Hentai vs. Evil

Mi siguiente platino fue el de Hentai vs. Evil.

Hentai vs. Evil

Hentai vs. Evil

He estado reseñando los platinos de videojuegos trophy bait que de golpe me puse a jugar a finales de 2023, porque quería superar el número de trofeos que había obtenido en 2022. Los primeros que reseñé son videojuegos trophy bait; pero son al menos medianamente interesantes y entretenidos.

Hentai vs. Evil, discutiblemente, no es ni uno ni otro. Al menos no mucho.

Lo compré más de un año antes de jugarlo, porque estaba en descuento en menos de 4 dólares, pero además porque me dio curiosidad; como estoy seguro saben, queridos lectores, hentai es como se le conoce (fuera de Japón) al animé descaradamente pornográfico.

Ahora, la PlayStation Network es famosa por lo increíblemente mocha que es; casi cualquier juego con contenido sexual es censurado hasta la ignominia antes de ser publicado en la plataforma: hay un par de excepciones, donde algunas chichis se han escapado de la censura, pero lo normal es que se tapen de alguna manera las partes privadas o se corten de plano las escenas sexuales. Las escenas violentas (especialmente si son ridículamente sangrientas), en cambio, creo que hasta las agregan.

Entonces quería ver exactamente a qué se referían los autores del juego con “hentai”; que resultó ser la cosa más mensa del universo: básicamente los avatares que puede usar el jugador (que por alguna razón comienzan el mismo encerradas en jaulas) son 3 bastante mediocres modelos estilo “animé” de chicas que supongo podrían calificárseles de sexis.

Eso es todo: los mediocres modelos son más o menos sexis y combaten mostros; ergo, Hentai vs. Evil.

El juego es… malo, obviamente, pero es más grave que eso. Es perezoso; creo que si uno tiene los modelos 3D, se podría hacer el juego completo en Unity o Unreal en unos quince minutos… que me parece es lo que hicieron los realizadores. Las supuestamente sexis muchachitas pueden adquirir armas y municiones en cada nivel (hay 3 niveles), destruyendo hordas de enemigos con distintas habilidades, mientras se busca en el nivel a unas prisioneras que hay que liberar.

Eso es todo; los gráficos son feos; el modo de juego es increíblemente simple; la música y sonido probablemente los compraron en un paquete bara bara; y no hay realmente historia.

Dicho sea eso, después de un rato de estar jugando (especialmente en el modo survival, donde las hordas de mostros nunca se acaban), uno puede tomar un cierto ritmo para matar enemigos sin que lo maten a uno y el juego es, sorprendentemente, medianamente entretenido.

No lo suficiente como para jugar la versión para el PlayStation 5 (parte de la oferta era que además de con descuento, se incluían las versiones PS4 y PS5), pero supongo lo haré algún día.

No me arrepiento de haber comprado y jugado el juego; pero tampoco lo recomiendo. Ciertamente, no es lo peor que he jugado en mis PlayStations.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *