Hoy en mi departamento:
(Suena el teléfono y contesto.)
Yo: Sí, bueno, ¿por quién vota?
(Silencio del otro lado de la línea.)
Yo: ¿Bueno?… ¿bueno?
(Cuelgan.)
Yo: Ya nadie tiene sentido del humor.

Porque a veces tienes tantos pensamientos, que te gustaría sacarte algunos de la cabeza.
Hoy en mi departamento:
(Suena el teléfono y contesto.)
Yo: Sí, bueno, ¿por quién vota?
(Silencio del otro lado de la línea.)
Yo: ¿Bueno?… ¿bueno?
(Cuelgan.)
Yo: Ya nadie tiene sentido del humor.