Mi siguiente platino fue el que obtuve para Classic Pool.
Más o menos en 1991 (fue hace más de treinta años: no recuerdo con certeza), mi mamá se compró una computadora (usada) para escribir su tesis de doctorado.
La computadora era una PrintaForm, una clon de IBM, sin disco duro pero dos discos floppies de 5.25 pulgadas y un monitor verde y negro. Corría, con algo de esfuerzos, MS-DOS.
Esa computadora en gran medida determinó el destino de mi vida; todo el tiempo que mi mamá no la usaba estaba yo encima de ella, tratando de aprender cosas y jugando. Sí aprendí muchas cosas, pero siendo justo la mayor parte del tiempo me la pasaba jugando.
Ahí jugué Prince of Persia, Leisure Suit Larry y (relevante para el juego del que hoy platicamos), Sharkey’s 3D Pool. Recuerdo que era razonablemente bueno… hablo de mí, el juego no es que fuera bueno o no: era milagroso que calculara las trayectorias de las bolas de billar con aritmética de 8 bits.
A lo largo de mi vida múltiples veces he jugado juegos de billar en mis computadoras y en mis teléfonos celulares. Paradójicamente, nunca había jugado un juego de billar en mis PlayStations.
Hasta Classic Pool.
Y no es por falta de opciones; hay (según PSNProfiles) cerca de cincuenta juegos para PlayStation con “pool” en el nombre, y aunque sin duda varios deben ser de limpiar albercas o alguna pendejada de ese estilo, la mayoría debe ser de juegos de billar.
Yo mismo soy dueño de más de seis distintos juegos de billar para PlayStation, que he comprado cuando están de oferta o gratis con mi suscripción de PlayStation+.
¿Por qué fue Classic Pool el primero que jugué? Porque los demás se ven muy difíciles; todos tienen porcentajes de compleción (el porcentaje de jugadores que los han terminado) por debajo del 5%. Classic Pool tiene el 58%.
Siendo honesto, creo que Sharkey’s 3D Pool es mejor juego que Classic Pool, con todo y aritmética de 8 bits.
Es dolorosamente evidente que agarraron y nada más portaron un juego de teléfonos celulares al PlayStation 5; consecuentemente, es bastante limitado y sencillo.
Me costó 1.39 dólares; y pues no me arrepiento de haberlo comprado y jugado. Pero sinceramente recuerdo con mucho más cariño a Sharkey’s 3D Pool; probablemente los lentes rosados de la nostalgia nublen en algo mi visión, pero Classic Pool es innegablemente simple.
No lo recomiendo, realmente. Creo que tendré que aventarme el volado y tratar uno de los difíciles. Sí quiero volver a disfrutar un videojuego de billar, como cuando tenía catorce años y jugaba en la primer computadora que compró mi mamá.
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