Los Vengadores

Entre las cosas que hice el día de mi cumpleaños, fue ir a ver The Avengers al cine. Se aplican las advertencias de spoilers de siempre, aunque me imagino que no importa porque al parecer todo mundo y sus hermanos ya fueron a verla.

The Avengers

The Avengers

Esta película es extraordinaria, y vale la pena verla en el cine, únicamente por el hecho de ser la culminación de varios años de planeación y la realización de otras cinco películas interlazadas y las cuales ocurren todas en el mismo universo. Hasta donde yo sé, jamás se había logrado algo parecido, más aún considerando la escala y el alcance de cada una de esas películas (una de Hulk, otra del Capitán América, otra de Thor, y dos de Iron Man).

Encima de ello, es de verdad de las películas más divertidas y con más acción que haya visto en mucho tiempo. De Joss Whedon nunca vi Buffy, la cazavampiros, y Dollhouse me pareció decepcionante; pero he sido siempre un fan fiel de Firefly, su serie de ciencia ficción. Lo mejor que hace Whedon (en mi opinión), es escribir diálogo entre personajes bien definidos; su tiempo como escritor principal de Astonishing X-Men además demostró que lo puede hacer también con personajes que él no creó, y que llevan años de existir en la cultura pop.

The Avengers es divertidísima en gran medida por el dialogo y la interacción entre los siete superhéroes que ocupan casi todo el tiempo de la película. Yo estaba meándome de la risa durante casi todo el tiempo que duró, y me alegró muchísimo que los realizadores no se tomaran para nada en serio a la hora de filmar la cinta.

No hay mucho más que decir, realmente: está bien actuada (especialmente Robert Downey Jr., que se roba absolutamente todas las escenas donde sale, e incluso algunas donde no), bien dirigida, muy bien escrita, y magistralmente hecha (yo la vi en 2D; el 3D me da más bien hueva y el 4D me parece ridículo). Nada de ello le quita que la historia sea una mamada de proporciones épicas; pero eso al final no importa demasiado, o al menos a mí no.

Me interesa más ver cuánto tiempo pueden extender esto; saldrán secuelas (obviamente), y algunos de los superhéroes de las películas tendrán su primer cinta (Black Widow, con la hermosísima Scarlett Johansson), o sus secuelas (Capitán América). Entonces en teoría estaremos hablando de un “universo” cinematográfico que consistirá, al menos, de nueve películas, más las que se acumulen. Cuánto tiempo podrán los de Marvel hacer que dicho universo sea consistente y entretenido, no tengo idea; pero el experimento me parece fascinante.

Mientras tanto Warner Bros./DC siguen en la oscuridad e incapaces de sacar buenas películas basadas en cómics, con la honorosa excepción de Batman. Zack Snyder va a dirigir la próxima de Superman, y aunque no dudo que a mí me encante, temo que ocurrirá lo mismo que ha ocurrido con las otras películas del director: al público en general no le va a gustar.

Como sea, como el ápice de este universo cinematográfico que Marvel ha creado durante los últimos seis años, The Avengers no sólo cumple con las expectativas; las supera con creces y además de forma ligera, inteligente, y entretenida. Sólo espero que de aquí en adelante no todo vaya en caída y que las películas subsecuentes de este universo no se vayan poniendo cada vez más churrescas.

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Treinta y cinco

Ayer cumplí treinta y cinco años. El año pasado salí de México durante seis meses, donde me la pasé dando vueltas por Europa, Canadá y Estados Unidos, escribí una parte más que sustancial de tres artículos y más de la mitad de mi tesis doctoral, y mi novia y yo comenzamos a vivir juntos. También estuve a punto de morirme por intoxicación con gas, pero suena más dramático de lo que realmente fue.

Así que creo que puedo llamar al anterior un buen año. No sé qué me depare el año que viene en general; pero tengo que doctorarme, y además conseguir un trabajo que de hecho pague dinero, porque nomás no se da en los árboles.

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El regreso de Larry

Muy al inicio de los noventas (1991, o tal vez 1992), mi mamá se compró una computadora para escribir su tesis de maestría. La máquina en cuestión era una vieja (en ese entonces) IBM PC, con un procesador 8088 a 16 Mhz, 640 Kb de memoria, dos ranuras para discos floppies de 5¼ pulgadas, y un monitor verde y negro capaz de una impresionante resolución de 640×480 pixeles. Ese era el modo hires al que Basic podía escupir gráficos.

Yo utilicé más esa computadora que mi mamá o mi papá; ahí aprendí a programar en Basic (que como todo mundo sabe, causa daño cerebral), ahí comencé a interesarme en qué podía (o no podía) hacer la computadora, y ahí comenzó mi vida como gamer. Después de tres años y medio de tener mi PlayStation 3, creo que ya es justo que vuelva a asumir el moto de gamer; ciertamente creo que ya juego lo suficiente para ser calificado como tal.

En esa computadora jugué juegos pésimos, y también joyas que sobrevivirían hasta nuestro días, como Prince of Persia. Pero uno los juegos que más tiempo me tomaron, sin duda alguna, fue Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizards. El juego había salido unos cuatro años antes, pero recuerden que en ese entonces no había Internet (para motivos prácticos).

Larry era una aventura gráfica; eso quiere decir que era como los juegos de “aventuras” de unos años antes, donde uno le decía al personaje “ve al norte”, “abre la puerta”, “abre el cofre”, y el programa le contestaba a uno con cosas como “ahora estás en un calabozo con una puerta a la izquierda, otra a la derecha, y un cofre al fondo”, o “detrás de la puerta hay un clóset”, o “dentro del cofre hay una poción azul”. La diferencia radicaba en que en lugar de describir la “habitación” donde uno estaba, el programa la dibujaba en la computadora, y que para mover el personaje uno usaba las teclas de cursor. Además, tenía musiquita usando la patética bocinita de la PC.

Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizards

Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizards

En ese entonces yo tenía unos catorce años; mis conocimientos de inglés eran básicamente inexistentes, y para usar el programa uno tenía que “hablar” en inglés. Además, todo el diálogo estaba en inglés también, obviamente. Larry sirvió mucho más para mis conocimientos de inglés de lo que mis clases en la secundaria hicieron. Para empezar, nunca supe que significaba “lounge lizards”, hasta que hace cinco minutos lo busqué en el Urban Dictionary.

El juego consistía en que Larry era un perdedor perpetuo, y trataba de perder su virginidad a lo largo del juego. Un montón de experiencias muy cagadas ocurrían a lo largo del proceso. Yo jugué y jugué y jugué, tratando todas las posibles combinaciones gramaticales que se me podían ocurrir para que Larry hiciera tal o cual cosa, hasta que por fin pude ganar el juego. Para el momento en que por fin llegué al final, había intentado tantas cosas, que de hecho obtuve la calificación más alta (los 222 puntos que se ven en la imagen de más arriba).

Larry como franquicia pasó de muy bueno (a todo mundo le gustó el primer juego), a bueno, a regular, a pésimo, hasta que por fin llegó al punto en que los últimos juegos de la franquicia daban pena ajena. Al Lowe, el creador de Larry, siguió trabajando en los juegos hasta 1998, y después la compañía que los hacía (Sierra On-Line) siguió sacando pésimas secuelas sin involucrarlo. Yo sólo jugué Larry 5, además del primero, y aunque algo divertido, la verdad no me gustó mucho. Mucho menos en comparación con el primero.

El género en sí comenzó además a pasar de moda; las franquicias de aventuras gráficas de Sierra On-Line (Larry, King Quest, Police Quest, Space Quest, no-sé-qué-más Quest) y las de Lucas Arts (Day of the Tentacle, Monkey Island), sencillamente fueron muriendo poco a poco; e incluso las nuevas aventuras gráficas (Beneath a Steel Sky, Broken Sword) dejaron de pegar con el público. La era de los FPS y RTS llegó a las computadoras; y las consolas nunca se prestaron mucho para jugar aventuras gráficas.

A mí ahora me gustan los TPS (Third-Person Shooter) y los juegos de carreras, además de los de ritmo. De vez en cuando aprecio un juego arcade como los de antaño (tipo de maquinitas), pero hace muchísimo que no juego algo que ni siquiera se parezca a una aventura gráfica. Si uno relaja mucho la definición, a lo mejor GTA IV podría parecer una aventura gráfica; pero me parece que eso es hacer trampa.

Sin embargo, hace unas semanas me enteré que Al Lowe había conseguido asegurar los derechos de Larry para poder hacer de nuevo el primer juego, y poco después salió la noticia de que estaban tratando de financiar la producción del juego usando KickStarter, un sitio donde cualquiera puede poner una “propuesta”, y si a alguien más le gusta la propuesta, puede donar dinero para que se realice. Con algo de curiosidad me metí al sitio de la propuesta de Larry, y cuando vi cómo estaba planteada la misma, le di click al botón de “donar”.

Supuse que si necesitaba PayPal o cualquiera de estas cosas sencillamente me echaría para atrás; pero cuando vi que utilizan Amazon para realizar el pago (yo tengo cuenta en Amazon desde hace siglos), sin pensarlo demasiado doné 15 dólares, que me aseguraba una copia del juego si se juntaban los 500,000 dólares que los realizadores dicen necesitar. En ese momento aún no llegaban las donaciones a 400,000, así que cabía la posibilidad de que no pasara nada (si un proyecto no llega al presupuesto que planteó, las donaciones no se cobran). Con algo de gusto y sorpresa, un par de días después el proyecto llegó a los 500,000 dólares planteados, y ahorita ya casi llega a los 550,000.

Los realizadores hablán de las posibilidades de hacer el juego para Linux y para la PSN; ojalá consigan suficiente dinero para hacerlo. Me gustaría jugar Larry usando mi sistema operativo, o en mi consola en el peor de los casos. Pero probablemente también salgan versiones para Android e iOS, así que espero poder jugarlo ahí. Y espero que puedan rehacer todos los demás juegos, y que esta vez no vayan de muy buenos a muy malos, sino que tengan una calidad consistente.

Hacía mucho que había oído de KickStarter; sólo nunca había visto un proyecto lo suficientemente simple como para que yo quisiera entrarle. No me arrepiento de haber donado 15 dólares, incluso si el resultado no es exactamente el mejor juego del universo. Digo, la primera vez que jugué Larry fue en una copia pirata (los creadores de Larry se dieron cuenta de que estaban pirateando muchísimo el juego cuando vendieron más libros de guías que copias del juego en sí); creo que al menos eso le debía a Larry.

Me alegra pensar que, 20 años después, seré de los primeros en jugar el regreso de Larry.

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Habría que portarlo a mi Xperia Play

Hace unos días reportaron en Slashdot que el código fuente de Prince of Persia había sido liberado en Github.

Casi de inmediato, cloné el repositorio y le eché un ojo al código. Resulta ser una instancia sorprendentemente limpia de ensamblador para la Apple ][, que por supuesto yo jamás ni siquiera había visto; los únicos ensambladores que conozco son el de Sparc clásico, muy poquito de x86, y el que nos inventamos para nuestro procesador con números complejos en mi curso de Arquitectura de Computadoras en la maestría.

Dicho eso, todos los ensambladores se parecen (aunque los geeks de hardware pongan el grito en el cielo al oír eso y digan que RISC y CISC son fundamentalmente distintos), y he podido seguir el código, que es obviamente muy corto: 30,000 líneas de ensamblador (con comentarios incluidos). El juego corría de un sólo disco de 5¼ pulgadas, al fin y al cabo.

No creo poder hacer nada con el código, y menos ahorita con tan poquito tiempo, pero estaría padre que portaran el juego a mi Xperia Play (aunque puedo jugar la versión para NES en un emulador). A casi 25 años de que fue creado, sigue siendo uno de los mejores juegos que se han hecho, me parece.

Qué chido que lo liberaron.

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Por pura suerte

Cuando estuve en Estados Unidos el año pasado compré un disco duro de 320 GB pensado exclusivamente para mis PlayStation 3. Mi modelo es de 80 GB, y sí he encontrado un poco limitante esa cantidad de espacio, así que decidí aumentarlo cuando llegara a México.

Cinco meses después, ayer para ser exacto, de hecho reemplacé el disco duro de mi PS3. No lo había hecho antes porque no había tenido mucho tiempo, y además no sabía bien a bien cómo funcionaba el procedimiento, y qué consecuencias tendría para mis juegos salvados y cosas así.

El procedimiento es muy sencillo; uno hace un respaldo del PS3, lo apaga, saca el disco duro (es ridículamente sencillo hacerlo), mete el nuevo, prende el PS3, instala la última versión del firmware, y reinstala el respaldo antes hecho. El procedimiento tarda del orden de cinco horas, donde aproximadamente cuatro son hacer el respaldo y después reinstalarlo.

Mi PS3 ahora tiene 320 GB (274 libres ahorita), y todo parece funcionar bien, excepto que tuve que reinstalar unos DLC que evidentemente no se respaldaron (probablemente por protección anticopia), y que en un juego los trofeos parecieron desaparecer un momento, hasta que jugué el juego con la consola conectada a la PSN y entonces ya reaparecieron.

Lo interesante del asunto es que nada más comprobé que mi consola funcionaba como debe de funcionar, agarré el disco duro viejito que tenía y lo conecté en Linux a ver si algo podía ver de sus contenidos. Evidentemente no pude ver nada; el disco duro no tiene ningún formato conocido, y además está encriptado. Pero lo interesante es que comenzó a hacer unos cliquidos sombríos, y que tarda en ser reconocido por mi computadora. Ahorita lo estoy formateando “a fondo”, para ver si hay errores; pero en mi experiencia esos cliquidos son señal de que el disco duro está a punto de morir.

Si ese es el caso, qué buena suerte que decidí cambiarle el disco duro a mi PS3 antes de que fallara.

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God of War III

Después de mi platino en Batman: Arkham Asylum, el siguiente que saqué fue el de God of War III, a finales de enero.

God of War III

God of War III

God of War fue el primer juego del que obtuve un trofeo de platino, como ya comenté en otra entrada; el primer y segundo juegos me entretuvieron muchísimo, y de hecho los compré (venían juntos en un paquete) para poder jugar el tercero conociendo bien la historia.

En ese sentido, me decepcionó un poco.

No me malinterpreten: God of War III es sin duda alguna de los mejores juegos que tiene el PS3, y Kratos es sin duda alguna un gran personaje. El juego tiene unas gráficas impresionantes, la historia es una mamada, pero entretenida, y el modo de juego es básicamente el mismo que el de God of War y God of War II, así que si les gustaron las primeras dos partes, la tercera seguro lo hará también.

El problema que tengo con el juego es que el modo de juego es básicamente el mismo que el de God of War y God of War II. God of War III se siente como un juego del PS2 con gráficas del PS3. Se siente viejo de alguna manera, incluso con las impresionantes gráficas y los jefes al final de nivel que de verdad parecen dioses.

Creo que también colaboró para mi decepción que acabé un poco hasta la madre de Kratos. Nadie puede estar tan enojado tanto tiempo; y el final de la historia es un poco meh. Alguien como Kratos no merece redención.

Por último, el personaje de Pandora que al final uno tiene que estar protegiendo y resolviendo acertijos con ella (de una manera muy similar a Trip en Enslaved, del que hablé hace unas semanas), me parece que hace que Kratos se porte de forma inverosímil. ¿Por qué una adolescente flacucha haría que el guerrero que jamás ha mostrado compasión, de repente lo hiciera? La conexión con su hija es tenue, a lo más, y no justifica las acciones del espartano demente.

Los primeros dos juegos de la franquicia los acabé, y de inmediato me puse a jugarlos en la dificultad más perra aunque no lo necesitara para mi trofeo de platino. Esta última parte saqué el trofeo de platino, y no lo he vuelto a poner en mi PS3. A lo mejor lo hago después, pero la verdad ahorita no se me antoja en lo más mínimo.

Tal vez es el hecho de que he estado jugando muchos más juegos y de estilos muy variados, y que mi gusto se ha expandido un poco; o tal vez sencillamente ya me harté de ver a Kratos enojado matando a cualquier cosa que se le atraviese, e incluso a veces desviándose para matar cosas que no se le atravesaban. El punto es que aunque sí lo acabé y saqué mi platino, el psicótico dios de la guerra me terminó cansando al final.

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Cómo has cambiado

Linux ya no es lo que era antes.

Isabel necesita escanear unas cosas y, por una serie de circunstancias que me niego a relatar, trajo un escáner de sus papás al departamento. Yo inmediatamente me puse a saltar como niño con juguete nuevo, pensando en toda la sana diversión que obtendría de estar tratando de echar a andar el (aparentemente) chafísima escáner USB.

Lo conecté, y funcionó de inmediato. Qué desilusión.

Cómo han cambiado las cosas en quince años; en 1997 tuve que recompilar mi kernel (por primera vez en mi vida) para que jalara mi tarjeta de sonido en Linux. Ni siquiera recuerdo para qué; dudo que yo supiera de la existencia de MP3s en ese entonces.

Ahora uno conecta las cosas, y funcionan. Qué aburrido.

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Trucos con \LaTeX

Estoy escribiendo mi tesis de doctorado, y lo estoy haciendo en español porque al fin y al cabo los artículos sobre los que estará basada ya los escribí en inglés, y no le veo sentido a andarme rompiendo la cabeza de nuevo escribiendo en inglés cuando puedo hacerlo en español, y soy mucho mejor escritor en mi idioma natal.

Como sea, escribiendo \LaTeX en español de nuevo ha hecho que descubra (o redescubra) varios trucos interesantes. Lo primero es hacer que \LaTeX hable español, por supuesto, que se logra con un simple

\usepackage[spanish]{babel}

Lo siguiente es hacer que \LaTeX use UTF-8 para entender acentos, para así poder escribir á, y no \'a. Yo esperaría que ya todo mundo lo supiera, pero me he encontrado con varias personas que siguen usando el modo “tradicional”, que es por supuesto lento, propenso a errores, y en español hace que un documento sea ilegible. Para que \LaTeX use UTF-8, sólo se necesita un simple

\usepackage[utf8]{inputenc}

Con eso al 99% de la gente que escribe \LaTeX en español debería bastarle; para los neuróticos como yo, el que sigue está interesante. Con los dos paquetes de arriba \LaTeX ya genera un documento correcto usando español, pero si uno usa \textrm{pdf}\LaTeX (como yo, que ya le perdí la fe para siempre a PostScript), en el documento resultante no están sincronizados el texto dibujado en pantalla, y el texto subyaciente. Para que me entiendan, creen un documento \LaTeX con los dos paquetes que mencioné, compílenlo con \textrm{pdf}\LaTeX, y luego seleccionen una parte del documento con acentos. Debería pasarles algo así:

Texto seleccionado

Texto seleccionado

Eso no sólo se ve horrible; la búsqueda en el PDF deja de funcionar, y afecta también cosas como buscadores automáticos (como el de Google) que analizan los PDFs por el texto subyaciente, no por cómo se dibuje en la pantalla. Repararlo es bien sencillo:

\usepackage[T1]{fontenc}

Con este paquete, el PDF ya sincroniza el texto subyaciente con el dibujado en la pantalla, y todos los problemas que mencioné arriba se corrigen:

Texto seleccionado con fontenc

Texto seleccionado con fontenc

El siguiente truco está relacionado; para las tesis en la UNAM, la portada siempre tiene que seguir un cierto formato del que sencillamente no hay forma de escapar. La manera más sencilla (para mí) de cumplir con el requerimiento de la portada, fue hacerla en Inkscape, exportarla a PDF, e incluirla como página completa en mi documento con \includepdf, del paquete pdfpages. Ahora, todo el texto en la portada lo hice con \LaTeX dentro de Inkscape para que usara la misma fuente que el resto del documento, para esto usé la extensión textext de Inkscape que permite insertar la salida de \LaTeX como SVG dentro de un archivo de Inkscape (que también es SVG).

Todo esto funciona muy bien, pero como el texto de \LaTeX se inserta como SVG (dícese, líneas, curvas de Bézier, y cosas así), el PDF resultante no tiene texto subyaciente, y por lo tanto no es seleccionable, buscable, analizable, etc., porque de hecho no hay tal. Para arreglarlo es muy fácil; uno toma su documento en Inkscape:

Documento en Inkscape

Documento en Inkscape

Y le agrega texto de Inkscape, o sea, el texto que de hecho SVG sabe manejar:

Documento en Inkscape con texto

Documento en Inkscape con texto

Por supuesto, uno selecciona la fuente de Inkscape que mejor se acerque a la de \LaTeX aunque dado el cuidado que pone \LaTeX para dibujar texto, por mucho que se parezca la fuente de Inkscape no se verá igual (que es la razón por la cual uso texto de \LaTeX y no de Inkscape en primer lugar). Hecho esto, uno centra el texto de Inkscape sobre el de \LaTeX, para que estén casi uno encima del otro:

Documento en Inkscape con texto centrado

Documento en Inkscape con texto centrado

Y por último uno selecciona el texto de Inkscape, y lo hace invisible:

Documento en Inkscape con texto invisible

Documento en Inkscape con texto invisible

Y ya, con esto el texto subyaciente del PDF será el de Inkscape, y aunque no se verá idéntico al dibujado en el PDF, sí será seleccionable:

PDF seleccionable

PDF seleccionable

Por supuesto, cuando no se esté seleccionando, el texto de Inkscape será invisible, dejando únicamente visible (e imprimible) el texto bonito de \LaTeX. Ya que tuve mi portada lista, lo siguiente que pensé fue si valía la pena hacer las figuras de mi tesis seleccionables. Son chorroscientas, y además tendría que estar poniendo caracteres griegos la mayor parte del tiempo, y eso me dio mucha flojera. Sin embargo, hice una pequeña extensión para Inkscape que toma el texto de \LaTeX generado por textext, e inserta el código \LaTeX que generó el texto. Por ejemplo, la siguiente figura:

Figura

Figura

esto es lo que se ve cuando uno selecciona texto \LaTeX dentro de ella:

Figura seleccionable

Figura seleccionable

No es terriblemente útil, pero como ligué mi extensión en Inkscape a un atajo del teclado, es bastante fácil de hacer, y se ve mamón. Esos son todos los trucos que he aprendido (o vuelto a aprender); si encuentro otros luego los publico.

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Los Juegos del Hambre

El sábado fuimos a ver The Hunger Games. No escribí antes al respecto porque la red del iMate (donde está Xochitl) le estaban haciendo trutrú.

Se aplican ya saben.

The Hunger Games

The Hunger Games

Como comenté en noviembre, yo me aventé la triología de The Hunger Games sólo de ver el avance de la película, así que fui a verla con las expectativas muy altas. Estoy muy feliz de anunciarles que la película no nada más cumplió dichas expectativas; las rebasó por mucho.

Lean lo que escribí acerca de los libros si les interesa mi opinión de la historia; la película adapta tan fielmente la primera novela que es realmente lo mismo. Aquí voy a platicar únicamente de la película.

El elenco, como comenté cuando vi el avance, es básicamente perfecto; la película además difiere de los libros al permitirnos ver cosas que Katniss no presencia, lo que facilita que otros personajes se luzcan. Donald Sutherland es fabuloso como el presidente Snow a sus trescientos años de edad; un irreconocible Wes Bentley es increíble como Seneca Crane, que en los libros sólo es mencionado; y Stanley Tucci hace lo que suele hacer como Caesar Flickerman. El elenco principal es muy bueno, considerando además que son chavillos: la lindísima Jennifer Lawrence es perfecta como Katniss; fuerte, inteligente, algo terca, y definitivamente hermosa. Josh Hutcherson como el tierno si bien a veces menso Peeta lo interpreta exactamente como debía ser; uno puede ver su perdido enamoramiento de Katniss, y la fiera determinación de mantenerla con vida pase lo que pase. Y, sorpresivamente en mi caso, me gustó mucho Liam Hemsworth como Gale; en la novela aparece en unas cuantas páginas al inicio, y después sólo en las memorias de Katniss. En la película, cada vez que Katniss besa a Peeta, nos muestran una escena de Gale sufriendo en el Distrito 12, y el muchacho es realmente bueno mostrando el dolor, la preocupación, y la racionalización de que ella tal vez no tenga de otra, todo en sólo unos cuantos segundos. Los comparsas también son muy buenos; una irreconocible Elizabeth Banks debajo de medio kilo de maquillaje interpreta de forma magistral a la vanidosa y superficial Effie Trinket; Woody Harrelson es fabuloso como el alcohólico, grosero y desesperanzado Haymitch; y Lenny Kravitz es la encarnación del estilista Cinna.

Los efectos especiales son bastante buenos, pero uno ya da eso por hecho en esta época. La ambientación sin embargo es increíble: el Distrito 12 es un homenaje/parodia de todas las películas gringas ambientadas durante la Gran Depresión; el Capitolio es Roma, literalmente, con una arquitectura para impresionar e intimidar, y una población más allá del enajenamiento y la decadencia. El Distrito 11 aparece sólo unas cuantas escenas, pero es sin duda un caricatura (u otro homenaje/parodia) del Sur Profundo de los Estados Unidos, con una población en gran medida negra siendo explotada.

La película es buenísima, y a pesar de que dura casi dos horas y media, uno no las siente mientras ve a los niños de los doce distritos mientras se masacran entre ellos. La crítica está encantada con la película, especialmente con Jennifer Lawrence (y cómo no estar de acuerdo con ellos), y al parecer a todo mundo le está gustando, porque en menos de una semana que se estrenó, ya ganó en taquillas el triple de lo que costó hacerla. Lo cual es bueno, porque nos garantiza que habrá las dos secuelas (o tres, si Hollywood hace lo que viene haciendo desde hace unos años y parten el tercer libro en dos películas… que de hecho se acomodaría bastante bien).

Vayan y vean la película; en mi opinión, es incluso mejor que la novela.

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Batman: Arkham Asylum

En enero, unas semanas después de que conseguí mi trofeo de platino en Uncharted: Drake’s Fortune, conseguí el platino de Batman: Arkham Asylum.

Batman: Arkham Asylum

Batman: Arkham Asylum

Siendo, como soy, fan de cómics, por supuesto había oído hablar de este videojuego, y cuando lo vi más o menos barato en California (acababa de salir la segunda parte), lo compré. Había leído básicamente en todos lados que el juego era lo mejor del universo desde que inventaron las tortillas con sal, pero incluso con tan buenas referencias, nada me pudo haber preparado para la experiencia de jugarlo.

Batman: Arkham Asylum es probablemente el mejor juego que yo haya jugado en el PlayStation 3, y es posible que el mejor que yo haya jugado en toda mi vida, sin importar en qué medio. No es mi juego favorito, pero eso no dificulta para nada que reconozca que es, para motivos prácticos, perfecto.

En el aspecto técnico es impecable: los gráficos son fabulosos, la música y efectos de sonido excelentes, y el modo de juego (gameplay, que le dicen en inglés) es perfecto: uno se siente Batman mientras atraviesa el Asilo Arkham rompiéndole costillas a prisioneros. Pero además las actuaciones son fenomenales, con el elenco de varias de las caricaturas del universo DC reinterpretando a sus personajes (en particular Mark Hamill como el Joker es sencillamente fenomenal); la historia está bien escrita y muy bien dirigida (sacada de los cómics mismos, y no de alguna película o serie de TV); y toda la ambientación del juego conspiran para que uno de verdad se sienta Batman.

Que fue de las cosas que me gustaron más del juego: es de los pocos juegos en el PS3 donde uno no mata absolutamente a nadie. Contrario a Uncharted, donde Nathan Drake mata a todo lo que se mueva, e incluso cosas que no se mueven, en Batman: Arkham Asylum uno nunca deja de portarse como Batman; jamás utiliza fuerza letal contra sus oponentes. De hecho, no utilicé ninguna guía para acabar el juego, y sin embargo obtuve los dos trofeos que uno se puede perder mientras se juega: uno consistía en salvar a un prisionero de que se ahogue con el gas del Joker, y otro en noquear a todos los criminales en un cuarto cerca del final. Yo ni siquiera sabía que ambas acciones me darían un trofeo; pero como uno se siente Batman, uno se porta como Batman, y entonces no podía dejar de hacer ninguna de las dos cosas.

Una vez acabado el juego (que sí me costó, porque lo jugué en el máximo nivel de dificultad), sacar el platino me llevó también algo de tiempo, porque hay que pasar unos “desafíos” (challenges), de combate y de moverse sigilosamente. Los segundos son relativamente sencillos; los primeros, un par son verdaderamente difíciles. Y para los que lo quieran jugar; hagan los desafíos primeros; les sirve de entrenamiento para el juego principal.

No puedo hacer suficiente énfasis en qué bueno es este juego; es de verdad perfecto. Tan es así, que estoy considerando seriamente volver a jugarlo nada más para poder volver a disfrutarlo; y de nuevo en el nivel máximo de dificultad.

Nada más me doctore (y consiga una chamba) planeo comprarme la segunda parte, Batman: Arkham City, que todo mundo dice es aún mejor que la primera.

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John Carter

El sábado fuimos a ver John Carter; no escribí antes al respecto por estar hasta las narices de trabajo. Sigo hasta las narices de trabajo, pero me tomé unos momentos para escribir de la película.

Se aplican ya saben.

John Carter

John Carter

Elegí que viéramos esta película porque quería ir al cine a ver una película que valiera la pena verse en el cine. Dícese, no necesariamente buena, pero sí con hartos efectos especiales.

La película no decepciona en ese aspecto; pero además (y tal vez sorprendentemente) a mí me pareció que supera las espectativas que uno podría tener de ella. Está divertida, está emocionante, y Lynn Collis está de verdad muy linda. De verad no me parece que se le pueda pedir más a una película basada en historias de Edgar Rice Burroughs que, creo todos estaremos de acuerdo, nunca se caracterizó por escribir alta literatura.

Así que véanla; está entretenida, los marcianos están cagados, y está bien hecha.

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Y eso es lo que determina a un partido del siglo XIV

Ni siquiera comentaré en la primera parte de la intervención del imbécil de Juan Pablo Castro (ya hemos oído pendejadas similares miles de veces); quiero comentar en la parte cerca del final, cuando dice:

“¿A qué se ha dedicado el PRD en el Distrito Federal? Simplemente a destruir todas las instituciones: como por ejemplo permitiendo el matrimonio de jotos, permitiendo el aborto…”

Énfasis mío; pueden ver el video en el tubo.

Y luego se siguen preguntando por qué el PAN jamás gobernará mi hermosa Ciudad.

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Los resultados de la criminal incompetencia

Hace poco más de un año escribí acerca del caso Cassez, en una entrada llamada La criminal incompetencia. Si no lo quieren leer, se puede resumir así: los idiotas de este “gobierno” ilegítimo, por querer hacer más “dramática” la captura de la Cassez, violaron el Debido Proceso y por lo tanto (aunque al parecer es obvio que la francesa es culpable) deben liberarla y enviarla a Francia. La hermosa secuestradora puede ser culpable (y todo apunta a que de hecho así es), pero tiene que ser liberada por culpa de la criminal incompetencia de este “gobierno” a su vez formado por criminales.

Trece meses después el sistema de justicia mexicano (por el que en general no doy dos pesos), llegó a la única conclusión posible; la misma que yo comenté en febrero del 2011: la AFI violó los derechos de la sádica francesita por andar inventado shows televisivos, y por lo tanto las pruebas que la acusan “carecen de fiabilidad”.

El “gobierno” de Felipe Calderón pataleará ante esta decisión, como patalea ante casi cualquier cosa que vaya en contra de las decisiones del acomplejado ladrón de la silla del águila; pero me parece que al final no tendrá de otra sino enviar a Francia a una criminal que causó dolor y pena a decenas de familias mexicanas, robándoles el poco consuelo que algo de justicia les habría dado. Y de eso no hay otros culpables que no sean sino dichos criminales que ahora se hacen llamar el “gobierno” de este país.

Esos son los resultados de la criminal incompetencia.

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Tlaxcala

Vinimos a Tlaxcala al Coloquio Víctor Neumann, pero esta vez sí fue de pisa y corre. Llegamos el lunes en la tarde, yo di mi plática el martes, Isabel dio la suya hoy, y ya nos vamos de regreso a la Ciudad. Tenemos demasiadas cosas que hacer como para quedarnos.

Tlaxcala está bonito, si bien chiquitito chiquitito. Me parece ya haber estado aquí, pero si así fue, habrá sido hace décadas.

Yo me alegro de regresar, tengo millones de cosas qué hacer.

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La Mujer de Negro

El sábado Isabel y yo fuimos a ver The Woman in Black. Se aplican las de siempre.

The Woman in Black

The Woman in Black

Me gustan las películas de miedito; el único problema es que es realmente muy difícil hacer una película que de hecho de miedo. Que haga brincar porque de repente aparece un mostro o porque la música estalla es fácil; que sin hacer uso de esos trucos lo tenga a uno literalmente al borde del asiento por miedo a lo que vaya a pasar es extremadamente difícil. La última película que de verdad consideré que me dio miedo fue El Orfanato, me parece.

Del párrafo anterior debe ser fácil adivinar que The Woman in Black no me dio miedo realmente; aunque sí hace brincar en varias ocasiones. De cualquier forma no es mala película; está extraordinariamente bien hecha, con una ambientación a inicios del siglo XX fabulosa, y Harry Potter resulta que puede actuar de algo distinto a Harry Potter; el resto del elenco también es bueno.

Sólo no sé si esta película valiera la pena ser la primera que veo en el cine en varias semanas. De todas formas, si pueden véanla; está bien, aunque ciertamente no de miedo.

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Y de hecho a más de 88 millas por hora

Ya regresé a la Majestuosa de Querétaro. El taller yo sentí que no obtuve ningún resultado, pero la verdad tengo tantas cosas que hacer que tal vez sea algo bueno. No me quedé a emborracharme hoy entre otras cosas porque Isabel regresa mañana de Nueva Zelanda, y de hecho es referente a ello por lo que escribo esta entrada.

Isabel sale el sábado 25 de febrero a las 19:30 PM de Nueva Zelanda, y llega a México el sábado 25 de febrero a las 19:00 PM. Así que de hecho viaja 30 minutos al pasado.

Lo cual me parece fabuloso.

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Grand Thef Auto III en mi Xperia Play

Hoy regresando de comer me metí al Android Market para buscar una aplicación, y vi un gran anuncio de Grand Theft Auto III, la versión para Android. Yo ya sabía al respecto (lo leí aquí), pero como fue mientras estaba fuera de México, se me había olvidado. Hoy que vi que costaba menos de 70 pesos (4.59 USD), sin pensarlo mucho lo compré.

Grand Theft Auto III en mi Xperia Play

Grand Theft Auto III en mi Xperia Play

La verdad no esperaba mucho; yo supuse que necesitaría un teléfono con más galleta para correrlo (el Xperia Play no tiene dual-core). Me sorprendió: está súper fluida la animación, y además los controles del gamepad del teléfono funcionan igual a como en el PS3. Está poca madre.

Nada más tenga algo de tiempo, voy a regresar a la Liberty City de el silencioso personaje de GTA3. Nunca obtuve el 100% en ese juego, y estoy más que dispuesto a hacerlo ahora (y me imagino será mucho más sencillo que obtener el 100% en GTA4).

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Uncharted: Drake’s Fortune

Después de sacar mi platino en Enslaved: Odyssey to the West, el siguiente que conseguí fue Uncharted: Drake’s Fortune.

Uncharted: Drake's Fortune

Uncharted: Drake’s Fortune

El primer juego de Uncharted se convirtió rápidamente en uno de los juegos estandartes del PS3; nada más estuvo barato (alrededor del tiempo en que salió la segunda parte) lo compré.

El juego es (en gran medida) una película donde uno toma control del personaje durante las escenas de acción, y donde uno no tiene el menor control sobre el destino del personaje. Uno puede hacer que maten a Nathan Drake, y fuera de eso sólo lo puede mantener con vida mientras sale la siguiente escena entre niveles.

No tomen eso como una crítica, necesariamente; es muy buen juego, con unos gráficos fabulosos, un combate fluido (si bien se vuelve rápidamente repetitivo), y una historia más que aceptable, dirigida por varios personajes encantadores, comenzando por Nathan Drake, que nada más oírlo como todo el tiempo se queja de las desgracias que le ocurren hace que valga la pena el juego.

Lo jugué y lo acabé en dificultad normal antes de mi viaje el año pasado, y lo disfruté bastante. Y luego me maldije a mí mismo por haberlo jugado en dificultad normal, porque para sacar el platino hay que acabar el juego en la dificultad más perra, y dicha dificultad ni siquiera está disponible sino hasta que uno acaba el juego en el modo difícil. Eso hizo que tuviera que jugar el juego tres veces, y sólo pude acabar la segunda antes de mi viaje.

Regresando a México lo retomé, y sí me llevó varios días poder acabarlo en la dificultad más perra; no en menor medida porque estaba jugando otras cosas al mismo tiempo. De hecho, por fin obtuve el platino en Uncharted un día después de obtener el platino en Enslaved.

Lo repito, el juego es muy bueno, pero yo sí acabé algo harto. En muchas partes salen y salen y salen enemigos, y cuando por fin uno los mata a todos, comienzan a salir más. Y Nathan Drake, por simpático y encantador que sea, pierde un poquito de su brillo cuando asesina sin el menor miramiento a los que deben ser del orden de cientos de enemigos. Todo el juego el personaje se comporta como este tipo “del diario”, pero mata decenas de piratas sin ningún problema.

Como sea, sí me gustó mucho el juego, y ya tengo la segunda parte esperándome en la Ciudad de México, aunque la verdad no sé cuándo pueda empezar a jugarlo. Yo sí lo recomiendo, especialmente porque ahora debe uno poder conseguirlo baratísimo.

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