El enchufe

Hace unos meses comentaba que después de taladrear una tubería y que mis plomeros la repararan, resané la pared usando espuma autoexpandible, resanador y pintura. Terminaba esa entrada notando que el proceso me había gustado tanto, que me había puesto a desmadrar paredes por mi cuenta.

Mi nuevo departamento, para bien o para mal, tiene una distribución chistosa; esto lo hace mucho más interesante que mi viejo departamento, que era un rectángulo, y en donde todos y cada uno de los cuartos eran un rectángulo.

En particular, inmediatamente entrando, a la izquiera, el nuevo departamento tiene una esquina de más o menos 45 grados con una sección de pared de más o menos un metro. Apróximadamente al centro, de manera vertical, de esa pared están dos interruptores que controlan las luces del pasillo principal y de mi comedor. Un poco arriba y a la derecha de los interruptores, está el interfón. Cerca del suelo está un hoyo donde salía un cable ethernet y cable coaxial para, me imagino, Izzi o algún otro servicio de cable e internet que tenía el anterior inquilino del departamento.

Cuando llegaron los de Telmex a ponerme mi línea con interné (la misma que tenía en mi viejo departamento, obviamente), de ahí sacaron el cable de fibra óptica y adaptaron la caja de Telmex a los hoyos que usaba la caja del servicio anterior.

Esa pared con los interruptores, interfón y caja de Telmex es perfecta para poner el buró donde va la canoíta que un tesista me regaló el día de su titulación, en la cual pongo mis monedas en cambio y donde aviento mis llaves al llegar a mi departamento. Dicho buró también es el lugar perfecto para el módem de Telmex y la torre principal Deco de mi sistema de WiFi de malla que uso en mi departamento.

Excepto por un pequeño problema: esa pared no tiene enchufe eléctrico. El enchufe eléctrico más cercano estaba a más de dos metros, en una de las paredes de mi comedor. Yo no puedo creer que a los tarados que diseñaron este departamente no pusieran un enchufe eléctrico ahí; es como que el lugar obvio para uno.

Por supuesto esto es trivialmente arreglable usando una extensión… nada más se ve del nabo. Una solución intermedia (y probablemente lo que hubiera hecho en otra época en mi vida) sería poner un canalito para que al menos el cable de la extensión no se viera tan feo. Esto es pasable, pero decidí que yo ya estaba listo de intentar una cosa más avanzada. Que por supuesto incluía desmadrar la pared de la que vengo hablando desde hace cinco párrafos.

Agarré mi nivelador láser y usando cinta para pintor delineé una ruta vertical hacia abajo de los interruptores de luz.

La ruta vertical

La ruta vertical

Después, con un cincel, martillo y mis manos campesinas me puse a desmadrar la ruta. Me llevó una semana, queridos lectores, porque fue completamente a mano y consistió en, literalmente, estar picando piedra durante las noches que regresaba de trabajar. Es un trabajo ingrato que no quiero volver a hacer nunca jamás.

La pared desmadrada

La pared desmadrada

Ya con la pared desmadrada puse el tubo naranja que usan los electricistas para meter cables dentro de paredes, y lo usé para meter cables dentro de paredes. De hecho nada más un cable grueso, que llevaba dentro los otros cables necesarios.

El tubo naranja

El tubo naranja

Habiendo hecho esto, llené las partes desmadradas de la pared con espuma autoexpandible.

La espuma autoexpandible

La espuma autoexpandible

Y por supuesto después corté el exceso y la lijé.

La espuma autoexpandible lijada

La espuma autoexpandible lijada

Una vez más puse el resanador especial que ya había usando antes.

El resanador

El resanador

Que también procedí a lijar.

El resanador lijado

El resanador lijado

Y por último pinté la pared con la misma pintura que ya tenía. Yo sé que está mal que yo lo diga, pero la verdad quedó poca madre; es básicamente imposible notar que en algún momento desmadré la pared.

El enchufe

El enchufe

Además, digo, es trivial de hacer, pero alambré correctamente el enchufe, como mi probador de enchufes me hizo el favor de verificar.

El probador

El probador

Me llevó más de una semana el proyecto, incluyendo el estar, literalmente, picando piedra. Me gasté una lana, porque obvio tuve que comprar cosas que no tenía: el tubo naranja, el cable eléctrico, la caja del enchufe que va dentro de la pared, y además el cincel con el que le di en la madre a mi pared. A mano.

Un buen electricista probablemente me hubiera cobrado menos de lo que me gasté y con casi toda certeza lo hubiera tenido listo en un día, si no es que en un par de horas.

Pero no me importa; fue muy divertido (picar piedra no tanto), aprendí a hacer cosas y además estoy muy orgulloso de cómo quedó. Tanto, que lo hice una vez más para poner otro enchufe.

Pero esa historia creo que ya no la voy a contar; es básicamente lo mismo, nada más esta vez ya no piqué piedra a mano. O bueno, no piqué tanta piedra a mano.

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2 comentarios sobre “El enchufe

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