandálizada de su comportamiento. La primera vez que hacen el amor, intercalado todo con escenas de una coreografía en trapecio maravillosa.

Camille y Petra

Camille y Petra

La escena donde Martin descubre que su de facto prometida se está acostando con otra mujer, y va y confronta a Petra. Y su frustación de que no puede golpearla (que sería lo que aplicaría si no fuera porque es mujer), que desquita golpeando su camper. La escena donde Camille le confiesa al reverendo todo, y éste le pide que oren juntos, a lo cual Camille responde retirándose hartada. Como Martin le da la oportunidad a Camille de no confesarle nada, para que él pueda seguir amándola como si nada hubiera pasado.

Camille y Petra

Camille y Petra

Y por último el final, donde Camille entierra a Bob en la nieve, y se emborracha y termina al borde de la muerte con hipotermia, de la cual la salva Petra acostándose desnuda con ella (el mejor modo para curar una hipotermia, por cierto; está demostrado). Al final Camille decide seguir a Petra a donde ella tenga que ir (su circo se va a San Francisco a una especie de convención de cirqueros).

No sé por qué dejé que pasaran tantos años para volver a ver esta película. Tal vez tenga que ver que la relacionaba con esta chava del CCH a quien sinceramente amé con ese amor idiota adolescente; o tal vez sencillamente no se me había presentado la oportunidad de volver a verla.

No lo sé: pero no importa. La película es maravillosa, y sería un crimen que se la perdieran.

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Seis horas de carretera

Hoy al medio día partí, junto con Marco y Armando, a Guanajuato a nuestro taller de investigación.

Tomamos todo periférico hasta alcanzar los letreros que decían “Querétaro”, y al llegar a ídem nos detuvimos a descansar y comer. Después seguimos los letreros que decían “San Miguel Allende”, donde tomamos fotos (no las voy a mostrar ahora; las dejaré al final del viaje), y depués seguimos los letreros que decían “Celaya”, hasta encontrar letreros que decían “Guanajuato”, los cuales seguimos hasta llegar a nuetro destino.

En total fueron seis horas de viaje en carretera, y una más de tráfico en la ciudad (y se quejan del D.F.) El hotel está simpático, tiene red wireless y mañana empezamos a trabajar.

No sé si nuestro método de viaje sea el más efectivo (en retrospectiva, el siquiera mirar un mapa tal vez hubiera estado chido), pero llegamos sin ningún problema y no manejé en carretera de noche, que era lo que quería evitar.

Mañana empezamos lo chido. Por ahora parece que aprovecharemos para pasear por la ciudad.

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“Byte-by-byte”

Federico Mena escribe de cosas chidas que están pasando en GNOME. Uno de los puntos que menciona:

Callum is working on gathering statistics of the desktop’s memory consumption. GNOME and KDE seem to be pretty close, to within a few MB. We should riot in the streets and demand a byte-by-byte recount, or just get the damn bugs fixed so that we can get unquestionable numbers ;)

Por supuesto, Federico es mexicano. ¿Me pregunto cuánta gente en el mundo (Planet GNOME es leído por personas de decenas de países) habrá entendido el chiste?

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