39,000 vidas potencialmente salvadas

De acuerdo al secretario de salud de mi Ciudad, más de 39,000 mujeres han abortado legalmente aquí desde que se despenalizó el aborto en el DF hace tres años.

39,000. La tercera parte del Estadio Azteca.

Encima de ello, unas 65,000 mujeres han pedido informes acerca del derecho que tienen de decidir sobre su propio cuerpo, y que en la Ciudad es de los pocos lugares en el país donde se les reconoce.

La cifra en sí misma justifica la legislación que se aprobó hace tres años en mi Ciudad, además de los argumentos que entonces dí. También hace obvio lo importante que era el desaparecer la letra muerta que les prohibía a las mujeres decidir qué hacer con su cuerpo y con su vida.

Pero más importante aún, me parece, es el hecho de que esas más de 35,000 mujeres su vida fue salvada al haber tenido la oportunidad de abortar de forma legal y por ende en un hospital o clínica en condiciones sanitarias, con un personal médico responsable y entrenado, y sin la idea pendeja encima de ellas de que estaban haciendo algo ilegal. Por supuesto, cuando digo que salvaron la vida no infiero que todas habrían muerto si hubieran tenido abortos ilegales (porque es muy importante resaltar que, leyes o no leyes, las mujeres han abortado y seguirán abortando en el mundo por la sencilla razón de que es su cuerpo); pero ciertamente un porcentaje importante de ellas evitó problemas de salud, y ciertamente todas evitaron el tener que obligar a su cuerpo el pasar por una experiencia que no querían o no podían sufrir. En ese sentido, sin duda todas ellas salvaron la vida.

Por supuesto, hubiera sido todavía mejor que ninguna mujer tuviera que pasar por la terrible experiencia de abortar; hay que seguir fomentando el uso de distintos métodos anticonceptivos, y mejorar la educación sexual que los chavos reciben hoy en día para que estén conscientes de que tienen que tener una vida sexual responsable. Porque esperar que todos ellos practiquen la abstinencia no sólo es ridículo; es literalmente irresponsable desde un punto de vista de salud pública.

Pero que todas esas miles de mujeres hayan podido ejercer el derecho de sentido común que es que su cuerpo es suyo y ellas saben lo que hacen (o no) con él, hace que me sienta (una vez más) increíblemente orgulloso de vivir en esta Ciudad.

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Una noche fuera de serie

El domingo fui a ver Date Night, y escribo de eso hasta hoy porque, pues, así es la vida.

Date Night

Date Night

Tenía muchísimas ganas de ver esta película. Steve Carell es (lo vengo diciendo desde hace mucho) un pinche genio de la comedia, y Tina Fey es igual si no es que mejor comediante que él. Que hicieran una película juntos era una casi fantasía para mí.

La historia es bastante sencilla; Phil y Claire Foster son un aburrido matrimonio en sus cuarentas que tratan de ir a un restaurante super fino en Nueva York para tratar de reavivar la chispa en su vida de casados, y al no poder entrar por no tener reservación se hacen pasar por dos güeyes que no responden al ser llamados. Como es de esperarse, los güeyes desaparecidos resultan ser buscados por policías corruptos, gángsters y políticos sexómanos, y todo mundo cree que los Foster son ellos. El caos se sigue.

La película no me decepcionó realmente; me estuve (literalmente) meando de la risa casi todo el tiempo. Ciertamente la historia no es terriblemente original; pero son tan encantadores Carell y Fey en sus papeles, que realmente compensan por casi todo lo demás. Y como puede verse por las escenas fallidas que pasan durante los créditos finales, se ve que ambos improvisaron un montón de sus líneas, de forma magistral si es necesario que lo diga.

La verdad es completamente posible ver esta película en video, y no hay ninguna necesidad de verla en el cine; pero pues yo me divertí horrores y sí la recomiendo.

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Legion de Ángeles

Fui el viernes a ver Legion. Se aplican las de siempre.

Legion

Legion

Tenía muchas ganas de ver esta película; soy fan casi incondicional de Paul Bettany (aunque he de admitir que hace, generalmente, unos churrotes) desde que vi Wimbledon, y la idea de un ángel disparando balazos se me hacía muy simpática.

Legion es una mala película; se toma terriblemente en serio, y la historia está ligeramente incoherente en muchas partes. Pero yo la disfruté enormemente; la idea de un dios que pierde la fe en la humanidad y manda a sus ángeles a exterminarnos a todos de las formas más violentas posibles se me hace fabulosa. Un dios así hasta podría caerme bien.

Las actuaciones son en su mayoría más que decentes, no en poco gracias a un excelente elenco que además de Bettany incluye a Denis Quaid, que siempre me ha caído bien, Kate Walsh, y Kevin Durand, que se me hizo maravilloso en su papel de Martin Keamy en Lost y de Blob en la última película de Wolverine. Las escenas de acción están muy divertidas, y en particular toda la idea de ángeles peleando utilizando sus alas (que tienen una cualidad casi metálica) de formas defensivas y ofensivas me pareció excelente. Y por encima de todo, la película es deliciosamente blasfema de principio a fin; comenzando con la premisa de dios decidiendo eliminar a la humanidad con lujo de crueldad (el diluvio se queda corto), hasta incluir la maravillosamente subversiva idea de que dios sencillamente se puede equivocar, que es al fin y al cabo lo que demuestra el ángel Michael.

Si quitan la parafernalia religiosa, la película sigue siendo un divertido (si bien nada original) churrito apocalíptico. Y además es obvio que querrán hacer secuelas, que yo con gusto veré.

Pero a pesar de mi entusiasmo, sí debo reconocer que es malísima, así que véanla bajo su propio riesgo. Aunque yo ya ando pensando en conseguir el Blu-ray.

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Cómo Entrenar a tu dragón

El viernes por fin fui a ver How to Train your Dragon, y no escribí hasta hoy al respecto pues porque sí. Se aplican las de siempre.

How to Train your Dragon

How to Train your Dragon

Las películas animadas por computadora de DreamWorks siempre han sido inferiores a las de Pixar; en muchos casos por mucho. Y obviamente no hablo solamente del aspecto técnico, aunque debería ser obvio que Pixar es casi sin discusión el líder también ahí. Hablo de que las películas de Pixar suelen contar una mejor historia, con personajes mejor definidos y más entrañables, y encima de todo ello además conseguir ser más profundas sin por ello dejar de ser divertidísimas.

Las películas de DreamWorks en cambio, aunque en general divertidas, suelen ser francamente intrascendentes. No es raro que un par de días después de haber visto alguna de ellas se me haya ya olvidado por completo.

How to Train your Dragon no cambia nada de esto; pero creo que sí acerca un poco a las películas de DreamWorks al estándar que han impuesto los de Pixar.

La historia relata a Hiccup, un vikingo flacucho y débil que sueña poder matar dragones para (entre otras cosas) ligarse a Astrid, una vikinga que le gusta. Los dragones azotan el pueblo de Hiccup, así que el ser capaz de matar dragones es considerada la habilidad más apreciable, y hay incluso un libro de cómo cazarlos y una especie de torneo donde los que entrenan para matar dragones compiten para poder matar a su primero. Hiccup, sin embargo, es flaco, débil y medio torpe; así que mejor construye un lanza poleas que le permite cazar vivo a un dragón; además uno de una raza que nadie ha podido ver antes.

Sin embargo, el muchacho no consigue matar al derribado animal, y en su lugar lo libera. Poco a poco el animal y el joven vikingo comienzan una amistad que, previsiblemente, llevará a que humanos y dragones hagan las paces.

A pesar de ciertas cosas medio obvias, y que la historia es bastante previsible, la película está muy bonita y muy divertida. Encima de ello, las escenas aéreas son fabulosas, y la película consigue ser muy emocionante en varias partes. Pero no es por eso que la película me encantó.

La película me encantó por dos razones: la primera es que los creadores de la misma adoran a los gatos; los dragones terminan comportándose como gatos enormes que vuelan y lanzan fuego. En ningún momento sería posible compararlos con esas otras mascotas estúpidas, los perros; son indiscutiblemente felinos… y por ello como doce millones de veces más listos que los perros.

La segunda razón es que el dragón capturado, Toothless, en parte se hace amigo del vikingo porque no puede escapar ya que pierde parte de su cola cuando es derribado. Hiccup le hace una prótesis, por decirle de alguna manera, que le permite volver a volar con ayuda del vikingo; pero a mí me pareció muy injusto que el pobre animal quedara tullido por culpa del muchacho. Al final de la película, sin embargo, el mismo Hiccup pierde su pierna izquierda por debajo de la rodilla; me pareció fabuloso por parte de los realizadores que estuvieran dispuestos a correr el riesgo de contar una aventura donde el héroe no sale sin un rasguño, y además que mostraran que, tanto el muchacho como el dragón, pueden seguir siendo los héroes de su historia a pesar de que tengan una incapacidad física (le hacen también una prótesis al muchacho que le permite seguir caminando y volando con Toothless).

La película me encantó; está divertida, emocionante, muy bien hecha con una historia interesante y bien contada, y los que la hicieron adoran a los gatos. Así que vayan a verla. El chisme 3D sigue sin convencerme, y yo creo que ya dejaré de intentar que me convenza, porque la verdad sólo me distrae y cuesta más caro; y el doblaje al español está bastante decente, por si quieren irla a ver con niños.

Pero vayan y véanla.

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La doble ‘s’

Hay cosas que yo sencillamente no hago. Una de ellas es salir de la Ciudad durante las vacaciones de semana santa. Varios conocidos míos dirían, algo cínicamente debo agregar, que yo nunca quiero salir de la Ciudad; y hasta cierto punto tendrían razón.

Pero en semana santa es todavía más extremo; de verdad tendrían que darme razones muy poderosas para que me pudieran convencer de salir de la Ciudad en estos días. Y digo que tendrían que darme, porque obviamente nunca saldría de mí la idea.

En otras fechas puedo sin ningún problema salir de mi Ciudad. No necesariamente me va a agradar la idea, pero sin problemas puedo hacerlo. En semana santa va casi en contra de mis principios.

No sólo es un infierno entrar y salir de la Ciudad estos días; además son justo los días cuando más chido es andar paseando por la Ciudad, si uno acepta alegremente la idea de que un montón de cosas estarán cerradas.

De hecho, no creo haber salido de la Ciudad durante ninguna de las semanas santas de mi vida.

Como sea, este año no fue excepción; lo que sí es que no salí a ningún lado porque me quedé a trabajar (ya saben, el doctorado y la chingada). Pensé que tendría (como suele ser el caso) paz y tranquilidad para trabajar sin interrupciones.

Hasta que, claro, ayer en la noche uno de mis vecinos decidió tener una mega fiesta. Para ser sincero, no sé si fue mega; pero sí fue muy ruidosa. Con lo cual en general yo no tengo problemas; el problema es que se la pasaron cantando todo el tiempo.

Y sus habilidades de canto eran, por decir lo menos, básicamente inexistentes.

Supongo que podría haber sido peor.

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El mundo invisible de René Magritte

El martes (antes de ir a la Cineteca) fuimos a ver El mundo invisible de René Magritte en el Palacio de Bellas Artes. Siempre es divertido ir al pastelazo de quince años, y la exposición estuvo simpática, a pesar de que me pareció algo pequeña y poco después de que llegamos comenzó a llenarse rápidamente (semana santa o no).

Estuvo simpático; y después fuimos a comer a Los Girasoles, que es de mis restaurantes favoritos cerca del Centro.

Me encanta mi Ciudad; especialmente cuando me la dejan casi para mí solo.

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Recuérdame

El lunes fui al cine, a ver Remember Me, una película que no escogí. No estuvo tan mal, pero sí sigo con ganas de ver Cómo entrenar a tu dragón. Y luego el martes fui a ver LOL@, a la Cineteca; y de nuevo me quedé con ganas de ver Cómo entrenar a tu dragón.

Se aplican las de siempre.

  • Remember Me (Recuérdame).
    Remember Me

    Remember Me

    Me gustó cómo una crítica de cine resumió esta película: tragedias que le ocurren a gente bonita. O como decía un cuate mío hace años: historias de niños blancos con problemas.

    En general estaría bien; me gusta el drama. Sólo el final es tan barato y tan emocionalmente chantajista, que de verdad le roba la poca seriedad que podría tener la película. También desconcierta ver a tantos actores británicos intentar (miserablemente a veces) hablar con acento neoyorkino.

    Quitando el final, la película está bien hecha, bien actuada, y bien contada. Y ciertamente yo nunca me voy a quejar de ir al cine a ver gente bonita sufriendo; y sin duda Emilie de Ravin está suficientemente chula.

    Sólo no sé si recomendarla; pero lo que sí es que se puede ver en DVD sin ningún problema.

  • LOL@ (LOL – Laughing Out Loud).
    LOL@

    LOL@

    Básicamente una comedia adolescente, con la particularidad de que ocurre en París, Francia. Me divirtió, y ciertamente es refrescante ver una comedia con adolescentes que de verdad son adolescentes (no como las gringas, con veinteañeros), y donde además se rompe el idiota molde gringo de la noche de graduación y la chingada.

    Probablemente la historia es igual de pendeja que la de mi novelita, pero está divertida, y ciertamente es original cómo muestran el papel que juegan actualmente las tecnologías de la comunicación en las relaciones de los chavos de este siglo.

    Pero es completamente posible no verla en el cine; aunque sí la recomiendo por divertida

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Alicia en el País de las Maravillas

El martes por fin fui a ver Alice in Wonderland. Supongo que ya todo mundo y sus hermanos fueron a verla, pero de cualquier forma la voy a comentar.

Alice in Wonderland

Alice in Wonderland

Primero que nada, déjenme decirles que, a pesar de que las novelas de Carroll me parecen divertidas, no creo que tengan la mejor narrativa del mundo. Todo lo contrario; es mi opinión que es el equivalente de la Inglaterra victoriana a un viaje con hongos de Huautla. Y por lo tanto hacer una película siguiendo la historia al pie de la letra sería no sólo absurdo, sino ligeramente estúpido. En ese sentido la película clásica de Disney me parece bastante pasable, por cierto.

Tim Burton sencillamente manda al carajo la historia original, y hace una especie de secuela; pero más bien me parece que la mejor interpretación es que Burton sencillamente quiso filmar su interpretación de la novela de Carroll.

A mí me fascinó; me parece surreal (sin perder por ello una narrativa más o menos coherente), divertidísima, muy bien hecha en la animación por computadora, y maravillosamente actuada. Además, lo mejor de la novela (varias líneas que los personajes tienen, en mi opinión) es más o menos preservada.

Súmenle a ello que Johnny Depp y Helena Bonham Carter se roban todas sus escenas (como suelen hacer), que Anne Hathaway es fabulosa como la etérea y ligeramente sicótica Reina Blanca, y que Mia Wasikowska está muy chula, y la película es realmente buena. Como pilón, por si fuera poco, las inconfundibles voces de Alan Rickman, Christopher Lee y otros varios actores británicos le dan vida a varios de los fumados personajes en la historia.

Yo me divertí horrores viéndola; y aunque sigo creyendo que la pendejada esta 3D es más farol que sustancia, al menos no me resultó de hecho molesta, como me ha sucedido en otras ocasiones.

Váyanla a ver.

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Y ahora son seis

Total que por fin decidieron los del Instituto Clay que Gregori Perelman se merecía uno de los premios del milenio por haber resuelto la conjetura de Poincaré.

De eso no es esta entrada.

La entrada es de que decidí leer el artículo de la Wikipedia que más o menos platica, sin entrar en muchos detalles técnicos matemáticos, la prueba de Perelman para la conjetura. El artículo me parece fabuloso, y me estaba meando de la risa al leer cómo concluye:

Then he rebuilds the original manifold by connecting the spheres together with three-dimensional cylinders, morphs them into a round shape and sees that, despite all the initial confusion, the manifold was in fact diffeomorphic to a sphere.

Después de toda la confusión inicial. Altamente recomendable; léanlo.

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Higinio

Hace unos días me encontré en la Facultad de Ciencias a uno de mis antiguos camaradas de la huelga de 1999, y me preguntó si ya sabía. Le dije que no, y me comenzó a contar que Higinio estaba hospitalizado después de que le había dado meningitis, que ya lo habían desahuciado dos veces pero que seguía luchando.

El viernes sin embargo, Higinio falleció. La Jornada tiene una cobertura más o menos decente de los logros que tuvo Higinio.

Durante la huelga, la enorme mayoría de estudiantes que al inicio apoyó el movimiento se dividió en dos bloques: los pusilánimes que se espantaron de cuánto estaba durando la huelga, y quisieron levantarla aunque no se hubiera conseguido realmente nada; y los dementes que querían (por diversos motivos) que durara indefinidamente… y me queda perfectamente claro que en ambos grupos había infiltrados cuyo objetivo principal era sencillamente darle en la madre a la UNAM, porque ambas alternativas dañaban a la Universidad.

Yo no podía en buena conciencia apoyar a ninguna de esas dos facciones; no podíamos levantar la huelga mientras Barnés siguiera siendo rector y las cuotas siguieran ahí; y era pendejísimo el pensar que había que mantenernos en huelga de forma aferrada sin buscar modos inteligentes de forzar a la Rectoría a sentarse a dialogar.

Ahí fue cuando yo conocí a Higinio (aunque ya habíamos coincidido cuando fui a Chiapas en 1994), y casi de inmediato comencé a trabajar en su grupo. Dentro de la bola de personajes que fluctuaban entre la demencia y la estupidez, Higinio (y en gran medida su grupo) siempre fue alguien que mantuvo la lucidez de entender que no podíamos levantar la huelga al menos hasta que se garantizara que las cuotas se echarían para atrás, pero que eso mismo debía forzarnos a buscar maneras de destrabar el conflicto. Además de eso, Higinio siempre fue alguien que se caracterizó por su congruencia, por su honradez, y (algo nada despreciable en ese mundo lleno de divas) por su humildad.

Yo creo (realmente nunca podré saberlo con certeza) que yo terminé en la cárcel justo porque durante los últimos meses de la huelga yo siempre estuve con Higinio. Parecía, toda proporción guardada, que actuaba como su guardaespaldas.

Al término de la huelga, y cuando por fin logramos sacarlo del bote, Higinio me invitó (junto con otro par de compañeros) a que siguiera trabajando con él. Yo ahí fue que terminé tomando una decisión fundamental en mi vida, aunque no caí en cuenta sino hasta mucho después: le dije que no, gracias. Mi vida no era (ni es) la política; yo iba a terminar mi carrera, trabajaría o haría un posgrado, y daría clases y otras cosas académicas. Siempre seguiría participando en las movilizaciones sociales a las que yo considerara importantes, pero mi vida principal no sería eso.

Y así ha sido desde entonces.

A partir de ese momento dejé de ver a Higinio, aunque seguí oyendo de las cosas a las que se dedicaba. Todavía hace pocos meses me lo encontré en mi Facultad; como generalmente era con él, estaba en chinga.

La muerte de Higinio me duele por muchas razones; no sólo perdimos a un líder de los que hacen falta: decente, honesto, con una visión clara y trabajador como pocos. También yo en particular perdí a un amigo, a alguien a quien siempre admiraré y respetaré.

Me queda el consuelo de que Higinio alcanzó a ver que todo lo que hicimos durante la huelga en gran medida valió la pena, y que la Universidad sigue siendo (y no hay visos de que pueda cambiar dentro de poco) pública, gratuita, laica. Y bien chida.

Porque el color de la sangre jamás se olvida
Los masacrados serán vengados
Vestido de verde olivo
Políticamente vivo
No has muerto, no has muerto, no has muerto camarada
Tu sangre, tu sangre, tu sangre será vengada

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De regreso

A punto de salir de regreso para la Ciudad, pondero acerca de este coloquio, el segundo al que atiendo. Fue una semana particularmente interesante; fabulosa en casi todos los aspectos, algo dolorosa en algunas.

Pero antes que nada, me alegro de que al fin y al cabo yo estoy en control de mi vida… o al menos tanto como puede estarlo alguien normal.

I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

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Querétaro

Y ahora estoy en Querétaro para el XXV Coloquio Víctor Neumann-Lara de Teoría de las Gráficas Combinatoria y sus Aplicaciones, bajo una luna fabulosa. Estaré aquí hasta el 6 de marzo, después de que dé una presentación el viernes.

Durante todas las veces que he ido a Guanajuato, siempre paso por Querétaro. Sólo he comido aquí una sola vez, y exceptuando esa ocasión, sólo he venido a esta ciudad al Primer Encuentro Nacional de Computación, el ENC 99 en (¡sorpresa!) 1999. Así que al menos es relativamente novedoso que ahora me quede aquí.

No esperen muchas actualizaciones esta semana.

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Orgasmos

Bajo circunstancias que no vienen al caso, fui a ver Orgasmos, la comedia. Hacía un ratote que no iba al teatro, y la verdad me tuvo botado de la risa la obra durante casi todo el tiempo.

Originalmente yo quería ver un musical, pero Avenida Q la quitaron de la cartelera sin que yo me enterara. Orgasmos, por lo que leí, sería un poquito como Defendiendo al Cavernícola (que ya he visto varias veces), y decidí que mejor viéramos esa.

No me arrepiento; aunque la verdad Defendiendo al Cavernícola está mejor. De todas formas Orgasmos está muy divertida, y me tocó verla con Shaula Vega que es maravillosa; a mí me encantó la chava. Guapa, sexy, y muy muy divertida.

Yo sí la recomiendo.

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Nine, una vida de pasión

Esta semana terminó siendo bastante atípica; entre otras cosas, terminé yendo cuatro veces al cine. El viernes fui a ver Nine, y salí con los ojos bañados en lágrimas y en un éxtasis emocional.

Se aplican las de siempre.

Nine

Nine

Del mismo director de Chicago, Nine es un espectacular musical basado en , la clásica película semi autobiográfica de Federico Fellini. Con una producción tan pulida (si no es que mejor que) la de Chicago, y unos números musicales fabulosos, nada más por eso valdría la pena ver la película.

Pero además está el elenco: dirigido por un maravilloso Danie Day-Lewis en el papel de Guido Contini, un atormentado y confundido director de cine (y veladamente el mismo Federico Fellini), y rodeado de siete mega súper ultra suma cum reinas: la hermosísima Marion Cotillard como la sufrida esposa; la fabulosa Penélope Cruz como la demente amante; la endiosada Nicole Kidman como la musa etérea; la aún maravillosa Judi Dench como la amiga y confidente; la sabrosísima Kate Hudson como la reportera coqueta; la talentosísima Fergie como el objeto juvenil de deseo; y por último pero no por ello menos importante, la increíblemente bella (a sus doscientos años) Sophia Loren como la edípica madre.

Cada personaje tiene su número musical, excepto Day-Lewis y la Cotillard, que tienen dos; y además está el número musical inicial y el final, donde salen todos pero nadie canta. Los números de la Cotillar son buenos; pero el segundo está de no mamen: no sólo es bella, sexy y cantando súper bien: además es un número fabuloso. El número de la Cruz es increíblemente divertido y uno de los más sexys (tomando en cuenta que todos son sexys), y la española se roba todas sus escenas. El número de la Kidman no es particularmente bueno; pero la actriz aparece tal vez lo más hermosa que ha aparecido nunca. Es una diosa. El número de la Dench es simpatiquísimo, y la mujer a sus 75 años incluso logra verse sexy. El número de la Hudson es divertidísimo, probablemente el más pegajoso, y lo único triste es que la pobre mujer se equivocó de década: debió ser veinteañera en los sesentas. Cuando me enteré de que salía Fergie, la verdad me dio mala espina; pensé que sólo la habían puesto porque está sabrosa. No sólo está sabrosa; el número de la Fergie es posiblemente el más espectacular de todos, y ella sin duda alguna es la que mejor canta (que no debería extrañarnos; a eso se dedica). Por último, la Sophia Loren es impresionante a sus 75 años, saliendo a escena aún bella y con unos tacones de veinte centímetros.

Pero además de los números y el elenco, la historia está bonita y muy bien contada; y el final es posiblemente el mejor que he visto, tal vez desde el que tuvo Cinema Paradiso.

Yo me metí a ver está película sin muchas expectativas; creí que me gustaría, pero la verdad no tenía idea de lo fabulosa que resultaría. Es increíble; de verdad tienen que ir a verla. Varias veces. En el cine.

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Una fabulosa, otra meh

Después de un periodo de no haber ido al cine tan regularmente como me hubiera gustado, terminé viendo tres películas en menos de una semana; además de The Lovely Bones el viernes, vi el martes Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans, y ayer The Wolfman.

Se aplican las de siempre.

  • Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans.
    Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans

    Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans

    Bad Lieutenant es de las mejores películas que he visto en mucho tiempo. También sin duda es de las mas divertidas; y la actuación de Nicolas Cage es arrebatadoramente buena, si bien yo sigo diciendo que Morgan Freeman debe ganar el Oscar por Invictus.

    Cage interpreta a un mal policía (obvio), que va cayendo en una espiral de adicción y violencia después de volverse adicto a medicamentos contra el dolor por lastimarse la espalda al salvar a un prisionero durante el relajo del huracán Katrina en Nueva Orleans.

    La historia en sí es sencilla, pero Herzog la relata de forma magistral y con un excelente humor oscuro todo el tiempo. Y Cage hace un trabajo espectacular mostrando a un individuo, originalmente incluso medio decente, que va descendiendo cada vez más en un abismo del que (aparentemente) le será imposible salir.

    La película tiene todos los elementos para ser de esas historias donde uno se la pasa todo el tiempo angustiado esperando que absolutamente todo termine de irse al carajo; pero Herzog se las ingenia para hacerla increíblemente divertida todo el tiempo, incluyendo en las escenas más violentas.

    No se porqué la quitaron tan pronto de la cartelera; pero como sea vayan y véanla, porque está genial.

  • The Wolfman.
    The Wolfman

    The Wolfman

    Este remake del clásico de 1942 es una mala película. Está simpática, y Benicio del Toro está bien en su papel de atormentado que ha sufrido una maldición; Anthony Hopkins hace lo que mejor le sale (cobrar lana por aparecer en churros); y Emily Blunt está reinísima. Pero fuera de ello, es una película completamente intrascendente; en particular, me parece que se desperdició de forma criminal a Hugo Weaving (y Geraldine Chaplin aparece como dos minutos, haciéndola una vez más de viejita demente pero sabia).

    Tal vez todo eso sería perdonable; pero la película termina por perder completamente la poca seriedad que hubiera podido mantener cuando aparece Hopkins maquillado como Hombre Lobo (que, como bien me tuvieron a hacerme notar, se parece al Aluxe), dándose de mordidas con el igualmente mal maquillado Benicio del Toro.

    Está dominguera; pero se pueden esperar tranquilamente a verla en Blu-ray después.

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