En la capital gringa

Ahora estoy una hora en Washington, esperando mi vuelo a Toronto. Tengo que escribir de mi último día en Madrid y Europa, porque fue muy cagado, pero creo que será hasta que esté en Canadá.

Sólo quiero comentar que, como mis lectores de mucho tiempo sabrán, yo jamás como comida rápida gringa en Europa. Es una especie de disciplina que mantengo: en general uno puede encontrar mucho mejor comida en Europa que la burda comida rápida gringa, así que jamás he comido en un MacDonalds o KFC en el Viejo Continente (aunque muchas veces de hecho sería la opción más económica).

En Canadá solamente he estado una semana el año pasado, pero tampoco comí “comida” gringa, y me imagino que podré evitarlo hacerlo los casi dos meses que estaré ahí ahora. Sin embargo, estando en Estados Unidos no me parece tan mala idea comer aquí “comida” gringa, así que me zampé alegremente una hamburguesa de Wendy’s aquí en el aeropuerto.

Y la neta estaba muy rica.

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Linterna Verde

Tan ocupado estuve durante la semana pasada, que se me olvidó comentar que fui a ver Green Lantern mi último día en Barcelona.

Se aplican ya saben.

Green Lantern

Green Lantern

Tenía muchas ganas de ver esta película, siendo como soy un gran fan de Linterna Verde. La verdad es que siempre he sido más fan de Kyle Ryner que de Hal Jordan (habiendo leído cuando salieron las historias de Parallax… que originalmente era Hal Jordan), pero en la película aunque el personaje sin duda es Hal Jordan, el mismo incorpora muchos elementos de Kyle, como la inseguridad de llenar los zapatos de su antecesor y cosas de ese estilo.

La película debería ser de mis favoritas adaptaciones de un cómic a la pantalla grande: tiene un excelente elenco (Ryan Reynolds siempre me ha caído bien, e interpreta con tanto gusto su personaje que incluso uno mismo se siente emocionado por él); la historia es increíblemente fiel a los cómics; tiene mucha acción; es muy divertida en muchas partes; los efectos especiales están OK…

Y sin embargo tiene algo que no puedo catalogar precisamente, pero que hace que la película sencillamente no funcione. No me queda claro qué es, no sé qué habría hecho yo para cambiarla, pero sencillamente al final de la película me quedé con un mal sabor de boca.

Espero que puedan hacer secuelas, porque al menos en teoría tiene todos los ingredientes para ser una buena adaptación de un cómic. Sólo esta primera parte no lo es.

De cualquier forma les diría que la vieran, pero no tengo idea de si siga en cartelera en México.

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And that’s how you save money

Con Fred y Eddie en Amsterdam, comiendo comida tibetana (la comida holandesa de verdad no vale la pena):

Yo: Hey, can I pay the meal with my card and you guys give me your part in cash? I don’t have cash anymore.
Fred: Don’t worry man, you are our guest.
Yo: Oh, thank you.
Fred: Don’t mention it.
Yo: Of course it would have been better to know it, you know, before my last day here.
Eddie: But this way is cheaper.
Fred: Yeah.
Eddie: And we still get to look like nice guys.

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Amsterdam, y Rotterdam, y Den Haag y Delft

Estoy a punto de tomar mi avión rumbo a Madrid, donde pasaré una noche y al otro día volaré a Toronto, vía Washington.

Esta semana fue de las más intensas que he tenido, hablando acerca de trabajo. Mi amigo Fred y yo demostramos básicamente lo que queríamos demostrar, y además fue interesante trabajar con él porque él está acostumbrado a hacer demostraciones de forma radicalmente distinta a como yo estoy acostumbrado: yo suelo usar argumentos geométricos, Fred suele escribir todo como ecuaciones y demostrar lo que sea que haya que demostrar resolviendo dichas ecuaciones.

Esto causó que, por primera vez en años, volviera a hacer una demostración donde tuve que probar un límite. Mi cálculo estaba bastante oxidado, pero todo salió bien. Y mi entrenamiento en geometría computacional de hecho sirvió, porque en una parte de lo que queríamos demostrar nos atoramos, y yo di un argumento geométrico que nos permitió poder conseguir la prueba.

La semana fue muy pesada, trabajando diario con Fred, y luego yo quedándome en las tardes en la universidad (TUDelft) escribiendo mi presentación para el CCCG: doy la primera plática el primer día en la primera sala, así que no puedo llegar al congreso sin mi plática preparada. También tengo que acabar un artículo en las próximas dos semanas, así que sí estaba bastante ocupado.

Como sea, un día cené con Fred en Rotterdam, aunque realmente no conocí la ciudad, el sábado fuimos a La Haya (Den Haag) a cenar comida coreana varios cuates, y el domingo Fred y Eddie me acompañaron a Amsterdam a conocer la ciudad y a visitar el museo Van Gogh. Sí, fui a las vitrinas. Y sí, es ligeramente decepcionante. Delft lo conocí un poco más, pero es tan chiquito que realmente no era muy difícil.

(De hecho todas las ciudades en los Países Bajos son muy chiquitas, pero no voy a meterme a esa discusión.)

También conocí a una banda muy buena onda en la universidad, y por encima de todo tuve la oportunidad de convivir con dos de mis amigos más queridos en Europa. Eddie se va en septiembre a una posición (potencialmente permanente) en Corea, así que no tengo idea de cuándo pueda volver a verlo, y Fred seguirá en los Países Bajos otro par de años, pero conmigo sin saber si podré viajar o no cuando acabe mi doctorado tampoco sé cuándo lo volveré a ver. Va a ocurrir que los vuelva a ver, por supuesto: sólo no sé cuándo.

No escribí en el blog porque de verdad estuvo muy intenso el trabajo, y además el poco tiempo que tuve de verdad lo utilicé para convivir con mis amigos… eso y ayudar a Fred a mudarse de Delft a Rotterdam el domingo pasado. Que fue divertido, por cierto.

Como sea, hay un par de entradas que planeo hacer, mientras espero abordar mi vuelo Amsterdam – Madrid. A ver si me da tiempo, porque creo que ya sólo tengo 10 minutos.

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Los Países Bajos

El sábado llegué a Amsterdam a las 9:00 AM, después de pasar una noche increíblemente bizarra tratando de ver cómo disfrutar mi último día en Barcelona y a la vez poder llegar a las 4:25 AM al aeropuerto para poder documentar mi maleta.

Me reuní con Eddie y con Fred, dos de mis amigos más queridos que viven en Europa (Eddie desde hace casi un año, habiéndose mudado de los Estados Unidos para acá), y ya en Delft también vi a Anna, la novia de Fred y también amiga mía muy querida. Eso fue una muy agradable sorpresa, porque no sabía que ella estaría por aquí, y me alegro mucho haberla podido ver. Después de unos tragos el domingo me despedí de ella, porque regresa a Zürich donde estudia, y no tengo idea cuándo (ni dónde) la vuelva a ver.

Tengo sólo una semana aquí, porque vuelo el lunes 8 de Amsterdam para Madrid, y un día después de Madrid para Toronto vía Washington. En esta semana tengo que terminar mi presentación para el CCCG en Toronto (doy mi plática 19 horas después de aterrizar en Canadá, así que debo tenerla terminada antes de abordar el avión, supongo), tengo que escribir la última parte de un artículo que debería estar enviado a revista para el 17 de agosto, y tengo que trabajar con Fred en un problema que básicamente no hemos tocado en dos años y medio. Además, me gustaría pasar un par de días en Amsterdam, porque por bonito que esté Delft la verdad es ridículamente pequeño, y me parece que en los dos días que llevo aquí ya vi básicamente todo lo que hay que ver.

Holanda ya me gustó porque está el cielo permanentemente nublado, y está fresquito (algunos incluso dirían frío) todo el tiempo, lo cual es un agradable cambio de España. La comida apesta, sin embargo.

Es mi primera vez en Holanda, y espero aprovechar al completo esta semana: en trabajo, y en pasarla bien con mis amigos. Y ya: ese es el plan para mi última semana en Europa, y después continuará mi viaje de trabajo por Canadá y Estados Unidos.

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Adéu, Barcelona

(Escrito en la madrugada del 30 de julio, a punto de abordar mi avión a Holanda, y sin Internet ni tiempo suficiente para crackear una red inalámbrica).

Me voy de Barcelona y de España, a pasar una semana en Holanda trabajando con mis amigos Fred y Eddie, en el Technische Universiteit Delft.

Voy a volver a Barcelona: es probablemente la ciudad de España más querida para mí, y siempre guardará un lugar especial en mi memoria. Siempre que tenga la oportunidad de viajar a Europa trataré de pasar por aquí aunque sea un par de días.

Voy a volver a Barcelona: el único problema es que no tengo idea de cuándo será ni bajo qué circunstancias. Es posible (aunque obviamente espero que no) que pasen años antes de que pueda regresar. Pero regresaré.

Mientras tanto, no me queda más que decir que: adéu, Barcelona.

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Y hasta me pagan

Estaba hoy caminando por La Rambla en el centro de Barcelona, mirando pasar decenas de hermosas muchachitas, todas y cada una de ellas con unos shorts chiquititos chiquititos (es verano al fin y al cabo, aunque haya estado nubladón estos días), cuando la verdad de un hecho quedó clara en mi mente.

My life kinda rulez!

Claro que mi “vida” cambiará radicalmente el año que viene cuando termine el doctorado (o mejor dicho, y esto sí seguro ocurrirá, cuando se acabe mi beca), y todavía no tengo idea de qué haré después de eso.

Pero mientras, it rulez.

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Transformers: El Lado Oscuro de la Luna

El domingo fui a ver Transformers: Dark of the Moon. Andaba ya muy quemado por tanta chamba, y decidí ir al cine aunque no hubiera nada que realmente me llamara la atención (está la última de Quique Alfarero, pero como ya dije esa la voy a ir a ver con mi novia en Toronto). Vi que seguía la de los robots que se hacen cochecitos y, habiendo visto y disfrutado mucho las otras dos, decidí verla, aunque al parecer todo mundo dice que es basura.

Por supuesto es basura, pero por supuesto también me alegro muchísimo de haberla visto en el cine. Incluso en 3D. Se aplican las de siempre.

Transformers: Dark of the Moon

Transformers: Dark of the Moon

Hace unas semanas vi esta gráfica en Graph Jam:

Plot Is For… Real Films

Plot Is For… Real Films

Yo, obviamente, estoy de acuerdo. Lo que sigo sin entender es por qué hay gente que sigue diciéndolo como si fuera algo malo.

Las películas de los Transformers han sido todas ellas malas en el sentido técnico del término. La actuación es inexistente, la historia imposible e idiota, y los personajes (-1)-dimensionales. Yo pensé que tener menos de una dimensión era imposible, pero Transformers 3 consigue llevarlo incluso un paso más allá.

Pero, como vengo diciendo desde que salió la primera, ¿eso realmente debería importar? Yo digo que no: el material original son robots que se transforman en cochecitos; que hayan logrado sacar tres películas me parece incluso merecedor de un premio.

La película a mí me gustó mucho: las escenas de acción están de no mamen, hay hartas explosiones, y sale una nena bien sabrosa… que por cierto, ni tan sabrosa como Megan Fox, y además su nivel de actuación hace que la Fox parezca Meryl Streep… pero eso sí, bien sabrosa de cualquier forma.

Eso debería bastar porque es una película basada en juguetes para niños. Pero además tiene bonos; unas actuaciones (dado el guión) espectaculares por parte de John Turturro, Frances McDormand, John Malkovich, Ken Jeong (extremadamente cagado), y Alan Tudyk, que desde Firefly siempre me ha caído muy bien; una música que sobrepasa lo decente; y efectos especiales tan asombrosos que de verdad asombran con su asombrosa asombrosidad. Por primera vez el famoso 3D no me pareció meh, y de hecho sí hubo un par de escenas donde el carísimo chiste lo consideré útil.

Así que si tuvieron su trailercito rojo que se transformaba en robot cuando eran niños vayan y véanla y orgasméense al revivir su infancia. Y si no tuvieron su trailercito rojo que se transformaba en robot cuando eran niños vayan, desconecten sus neuronas poco más de dos horas, y disfruten verla.

Y si no son capaces de disfrutarla, pues qué pena por ustedes. Se pierden de dos horas de sana e idiota diversión.

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La última de Harry Potter

Como ya van varios lectores (dícese, más de uno) que me preguntan por qué no he escrito acerca de la última película de Harry Potter, mejor explico aquí que lo que pasa es que no la veré sino hasta que esté en Canadá en un poco más de dos semanas.

La razón es que mi novia y yo queremos verla juntos, y no nos reuniremos hasta el 9 de agosto en Toronto. Obviamente la película será todavía proyectada en cines para ese entonces, y además, ¿qué podría pasar?

¿Que me platiquen cómo acaba?

También tiene la ñoña consecuencia de que hago un poco más especial el evento de ver la última película de Harry Potter al a) verla con mi novia, y b) verla mucho después que todos los fans hard core. O al menos eso me sigo diciendo.

Así que no diré nada de Harry de aquí hasta mediados de agosto (llego a un congreso en Canadá, y no sé si haya tiempo de verla esa semana).

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Hanna

(Escrito el 18 de julio, con Xochitl de nuevo muerta…)

Ayer fui a ver Hanna, porque Green Lantern no la van a estrenar aquí en España sino hasta finales de mes.

Se aplican ya saben.

Hanna

Hanna

Tenía muchas ganas de ver esta película desde que vi los avances. Eric Bana siempre me ha parecido un muy buen (y mal valuado) actor, y Saoirse Ronan me ha parecido maravillosa en todas las tres películas que he visto de ella. Cate Blanchett sale aquí de mala malvada malévola, y debo decir que me gustó mucho su actuación; su personaje es una especie de Scully demencial y sociópata. El que me sorprendió muchísimo es Tom Hollander; el inglecito generalmente la hace de tontito y torpe cuando es de los “buenos” (como en Pride and Prejudice o A Good Year), o bien de de plano inútil cuando la hace de villano (como en las de los Piratas del Caribe), pero aquí es un muy efectivo asesino.

La historia es simple pero efectiva: Eric Bana ha entrenado a Saoirse Ronan todos sus quince años para convertirla en una perfecta asesina, para que un día pueda matar a la mujer que tratará de matarla cuando sepa que existe. Y ese día llega.

La película es muy buena por la fabulosa dirección y la más que pasable actuación del elenco. La música (provista por The Chemical Brothers) está de no mamen, y las escenas de acción son buenísimas. La historia (como decía arriba) es lo más débil, pero realmente no afecta negativamente a la película, y tampoco es que sea mala; sólo es lo peor de la misma.

La Ronan se está convirtiendo en una actriz muy buena, y contrario a The Lovely Bones (su película del año pasado), el director no está obsesionado con mostrar a la niña con una belleza casi supernatural. De hecho ni siquiera me parece que la niña luzca “bonita”: atractiva sí, sin duda: pero fuera de los tiernos momentos donde se asombra del mundo que por fin tiene oportunidad de conocer, es antes que nada una máquina asesina. Y bueno, está en esa edad donde de plano no es niña, pero tampoco mujer, y entonces se ve medio rara… por suerte eso se quita con el tiempo.

Yo recomiendo mucho la película, pero creo que tuve suerte de haberla podido ver (en una sala que para motivos prácticos era un monitor LCD enorme: se veía chido), no sé de hecho si siga proyectándose en algún otro lugar.

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Y tampoco darle a niños…

(Escrito el lunes 11 de Julio, con Xochitl aún muerta.)

Fui a cenar con una amiga cerca de las doce de la noche, y al salir decidí que quería comprar agua (el agua de llave de Barcelona siempre me ha parecido que sabe horrible). Dado que me estoy quedando en Molins de Rei, un pueblito cerca de Barcelona, absolutamente nada estaba abierto, excepto una farmacia de 24 horas.

Llegué y le hablé a la niña que atendía a través de un cuadrito abierto que tenía la puerta metálica:

Yo: Hola, ¿cuál es la botella más grande de agua que tienes?
Ella: De litro y medio, pero no puedo vendértela.
Yo: ¿Por qué?
Ella: Porque como son pasadas las once, sólo puedo venderte con receta.
Yo: Necesitas receta.
Ella: Sí.
Yo: Para una botella de agua.
Ella: Sí.
Yo: ¿Y si te juro que no me voy a drogar con ella?

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X-Men: Primera Generación

(Escrito el lunes 11 de julio, con Xochitl estando muerta.)

Ayer fui a ver X-Men: First Class. Tenía muchas ganas de verla en el cine, pero con mi examen de candidatura, la planeación de este viaje y mil madres más que tenía que hacer no pude. Y en Sevilla no conocía cines con VOS (Versión Original Subtitulada), así que esperé hasta llegar a Barcelona para verla.

Se aplican las de siempre.

X-Men: First Class

X-Men: First Class

La película es una precuela/reinicio de las primeras tres películas de los X-Men y la de Wolverine que salieron a inicios de este siglo. Mucha gente se confunde con las contradicciones que plantea la nueva película con las cuatro anteriores, pero yo (veterano lector de cómics) sencillamente aplico la explicación estándar en estas circunstancias: toda la continuidad anterior se preserva, siempre y cuando no contradiga la nueva película.

A mí me gustó mucho, en gran medida por la calidad de los actores principales: James McAvoy (que siempre me ha caído bien) y Michael Fassbender (fabuloso desde Inglourious Basterds) hacen muy bien sus versiones jóvenes de Charles Xavier y Erik Lehnsherr, A.K.A. Professor X y Magneto. Los niños que salen están bien, pero la verdad son comparsas frente a los dos principales, con la posible excepción de Kevin Bacon como un fabuloso Sebastian Shaw.

La historia está dominguera y divertida, y los efectos son (en general) pasables (excepto el maquillaje de Beast, ¿qué pedo con eso de poner a Aluxe en todas las películas?) Por lo demás, aunque a mí me gustó mucho, la película es francamente olvidable.

Aunque debo de admitir que el maravilloso cameo que hace Hugh Jackman como Wolverine (y en menor medida, pero apreciado también, Rebecca Romijn como Mystique) hizo que para mí valiera por mucho ver esta película en el cine. Así que yo sí la recomiendo.

Ahora no sé qué veré este fin de semana, porque Green Lantern no la estrenan sino hasta finales de julio.

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Barcelona

(Escrito el domingo 10 de julio, con Xochitl estando muerta.)

Ayer llegué a Barcelona y me asenté en el piso donde me hospedaré las siguientes 3 semanas.

Llevo casi un mes en Europa, pero llegar a Barcelona siempre es especial. Es la primera ciudad de por estos lares que realmente conocí, y donde muchas cosas muy padres en mi vida ocurrieron. Llegar aquí siempre se siente un poquito como llegar a casa.

Estaré aquí hasta finales de julio, cuando volaré a mi último destino en Europa (exceptuando mi breve estadía en Madrid antes de regresar a América).

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Sevilla

Sevilla para mí significa dos cosas: temperaturas ridículamente altas, y solomillo al whiskey.

Por alguna razón esta vez no había podido comer mi solomillo al whiskey hasta hoy, pero por fin tuve la oportunidad de volver a probarlo. También fue la primera vez que viajé en tren de alta velocidad de Madrid para acá.

Sigo prefiriendo volar.

Voy a estar aquí hasta el sábado, y entonces vuelo a Barcelona. Mi tercera vez en tres años.

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Work hard, play hard

Generalmente cuando estoy de estancia en Europa o Estados Unidos es cuando más trabajo y menos pierdo el tiempo. Tiene todo el sentido del mundo, ya que no tengo las distracciones que en la Ciudad están disponibles (PlayStation, cine, cuates, familia, novia).

Lo que también es cierto es que suelo salir mucho más de noche, y suelo beber mucho más cuando salgo. Lo primero es por los amigos que he ido acumulando durante mis previos viajes, y que como sé sólo puedo verlos una o dos veces al año (viviendo ellos a un océano de distancia de mí), esto causa que quiera aprovechar al máximo el poco tiempo que tengo para convivir con ellos. Lo segundo es una combinación de que el vino aquí es tan bueno y (relativamente) barato que se justifica de hecho beber mucho, y que no manejo aquí y generalmente llego caminando a donde sea que me esté quedando, lo que hace que de hecho pueda emborracharme sin tener que preocuparme de cómo llegaré a mi camita.

El miércoles fue la cena del congreso, y salimos del hotel donde se efectuó pasada la media noche buscando dónde continuar la fiesta. Terminamos en un lugar de vinos, y pasadas las tres y media de la madrugada regresé tambaleándome a mi piso: Marco trajo un tequila Don Julio Reposado que compartimos con los colegas españoles, y eso combinado con más copas de vino de las que me interesa recordar sí causó que me emborrachará como en general sólo suelo hacer en Europa.

Después de lavarme los dientes e ir al baño (y tomar dos litros de agua: uno aprende algunos trucos después de un tiempo), me acosté pasadas las cuatro de la madrugada.

Tres horas después, a las siete de la mañana, me levanté para bañarme y desayunar, y a las nueve en punto estábamos en la universidad, escuchando el inicio de la primera plática del último día del congreso. Estuvo buena, por cierto; un reporte de resultados empíricos de correr versiones modificadas de algunos algoritmos en CUDA aprovechando la alta paralelización que ofrecen.

Poco después de la una terminó el congreso, y después de arrastrarme a comer algo con unos amigos (y de despedirme antes de otros), me desplomé en mi piso donde básicamente perdí la consciencia durante la mayor parte del resto del día.

Que es la otra cosa que me ocurre cuando estoy de estancia: fiesteo muchísimo más que en México, pero también soy mucho más responsable, cumpliendo a veces de forma casi religiosa todas mis obligaciones académicas, aún cuando muchas veces no es realmente necesario.

Se acabaron los Encuentros de este año, y viajo en tren a Sevilla el sábado. Mañana dependiendo de cómo me sienta a lo mejor iré a Madrid durante el día, o turistearé Alcalá.

Y el próximo lunes, a las nueve de la mañana en punto, otra vez a trabajar.

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Akiyama sensei

Los Encuentros en Alcalá han sido una maravillosa sorpresa desde que nos registramos el domingo. No sólo está una multitud de colegas que acudieron para festejar los sesenta años de Ferran Hurtado; también (sin que yo tuviera idea de que así sería) están un montón de mis amigos europeos. Además de Birgit y Vincent, que ya sabía estarían aquí, está Eddie, está Aaron, están María y Arnau, está Víctor, y varios más que conocí fuera del DocCourse en Barcelona en 2009.

Además de eso, acabo de tener el placer de por primera vez en mi vida asistir a una plática de Jin Akiyama, de la Universidad de Tokai en Japón. El tipo es espectacular, y lo único que lamento es que mi novia no hubiera podido verla: a Isabel le hubiera encantado ver cómo Akiyama adoquinaba el espacio con poliedros.

Akiyama sensei

Akiyama sensei

Hasta ahora ha sido un muy buen congreso; y eso que apenas es lunes.

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Y un día amanecí en Eslovenia

Total que estoy en Eslovenia, en unas colinas que parecen sacadas tal cual de la caricatura de Heidi de mi infancia.

Abuelito dime túúúú

Abuelito dime túúúú

Supongo que algún día tendré que contar cómo acabé aquí. Por ahora me voy a limitar a decir que el hecho de que por aquí ande se justificó nada más por la oportunidad que tuve de ver a László Lovász dar una plática en teoría extremal de gráficas.

László Lovász

László Lovász

Mañana regreso de nuevo a España, para el lunes ir al XIV Spanish Meeting on Computational Geometry.

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A Madrid vía Washington

Una vez más estoy en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México esperando abordar el avión que me llevará a Madrid, haciendo escala en la capital gringa.

Creo, creo que terminé de hacer todo lo que tenía que hacer, y después de este último par de meses que me la pasé haciendo y planeando tantas cosas que me daban ganas de hacerme bolita y echarme a llorar, la perspectiva de pasármela sentado medio día únicamente jugando con mi teléfono, leyendo y oyendo música realmente no suena tan mal.

Nos vemos del otro lado del charco. A menos que se caiga el avión, claro.

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La candidatura

Hoy tuve mi examen de candidatura del doctorado. Esa era una de las cosas que me tenían ocupado al borde de las lágrimas.

Yo no pensaba hacerlo sino hasta diciembre, pero me vi obligado a adelantarlo un poco, porque si no mi posgrado me dejaba de querer. Eso realmente no me molestaba mucho, pero que me dejara de querer conllevaba que ya no me diera apoyos.

Y eso es grave, porque estaba planeando en ir a Europa unas semanas… unas siete. Y luego dos meses a Canadá. Y luego otros dos meses a Estados Unidos. Y entonces el que mi posgrado me apoyará era como que importante.

(Planear el viaje, por cierto, era otra de las cosas que me tenían ocupado al borde de las lágrimas.)

El examen estuvo bien, y ahora soy candidato doctoral… lo que sea que eso signifique. Y mañana vuelo rumbo a España en la mañana.

Todavía no termino de hacer todo lo que tengo que hacer, así que todavía es posible que me haga bolita y me eche a llorar, pero sí ya pasé lo más difícil.

Y por cierto, escribo está entrada desde mi teléfono mamón, mientras hago cola para cancelar mi teléfono. No pienso pagar seis meses de teléfono e Internet mientras no estoy aquí.

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