A finales de noviembre del año pasado fui a ver Napoleon.
Se aplican… ¿qué rayos?
Yo soy fan de Ridley Scott; ha dirigido varias de las películas que yo considero de las mejores que he visto en mi vida. Algunas incluso creo que definieron mi vida, como Alien y Blade Runner. Pero también ha hecho unos esperpentos que dan ganas de ir y preguntarle si todo está bien, si no necesitará tomarse un tecito de tila.
Napoleon es, técnicamente, una buena película; el aspecto técnico es impecable, nadie jamás dirá que Scott es mal director, y Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby son muy buenos interpretando… lo que sea que estén interpretando aquí.
La cosa, además del asesinato de personaje del probablemente mejor general en la historia, es que la trama no tiene el menor sentido. La verdad a mí me entretuvo el churro; pero esto fue básicamente por la enorme cantidad de humor involuntario. Y no lo pongan en la menor duda, queridos lectores: es un churro.
Si pudiera destilarlo a un enunciado, yo diría que el principal problema de la película es que es ofensiva; y no me refiero en un sentido moralista a la historia o cultura francesa, ni mucho menos a la figura histórica del general (aunque también es ofensiva con él). Me refiero a que es ofensiva con la audiencia y con las mismas personas que participaron en la realización de la película.
Costó cerca de 200 millones de dólares, es un esfuerzo titánico en producción, vestuario, maquillaje y efectos especiales; por no hablar de los indudablemente talentosos actores, camarógrafos y el resto de la bola de güeyes necesarios para hacer una obra de esta envergadura. Y todo para, ¿esto?
Se siente como talento desperdiciado. Ofensivamente desperdiciado.
Apple ha hecho un par de películas interesantes (recomiendo encarecidamente que vean Tetris); incluso ya ganó un Oscar robándose una idea original francesa. Pero en general hace cosas extrañas; y en este caso, ofensivas (en mi opinión).
Definitivamente no la recomiendo. Aunque pueden divertirse; es una comedia involuntaria.
