10 anys de la DO Catalunya

Total que, a pesar de que Eddie y Vincent llegaron a Barcelona el miércoles, con esfuerzos pude comer con ellos el viernes en la Universidad, y tomarnos un trago ese día en la noche; estaba atareadísimo terminando de escribir lo que estuvimos haciendo aquí en la UPC estas cuatro semanas.

Ayer por fin terminamos de escribir, y hoy fuimos invitados por Arnau a los 10 años de la Denominación de Origen de Cataluña. Me pasé una de las noches más divertidas que he pasado en Barcelona; por 3 euros, uno recibe un boletito para poder probar cinco vinos, o cuatro vinos y una tapa.

La cosa es, casi nadie nos quería marcar el boletito; varios incluso nos decían “venga, así toman más vino”. Terminamos probando cerca de diez botellas de vino, casi todas de excelente calidad, y todas seguro al menos decentes. Además, con la degustación le regalaban a uno la copa donde los iba probando; pero casi todo mundo dejó sus copas en las mesas cuando iba terminando el evento. A mí me valió madre; comencé a juntar las copas usadas en una caja de cartón (que, eso sí, pregunté si podía agarrar), y regresé al piso con unas trece copas, pequeñas pero simpáticas.

Nada más porque mañana vuelo a las 7 de la mañana para Sevilla, y porque el evento acababa a las diez de la noche; de otra manera no veo cómo me podrían haber sacado de ahí. Estuvo muy divertido, y conocí a mucha gente que me dijo cosas muy interesantes de vinos. Lástima que no pude estar ahí más tiempo.

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GNOME

Un lector me preguntó que por qué no uso KDE o Qt. Iba a contestarle en un comentario, pero mejor lo digo aquí.

Los motivos son varios y en general completamente subjetivos.

Cuando GNOME inició, allá por 1998 ó 1999, fue encabezado por Miguel de Icaza, en ese entonces el tal vez mejor hacker en Linux que había producido México. KDE no terminaba de gustarme (seguí usando la línea de comandos para casi todo), y sentí que debía apoyar un proyecto iniciado por un mexicano.

GNOME tampoco me acababa de gustar (también seguía usando la línea de comandos para casi todo), pero al menos sentía que estaba del lado “correcto” no sólo por el hecho de que Miguel encabezaba el proyecto, sino también porque KDE usaba Qt, que en ese entonces no sólo no era Open Source, era de hecho propietario.

Para 2002 ó 2003 yo había pasado por un montón de cosas que habían hecho que me desatendiera de lo relacionado con GNOME, KDE, similares y conexos. Para cuando comencé a trabajar en una compañía donde me pusieron a instalarle Linux a varias máquinas, GNOME 2.0 había hecho su aparición.

A partir de ese momento GNOME de verdad comenzó a gustarme mucho más que KDE. KDE (que para entonces ya había solucionado, o estaba a punto de solucionar, los problemas de licencias con Qt) siempre me pareció una (mala) copia de Windows, y jamás me gustó que sus ventanas de configuración tuvieran opciones hasta para qué color debían tener las ventanas invisibles.

Las soluciones que GNOME ha utilizado históricamente han sido las que al final y acabo terminan en Free Desktop, y eventualmente en KDE por más que pataleen. Por ejemplo, cuando mezclador de sonidos aRts por fin admitieron que era basura, en lugar de pasarse a GStreamer (que me parece es por mucho la solución técnicamente correcta y más probada), decidieron ir con todavía otro proyecto que ellos iniciaron. Van a acabar de cualquier forma usando GStreamer, pero mientras continúan yéndose por su lado sin tratar de colaborar con soluciones que beneficien a todos los usuarios de escritorios libres. Como esa hay muchas otras.

Luego está la biblioteca para interfaces grácias; GTK+ tendrá todos los problemas que quieran, pero Qt está desarrollado por una empresa, y básicamente hacen lo que se les pega la gana (por más que hayan cambiado la licencia a GPL). GTK+ es desarrollado de forma abierta, y me sigue gustando mucho más que Qt. Además de que GTK+ está escrita en C, mientras Qt está escrita en C++… o algo que se le parece (Qt necesita un preprocesador llamado moc).

Por último, y tal vez la única razón práctica para de plano evitar KDE y Qt como la peste, es que yo utilizo Gentoo, y eso implica que compilo todos los programas que utilizo. En particular compilar KDE, Qt o casi cualquiera de sus dependencias es un infierno, porque al estar escritas en C++ (con un preprocesador espurio además) tardan los siglos de los siglos.

(En espíritu de ser derecho, debo aclarar que Inkscape está escrito en C++ con gtkmm, los bindings de C++ para GTK+… y a pesar de ser un programa razonablemente complejo, compila muchísimo más rápido que casi cualquier cosa escrita con Qt o para KDE).

En resumen: en general no uso KDE o Qt por razones puramente subjetivas, y algunas incluso ideológicas. Pero también vengo usando Linux hace casi quince años, y algo sé de computación; y me parece que la solución que ofrece GNOME es superior desde un punto de vista técnico, y social en el sentido de la comunidad que formamos los que usamos Linux/Open Source.

Pero si alguien quiere usar KDE, pues allá ellos. Yo me quedo con lo que considero mejor.

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El Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo

Hace ocho días fui a ver Prince of Persia: The Sands of Time, pero no había escrito al respecto por estar ocupado. Se aplican las de siempre.

Prince of Persia: The Sands of Time

Prince of Persia: The Sands of Time

La crítica ha sido bastante dura con esta película, pero a mí la verdad me encantó. No sólo creo que captura la historia y el ambiente de los juegos del Príncipe de Persia (incluidas todas las acrobacias que el pobre Príncipe tenía que hacer); también está divertida, muy bien hecha, tienen muy buena química Jake Gyllenhaal y Gemma Arterton, está muy sabrosa ella (creo que no he visto película donde ella participe que no me guste), y Ben Kingsley es un villano entretenido. En pocas palabras, no es una buena película, pero es un buen churrito.

Y sinceramente creo que es la mejor película que ha salido de adaptar un videojuego. No que haya mucha competencia ahí, claro.

La participación de Jordan Mechner (el creador y de hecho programador del primer juego del Príncipe de Persia) es obvia; la historia está hecha con amor, y varias escenas sí parecen sacadas de los videojuegos. Y de verdad pusieron a Jake Gyllenhaal a dar de brincos todo el tiempo.

A mí me gustó mucho, y espero con ansias la segunda parte (que sin duda habrá, me parece). Yo sí la recomiendo.

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Textext

Desde hace años uso PStricks para dibujar figuras en documentos \LaTeX, por una muy simple razón: no importa qué tan bonitas haga las figuras casi cualquier programa, las etiquetas no utilizan el sistema de tipos de \LaTeX, y por lo tanto se ven horribles.

(La única excepción de la que tenía noticia, Ipe, es capaz de agregar etiquetas usando \LaTeX, pero tiene una desventaja para mí aún mayor: está escrito con Qt… casi por principio no tengo Qt ni KDE ni ninguna de sus bibliotecas instaladas en mis máquinas.)

Sin embargo el usar PStricks a mano, aunque muy varonil, es increíblemente tardado. No digo que no sea capaz de hacerlo; es sólo que cada vez tengo menos tiempo de estar viendo cómo hacerle para conectar, a mano, dos puntos con una curva.

Y es así como hizo su entrada en mi vida Inkscape. De hecho ya lo conocía, y lo he usado bastante; fue sólo que rápidamente me di cuenta de cómo podía utilizarse para hacer figuras (especialmente geométricas) muy padres. Por supuesto, siendo Inkscape un programa desapegado a \LaTeX, sufría de las mismas limitaciones que todos los demás programas de este estilo; no podía agregar etiquetas con \LaTeX. Pero Inkscape exporta a PStricks, así que era sólo cuestión de hacer eso, y agregar las etiquetas a pie. ¿Engorroso? Algo, pero mucho mejor que escribir código PStricks a pie.

Además Inkscape tiene la increíble ventaja de utilizar SVG como su formato nativo, y SVG es la neta del planeta en bicibleta; todos mis programas de cositos geométricos puedo hacer que fácilmente guarden las imágenes en SVG, exportarlo a PStricks con Inkscape, y agregarles etiquetas a mano…

Sólo que eso sigue siendo bastante engorroso. Así que fue con alegría que descubrí Textext; es una extensión de Inkscape que permite agregar lo que sea que \LaTeX pueda generar como un objeto vectorial en Inkscape, y (nada despreciable) permite reeditar el código \LaTeX después.

Inkscape con Textext

Inkscape con Textext

Con esto ahora sí creo que por fin dejaré PStricks, para pasarme completamente a SVG. Por fin las interfaces gráficas alcanzaron a PostScript, unos veinte años después.

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Robin Hood

El día que volé de México para Europa, fui a ver Robin Hood. No había escrito al respecto porque he estado ocupado, pero estoy pensando en ir al cine hoy, y entonces quiero haber comentado la película antes. Se aplican las de siempre.

Robin Hood

Robin Hood

Si quieren un recomendación rápida de esta película, de mi parte sería: vayan y renten la versión de 1991 de Kevin Costner. Es mucho mejor, y más importante, mucho más divertida.

El problema con esta versión de Russell Crowe, en mi opinión, es que es bastante aburrida. Hay algunas escenas simpáticas entre él y Cate Blanchett, pero en general la película es lenta, aburrida, y sin el encanto de la de Kevin Costner. Que además tenía a Morgan Freeman y Alan Rickman.

Pero probablemente para estas alturas ya ni siquiera esté en cartelera, así que supongo que es irrelevante.

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Trabajo, trabajo, trabajo

Después de pasarme un fin de semana en París con mis cuates del DocCourse 2009 (fin de semana que, en sí mismo, hace que este viaje a Europa ya haya valido la pena), regresé a continuar con el trabajo que estamos haciendo aquí en Barcelona.

Para darse una idea del tipo de problemas que trato, pueden ver este video en el tubo de un programa que escribí para ver ejemplos del tipo de problemas que estamos tratando. Que, por cierto, al ver el video recuerdo a una ex novia que decía que me había metido al posgrado a dibujar palos y bolitas.

Como sea, hemos estado entradísimos con la chamba y acomodándonos en el departamento (“piso”, que aquí le dicen) que conseguimos (está muy cerca del metro Rambla Just Oliveras, y puden ver la zona en este mapa de Google Maps). Por eso no he escrito, pero espero poder colar algunas entradas en los días que vienen.

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We will meet in Paris

El sábado al medio día llegué a París para el examen doctoral de mi cuate Vincent, a quien conocí en Barcelona el año pasado en el DocCourse que tomé ahí. La situación en sí misma hubiera sido chida; pero mucho mejor fue que la mayor parte de los amigos europeos más queridos que conocí el año pasado pudieron venir también.

Nos pasamos dos días comiendo, bebiendo y caminando por la Ciudad Luz, y alegrándonos de poder estar de nuevo juntos casi todos. Yo en particular estoy de verdad muy contento; no había creído posible poder regresar al Viejo Continente tan pronto, mucho menos el poder ver a tantos de mis cuates más queridos.

Y lo mejor de todo fue que hicimos básicamente el mismo tipo de cosas que hacíamos en Barcelona; sólo que ahora en una ciudad distinta.

Mañana Vincent se doctorará alrededor del medio día, Paco Santos probará (por primera vez en público) que la conjetura de Hirsch es falsa. Habrá comida, bebida, y una fiesta de la cual yo me perderé las partes más escabrosas, porque vuelo a Barcelona de regreso a las 8:45 de la noche. Estoy aquí para trabajar al fin y al cabo, y un lunes ya es demasiado para dejar de hacerlo. Pero no podía perderme la doctoración de Vincent, menos si ya estoy aquí en Europa.

Ha sido una buena (si bien cansada y en algunas cosas difícil) primer semana. Espero que las siguientes siete sean así de buenas… pero la verdad lo dudo; superar París es difícil: superar París en la compañía de buenos amigos es casi imposible.

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Benvingut de nou

Después de un par de días completamente dementes de acomodarnos aquí en la Universitat Politècnica de Catalunya y de buscar departamento, por fin parece ser que estamos del otro lado. Lamentablemente el piso no se desocupará hasta el lunes, lo que significa que tendré que dormir 3 días en el sofá de un amigo que me dará posada (el sábado vuelo a París al examen doctoral de mi cuate Vincent).

Estoy todavía ajustándome al cambio de horario, pero ha sido mucho más sencillo que el año pasado. De cualquier forma, estoy medio muerto.

Debo la reseña de una película, pero dudo poder hacerla pronto.

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Dos películas en una semana

Hoy en la noche tomo un vuelo al viejo continente; eso, entre muchas cosas más, ha significado que he estado en chinga preparando todo lo que tengo que preparar. Por lo tanto no he hablado de las últimas dos veces que he ido al cine, y voy a corregir eso antes de que me vaya al aeropuerto.

  • The Men Who Stare at Goats (Hombres de Mentes).
    The Men Who Stare at Goats

    The Men Who Stare at Goats

    Fui a ver esta el viernes, no el pasado sino el anterior, y me pareció fabulosa. Aunque la historia que cuenta la película es ficticia, los experimentos que los idiotas gringos realizaron tratando de encontrar aplicaciones “prácticas” para soldados con “poderes” paranormales son verdaderos.

    La película es divertidísima todo el tiempo, no en menor medida porque George Clooney es fabuloso, y le siguen el juego Ewan McGregor y Jeff Bridges.

    Si pueden, vayan y véanla.

  • Iron Man 2.
    Iron Man 2

    Iron Man 2

    Esta por fin pude verla el martes. Aunque sin duda la primera película de Iron Man fue mejor, esta secuela a mí me pareció razonablemente divertida, con mucha acción, y con una química fabulosa entre Gwyneth Paltrow y Robert Downey Jr. Además, salen Scarlett Johansson (ligeramente desperdiciada) y Samuel L. Jackson como la Viuda Negra y Nick Fury respectivamente, y al final sale Mjolnir, el martillo de Thor.

    Supongo que no tengo que decírselos, pero vayan y véanla.

Tengo poco tiempo, así que mis reseñas salieron chiquitas; iré hoy al cine de nuevo, pero tardaré yo creo que un par de días (mínimo) en escribir al respecto, porque estaré acomodándome en Barcelona.

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Eso sí, bien bonita

De acuerdo a la Wikipedia, la temperatura máxima histórica en la Ciudad de México (desde que se registran las temperaturas, obviamente) fue de 34°C, en 1983. Según mi cosito de GNOME que dice la temperatura de la Ciudad, estamos a 31°C.

Yo, por supuesto, detesto el sol y prefiero que llueva; sin embargo, he de admitir que los últimos días (quitando el enloquecedor calor) la Ciudad ha estado ridículamente bonita. Como de postal, todos los días, todo el día.

Pero sí por favor que ya llueva.

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Europa 2.0

Y resulta que el domingo 23 de mayo volaré a Europa a mi segundo viaje al viejo continente. Como suelen ser estas cosas conmigo, la posibilidad se abrió hace un par de semanas, los trámites se hicieron en chinga, y el lunes me dieron mi boleto de avión (que, por suerte, esta vez no pagué de inmediato yo).

También resultó que un viaje que originalmente sería de dos semanas, terminó resultando en una estadía de dos meses, y una visita a París un fin de semana donde veré de nuevo a varios de mis amigos más queridos en Europa.

De hecho no he terminado todos los trámites, y además falta ver cómo me va a ir porque seguramente tendré que financiarme mi manutención (renta incluida) durante casi todo el viaje. Pero bueno; supongo que todo saldrá bien. A comer tapas diario.

Estas tres semanas andaré más ocupado que de costumbre, tratando de atar cabos sueltos para antes de irme, así que no esperen que escriba mucho.

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El MUAC

El domingo fui al MUAC a ver las exposiciones ahí. No había escrito al respecto por razones que daré en mi próxima entrada.

Las exposiciones del MUAC deben ser de las más pretenciosas que yo he visto. Lo cual ya es mucho decir. También yo cuestionaría si llamar “obras de arte” a aventar cientos de paletas Tutsi-Pop a una pared, o llenar una habitación con burbujas del jabón que utilizan en las morgues para lavar cadáveres. Aunque sin duda los “artistas” están tratando de expresar algo, me gustaría pensar que una obra de arte implica un proceso creativo, más que el tomar objetos mundanos y acomodarlos de formas “interesantes” (que además, que tan interesantes realmente son también lo cuestionaría).

Sin embargo me divertí, y además saqué Tutsi-Pop gratis.

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Una de grilla, otra de un hermoso crimen

El miércoles fui a ver Green Zone. El viernes fui a ver Man on Wire. Hoy fui al Museo Universitario de Arte Contemporáneo. No había escrito al respecto porque ahora resulta que al parecer tengo algo que se le puede llamar vida.

De mi visita al MUAC hablaré en otra entrada; para las películas se aplican las de siempre.

  • Green Zone (La Ciudad de las Tormentas).
    Green Zone

    Green Zone

    Green Zone tiene todos los elementos para una película que debería fascinarme: una historia decentemente contada, mucha acción, buenas actuaciones, un elenco que me cae bien, una crítica mordaz a los gringos y al imperialismo… y sin embargo no pude disfrutarla por un simple hecho.

    Es muy estúpida.

    Mientras que el resto del mundo siempre supimos que Irak no tenía (ni tuvo nunca, ni planeó en tener) Armas de Destrucción Masiva (Weapons of Mass Destruction, o WMD en inglés), los imbéciles gringos estuvieron debatiendo acerca de eso por más de seis años. Esta película entonces trata de explicar con (literalmente) palos y bolitas a (repito) los imbéciles gringos que se fueron a la guerra por razones falsas y por qué eso importa.

    En Estados Unidos la película ha desatado mucha polémica, y la crítica debate entre si es una maravilla la película o si es “antigringa”. Para los que siempre supimos que los gringos nunca tuvieron ninguna razón válida para atacar a una nación soberana, la película sencillamente es muy estúpida, tratando de simplificar las cosas al grado de que parecería que sólo hay un puñado de “villanos” que planeó el engaño. Y las cosas, lamentablemente, nunca son así de fáciles.

    Como churrito de acción está divertido, y la crítica a los gringos siempre es bienvenida; pero a nadie le va a decir nada que no supiéramos antes… excepto, al parecer, a los imbéciles gringos. Como sea, vayan y véanla.

  • Man on Wire (La Hazaña del Siglo).
    Man on Wire

    Man on Wire

    Esta debe ser la película que más he disfrutado en mucho tiempo; contando la odisea que fue verla, porque parecía que no llegábamos al cine (que además fuimos después de que resultó que la obra de teatro que queríamos ver no se estrenó ese día), después cancelaron la función, y al final nos la abrieron de nuevo cuarenta minutos después.

    El documental relata la fabulosa historia de Philippe Petit y su demencial hazaña de haber cruzado en cuerda floja las Torres Gemelas, y lo hace como si fuera una historia de un crimen (que técnicamente así fue). Un hermoso crimen.

    Realmente no hay mucho que comentar de la película; es divertidísima, emocionante, muy bonita y además muy bien hecha. Vayan y véanla, porque de verdad es maravillosa.

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Y además quitarle su dinero del recreo

Con Omar en el messenger:

Omar: Se me hace simpático que en Starbucks andan regalando una canción por semana.
Yo: Mira; a mí Internet me regala todas todos los días.
Omar: Pero si le dices “tall half-skinny half-1 percent extra hot split quad shot (two shots decaf, two shots regular) latte with whip” al que atiende el Internet nomás se te queda viendo.
Yo: Si oigo a alguien decir “tall half-skinny half-1 percent extra hot split quad shot (two shots decaf, two shots regular) latte with whip”, me temo que me veré obligado a partirle su madre.

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Geekeando

El sábado mi novia me pidió una tele para que la llevara a su departamento y pudiéramos ver una película (ella no tiene tele). La petición era básicamente una broma (de hecho me pidió mi tele de 46″), pero yo como sea llevé mi monitor LCD de 22″, mi laptop y mi control remoto Streamzap, y siempre sí vimos una película.

La verdad no fue tan fácil; a pesar de que probé en mi casa que pudiera sacar el video de mi laptop a través de la salida para monitores CRT, las Leyes de Murphy entraron en acción y en casa de mi novia fue un desmadre hacer que funcionara. Al final lo conseguimos, pero sí fue después de varios intentos con sus correspondientes errores.

Lo que más me sacó de onda es que mi laptop ya no tiene archivo de configuración /etc/X11/xorg.conf; en teoría todo funciona automágicamente. Y de hecho en mi casa todo funcionó automágicamente, lo cual hizo todavía más bizarro que en casa de mi chava tuviera que estarle meneando al programa de configuración del display en GNOME.

Como sea, hoy estuve trabajando en mi casa, y como estoy actualizando mi maquinón Core 2 Quad, decidí conectar un ratón y teclado USB a mi laptop, y volverle a conectar mi monitor LCD de 22″, para no tener que chambear en la pantallita de la portátil. Por supuesto, como debía de ser, ahora de nuevo todo funcionó automágicamente, y no tuve ninguna de las broncas que tuve en casa de mi novia.

Mi punto con todo esto es que yo nunca había hecho algo así; conectar un teclado, ratón y monitor a mi laptop y usarla como de escritorio. Y no lo había hecho porque justamente en Linux era un desmadre el tratar de hacer algo así, y uno tenía que estarle meneando al xorg.conf para que las cosas funcionaran… si acaso llegaban a funcionar.

Ahora sencillamente funciona, sin que yo deba hacer nada. O al menos en mi depa.

Realmente Linux ha avanzado mucho desde hace 13 años que comencé a usarlo.

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Furia de Titanes

El viernes fui con mi papá y mi hermano a ver Clash of the Titans. Se aplican las de siempre.

Clash of the Titans

Clash of the Titans

Furia de Titanes, la original, fue una película que en casa de mis padres mi familia y yo debimos haber visto unas doce millones de veces. Varias escenas me las sé de memoria, y por siempre estará ligada a mi niñez.

Dicho eso, la película original es ridícula. Era ridícula hace casi treinta años, cuando se estrenó, y sigue siendo ridícula ahora. Digo, nada más recuerden a Bubo, el búho mecánico, que al final acaba con una muleta.

Era entonces de esperarse que esta nueva versión del drama griego fuera también ridícula, y la película no decepciona para nada en ese aspecto: es inmensamente ridícula. Ahora no tenemos a Bubo (más que un homenaje de unos cuantos segundos), pero sí tenemos a los dioses del panteón griego vestidos como los Caballeros del Zodiaco (los mismos creadores de la película admiten haberse basado en ellos para las armaduras de los dioses).

Todos los actores se toman terriblemente en serio sus papeles, como si el bienestar mundial dependiera de qué tan fuerte pueden apretar las mandíbulas. Las únicas excepciones son un par de cazadores y el fanático de Hades, que aparecen la verdad muy poquito. La historia está ligeramente basada en la historia de la película original, que a su vez está ligeramente basada en los mitos griegos, que posiblemente estén basados en los viajes que tenían los antiguos griegos por fumar tanta mota (o lo que sea que fumaran en el Mediterráneo hace 2,500 años).

Dicho eso, a mí la película me encantó; me volví a sentir de nuevo de 6 ó 7 años, como siempre me ha hecho sentir la película original. Sam Worthington, alumno absoluto de la escuela de Russell Crowe, me cayó muy bien como Perseo; como él mismo dijo en una entrevista, se tomó terriblemente en serio su papel, justo para que la audiencia no tuviera que hacerlo. El Perseo de esta versión me cayó mucho mejor que el de la película original, que siempre me pareció medio bobo; y su determinación a elegir ser humano y considerar como sus padres a la pareja humana que lo crió me recordó a los mitos (modernos) de Supermán. Gemma Arterton se me hizo maravillosa como Io, y que al final Perseo decida ser pescador en lugar de rey y quedarse con la nena que lo ayudó y acompañó en lugar de con la (literalmente) reina se me hizo fabuloso. Y que el Pegaso sea negro me pareció una puntada genial.

Los actores pesados (Liam Neeson y Ralph Fiennes) están terriblemente sobreactuados; pero se ve que era justamente lo que querían hacer, y más importante, que se divirtieron como enanos filmando el churrito. Y sí, salió en el avance y era obvio cuándo iba a pasar, pero cuando Zeus dice “release the Kraken!”, yo sí me emocioné.

Por último, debería ser obvio, pero los efectos especiales son unas catorce mil frullones de veces superiores a los de la película original. En particular el Kraken ahora sí da miedo, no risa.

Clash of the Titans es un churro, como sin duda lo era el original. A mí me gustó, como me gustó el original. Y sin duda alguna lo que vale la pena es verla en el cine (yo la vi en 2D, y todo mundo dice que la versión 3D apesta, pero háganle como quieran), así que vayan y véanla.

Yo ya quiero verla de nuevo.

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