A los que siempre están vociferando en contra de las Escuelas Normales: Se colocaron las normales públicas con el mejor desempeño en el examen de ingreso.

Porque a veces tienes tantos pensamientos, que te gustaría sacarte algunos de la cabeza.
A los que siempre están vociferando en contra de las Escuelas Normales: Se colocaron las normales públicas con el mejor desempeño en el examen de ingreso.
El miércoles fuimos a ver The Chronicles of Narnia: The Voyage of the Dawn Treader, después de haber rentado y visto The Chronicles of Narnia: Prince Caspian que yo no había visto.
Se aplican las normales.
Tengo varios problemas con Las Crónicas de Narnia; a pesar de que las películas sí me entretienen, y de que tienen cosas padres, la verdad es que en mi opinión son muchísimo más chafas que casi cualquier otra cosa de fantasía que yo haya visto. Con la posible excepción de Eragon.
C. S. Lewis es bastante burdo si lo comparamos con Tolkien (y de hecho Tolkien consideraba bastante chafas las historias de Narnia), y muchísimo menos entretenido que la Rowling. El mensaje cristiano es demasiado “in your face!”, crítica que el muy cristiano Tolkien también compartía, y en esta película (después de leer el primer libro de Narnia me dio muchísima hueva leer los demás) raya incluso en lo ridículo con Aslan diciéndole a Lucy que tiene “otro nombre” en el mundo real. Y además todo el hecho de que cuando los niños crecen lo suficiente ya no pueden regresar a Narnia me parece increíblemente condescendiente.
Como sea, la película está divertida, tiene escenas de acción muy padres, y Georgie Henley como Lucy es maravillosa. Sólo que bien pude haber esperado a ver esta película en Blu-ray, como hice con la segunda.
Ayer fui con mi novia a ver The Social Network. Se aplican las advertencias de spoilers de siempre.
Tenía bastantes ganas de ver esta película, porque básicamente todo mundo decía que estaba muy buena. Me queda claro que la historia es una exageración enorme de los hechos que ocurrieron cuando Mark Zuckerberg creó Facebook… en el mejor de los casos. En el peor es sencillamente apócrifa; una amiga de Zuckerberg describe que lo que realmente ocurrió es que él sencillamente programaba con sus amigos y pedía pizzas. Lo cual ciertamente haría una película muy aburrida. Independientemente de su veracidad, la película es muy buena; principalmente por la actuación de Jesse Eisenberg como Zuckerberg; el chavo es fabuloso. Lo he visto en tres películas, y las tres han sido de mi completo agrado.
La película relata como Zuckerberg se le ocurrió la idea de hacer Facebook poco después de que su novia lo mandara al carajo y él en despecho hiciera un sitio para calificar qué tan sabrosas estaban las estudiantes de Harvard. Poco después dos gemelos (interpretados por un único actor, de los efectos especiales más chidos que he visto últimamente) que se ven y portan como si hubieran sido paridos por los dioses le proponen que les programe un sitio social, y Zuckerberg les da el avión mientras de hecho se pone a programar Facebook. La demanda que le ponen los gemelos acusándolo de haberse robado su idea es una de las líneas de la historia.
La otra es cómo Zuckerberg utiliza y desecha a su mejor (y, según la película, único amigo), Eduardo Saverin (magistralemente interpretado por Andrew Garfield), primero utilizándolo como financiador original, y después apuñalándolo por la espalda cuando Facebook comienza a hincharse de dinero. Para hacer más ardido el asunto, ni siquiera lo traiciona viéndolo a la cara; lo hace a través del resbaloso y truculento Sean Parker, ex fundador de Napster (Justin Timberlake, igualmente espectacular en su actuación), que se cuela en el negocio sin aportar realmente mucho.
La película, que realmente consiste de gente hablando rápido todo el tiempo, brilla por el diálogo y las fabulosas actuaciones de los tres chavos principales. Eisenberg en particular da de verdad la actuación de su vida; no sé si Zuckerberg sea así en la vida real, y la verdad no me interesa en lo más mínimo: el personaje de la película es a la vez tierno y detestable, y Eisenberg lo interpreta a la perfección. El Zuckerberg de la película es arrogante, altanero, de alguna manera cobarde y sin duda alguna brillante. Al tipo no le interesa en lo más mínimo el dinero, lo que al final tal vez es lo que le permite convertirse en multimillonario; pero sí le interesa ganar, y en particular tener la razón. Le encanta además pendejear a la gente siempre que puede, incluyendo su novia, razón por la que la chava lo manda mucho a la chingada.
Como pilón, yo como viejo usuario de Linux en particular disfruté mucho la parte donde va describiendo cómo conseguir las fotos de las chavas para Facemash; no sólo pude seguir la jerga técnica sin ningún problema, sino que yo mismo he hecho cosas de ese estilo varias veces en mi vida (aunque claro, nunca para algo tan idiota como sacar fotos de chavas de índices de casas universitarias).
La película me pareció fabulosa; lo único es que realmente no hay motivo para verla en el cine: se puede ver en DVD sin ningún problema. Tampoco cambió mi posición respecto a Facebook; no tengo cuenta en el famoso “caralibro”, y no planeo tenerla nunca en mi vida (como de hecho no tengo en ninguna red social). También estoy convencido de que, como en su momento lo fueron otras cosas en Internet, el interés en Facebook irá disminuyendo y probablemente deje de ser relevante en un par de años. Y no me impresiona la afirmación de que la compañía esté valuada en no sé cuántos miles de millones de dólares; hace no mucho AOL (justo antes de que Time-Warner la comprara) era un orden de magnitud más valiosa, y miren ahora cómo está.
Pero sólo como película, está fabulosa; nada más por las actuaciones valdría la pena, pero encima el diálogo está muy bien escrito, es divertida, y es interesante el personaje que muestran en la historia, aunque probablemente sea inventado.
Así que vayan y véanla, o si quieren réntenla cuando salga en DVD o Blu-Ray.
Estoy programando un pequeño proyecto personal desde hace un par de meses. Ahorita estoy atorado en una parte bastante mensa, así que decidí escribir acerca de un proyecto que, muy indirectamente, me inspiró a escribir el mío.
Hace ocho meses, Lennart Pottering escribió en su blog acerca de systemd, un reemplazo para el venerable (y anticuado) sysvinit (de “System V Init”). La idea en resumidas cuentas, es copiarle más o menos lo que hace Apple para iniciar rápidamente Mac OS X, y haciéndolo tomando todas las posibles ventajas que ofrece Linux. Esto último es importante; systemd por diseño no es portátil: está pensado para Linux y únicamente para Linux.
Lo principal para que funcione únicamente en Linux es el uso de Control Groups, una característica del kernel de Linux que ha estado disponible desde la versión 2.6.35, y que no mucha gente le ha hecho mucho caso, hasta hace unas semanas que Slashdot reportó una historia acerca de como un parche de 200 míseras líneas en el kernel volvía el escritorio súper usable, incluso bajo intenso uso (el ejemplo clásico siendo el compilar un kernel usando todos los procesadores). Como Lennart mismo mencionó poco después, el parche ni siquiera es necesario configurando inteligentemente los famosos Control Groups, o cgroups para abreviar.
Los cgroups son eso, grupos de control para procesos. Permiten agrupar ciertos procesos de tal forma que se les pueda asignar recursos a todos los procesos en el grupo. El “milagroso” parche lo que hacía era poner al proceso compilando el kernel en un mismo grupo, y el resto del escritorio en otro; por lo tanto el CFQ (Completely Fair Queue, la implementación del scheduler usada por omisión en Linux) les da igual tiempo de procesador al grupo compilando el kernel (aunque al llamar make le pidamos que use todos los procesadores), y a la ejecución del escritorio.
Systemd utiliza a lo bestia los cgroups; siendo un reemplazo de sysvinit, lo que hace es ser el primer proceso que es llamado por el kernel, y se encarga de todos los otros procesos que levanta después el sistema. Entonces si uno de esos procesos es Apache, por ejemplo, systemd pone a todos los procesos derivados de Apache en un grupo de control, incluyendo scripts CGI que hagan un “doble fork” para tratar de escapar del control del mismo Apache. Los cgroups impiden que tal escape sea posible.
Por supuesto, no es lo único que hace systemd distinto a sysvinit; también manda al carajo la idea de tener scripts para levantar y tumbar servicios, y los reemplaza con archivos (llamados unidades en la terminología de systemd) que son sospechosamente similares a los archivos .desktop que pululan los distintos escritorios en Linux (aunque mantiene compatibilidad para poder usar los scripts de sysvinit). El no mandar llamar a bash (y a un montón de programas a través de bash) acelera el tiempo que tarda en levantar el sistema enormemente.
Encima de esto, systemd intenta levantar cuanto proceso pueda de forma paralela, y reemplaza muchos scripts escritos en bash por sencillos programitas escritos en C. Todo esto además pensando en que systemd funcione de forma idéntica entre distintas distribuciones, lo cual tendría la alegre consecuencia de que las diferencias idiotas que hay entre todas las distribuciones para levantar el sistema desaparecerían.
Pocos meses después de que Lennart anunció systemd, traté de instalarlo en Gentoo, y fallé miserablemente. Lo cual no es de extrañar; Gentoo utiliza su propio sistema de inicio disinto de sysvinit (OpenRC le dicen), y esto ocasiona que si uno quiere intentar usar systemd, debe poder reemplazar toda la inicialización, no se puede utilizar nada de OpenRC. Lo dejé estar un par de meses más, y hace unas semanas lo volví a intentar.
Aunque no funcionó a la primera, poco a poco (y reportando bugs y parchando distintos programas y ebuilds de Gentoo), por fin logré que mi laptop utilizara systemd exclusivamente. Mi laptop pasó de tardar 1 minuto 40 segundos en inicializar, a tardar “únicamente” 50 segundos. Sé que no suena mucho, pero no es tan rápida.
Cuando por fin me sentí lo suficientemente cómodo con systemd en mi laptop, lo puse en mi media center. Ahí la diferencia sí fue significativa; mi media center inicializaba en 50 segundos, y con systemd tarda alrededor de 20 ahora.
Además del booteo indudablemente más rápido, el diseño de systemd me parece extremadamente elegante y bien pensado. Y el uso de cgroups además ocasiona un montón de cosas buenas, como el poder cambiarle la prioridad a todo un conjunto de procesos de forma sencilla. Si además consigue convertirse en el estándar para inicializar Linux a través de distintas distribuciones (Fedora y OpenSUSE, y a lo mejor Debian sí parecen serios al respecto), ciertamente esto mejoraría la vida de todos.
En mi laptop ya llevo un par de semanas usando exclusivamente systemd, y en mi media center unos días. Todavía no lo pongo en mi máquina de escritorio, pero probablemente lo haga estas vacaciones. Está muy simpático el proyectito.
El viernes vi en el periódico la siguiente foto:
Y recuerdo claramente la opinión que se formó en mi cabeza de forma automática:
Qué bueno.
No porque en particular apoye las manifestaciones violentas (que sin duda hay ocasiones en las que se justifican), ni porque indudablemente yo esté con los estudiantes británicos, que les salieron con la jalada de que un día para otro pagarán tres veces más de colegiatura en su educación. Que es justamente la razón por las que no hay que tener cuotas en primer lugar, por cierto; una vez establecidas, subirles el precio es medio imposible de evitar, no importa qué tanto sea la oposición a la idea, como la foto de arriba claramente muestra.
No; mi reacción inmediata fue qué bueno, porque me parece que el tener reyes y princesas en el siglo XXI es una vergüenza para la humanidad; debimos habernos librado de esos parásitos hace siglos, como de hecho lo hicimos en casi toda Latinoamérica desde hace más de 150 años.
En cualquier país, no importa su historia y tradiciones, que exista un subconjunto de habitantes a los cuales no se les aplica igual las leyes ni las reglas, únicamente porque son hijos de alguien “especial”, es asqueroso. Bien por los chavos ingleses, que les metieron un buen susto a ese par de zánganos, los cuales por cierto jamás tendrán que preocuparse de cómo pagarán la educación de sus hijos. Y no porque sean buenos en los negocios, ni nada por el estilo: sencillamente por ser de familia “real”.
Me alegró ver esa foto; se ve que se cagan de miedo igual que cualquier otra persona.
Ayer fui con mis cuates a ver Skyline. Se aplican las de siempre.
Propuse que fuéramos a ver esta película porque parecía ser de mucha acción, y con hartos efectos especiales; que son básicamente las cualidades que busco en una película que pago por ver en el cine.
Salí agradablemente sorprendido; a mí me pareció muy entretenida y muy bien hecha. Ciertamente los actores podrían haber, ya saben, actuado, y la historia podría haber sido algo más generosa con los espectadores para informarnos exactamente cómo es que los mostros del espacio exterior se enteraron que nuestros cerebros eran como que buenos CPUs para ellos y decidieron venir a quitárnoslos para controlar más mostros.
Pero en general me encantó; desde que H.G. Wells escribió La Guerra de los Mundos, la técnica de mostrar una invasión extraterrestre a través de los ojos de un testigo para motivos prácticos incapaz de hacer nada ha sido explorada muchas veces; Juan en particular me hizo notar la clara similtud con Cloverfield, sólo que Skyline no abusa de la cámara de mano.
En particular las batallas aéreas y la escena donde lanzan una bomba atómica a una nave nodriza me parecieron excelentes, de las más emocionantes que he visto enmucho tiempo. Y ciertamente cada vez que los malditos mostros se reparaban solitos yo gritaba “¡falta, falta!”
El final también se me hizo muy simpático; me gusta la idea (no sé si fuera la de los directores, pero es la que decido yo tomar) de que al haber resistido 3 veces la luz, Jarrod de alguna manera consigue resistir el dominio de los mostros cuando ponen su cerebro en uno de ellos, y que se dedica a defender a su chava y a su hijo no nacido.
Y eso fue tal vez lo original de la película; que de verdad la humanidad acaba hecha mierda, y sin muchas esperanzas de poder recuperarse. Dicen que la película costó 10 millones de dólares hacerla, porque básicamente son puros efectos especiales (muy bien hechos), así que espero que puedan hacer la secuela pronto.
Yo sí la recomiendo; eso sí, debo avisar que muchos críticos la han hecho pedazos. Pero pues a mí sí me gustó.
Ayer fui a ver Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 1. La hubiera visto antes, pero resultó que mi novia no había visto ni la tercera, ni la cuarta, ni la quinta, ni la sexta película. Así que nos pasamos el fin de semana viendo las cuatro anteriores antes de ir ayer a verla.
Se aplican las advertencias de spoilers normales.
Déjenme comenzar diciendo que me parece que ésta es la mejor película de Harry Potter que hayan hecho hasta ahora, y que para motivos prácticos me pareció perfecta. Tiene un par de cositas que podrían haber hecho mejor; pero me abstengo de decir que de hecho así sería hasta que vea la segunda parte. Y antes de que varios de mis lectores me reclamen, déjenme repetir que yo siempre he mantenido que los medios escrito y cinematográfico son absolutamente distintos, y que una película que siguiera al pie de la letra las novelas sería idiota (como puede comprobarse viendo las primeras dos películas). Son medios distintos; una película por fuerza debe ser distinta a la novela en que se basa, y por lo tanto debe hacerse un trabajo de adaptación. Me parece que la séptima película (que adapta la primera parte de la séptima novela), es la mejor adaptación que han hecho hasta ahora.
Habiendo visto las anteriores cuatro películas de corrido antes de ver ésta, debo decir que lo primero que me viene a la mente es cuánto han crecido los chavos, y qué bien actúan ahora. No que actuaran mal antes, pero sin duda han mejorado. También me gustó ver que esta película es la más adulta de todas, lo cual me parece apropiado dado que ocurre lo mismo con la novela.
La película mejora algunas cosas respecto a la novela, me parece. La primera es la muerte de Hedwig; en la novela me pareció muy cruel que muriera sin saber qué pedo dentro de su jaula, y en la película en cambio le dan una muerte súper heroica, sacrificándose al defender a su dueño, y de paso resuelven cómo es que los deatheaters descubren a Harry sin que tengan que dar la (cinematográficamente confusa) explicación de que expelliarmus es la maldición favorita del mago adolescente.
La otra cosa que mejoran es la lasciva y diabólica escena de Riddle tormentando a Ron con las grotescas imágenes de Harry y Hermione no sólo besándose, sino dándose un perturbador faje completamente desnudos. Toda la escena del regreso de Ron al trío es fabulosa, pero esa parte me parece la mejoraron.
Por último, toda la infiltración del trío al Ministerio de Magia, incluyendo el fabuloso regreso de Dolores Umbridge, me pareció más divertido y más emocionante que en la novela. Esas tres escenas creo que fueron mejoradas por la película, y nada más por ellas valdría la pena.
La película (obviamente) quita un montón de cosas de la novela; tenía qué, es una adaptación. En general estoy de acuerdo con todas. Por ejemplo, Harry no confronta a Voldemort más que en la huida de Privet Drive; no hay “encuentros cercanos” ni en Godric’s Hollow ni en la mansión de los Malfoy. Esto me parece bien; hace que cuando por fin se enfrenten Harry y Moldemort sea más emocionante, y además de hecho es más apropiado, dado que Voldemort no tenía la Elder Wand en ese momento. Otra cosa que quitaron fue cómo el trío se gana la lealtad de Kreacher; eso me hubiera gustado verlo, pero realmente es terciario a la trama principal, y sólo hubiera quitado tiempo. Y por último, la idea de salvar a Wormtail en la mansión de los Malfoy me hace sospechar que harán su muerte (y última lealtad a Harry) más emocionante durante la segunda mitad.
Me disgustó un poco que Bellatrix no torturara a Hermione con crucio, como en la novela, y que Ron no se viera tan desesperado. La idea de que le marque con su navaja mudblood es obviamente una referencia a los tatuajes que los nazis forzaron en todos sus prisioneros en campos de concentración (que por cierto, no todos eran judíos), y eso me gustó; pero hubiera preferido que Ron reaccionara más fuerte al respecto. Una vez más, me parece que esto es para hacer que el tan esperado beso entre los dos sea todavía más impactante.
(Y por cierto, la línea inventada de Hermione de “siempre estoy enojada con Ron” me pareció fabulosa).
La película, aunque sin duda la más cercana a las novelas desde las primeras dos (sin ser para nada tan pesada), es una buena adaptación. Tratan (dentro de las restricciones inevitables que surgieron de tener cuatro distintos directores para la serie) de mantener la continuidad interna de las películas, y creo que en general lo consiguen. Creo que es la mejor adaptación, y a mí en particular me encantó.
Podría decir más, pero creo que voy a esperarme a ver la segunda parte. Pero si es tan buena como la primera, creo que será un fin digno de la serie.
En los noventas, Linus Torvalds solía hablar de “dominación mundial”, de los pasos necesarios para que Linux dominara las computadoras de todo el mundo. Era, por supuesto, en gran parte una broma; después de casi veinte años de que Linux comenzó a escribirse, el sistema operativo libre no tiene ni siquiera el 10% del mercado de computadoras de escritorio. En otros rubros le ha ido mucho mejor; en servidores casi todo mundo usa Linux; y con la adquisición de Sun por parte de Oracle, y la subsecuente muerte (para motivos prácticos) de Solaris y OpenSolaris, al parecer esto sólo se acrecentará en un futuro no muy lejano.
Otra parte donde le está yendo muy bien a Linux es en dispositivos portátiles; dícese teléfonos celulares, porque para como yo veo las cosas, todos los dispositivos portátiles van a terminar colapsándose dentro de los famosos “smart phones”. La familia de teléfonos Android está desbaratando la dominación del iPhone, que ciertamente revolucionó cómo eran los “smart phones” (que si me lo permiten, dado que no me gusta el término “smart phone”, de ahora en adelante les diré “teléfonos mamones”). Android es una versión de Linux desarrollada por Google.
Y de hecho Linux está en un montón más de dispositivos electrónicos; muchas veces sin que nos demos cuenta. Cuando compré mi telesota LCD, entre la documentación que traía venía una copia de la licencia GPL. Yo pensé que utilizaría alguna biblioteca GPL para, por ejemplo, desplegar las imágenes que uno le puede poner a través de un disquito USB, pero resulta que me equivocaba,
Mi hermano me pidió ayuda porque quería ver una película que tenía en su computadora; como es una laptop no muy nueva, le dije que sencillamente comprara un cable VGA. Después me llamó diciendo que no servía; yo por supuesto, supuse que mi tecnológicamente semi iletrado hermano habría hecho una pendejada, así que fui con mi laptop y mi propio cable VGA.
Con sorpresa vi en su casa que no servía, y entonces supuse lo siguiente; que algo había mal con su tele. Así que volví a mi casa, y con mayor sorpresa descubrí que tampoco servía en mi casa. Y entonces por fin me metí a la red a investigar un poco. Resulta que las laptops Sony VAIO suelen tener problemas para conectarse con los LCD Samsung. Nadie me ha podido explicar bien a bien cuál es el problema; lo que yo sé es que ocurre a nivel de hardware, porque falló con el Windows XP de mi hermano, y mi sistema Linux.
Buscando posibles soluciones, vi que se podía actualizar el firmware de mi tele, así que me metí a la página de Samsung y bajé el nuevo firmware. Cuál sería mi sorpresa al descubrir que dicho firmware se instala utilizando un vil script de shell. Y así fue como descubrí que de hecho mi televisión corre Linux.
Todavía no puedo conectarle una laptop VAIO, pero al menos sé que por dentro tiene software libre.
Total que el lunes un cuate me llamó para preguntarme si podía donar sangre, porque van a operar a su mamá. Por supuesto le dije que sí, y ahí estuve el lunes en la mañana en la Clínica Londres (que ahora es, literalmente, sucursal del Hospital Ángeles) para que me sacaran otros 450 mililitros de sangre fresca.
De verdad, los peores lugares donde me han sacado sangre, han sido hospitales privados. El enfermero que me puso la aguja grande le temblaban las manos; no recuerdo que me haya dolido tanto antes.
Para hacerla peor, cuando terminé de donar no me llevaron de comer. Dijeron que lo harían, y ahí estuve con mi cuate y su mujer esperando que llegara la comida, y después de veinte minutos después decidimos mejor ir a desayunar a un Toks. Yo creo que eso fue lo que me dio en la madre; si algo he aprendido de haber donado sangre tantas veces, es que uno debe consumir alimentos inmediatamente después de hacerlo.
Anduve como zombie todo el día, y apenas ahorita comienzo a sentirme mejor. Pero bueno; todos los análisis indicaban que mi sangre era apta para donar, y hoy operan a la mamá de mi amigo, así que espero todo salga bien.
Ayer arrastré a mi novia a que viéramos Scott Pilgrim vs. the World. Se aplican ya saben.
Tenía muchas ganas de ver esta película, desde que salieron los avances y leí acerca del cómic en el que está basada. No leí el cómic (me dio una hueva inmensa), pero sí tenía muchas ganas de ver la adaptación.
A mí me encantó, y ya quiero tenerla en Blu-ray; en cambio mi novia tuvo que hacer un esfuerzo para no asesinarme por haberla llevado a verla.
La película es una recolección de todos los lugares comunes que hay con cómics, manga, animé, vdeo juegos, y un pedazo importante de música “indie” (siempre he detestado el término). Además de eso, la historia es una alegoría al hecho de que todos, una vez que llegamos a cierta edad, tenemos un bagaje emocional que, a menos que sepamos superarlo, siempre se interpondrá en todas nuestras relaciones futuras. Además de que dicho bagaje sólo crece y crece con el tiempo.
Ahora, que la historia sea una alegoría de un tema que incluso pudiéramos calificar de importante, no quita que sea idiota. A mí no me importó; el humor, ritmo y aspecto visual de la película por mucho hacen que le perdone eso, y también que los dos actores principales parecen incapaces de mostrar un enamoramiento tal que justificara todo el caos que provoca en sus vidas. Michael Cera en ese aspecto me decepcionó; esperaba más de él. La niña, Mary Elizabeth Winstead, está muy chula, pero también sólo parece melancólica todo el tiempo.
Pero como decía arriba, todo eso es perdonable por cómo presentan el paquete: cualquiera que haya disfrutado en su vida videojuegos, cómics/manga, o animé, es muy probable que también disfrute esta película, y entienda el mensaje.
La otra cara de la moneda es que si nunca en sus vidas han disfrutado esas cosas, es probable que la película sólo les parezca idiota, como sucedió con mi novia.
Si son de mi bando, sin embargo, yo la recomiendo altamente.
Normalmente no voy a conciertos; para mí la música es literalmente el soundtrack de mi vida: está ahí, en el fondo, y a veces es buena, otras regular, y en muchas ocasiones mala. Raramente es algo fundamental. Sí oigo mucha música, pero no sigo ningún género o grupo/solista en particular; y a estas alturas de mi vida ni siquiera oigo ya radio, así que es muy común que las rolas que oigo normalmente, son las que todo mundo oía catorce meses atrás.
Ir a un concierto, por lo tanto, no presenta mucho atractivo para mí. Soy mal fan, siempre he sido mal fan; ¿a qué voy a ir a oír a un sólo grupo o género durante una o dos horas? Por no decir que sale muchas veces caro.
Ayer, sin embargo, la banda de la mejor amiga de mi novia tocó en El Vicio, abriéndole a Fernanda Ulibarri. Es la tercera o cuarta vez que tocan, pero yo no había podido ir a la primera (estaba en Canadá), ni a las subsecuentes porque había estado indispuesto. Así que fui a verlos ayer.
Estuvo bastante padre, y me gustaron casi todas las canciones. E igual y me hubiera quedado a todo el concierto de la Ulibarri, si no fuera porque me estaba dando un coma hiperglucémico por lo meloso de sus rolas; decidí irme al final de una canción cuyo coro es “el sol está solito”. La pueden oír en su página de MySpace.
Antes de esto creo que el último concierto al que había ido fue a uno de Shakira hace más de cinco años. Valió la pena; me divertí.
Total que actualicé atom, la maquinita (con un procesador Atom, sorprendentemente) que siempre está prendida en mi casa. Si cuento al PS3 como computadora, en mi departamento tengo siete computadoras, cinco de las cuales uso casi todos los días; las otras dos son laptops viejitas.
Atom es la única que está prendida todo el tiempo (excepto cuando se va la luz, que gracias a los externos inútiles que ha contratado la CFE en toda la zona centro del país, cada vez es más común), y por lo tanto no la actualizo muy seguido. Además, siendo el Atom un procesador no terriblemente poderoso, prefiero no tenerlo compilando muy seguido.
El viernes dejé atom actualizándose, y cuando regresé a mi casa el domingo descubrí que se había ido la luz (los idiotas de la CFE de nuevo). Por lo tanto la máquina había muerto a la mitad de estar compilando el sistema, lo cual nunca es algo bueno. Cuando la prendí, la chingadera se negó a levantar el sistema.
Fui por un cable VGA y conecté la computadorcita a mi televisionsota, y vi que Linux daba un mensaje de error al inicializar de que el disco duro no estaba. Temí lo peor, que una descarga eléctrica hubiera quemado el disco duro, así que desarmé la maquinita y puse el disco duro en mi maquinota. El disco estaba bien.
Necesitaba levantar la máquina para poder analizar bien la situación, así que me lancé a la tarea de hacer un USB booteable (atom no tiene unidad de CD). Por supuesto, no lo conseguí; lo había hecho hace unos años, pero sí es ligeramente engorroso, y me harté y desarmé la maquinota para sacarle el CD y ponerlo en la maquinita. Y de ahí el relajo fue conseguir quemar un LiveCD de Gentoo en un CD-RW.
Cuando por fin tuve el LiveCD corriendo, lo primero que pensé fue que se podía haber jodido el MBR con grub, así que reinstalé grub. No funcionó. Luego pensé que tal vez una nueva versión de udev había quedado mal, así que reinstalé udev. No funcionó. Luego pensé que tal vez sería el kernel, así que actualicé y compilé el nuevo kernel. No funcionó.
Después de haber perdido unas cinco horas así, por fin me metí a la red y encontré este bug de Gentoo justamente, y con eso pude solucionar el problema.
De hecho mi intuición estaba bien; había una combinación de broncas entre grub, udev y el kernel, pero estaba muy cabrón que me diera cuenta por mí mismo (había que cambiar una opción de compatibilidad del kernel). Que yo configuro y compilo mis kernels no ayudó.
En Unix “todo es un archivo”. Lo pongo entre comillas, porque eso no es cierto; casi todo es casi un archivo. Esto lleva a tener un directorio /dev donde hay archivos que representan hardware; tarjetas de video, de sonido, discos duros, etc. La idea de que “todo” fuera un archivo surgió en los 70s, en parte para aprovechar la poderosa línea de comandos que Unix siempre ha tenido.
El problema era que en los 70s, el hardware de una máquina básicamente estaba grabado en piedra; hoy en día podemos conectar y desconectar decenas de dispositivos de nuestro sistema (y de hecho algunos lo hacemos… casi diario). Si el directorio /dev fuera estático, tendría que tener especificados los archivos para casi todo el posible hardware en existencia; algo completamente imposible.
Lo que hicieron en Linux fue entonces crear udev (después de intentos fallidos como devfs). La idea es que cada vez que el sistema operativo detecta cierto hardware, entonces crea el archivo correspondiente dentro de /dev. Lo cual en general funciona de pelos, pero gracias a un error básicamente fortuito, no lo estaba haciendo en mi máquinita, y únicamente para los discos duros. Lo cual es todavía peor: si no creara ningún archivo en /dev, entonces hubiera sido obvio que algo pasaba con udev; pero como sí creaba todos excepto los de los discos duros, yo no tenía ni puta idea de qué pasaba.
Como udev no creaba los archivos de los discos duros, el siguiente diálogo entre mí y mi computadora ocurría:
Atom: Estoy booteando…
Yo: OK.
Atom: Estoy inciando Linux desde tu disco duro…
Yo: Bueno.
Atom: No puedo seguir iniciando, no hay disco duro.
Yo: ¿Qué?
Atom: No hay disco duro.
Yo: ¡Pero si estás inicializando del disco duro!
Atom: No hay disco duro.
Yo: ¡Ahí está el disco duro, puedo hacer ls y todo!
Atom: No hay disco duro.
Yo: ¡¿Cómo vas a correr el sitema operativo que me dice que no hay disco duro si no hay disco duro?!
Atom: No hay disco duro.
Dios, las máquinas son idiotas. Quitando la configuración del kernel (CONFIG_SYSFS_DEPRECATED_V2, que, por cierto, no tiene nada que ver con discos duros ni con udev) todo se resolvió, y atom está ya corriendo actualizada y todo.
Pero qué buena broma estar perdiendo medio día tratando de revivirla.
Desde hace más de cuatro año (de los cinco y pico que tiene este blog), utilizo Captcha! para detectar SPAM. Captcha!, en teoría, impide que un bot en la red pueda dejar comentarios (generalmente SPAM), y permite que sólo pasen los comentarios que aprueban la pregunta de Captcha!
Eso no tiene nada que ver con la moderación que hago de mis comentarios; ningún comentario en mi blog pasa sin que antes yo lo lea. Esto no es por el SPAM; es por la bola de idiotas que al parecer soy propenso a atraer a que comenten en lo que llanamente es mi espacio para decir lo que pienso.
Debería ser obvio que no pienso así de la mayor parte de mis lectores; todo lo contrario. A pesar de que mi blog existe para mí, por mí, y que además me vale madre quien pueda o no leerlo, la verdad es que de lo más divertido que ha resultado de tener una presencia virtual es leer los comentarios que todo tipo de lectores me han dejado, e incluso a veces entablar discusiones inteligentes y entretenidas con ellos.
Son la bola de animales que creen que el discutir conmigo me es tan fascinante como sin duda lo es para ellos los que tienden a desesperarme. En particular los que, como en la tira de arriba, juran y perjuran no volver, y a los pocos días me encuentro un comentario nuevo de ellos. Muchas veces todavía más idiota o patético que el anterior.
A los más recalcitrantes ya tiene rato que sencillamente borro sus comentarios, sin ni siquiera leer el contenido del mismo; me basta ver el autor. Por suerte, los puedo contar con los dedos de una mano.
En fin. Como sea, el motivo de esta entrada era comentar que al parecer mi sitio cayó en la mira de los que saben como quebrar Captcha!; el número de comentarios SPAM subió dos o tres órdenes de magnitud, y estar moderando SPAM es de verdad de lo menos gratificante que existe.
Así que después de resistirme durante años, por fin activé Akismet, y que se hagan bolas las máquinas para decidir qué es o qué no es SPAM.
Al parecer funciona muy bien, pero siempre existe el riesgo de que haya falsos positivos. Si un comentario suyo no aparece en el blog, por favor mándenme un correo para que lo rescate.
Hace tres semanas fui a ver Legend of the Guardians: The Owls of Ga’Hoole. Hace casi dos meses fui a ver Vincere.
Cuando no estoy escribiendo prosa, estoy escribiendo código; de ahí la escasez de entradas en mi blog durante tanto tiempo. Comentaré más acerca de qué programa estoy escribiendo en el futuro.
Esta película es muy buena; entre otras razones porque una de mis métricas para determinar qué tan buena es una película, es sólo ver qué tan demente es la personaje principal. En ese sentido, Ida Dalser (al menos como la muestran en la película), se lleva de calle a un montón de dementes desquiciadas.
Además de eso es interesante ver una personificación de un joven Mussolini, y qué rápido traiciona sus ideales iniciales. Sólo no esperen un final feliz en la película que retrata la vida de la amante secreta de Mussolini.
Además, probablemente ya sólo se pueda ver rentada. De cualquier forma, háganlo; es bastante buena.
Tenía muchas ganas de ver esta película, y no me decepcionó en lo más mínimo. Ciertamente tiene varias cosas diseñadas exclusivamente para niños, y en algunas partes sí abusan de los “comic reliefs”, pero es increíble toda la animación por computadora (yo la vi en 3D; ya le perdí la fe a esta iteración del 3D que cada 20 años vuelve a intentar adueñarse del cine… a ver si en el 2030 les sale mejor), y la historia está bastante simpática, con un mensaje (como suele ser consenso en los tiempos modernos) en contra del autoritarismo y del racismo.
Además de algunas partes excesivamente infantiles, y de que es insoportablemente dramática en otras, ha sido de mis películas favoritas en un ratote. La recomiendo altamente; considerando además que probablemente harán como catorce secuelas.
Ayer fui a ver The Expendables, porque al parecer es tan mala que no va adurar mucho más en cartelera.
Se aplican las de siempre, aunque la verdad no creo que importe mucho que se enteren de qué trata la historia.
The Expendables es un churrito que se hizo como homenaje a los churritos de acción de los ochentas y noventas, con un elenco plagado de los actores que hicieron esas películas hace unos veinte años. Es ridículo, exagerado, violento, ligeramente idiota, y yo me divertí como niño cuando la vi.
El único problema que podría encontrarle, es (como me dijo mi cuate Juan), que en lugar de burlarse de sí misma todo el tiempo, la película trata de tomarse en serio en varias partes.
Pero realmente es intrascendente eso; la película es justamente lo que uno esperaría de un churro escrito y dirigido por Sylvester Stallone, con actores algunos de los cuales tan viejitos que no pueden correr, y con una escena completamente gratuita (y fabulosa) que por fin junta en la pantalla grande a Stallone, Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis. En otras palabras, y como leí en la Wikipedia, es el equivalente anencefálico masculino de Sex and the City 2.
Yo sí me divertí como enano, y la recomiendo bastante; apúrense, no sé cuánto dure en cartelera.
Probablemente ya todos y sus hermanos fueron a ver Inception, pero nosotros no pudimos sino hasta el sábado. No había escrito al respecto porque el domingo se cortó la red en el iMate, y porque ayer estuve actualizando Xochitl.
Se aplican las de siempre, con más énfasis del acostumbrado.
Excelente película; sin duda alguna de las mejores que he visto este año. Después de The Matrix era difícil que una película explotara satisfactoriamente una historia donde varios de los personajes cuestionan qué es o no real; la nueva película de Christopher Nolan no sólo lo consigue, sino que además lo hace de forma magistral.
Toda la idea de gente metiéndose a sueños para robar ideas es por sí misma fabulosa, pero además Nolan presenta la historia siguiendo el formato tradicional de todas las grandes películas de espectaculares asaltos, sólo que en lugar de robarse algo, el equipo de “ladrones” van y meten algo. El famoso inception.
Además, casi todos los personajes están excelentemente definidos, y son en general más que simples comparsas a la historia. En particular, la hermosísima (y aquí ligeramente demente) Marion Cotillard es una de las mejores villanas/víctimas/objetos de deseo que jamás haya visto. De verdad da miedo la vieja. Y algo de lástima.
Nada más para hacer todo un poquito mejor, la película es increíblemente emocionante casi todo el tiempo, y cuando no lo es, es divertida, interesante, y entretenida. La música de Hans Zimmer ayuda a todas estas cosas.
No ha habido una película de Christopher Nolan que yo haya visto que no me haya gustado (la más malita siendo The Prestige). Va que vuela a ser de mis directores favoritos.
Quiero comentar el final de la película, básicamente porque todo mundo lo está haciendo. El final, donde la escena se corta antes de que la pirinola (sin albur) de Cobb caiga o no, está hecho para justamente poner en duda si sí logra Cobb rescatar a Saito y él mismo del limbo, o si todo es una vez más un sueño. Dado que la duda es exacto lo que busca el director, se puede tomar cualquier resolución: ambas son justificables por varias cosas.
En ese sentido, yo elijo creer que Cobb sí escapó del Limbo, y pudo reunirse con sus hijos. No porque sea partidario de los finales felices (que lo soy); sencillamente me parece que la historia es más redonda así.
Y por último, quiero poner aquí un twit (que publicaron en un blog; no estoy suscrito a Twitter y no planeo estarlo jamás):
The main idea of “Inception”: if you run a VM inside a VM inside a VM inside a VM, everything will be very slow.
(Imagen sacada del blog de Daryl Cagle, sin permiso del autor).
Ciertamente el dibujo es mucho más cercano a la realidad que el informe del país de las maravillas que presentó el ladrón que vive en los Pinos.
I would die for you, my love, my love
I would lie for you, my love, my love
[ make me wanna die ]
I would steal for you, my love, my love
[ make me wanna die ]
I would die for you, my love, my love
Después de una pausa enorme por estar de gira internacional, por fin volví a ir al cine. Inicialmente íbamos a ver una buena película, pero el horario no nos quedaba y por lo tanto nos metimos a ver The Joneses.
Se aplican las de siempre.
Los Joneses llegan a un nuevo vecindario, y al parecer son la familia perfecta en todos los sentidos. Sólo que no es cierto: son realmente vendedores que anuncian sus productos de forma velada, haciendo que todos sus vecinos los envidien y compren las mismas cosas que ellos.
Esta película vale la pena nada más por David Duchovny y Demi Moore, y porque hace una crítica medianamente divertida al consumismo idiota de los gringos. Quitando eso, realmente no tiene nada.
Tómenlo con un grano de sal, dado que (como siempre) hay que entender que correlación no implica causalidad, y que con estadísticas siempre se puede explicar casi lo que sea si el que las está haciendo de verdad así lo quiere. Y claro que también tomen en cuenta que el estudio lo hizo una estudiante del MIT que (aparentemente) no tendría ningún motivo para hablar mal del PAN.
Les paso la liga de un estudio que dice que cuando un candidato del PAN asume la presidencia de un municipio, la violencia del mismo comienza a escalar. Y ojo con ver que la violencia comienza a escalar cuando el presidente municipal asume el cargo, no cuando lo gana.
La tesis de la chava es que los presidentes municipales panistas han seguido la línea estúpida de “guerra al narcotráfico” que el remedo de sombra de “presidente” que tenemos ha tomado; otras interpretaciones existen por supuesto.
Independientemente de la interpretación que quieran darle, los resultados son innegables: ahí donde un presidente municipal panista asume el cargo, la violencia comienza a crecer.