Titanes del Pacífico

Hace una semana y un día, fui al cine con Enrique y Juan a ver Pacific Rim.

Se aplican las de siempre.

Pacific Rim

Pacific Rim

Juan me comentó el año pasado cuando salió el primer avance, y nada más lo vi le dije: “mira; por fin los gringos van a hacer Mazinger Z”. No es exactamente así, pero por ahí va la cosa.

Pacific Rim es un homenaje, una parodia, una modernización y un poema de amor a las películas de mostros japonesas, y sus series de mechas, incluyendo obviamente a Mazinger Z, pero también a Robotech (o Macross, como quieran), Gundam, Voltron, etc., etc.

Tratar de ver algo más en la película es una pérdida de tiempo; por eso me extraña tanto que haya quien se queje de que los personajes son planos, o que el diálogo es malo, o que el héroe tiene el carisma de una caja de pañuelos. Es como quejarse de que la idea de que las mejores mentes de este mundo llegarían a la conclusión de que la mejor forma de pelear con los mostros es construir robotsotes para agarrarlos a madrazos es muy infantil.

Por supuesto es muy infantil, ese es el punto.

Nada más acabó la película, le dije a Juan que por primera vez en años, una película consiguió que me volviera a sentir un niño asombrado ante la imagen de un robot gigante tomando un buque de guerra y usándolo como bat de béisbol para partirle su mandarina en gajos a un mostro malo malérrimo.

De nuevo volví a tener ocho años y me sentí emocionado cuando el héroe (que por cierto, tiene el carisma de una caja de pañuelos) dice “elbow rocket!” (pero yo sólo oía “rocket punch!”), o cuando un mostro saca alas, o cuando el robotsote se acuerdan que tiene espadas en los brazos y le corta dichas alas.

La película son robots gigantes dándose de madrazos contra mostros gigantes, usando movimientos que bien podrían haber sacado de la lucha libre (mexicano al fin y al cabo, Del Toro). Es un homenaje a todos los programas japoneses de robotsotes que niños como yo vimos hace treinta años en la tele, y a las películas de mostros japoneses antes y después de ellos.

En ese sentido la película es extraordinaria, y esperar algo más de ella un sinsentido.

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Habemus doctor philosophiae

Hace más de tres semanas de esto, pero había tenido tanto trabajo que no lo había comentado aquí:

Dear Mr. Peláez,

We hereby acknowledge receipt of the final version of your paper entitled

                "Convex blocking and partial orders on the plane"

                        by

                J.M. Díaz-Báñez, M.A. Heredia, C. Peláez, J.A. Sellarés, J. Urrutia, I. Ventura

to COMPUTATIONAL GEOMETRY: Theory and Applications.

¿Qué significa esto? Pues que Habemus doctor philosophiae. O en cristiano, que me doctoraré ya pronto.

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Hombre de Acero

El sábado fui a ver Man of Steel con Mina, Juan y Érika. Se aplican las de siempre.

Man of Steel

Man of Steel

Superman es mi superhéroe favorito. Spider-Man y Batman andan cerca, pero sin duda alguna Superman es mi favorito; tendrá mucho que ver (me parece) que el Superman que a mí me tocó leer fue el reimaginado por John Byrne en 1985 con (casualmente) The Man of Steel.

El Superman que siguió después de la Crisis en las Tierras Infinitas, que es el que Doomsday mató, el que se casó con Lois Lane, y el que fue capaz de matar a Zod y sus seguidores, a un alto costo para su psique, siempre me pareció de los mejores personajes en cómics que ha habido. Cuando escuché a inicios de este siglo que su origen sería cambiado al de Birthright, la verdad la idea no me gustó tanto.

Esta nueva película de Superman es excelente; mis únicas críticas son que la última media hora de Superman dándose de madrazos en el aire con Zod, mientras destruyen Metrópolis, se vuelve ligeramente repetitiva para dos súper seres que al parecer no se dan cuenda de que son invulnerables. Eso, y que al parecer medio Smallville y Lois Lane saben que Superman es Clark Kent, pero el FBI y el ejército gringo son incapaces de averiguarlo.

Y entiendo que siempre fue muy insultante que supuestamente Lois Lane fuera la mejor reportera del mundo, y fuera incapaz de descubrir que Clark Kent era Superman; sin embargo, siempre ha sido parte de los mitos del Hombre de Acero el que su interés romántico esté indecisa acerca de si quiere al kriptoniano o a su compañero de trabajo, sin saber que son la misma persona.

Como sea, repito: esta nueva película de Superman es excelente… y sin embargo no salí de verla del todo satisfecho.

Me tomó varios días entender por qué; es realmente muy simple. Sencillamente me gustó más la nueva película de Star Trek; me hizo reír más, me pareció mejor la acción, más inteligente el diálogo, y simplemente la encontré más satisfactoria.

Esto no es necesariamente una crítica negativa de Man of Stell; Star Trek Into Darkness es extraordinaria: cualquier película tendría problemas en competir con ella. Y sin embargo, yo quería que Superman le ganara en satisfacerme como forma de entretenimiento. Porque Superman es mi superhéroe favorito.

Y entiendo perfectamente que hacer una buena película de Superman es endiabladamente difícil: nada más vean el adefesio que salió hace siete años.

Man of Steel trata de hacer un Superman moderno; y en particular en el cine esto es más difícil aún porque significa tirar a la basura al Superman de Christopher Reeves. Christopher Reeves era perfecto para interpretar al Superman de 1940-1985 (el de 1938-1939 es otra historia; en uno de los primeros cómics de Superman, un ladrón le dispara, y Superman lo agarra y con supervelocidad lo mueve para que sea asesinado por su propia bala).

No sé si Henry Cavill sea perfecto para interpretar a este nuevo Superman, pero es ciertamente muy bueno; y para mí en particular gana puntos por no ser gringo. Por primera vez vemos a un Superman de verdad inseguro y asustado, no fingiéndolo ser para ocultar su identidad secreta. Por primera vez vemos un mundo aterrado ante la idea de un ser que los podría fácilmente destruir si así quisiera, y del cual el kriptoniano tiene que ganarse su confianza. Por primera vez vemos un Jor-El que de hecho es un hombre de acción, no sólo un científico que fríamente salva a su hijo de la destrucción de su planeta.

Y Zod es increíble: ahora sí es un genocida aterrador. Y Faora; de hecho me gustaron más sus escenas de acción que las de Superman.

Esperaba más de esta película, pero la verdad era medio imposible que mis expectativas se cumplieran. De cualquier forma sigue siendo muy buena, y la recomiendo ampliamente, aunque probablemente sea innecesario porque todo mundo la va a ir a ver.

DC (y específicamente Warner Bros.) ha cometido una cantida imposible de estupideces con sus películas de superhéroes (con la excepción de Batman): Green Lantern hace dos años fue sencillamente decepcionante; más aún considerando el espectacular elenco que tenía. Esta nueva película de Superman aún no está a la altura de lo mejor que ha hecho Marvel; pero ya se va acercando.

Vamos a esperar que la segunda parte se acerqué más a lo que yo hubiera esperado. Y vamos a ver si consiguen hacer una buena película de la Mujer Maravilla.

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Después de la Tierra

El domingo antepasado fui a ver After Earth con Mina. Se aplican las de siempre.

After Earth

After Earth

Dos negros muy guapos, padre e hijo, viajan en una nave que se estrella en una Tierra que ha evolucionado para matar humanos (de verdad, así lo dicen), y el hijo tiene que ir a buscar un faro de emergencia porque su padre se rompe las dos piernas en el accidente. Después de mucho peligro y discusiones emocionales entre ellos, el hijo salva al papá y todos son felices.

El fin.

Tenía muchas ganas de ver esta película porque, como dije, salen dos negros muy guapos; me decepcionó un poco al momento en que terminó, pero ya en retrospectiva me parece que está decente. Jaden Smith es, me parece, un buen actor; sólo está en esa edad en la que es medianamente imposible que un muchacho haga nada sin que se vea ligeramente torpe y chilloteando. Por supuesto, su papá tiene que financiarle una película para que el protagonice, porque, dado que los Estados Unidos son un país viciado de origen, sencillamente casi no hay películas para negros protagonistas, a menos que la película sea “de negros”, como las de Ice Cube o Tyler Perry.

Piensen en una película gringa donde un negro se liga a una blanca, que no se trate toda la trama acerca de que un negro se liga a una blanca. Básicamente no existen; los gringos (viciados de origen al haber fundado su país bajo el imperdonable crimen de la esclavitud, más aún cuando hipócritamente proclamaban que “todos los hombres son iguales”) están aterrados de que los negros les “roben” a “sus” mujeres. Por lo tanto no hacen películas con parejas de un negro y una blanca (un blanco y una negra, sí, por supuesto: eso sí está “bien”).

Jaden Smith debería estar haciendo comedias románticas adolescentes; a su edad es el tipo de papeles que debería estar interpretando. Sólo que entonces su interés romántico (para no violar el tabú descrito arriba) tendría que ser negra (o latina; al parecer eso tampoco es tabú), y eso rápidamente se convierte en una película “de negros”. Y su papá (que sin duda alguna debe controlar en gran medida la carrera de su hijo) no debe querer eso, porque lo que realmente quiere es convertir a Jaden Smith en el próximo Will Smith. A ver si le sale.

No me molesta que papá Will le pague su churro a hijito Jaden; Martin Sheen hizo lo mismo con Emilio Estévez y Charlie Sheen; Colin Hanks tuvo sus primeras películas producidas por Tom Hanks, etc. Es práctica común en Hollywood.

Lo que me molesta es que la película se quede corta; la premisa era interesante, y los dos negros son buenos actores. Will Smith sin duda; su hijo yo le doy el beneficio de la duda por estar tan chavo (va a cumplir quince años el mes que entra). El director M. Night Shyamalan debe cargar en parte con la culpa; sólo que la verdad creo que es su mejor película en mucho tiempo (lo cual habla de lo malas que fueron las últimas tres o cuatro).

La historia está bien contada, los efectos son buenos, y las escenas de acción son suficientemente divertidas. Mi principal problema es que la historia es, exceptuando por dos o tres puntos muy específicos, básicamente lo que se veía en los avances. Dura una hora cuarenta minutos, y hay varias escenas (y largas) que son únicamente exposición.

Si hubiera sido un cuento, sería de unas diez hojas.

No me parece, como he leído de otros críticos, que sea un churro infumable. Es una película divertida de ciencia ficción, y tiene varios detalles que me gustaron mucho (las naves espaciales parecen estar hechas de tela por dentro; los controles holográficos se parecen a los de Dead Space). Sólo creo que pudo haber sido mucho más con los dos protagonistas principales y el director, que sabemos puede dirigir buenas películas.

Así que aunque ligeramente decepcionante, no me quejo de la película. Si el dúo Smith vuelve a hacer una, también la vería.

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En la oscuridad

El fin de semana fui a Guadalajara a ver a Mina. Fuimos al cine juntos; no he ido mucho al cine últimamente porque (además de estar muy ocupado), la mayor parte de las películas que quiero ver, las quiero ver con mi novia. Eso explica en parte por qué la falta de entradas de cine en el blog.

Fuimos a ver Star Trek Into Darkness. Se aplican las de siempre.

Star Trek Into Darkness

Star Trek Into Darkness

Tenía muchas ganas de ver esta película; la primera parte del reboot de Star Trek me pareció fabulosa, y cuando oí que saldría Benedict Cumberbatch como Khan, me emocioné muchísimo: el actor me cae súper bien. Por supuesto en ningún material promocional se hizo mención a que Cumberbatch sería Khan, y de hecho trataron de despistar llamándole John Harrison en los avances y todas las menciones de la película antes de su estreno; pero era la segunda película en la nueva continuidad de Star Trek: tenía que ser Khan.

Yo como buen asiduo de Internet evité cualquier crítica o comentario de la película hasta que fui a verla, así que entré sin haber confirmado que John Harrison sería realmente Khan; aunque, como ya dije, era obvio. De cualquier forma sí se me pararon los vellitos de los brazos cuando Cumberbatch dice “My name is… KHAN”.

Hace ya varios años, muchos antes de que ni siquiera comenzaran a planear la nueva continuidad de Star Trek, cuando asumí por completo que era, y siempre sería, un geek, decidí que tal vez debería ver todas las películas de Star Trek, en su continuidad anterior. Por supuesto no lo hice; son películas terriblemente malas, pero aún así vi Star Trek: The Motion Picture (que no es mala, sólo insufriblemente aburrida), y Star Trek II: The Wrath of Khan, que quitando el hecho de que sus efectos especiales apestaban, es bastante buena.

La tercera película de la continuidad original sí ya no pude soportarla.

Nunca vi el episodio original de Star Trek donde sale Khan Noonien Singh; pero Ricardo Montalbán era muy divertido interpretándolo en Wrath of Khan. Cumberbatch no es divertido; es aterrador: su Khan de verdad da miedo, y la idea de 72 cabrones como él causando destrozos en la galaxia sí es más allá de perturbadora.

La nueva película de Star Trek es extraordinaria en casi todos los sentidos: está espectacularmente hecha, el guión es inteligente y divertido todo el tiempo (más si consideramos que está basado en una serie boba de televisión de hace más de cuarenta años), y los muchachos actores que regresan de la primera película, junto con Cumberbatch y RoboCop, hacen un muy buen trabajo interpretando sus papeles. Mi madre, que jamás vio la serie de televisión, y probablemente no se acuerda de ninguna de las películas de la continuidad original que pudiera haber visto, disfrutó enormemente esta segunda parte. Lo mismo puedo decir de mi novia.

Pero lo que más disfruté yo (como fallido fan del Star Trek original), es que si uno vio Star Trek II: The Wrath of Khan, entonces esta nueva película está más llena de asombrosa asombrosidad que puede seguir asombrándonos. El sacrificio de Kirk (reflejando el de Spock en la película de hace 31 años); el grito de “KHAAAAAAAAAAN! de Spock, incluso mejorando el icónico grito de Kirk; y la sola presencia de Khan, que en la serie original dejaba entrever que era el ser humano más peligroso en existencia, pero que esta película consigue de verdad reflejarlo, mejoran por mucho una experiencia que es, de por sí, increíblemente buena.

Y la épica madriza entre el ser humano más peligroso en existencia y un híbrido vulcano-humano absolutamente encabronado es de las cosas más divertidas que he visto en el cine en mucho tiempo. La imagen de Spock tratando de hacer su vulcan nerve pinch en Khan, y que falle miserablemente, fue un completo nerdgasmo.

Me alegra que no haya decaído la calidad en esta segunda pieza de la nueva continuidad de Star Trek; espero que la siguiente película sea al menos la mitad de bien hecha y la mitad de divertida (que podría pasar, porque dudo que J.J. Abrams la dirija, dado que al parecer va a dirigir todas las otras películas de ciencia ficción en existencia en el universo), y que tarden menos en hacerla.

La recomiendo ampliamente; pero supongo que mi novia y yo éramos los dos únicos que no la habíamos visto.

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La vida productiva

No he escrito no por falta de interés; sencillamente he estado muy ocupado. De buenas a primeras me ofrecieron una chamba temporal en el IFE, y como la paga era ridículamente buena, ni siquiera pensé en no aceptarla.

Tengo que ir a reuniones entre dos y tres veces a la semana, pero fuera de eso trabajo desde mi casa, y puedo seguir dando clases. Pero lo mejor es que de hecho está divertida la chamba; programo bastante en cosas entretenidas, y la gente con la que estoy trabajando es en su gran mayoría una banda interesante.

Lo que sí es que ha resultado en estarme desvelando mientras programo (siempre he sido más productivo de noche), y esto ha causado que tenga muy poco tiempo libre.

De ahí la falta de entradas en el blog.

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Iron Man 3

Entre las cosas que hice para celebrar mi cumpleaños fue ir a ver Iron Man 3 con mi novia y mis amigos. No había escrito al respecto porque he tenido una cantidad ridícula de trabajo, y de hecho desde el jueves tengo más de aquí a los próximos meses.

Se aplican ya saben.

Iron Man 3

Iron Man 3

Tenía muchas ganas de ver esta película, pero la verdad no esperaba mucho. La última parte de una triología suele ser pésima; creo que las únicas terceras partes que se salvan son el Episodio III de las precuelas de la Guerra de las Galaxias, y El Retorno del Rey en la triología del Señor de los Anillos. Así que esperaba una cosa medio intragable; más aún considerando que el villano sería el Mandarín, que es probablemente uno de los villanos más racistas que jamás se hayan inventado… incluso para estándares gringos.

Fue entonces con agrado que vi que la película está bastante divertida; creo que sí es la más débil de las tres películas de Tony Stark, pero aún así es entretenida, está suficientemente bien hecha, y Robert Downey Jr. sigue haciendo maravillosas todas las escenas donde sale. Incluyendo las del niño caguengue.

La mejor sorpresa fue, sin embargo, que el Mandarín de esta película es una burla a toda la paranoia gringa acerca del terrorismo islámico: Ben Kingsley es encantador como el actor borracho que el verdadero Mandarín contrata para poder enmascarar accidentes que ha tenido en su plan malévolo diabólico como si fueran ataques terroristas.

La historia tiene una cantidad de fallas enorme, sobre todo al final con súper Pepper Potts (en calzones) partiéndole su mandarina en gajos al Mandarín, y no olvidándonos del niño caguengue que aparece en el segundo acto de forma completamente injustificable.

A pesar de todas estas fallas, esta película es entretenida, está bien hecha, Tony Stark interpretado por Robert Downey Jr. sigue siendo encantador, y la Paltrow sale en calzones, así que en general me gustó. Pudieron cerrar esta triología mejor; pero también pudo haber salido mucho peor, así que siendo optimista creo que estuvo bien.

Les diría que fueran a verla, pero probablemente ya lo hicieron, varias veces, así que sólo diré que sí la recomiendo.

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Treinta y seis

El pasado cuatro de mayo cumplí treinta y seis años. No había escrito al respecto primero porque se me acumuló una cantidad bestial de trabajo, y después porque tuve a bien matar a Xochitl como no la había matado en años. Creo que valió la pena; desde hacía años Xochitl era reiniciada automáticamente a las 00:05 todos los días, y me parece que con el último ajuste que le hice podremos evitarnos tener que andarla resucitando en automático diario.

Como sea; celebré mi cumpleaños con Mina y mis amigos, y me la pasé muy padre. El año pasado de mi vida tuvo una cantidad de altas y bajas enorme (además de que las bajas fueron muy bajas, y las altas fueron muy altas), pero siendo como soy veo más a las altas que a las bajas, y además ahorita siento que ya estoy en el camino correcto para terminar lo que dejé, por fuerzas de causa mayor, en pausa desde octubre del año pasado: ya doctorarme.

Y bueno, ya estoy oficialmente cuarenteando. Pero como siempre he sido de la idea de que la mejor década de los hombres son los cincuentas, no me preocupa en lo más mínimo.

Que venga el año que viene.

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Olimpo bajo fuego

El sábado fui con mi mamá al cine a ver Olympus Has Fallen, una película tan mala, que creo que da la vuelta y se vuelve buena.

De verdad.

Se aplican las de siempre

Olympus Has Fallen

Olympus Has Fallen

Hay una historia de fondo acerca de un agente del servicio secreto gringo que salvando al presidente tiene que dejar morir a la primera dama. Nada de eso importa, realmente.

Dieciocho meses después, el mismo agente presencia como un comando norcoreano ataca y toma la Casa Blanca, secuestrando al presidente gringo en el proceso, y él solito Rambo-style va y salva al presidente y a los Estados Unidos.

Eso es básicamente toda la película.

Para una premisa tan estúpida, la película cuenta con un elenco de primer nivel: el encantador Gerard Butler la hace del invencible agente del servicio secreto; Aaron Eckhart interpreta a un presidente más aburrido que Obama; Morgan Freeman interpreta al primer speaker negro de la cámara de diputados gringa, y que como el presidente y vicepresidente quedan incapacitados asume el papel de presidente interino; Ashley Judd interpreta durante unos cinco minutos a la primera dama; Radha Mitchell (una de mis actrices favoritas, y que creo ha sido altamente desaprovechada por Hollywood) interpreta a la esposa del agente; y un montón de asiáticos que no nos importan y que probablemente jamás veremos de nuevo en la pantalla grande interpretan a los norcoreanos malos malérrimos.

La película es demasiado mala y (en la superficie) demasiado pro gringa para que nadie de verdad la haya hecho en serio. Digo que es pro gringa en la superficie porque en el fondo pone a todos los servicios de inteligencia gringos como unos completos pendejos: con un avioncito y 40 comandos coreanos toman la Casa Blanca y secuestran al presidente, al vicepresidente y a un montón de miembros del gabinete; y además lo que hacen los que están a cargo fuera de la Casa Blanca son puras pendejadas seguidas unas de otras.

En algún momento de la película la directora del servicio secreto le dice al presidente interino: “We’ve just lost South Korea!” Miren ustedes; no sabía que Corea del Sur era de los gringos. Me pregunto qué diran al respecto los sudcoreanos.

Yo me la pasé muerto de la risa como el 147% del tiempo que duró la película. Es hilarante por ser tan exagerada en su “we are number one!”, pero están bien hechas las escenas de acción, y ciertamente la imagen de un avioncito desmadrando todo alrededor de la Casa Blanca y rompiendo el monumento a Washington, además de 40 güeyes disfrazados de turistas masacrando a decenas de miembros del servicio secreto con un par de camiones de basura es muy divertida.

Mi teoría es que en el fondo es una película subversiva disfrazada de propaganda gringa; que en el fondo es una crítica despiadada al progringuismo que existe en un sector de la poblacion de nuestro vecino norteño, y que el director (que dirigió la espectacular Training Day) y los actores principales realmente se la pasan guiñándose el ojo respecto a lo inverosímil de todo el asunto.

Y el hecho de que el héroe que salva a todo mundo en la vida real es escocés.

La película está muy divertida si no se la toman en serio, y si entran en la broma interna (que yo creo sí existe) entre los actores y el director. Y ciertamente es una película de acción bien hecha.

Así que para dominguear yo sí la recomiendo.

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5 veces más líneas, 400 veces más rápido

Xochitl está a veces bajo ataque. En general son ataques idiotas que tratan de entrar por SSH usando combinaciones de usuario/clave del tipo “root/root” o “user1/user1”; evidentemente eso casi nunca funciona, y además esos ataques son automáticamente detenidos después de tres intentos fallidos con denyhosts.

Esos ataques no me dan problemas; me dan problemas los ataques dirigidos específicamente contra mi blog y/o galería en línea. No porque alguna vez hayan logrado nada (los mantengo actualizados); el problema es que a veces generan una cantidad tal de solicitudes que Apache comienza a sobrecargar MySQL, la base de datos queda trabada, y Apache entonces se queda atorado sirviendo páginas. Si los atacantes solicitan muchísimas solicitudes a la vez, esto causa que MySQL quede atorado con cientos de consultas en su cola, y por lo tanto que Apache quede atorado con cientos (o miles) de páginas que quieren ser servidas.

Como Apache trata de no tirar conexiones, y cada una de ellas utiliza procesador, esto hace que el CPU de Xochitl de repente se encuentre utilizado al 117%. Aquí es donde debo mencionar que Xochitl es una pobre Pentium 4 a 2.40 Ghz; es posible (y de hecho probable) que la mayoría de los teléfonos celulares inteligentes que han salido este año sean más rápidos (y tengan más memoria) que Xochitl.

De todo lo anterior no es esta entrada.

Esta entrada es acerca de una situación que encontré mientras buscaba qué poder hacer para aliviar a la pobre de Xochitl. La más sencilla es ver qué IPs están solicitando más conexiones HTTP, y agregarlas a /etc/hosts.deny (teniendo cuidado de no negarme acceso a mí y mis máquinas, o a los robots rastreros de Google). Suele funcionar; sobre todo considerando que estos “ataques” (la verdad ya no sé si son ataques o sólo lectores ligeramente stalkeadores de mi blog/álbum) no ocurren muy seguido.

Así que hice un programita que leyera los logs (o bitácora, si quisiera usar español correcto) de acceso de Apache, sacara las IPs, y contara cuántas veces aparece cada una. Como lo primero que aparece en cada línea es la IP solicitante seguida de un espacio, con el siguiente comando obtengo todas las IPs que solicitan páginas a Apache:

cat /var/log/apache2/access_log | cut -d " " -f 1

Hasta ahí vamos bien; ahora, ¿cómo saco de ahí cuántas veces se repite una IP?, porque sabiendo eso ya puedo saber cuáles IP solicitan un número ridículo de conexiones. Siendo, como soy, programador, escribí un programita que hiciera esto por mí. Lo escribí en Python, porque lo quería rápido, y esto me salió:

#!/usr/bin/env python

import sys

if __name__ == '__main__':
    ips = {}
    for line in sys.stdin.readlines():
        line = line.strip()
        if line in ips.keys():
            ips[line] = ips[line] + 1
        else:
            ips[line] = 1
    for ip in ips.keys():
        print('%d: %s' % (ips[ip], ip))

Esas son 14 líneas de Python, incluyendo el shebang y dos líneas en blanco. El programa lee línea a línea la entrada estándar, y usa un hash table para ir contando cada aparición de una IP.

Muy contento con mi programa lo corrí… y el maldito programa corrió, y corrió, y corrió, y siguió corriendo. Al minuto lo detuve, incrédulo de que pudiera ser tan endiabladamente lento. Lo revisé, lo puse a imprimir resultados intermedios, y el resultado era el mismo: es lentísimo.

Estúpido Python.

Me subí las mangas y lo reescribí en C, usando glib porque no me iba a a poner a escribir mi propio hash table (been there, done that). Esto me salió:

#include <stdio.h>
#include <string.h>
#include <glib.h>

typedef struct _integer integer;

struct _integer {
        int n;
};

static integer*
integer_new(int n) 
{
        integer* i = g_new(integer, 1);
        i->n = n;
        return i;
}

static char*
read_line(FILE* file)
{
        char line[4096];
        int i = 0;
        line[i] = (char)0;
        int c;
        while (TRUE) {
                c = fgetc(file);
                if (c == EOF || c == NEW_LINE)
                        return strdup(line);
                line[i++] = c;
                line[i] = char(0);
        }
        return strdup(line);
}

void
print_key_value(char* key, integer* value, gpointer user_data)
{
        printf("%d: %s\n", value->n, key);
}

int
main(int argc, char* argv[])
{
        GHashTable* h;
        h = g_hash_table_new_full(g_str_hash, g_str_equal, g_free, g_free);
        do {
                char* line = read_line(stdin);
                if (!strcmp(line, "")) {
                        free(line);
                        continue;
                }
                char* key;
                integer* value;
                if (g_hash_table_lookup_extended(h, line, &key, &value)) {
                        value->n++;
                } else {
                        value = integer_new(1);
                        g_hash_table_insert(h, line, value);
                }
        } while (!feof(stdin));
        g_hash_table_foreach(h, print_key_value, NULL);
        g_hash_table_destroy(h);
        return 0;
}

Esas son 65 líneas en C, incluyendo la definición medio redundante de una estructura integer porque no quise usar las macros GINT_TO_POINTER y GPOINTER_TO_INT. No es elegante.

Ya que tuve mis dos versiones, según yo, equivalentes, las corrí ambas. La salida que producen es idéntica, así que me parece que sí son equivalentes. La versión en Python tarda más o menos 1 minuto 58 segundos (más/menos dos segundos, en todas las ocasiones en que lo corrí). La versión en C tarda 0.285 segundos, consistentemente debajo de 0.290. Esto para una bitácora de 95,080 líneas, de 12 Megabytes de tamaño.

La versión en C es unas 5 veces más larga en líneas que la de Python (de hecho 4.333, pero no importa), además de que las líneas tienen más caracteres; y sin embargo tarda (en tiempo de ejecución) del orden de 400 veces menos.

Ahí está el código si alguien quiere tratar de mejorar el resultado en Python. Yo estoy sumamente decepcionado; creí que las hash tables de Python estaban decentemente optimizadas: estoy usando cadenas como llaves al fin y al cabo. Y lo peor es que la versión en C ni siquiera me tomó mucho más tiempo en escribir.

Actualización: Gracias a Omar, ya vi que estaba cometiendo un errosote al buscar la llave en la hash table de Python; no tenía porqué buscarla en .keys() cuando puedo hacerlo directamente en la tabla. Con la sugerencia de Omar, el código Python es solamente el doble de lento que el código C. Lo que de hecho tiene sentido.

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Oblivion: El tiempo del Olvido

La semana pasada Xochitl tuvo bien a morirse, así que no pude escribir acerca de mi viaje a Guadalajara para ver a mi novia. Entre las cosas que hicimos fue ir a ver Oblivion; se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Oblivion

Oblivion

La Tierra fue invadida por alienígenas después de que destruyeron la Luna, lo que causó que casi todo el planeta se fuera a la mierda. La humanidad (supuestamente) hizo lo que tenía que hacer y lanzó un montón de bombas nucleares para ganar la guerra; lo conseguimos, pero como el planeta quedó hecho caquita, todo mundo se está preparando para irse a Titán en Saturno. Se supone todos están en una estación espacial tetraedral en el espacio a la que le dicen el “Tet”.

Tom Cruise interpreta a Jack Harper, el “técnico 49” encargado de darle mantenimiento a “drones”, que a su vez defienden unas maquinotas que están extrayendo el agua del planeta para generar energía, de los pocos alienígenas que quedan por ahí saboteándolas. Trabaja al lado de Vicky, su “controladora” y amante que le dice qué hacer y dónde ir, aunque él suele no hacerle caso. Ambos a su vez son controlados por Sally desde el Tet.

Hasta aquí la película estaba bien. Después los supuestos alienígenas mandan una señal al espacio, y una nave cae de ahí con humanos en unas cápsulas de hibernación, que los drones destruyen sin ningún miramiento, excepto por una porque tiene adentro a Olga Kurylenko, con la cual Jack sueña en las noches (lo cual es entendible), así que la defiende de los drones.

Resulta que la Kurylenko era astronauta, y que Jack era su esposo sesenta años antes, que iban en una misión a Titán justamente, pero que apareció el Tet famoso.

Hasta aquí la película seguía bien; cada vez me estaba dando más mala espina, pero estaba dispuesta a perdonar los hoyotes en la trama porque la película se ve increíble, porque Tom Cruise me sigue cayendo bien en sus películas, y porque la Kurylenko está bien Kurylenko.

Pero entonces capturan a Jack y a la Kurylenko, y resulta que los alienígenas que sabotean las maquinotas son humanos. Eso también lo podía perdonar; sólo que entonces el líder (Morgan Freeman) le dice a Jack que vaya a las “zonas de radiación” (donde se supone el planeta quedó radioactivo por las armas nucleares), y que ahí encontrará la verdad.

La verdad termina siendo que él es un clon y ocurre una escena de unos diez minutos donde Tom Cruise pelea consigo mismo.

Eso sí ya no lo pude perdonar; la película perdió cualquier trazo de seriedad que pudiera haber conservado.

La historia “real” era que Jack, su mujer (la Kurylenko) y Vicky eran tres astronautas entre varios que iban rumbo a Titán, pero entonces apareció el Tet y los enviaron a investigarlo. Toda la tripulación excepto Vicky y Jack fueron dormidos en hibernación, y Jack y Vicky se aproximaron al Tet, que les chupó el cerebró y utilizó clones (de él más al parecer) para crear un ejército de asesinos sin alma que conquistara lo que quedaba de la humanidad después de que desmadró la Luna.

Lo cual por supuesto no tiene el menor sentido. Si podía crear clones asesinos, ¿por qué carajo inventarse la faramalla del técnico de mantenimiento y del engaño de que las maquinotas trabajaban en servicio de la humanidad? Además, a lo largo de toda la película, Vicky se queja amargamente con Sally de que no les mandan partes necesarias para mantener a los drones; al final “Sally” (que es el extraterrestre malvado) envía un montón de drones para acabar con lo que queda de la humanidad. ¿Por qué no les enviaba entonces las partes que necesitaban? ¿Para que hicieran carácter? Pero además, si tenía el Tet capacidad de clonar miles de humanos, ¿por qué nada más clonar a Jack y Vicky? ¿Por qué no capturar con sus soldados asesinos más humanos y clonar otros?

La película se ve increíble; las escenas de la Tierra desmadrada están bien chidas, los efectos especiales son lo que uno esperaría, y Tom Cruise sigue siendo un muy buen actor y muy profesional, al igual que Freeman, la Kurylenko y la inglesita que la hace de Vicky. Además, sale Jaime Lannister.

Sólo es intragablemente estúpida su historia.

Para acabarla de amolar, yo me tomé un vasote de refresco y me andaba orinando cerca del final; así que tuve que irme con cuidado (no quería que me pasara lo de la última vez que no me pude aguantar para ir al baño), y me “perdí” el mero final. Lo pongo entre comillas porque la verdad ya no me importaba; sí creo que es una historia muy, muy estúpida.

Dicho todo eso, repito, la película se ve muy bien, y está divertida; incluso si al final es de forma involuntaria. Pero ciertamente no la recomiendo.

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Dónde estás, que no te veo

En mi departamento tengo más computadoras de las que cualquier adulto viviendo solo debería tener. Más aún si cuento cosas como mi PlayStation 3 o mi teléfono celular, o incluso mi N800, por más que no lo haya usado en los últimos dos o tres años.

Como sea, casi todas las computadoras se conectan a mi red local vía inalámbrica, y todas lo hacen a través de DHCP. Todas por lo tanto suelen tener direcciones de IP dinámicas (excepto Atom, mi servidorcito con procesador Atom; como redirijo a él las conexiones SSH de mi módem DSL, necesito que tenga una dirección estática), y después de un rato es un desmadre estar viendo cuál computadora tiene qué dirección IP.

Para solucionar esto utilizo Avahi, una implementación de zeroconf para Linux, lo que causa que cada computadora con Linux que tengo anuncie su presencia en la red local. No importa qué dirección IP tenga Centurion, mi máquina de escritorio, dentro de mi LAN puedo accederla con la dirección centurion.local (desde una máquina que use Linux y Avahi). Como hay un navegador de zeroconf para Android, incluso lo puedo usar desde mi teléfono, aunque tengo que abrir el navegador, ver qué dirección tiene centurion.local y ya usarla.

Como sea; ayer salí un rato de mi departamento y al regresar vi que se había ido la luz, ya que Atom estaba apagado. Prendí de nuevo el servidorcito y mi máquina de escritorio (la había dejado suspendida), y traté de conectarme de nuevo a atom.local. No pude, así que supuse que Atom no había iniciado correctamente. Agarré mi teclado USB y lo llevé al servidorcito, usando mi televisión de 46″ como monitor (como Atom está en el mismo mueble que la tele, lo tengo conectado a ella todo el tiempo por VGA). Cuando entré al servidorcito, vi que, aparentemente, todo estaba bien. Traté de conectarme de Atom a Centurion, y tampoco lo encontró.

El protocolo de zeroconf funciona de tal forma que, bueno, necesita cero configuración. Lo dice ahí, en su nombre. Que algo falle con Avahi es bastante raro; de hecho no ha habido nuevas versiones en años; sencillamente funciona.

Regresé a Centurion, y me puse a investigar qué podía pasar. Ambas computadoras podían accesar Internet, sólo no la una a la otra. Dado que Avahi es un protocolo distribuido (no necesita un servidor), no pensé que fuera mi módem DSL, pero ya sin muchas otras opciones me metí al mismo para ver si todo jalaba bien con él; a lo mejor algo extraño había pasado con el servidor DHCP, o quién sabe.

Y entonces en el navegador apareció la página de autenticación del módem DSL. Y resultó que no era mi módem.

Cuando volvía a prender Centurion después de que regresó la luz, en lugar de conectarse a mi módem DSL, se conectó al módem DSL de un vecino, que todavía en esta época no ha aprendido que hay que ponerle clave. Conecté Centurion a mi módem DSL, y por supuesto se pudieron encontrar él y Atom. También borré el módem DSL de mi vecino de la lista de Access Points a los cuales Centurion trata de conectarse (no tengo idea de cómo llegó ahí en primer lugar), así que espero este particular problema no vuelva a repetirse.

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La vida después de Google Reader

He venido usando Google Reader desde hace demasiado tiempo; creo incluso desde el mismo año en que estuvo disponible para el público en general. Como todos sus usuarios, entré ligeramente en pánico cuando escuché que Google iba a descontinuarlo en julio, y empecé a buscar alternativas.

La caballada está flaca, por decir lo menos. Ninguna de las alternativas me pareció que le llegaba en lo más mínimo a Google Reader, y como tengo decenas de feeds, estar importándolas en cada una de ellas se volvió bastante cansado. Por fin, y ya harto, decidí darle a Tiny Tiny RSS una oportunidad; en el peor de los casos, si algo no me gustaba sencillamente lo modificaba yo.

Resultó mucho mejor de lo que esperaba; la única modificación que le hice fue aumentar el tamaño de los tipos porque en mi monitor de escritorio de 1920×1080 se veían muy chiquitas las letras.

Tiny Tiny RSS

Tiny Tiny RSS

Tiene un plugin para usar los mismos atajos con teclas del Google Reader, y ya lo estoy usando diario. De hecho, borré todas mis suscripciones en el Google Reader. Pero además, tengo el código al alcance de mis dedos; si algo no me gusta o no funciona, sencillamente lo modificaré. Pero hago una vez más énfasis en que eso no ha sido necesario.

Es una pena que Google decidiera darle matarile a Reader. Pero fue muy sencillo sacar mis feeds, y la verdad estoy contento con Tiny Tiny RSS.

Así que la vida sigue después del Google Reader.

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Photo Locator

Cuando regresé de Guadalajara de ver a mi novia, traje conmigo cerca de 200 fotografías, y a casi todas ellas les pude sincronizar la información de localización GPS que saqué usando GPS Logger; platiqué de eso hace unas semanas. Cuando mi novia vino a verme durante semana santa, su despampanante belleza causó que me distrajera lo suficiente como para olvidárseme prender GPS Logger todos los días.

A ver, no se distraigan ustedes...

A ver, no se distraigan ustedes…

Esto, aunado con el hecho de que todas mis fotos antes de mi viaje a Guadalajara no tienen etiquetas GPS, y que tomé muy pocas fotos cuando Mina vino en las vacaciones, ha resultado en que el mapa de mis fotos en mi galería en línea se vea sí:

Mapa de la galería

Mapa de la galería

Según ese mapa, he tomado más fotos en Guadalajara que en la Ciudad de México. Casi diez veces más fotos. Y cero en cualquier otro país.

No me malentiendan; no tengo nada contra Guadalajara. Está bonito por allá. Pero el hecho de que la información de geolocalización de mi galería en línea refleje (erróneamente) que he tomado más fotos allá que aquí me tiene… incómodo, por decir lo menos. Y además, no refleja nada de los fabulosos viajes que he realizado por Europa y el resto de Norteamérica.

No hay manera de que automáticamente haga que las fotos sin información GPS adquieran dicha información. Bueno; técnicamente podría hacer un script que les pusiera coordenadas aleatorias a todas mis fotos, pero eso no serviría de mucho para lo que quiero: que el mapa de allá arriba refleje mis andanzas por todo el mundo. La única forma de conseguir eso es ir foto por foto tratando de recordar dónde estaba cuando la tomé.

El problema no es acordarme; tengo una extraordinaria memoria cuando se me pega la gana, y suelo recordar con bastante precisión dónde estaba cuando tomé una foto. El problema es la interfaz para asignarles coordenadas a las fotos; el plugin de Gallery 3 que genera el mapa de allá arriba también me permite ponerle coordenadas a cada foto, pero eso es usando dos cajitas de texto.

Editor de coordenadas

Editor de coordenadas

Esto significa que me tengo que ir a Google Maps (o algún otro programa que me permita ver las coordenadas, en latitud y longitud, de un lugar), agarrar esos numeritos, y pegarlos cada uno en su lugar en las cajitas de texto. Lo intenté hacer, y como a la tercera foto ya quería aventarme a las vías del metro para terminar con mi sufrimiento. Así que hice lo que cualquier programador que se respete haría; escribí un programa para ponerles coordenadas a mis fotos viejas.

Photo Locator

Photo Locator

Realmente fue trivial; tomé la mitad del código de otro de mis programas (Quick Photo Editor), le metí un actor con un ChamplainView (de la biblioteca libchamplain)… y básicamente ya. El actor hace todo, incluyendo bajar los mapas de OpenStreetMap, y me da las coordenadas de donde yo quiera en el planeta; es de verdad una biblioteca espectacularmente fácil de usar. De hecho es más rápido para mí ponerles coordenadas a mis fotografías que escribirles el título.

El programa es para mis fotos viejas; espero seguir usando GPS Logger para las futuras (siempre y cuando la despampanante belleza de mi novia no me siga distrayendo). Pero tengo más de 9,000 fotos, así que tardaré en ponerles coordenadas a todas; más en lugares como Europa, donde tendré que meterme al Street View de Google Maps para medio ubicarme dónde estaba cuando tomé la foto. Aunque ya decidí no angustiarme tanto; si no recuerdo rápidamente el lugar exacto donde tomé una foto, me voy a conformar con atinarle a la ciudad en el peor de los casos. Y como es complicado modificar la base de datos de coordenadas con fotos que ya subí, probablemente tendré que subirlas todas de nuevo cuando acabe.

Pero al menos mi galería en línea ya no dirá en su mapa que he tomado más fotos en Guadalajara que en la Ciudad de México.

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Jack el cazagigantes

El último sábado de marzo fuimos a ver Jack the Giant Slayer con Juan, Enrique, y sus medias naranajas. No había escrito al respecto primero porque no, y después porque Xochitl tuvo a bien morirse el viernes.

Les diría que se aplican las advertencias de spoilers habituales, pero pues es el cuento de Juanito y los frijoles mágicos, así que realmente no hay mucho que arruinar

Jack the Giant Slayer

Jack the Giant Slayer

Un día Juanito cambió su caballo por unos frijoles mágicos, los sembró, creció una planta mágica hasta las nubes (igualito que en Mario Bros.), donde encontró gigantes y tesoros, mató a los gigantes y se ligó a la princesa del reino. El fin.

Básicamente así me sabía yo la historia (o a lo mejor se me confunde la memoria después de leer tanto Fables), y ciertamente la película no le agrega muchas cosas. Yo la quería ir a ver porque Nicholas Hoult me está empezando a caer bastante bien, porque salen Ewan McGregor y Stanley Tucci, porque el gigante más feo de todos su voz la hace Bill Nighy, y porque se veía divertida.

Ciertamente está divertida; está además bien hecha, y como nunca se toma demasiado en serio me parece que es un buen churrito dominguero. No hay mucho más que se pueda decir de la película, pero siendo justos (y como ya mencioné anteriormente), es Juanito y los frijoles mágicos. De verdad no se le podía pedir mucho a la película.

A mí me divirtió, y el final se me hizo simpático. Creo que se pueden esperar a verla en Blu-ray; pero no me parece que sea un desperdicio irla a ver al cine.

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El Lago de los Cisnes

Hace exactamente una semana, fuimos a ver el Lago de los Cisnes en el Lago de Chapultepec.

El Lago de los Cisnes

El Lago de los Cisnes

Hacía años que mi mamá me recomendaba que fuera a verla (se viene presentando desde que yo nací), y siempre había tenido ganas, pero nunca lo hice hasta esta vez. Hasta cierto punto me arrepiento de no haberlo hecho; está padrísimo. Por otro lado, verla en las circunstancias en que la vi sí justificó que esperara tanto.

La última vez que había ido al ballet fue hace cuatro años, cuando fui a ver el Cascanueces. Me gustó, pero no fue nada del otro mundo; ya en retrospectiva, creo que lo puedo atribuir al hecho de que el Cascanueces es, me parece, un ballet dirigido a niños.

El Lago de los Cisnes no está dirigido a niños. Y además, es espectacular.

Fuimos primero en la tarde al centro a comer al Cardenal de Juárez, y saliendo nos percatamos con algo de pánico de que llovía. Caminando hacia mi carro la lluvia pareció amainar, y ya cuando comenzamos a manejar hacia Chapultepec yo creí que lo peor de la lluvia ya había pasado. En ese momento la preocupación vino de que parecía que llegaríamos tarde (había un tráfico espantoso, y sorprendente dado que era semana santa), pero al final llegamos bien y dejamos el carro en el bosque, donde procedieron a informarnos de forma muy explícita que, si llovía y la función se cancelaba, no nos devolvían el costo del estacionamiento.

Íbamos caminando quitados de la pena hacia el lago, cuando comenzamos a sentir unas cuantas gotas que caían del cielo completamente encapotado. Cuando de hecho entramos a las gradas frente al lago, ya de plano llovía, y además éramos de los pocos que no llevaban paraguas o impermeables, así que nos sentamos en nuestros (mojados) asientos a empaparnos durante media hora, mientras la anunciadora nos decía por el sistema de sonido (y con una voz insoportablemente dulce), que íbamos a esperar “un ratito” más a ver si la lluvia amainaba.

Por suerte la lluvia se detuvo, y ya cerca de las nueve por fin comenzó la función. Hace cuatro años que fui a ver el Cascanueces dije que el ballet no me gustaba tanto como la ópera; pero la verdad ya no estoy seguro. Esta función de verdad es increíblemente hermosa; por supuesto, ayuda el escenografía, el lago, la iluminación y que es a la luz de la luna en mi hermosa Ciudad. Y además las bailarinas sí son espectaculares; en técnica me parece que el Cisne Blanco era mejor, pero el Cisne Negro se robó la función en los diez minutos que sale. Coqueta, la muchacha.

Nos pusimos una empapada horrible, y al salir yo estaba tiritando porque sentía que me congelaba; pero estuvo muy padre, y de hecho no me molestaría ir a verla de nuevo.

Altamente recomendable.

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Etiquetas GPS

Para mi viaje a Guadalajara instalé GPS Logger en mi teléfono Android. Antes de tener teléfono mamón, tenía mi Nokia N800, al cual le compré un GPS bluetooth, y con el cual podía ir grabando mi posición GPS cada segundo, para después transportar esa información a mis fotos.

Nunca funcionó muy bien que digamos; para empezar, el N800 no podía estar recabando mi posición GPS todo el tiempo vía bluetooth, por la sencilla razón de que la batería se moría a las doce horas, si uno tenía suerte. Además, mi GPS bluetooth sólo era eso, GPS; no soportaba AGPS (Assisted GPS), que se ayuda de las torres de celular para aproximar la posición de uno cuando no consigue engancharse a los satélites GPS (que pasa más comúnmente de lo que uno pensaría). Pero además se volvía todo una cosa muy incómoda, cargando el N800, el GPS, la cámara, y además con la angustia de que la batería se iba a morir en cualquier momento.

La única vez que intenté usarlo así fue cuando fui a ver a mi cuate Eddie en San Francisco en el 2009, y además de que pasó todo lo que acabo de describir (se murió la batería, el GPS no se conectaba a los satélites, fue un desmadre estar cargando tantos electrónicos), cuando regresé a México y traté de sincronizar la información que el N800 había estado guardando en mis fotos, resultó que no podía porque F-Spot había cambiado las horas de las mismas. Para que esto funcione bien, el reloj del GPS y el de la cámara debe estar casi perfectamente sincronizado, obviamente.

Creo que por ahí tengo la información GPS de ese viaje a San Francisco, pero la verdad ya ni intenté ver si podía ponérsela a mis fotos. Mi N800 ahora está arrumbado por ahí, y hace años que ni siquiera lo prendo.

Con mi teléfono Android todo ya es mucho más sencillo: tiene el GPS integrado, utiliza AGPS, y además la batería es bastante mejor que el del N800, así que como dije instalé GPS Logger y estuve guardando mi ubicación todo el tiempo que tomé fotos durante mi estadía en la capital jalisciense. Hoy que ya acabé la chamba que se me había acumulado por estar tres días casi sin ni siquera consultar mi correo electrónico, investigué cómo podía sincronizar dicha información en el par de centenas de fotos que tomé durante mi viaje.

Fue bastante sencillo: hay un programita llamado GPS Correlate que lo hace automágicamente, incluso con ventanitas y así. Igual y reescribo el programa, porque la verdad sí se siente medio abandonado; pero funcionó sin ningún problema. Ya que mis fotos tenían la información de ubicación dentro de ellas, vi qué podía hacer para que mi galería en línea la utilizase. También fue sencillo; sólo instalé el módulo EXIF GPS de Gallery3, y con esto aparece un mapita de Google Maps en cada uno de mis álbumes donde haya información de localización:

Mapa de álbum

Mapa de álbum

Y por supuesto, cada foto con información de localización tiene un mapita de Google Maps individual:

Mapa de foto

Mapa de foto

Está bastante chido; vaya a ser que se me olvide dónde tomé una foto. Me da coraje no haberlo hecho antes; tengo mi teléfono mamón desde junio del 2011, y en mi megaviaje de seis meses me hubiera sido bastante útil. Pero bueno, así se aprende en esta vida. Mi Android soporta un día entero de estar usando GPS Logger, pero apenas; termina con la batería debajo del 5%. Pero ya dentro de poco me tocará renovarlo, y espero que mi próximo teléfono tenga mucho mejor batería que el de ahora (y que jale más rápido, porque ya lo siento muy lento… y que tenga un buen de memoria interna, porque la que tengo es una grosería).

Así que a partir de ahora mis fotos tendrán la información de dónde las tomé, a menos que algo le pase a mi celular.

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Ya está, nomás no compila

Una alumna me manda su práctica: “Profesor, mi programa compila, pero truena al correr, y no sé por qué. Pero creo que ya está.”

Me recordó lo que decíamos mis cuates y yo cuando éramos estudiantes: “ya está, nomás no compila”.

Encontré los errores que tenía (nada grave), y le mandé un correo explicándoselos. Me contesta a los pocos minutos, diciéndome “creo que ahora sí ya está, profe”.

Ahora ni siquiera compilaba.

Hay cosas que no cambian en este mundo.

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Los Miserables

En Guadalajara fui a ver Les Misérables, porque había prometido que no la vería hasta que estuviera allá.

Se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Les Misérables

Les Misérables

Yo vi la puesta en escena aquí en México, por el año 2003 ó 2004, si mal no recuerdo. Me gustó bastante, pero no tiene nada que ver con esta película. Esta adaptación cinematográfica es espectacular, si bien se siente algo apresurada.

Ni siquiera voy tratar de hacer una sinopsis de la trama; yo mismo he visto unas cuatro o cinco adaptaciones de la obra de Victor Hugo, una incluso enmarcada durante la Segunda Guerra Mundial. A estas alturas, quien no sepa de qué se trata que vaya y rente la versión con Liam Neeson, que además tiene la característica nada despreciable de que termina con un final feliz, para variar.

No hay mucho que yo pueda decir que no hayan dicho ya todos los críticos: sí, Anne Hathaway es impresionante en los trece segundos que la dejan actuar, y Hugh Jackman resulta que sabe cantar. Sí, Amanda Seyfried es hermosísima y se roba los cuatro segundos que le tocan de la película. Sí, Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter se roban todas las dos escenas donde aparecen. Sí, Russell Crowe canta agripado, pero no nos importa porque está muy guapo.

Yo, predeciblemente, me la pasé llore y llore la mitad de la película, porque es Los Miserables, pero además porque agarran y cantan de su miseria, y porque hay estudiantes idiotas e idealistas ondeando banderas rojas.

La única crítica que le tengo es que de verdad se siente muy apresurada esta adaptación cinematográfica de la adaptación musical de la novela de Victor Hugo. Dura casi dos horas cuarenta minutos, pero yo creo que debieron arriesgarse y hacerla de tres horas; de cualquier modo ni se siente el tiempo, y a lo mejor así se ganaba más Óscares. Me hubiera gustado ver más de la Hathaway y de la Seyfried, y tal vez un poco más de escenas de exposición, para que no se sienta que no ha acabado el eco de la última canción cuando ya comienza la siguiente.

Como sea, creo que es el musical en cine que más me ha gustado, lo cual es decir mucho porque me encantan los musicales. Si no les gustan los musicales, pues lo siento por ustedes.

Al resto de la gente que sí tiene buen gusto; vayan y véanla. En el cine. Con alguien especial.

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