Napoleón

A finales de noviembre del año pasado fui a ver Napoleon.

Se aplican… ¿qué rayos?

Napoleon

Napoleon

Yo soy fan de Ridley Scott; ha dirigido varias de las películas que yo considero de las mejores que he visto en mi vida. Algunas incluso creo que definieron mi vida, como Alien y Blade Runner. Pero también ha hecho unos esperpentos que dan ganas de ir y preguntarle si todo está bien, si no necesitará tomarse un tecito de tila.

Napoleon es, técnicamente, una buena película; el aspecto técnico es impecable, nadie jamás dirá que Scott es mal director, y Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby son muy buenos interpretando… lo que sea que estén interpretando aquí.

La cosa, además del asesinato de personaje del probablemente mejor general en la historia, es que la trama no tiene el menor sentido. La verdad a mí me entretuvo el churro; pero esto fue básicamente por la enorme cantidad de humor involuntario. Y no lo pongan en la menor duda, queridos lectores: es un churro.

Si pudiera destilarlo a un enunciado, yo diría que el principal problema de la película es que es ofensiva; y no me refiero en un sentido moralista a la historia o cultura francesa, ni mucho menos a la figura histórica del general (aunque también es ofensiva con él). Me refiero a que es ofensiva con la audiencia y con las mismas personas que participaron en la realización de la película.

Costó cerca de 200 millones de dólares, es un esfuerzo titánico en producción, vestuario, maquillaje y efectos especiales; por no hablar de los indudablemente talentosos actores, camarógrafos y el resto de la bola de güeyes necesarios para hacer una obra de esta envergadura. Y todo para, ¿esto?

Se siente como talento desperdiciado. Ofensivamente desperdiciado.

Apple ha hecho un par de películas interesantes (recomiendo encarecidamente que vean Tetris); incluso ya ganó un Oscar robándose una idea original francesa. Pero en general hace cosas extrañas; y en este caso, ofensivas (en mi opinión).

Definitivamente no la recomiendo. Aunque pueden divertirse; es una comedia involuntaria.

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La mayoría calificada

El viernes, después de uno de los despliegues más patéticos por parte de la oposición y la comentocracia chayotera que los apoya para intentar forzar al TEPJF y al INE a que violaran la constitución sin ningún fundamento, por fin se oficializó lo que todos sabíamos que iba a pasar: que la Transformación obtuvo de sobra los escaños que necesitaba en la cámara de diputados para tener mayoría calificada, además de quedarse únicamente a tres escaños de la misma en la cámara de senadores.

El punto de contención, consecuencia de que no saben leer los que chillaban acerca de la “sobrerrepresentación”, era que no era “correcto” que, habiendo obtenido Morena, el Verde y el PT un 54.7% de los votos para legisladores en el país, que al final terminara con 72.8% de los escaños en la cámara baja. Que eso era tener “sobrerrepresentación”.

Esto es, por supuesto, idiota: o no saben leer, o se están haciendo pendejos. El poder legislativo en México nunca se ha elegido con base en proporciones de la votación total del país; se elige con base en distritos electorales. Cada diputado de mayoría simple es elegido por la población de un distrito en las diferentes entidades del país; y en las elecciones por distritos, la Transformación ganó 256 escaños, o en otras palabras: la Transformación ganó en el 85.33% de los distritos.

Bajo este esquema un partido podría ganar el 100% de los distritos con el 51% de los votos, si en cada distrito ganara justamente con 51% de los votos. O incluso con menos, si el voto opositor se divide en porcentajes menores.

Así ha funcionado el legislativo mexicano desde sus inicios, porque les copiamos a los gringos. Durante décadas (si no es que siglos) los ahora miembros de la oposición nunca se quejaron al respecto. Se quejan ahora porque la ciudadanía mexicana le dio el poder a la nueva legislatura para en los hechos ser un congreso constituyente que va a realizar cambios radicales y muy necesarios en la constitución del país.

(Van a faltar 3 senadores para esto; pero no se preocupen, el kilo de senador va a estar baratísimo en poco menos de dos semanas.)

Aunque la Transformación ganó directa y limpiamente el 85% de los distritos, al final contará con nada más 72.8% de los escaños en la cámara de diputados por justamente los plurinominales, que son la versión mexicana y algo burda del voto por orden de preferencia: para que no sean inútiles los votos de la primera minoría en cada distrito, se sigue una fórmula para asignar los 200 diputados plurinominales que hay, basada en los votos de primera minoría en las distintas circunscripciones del país.

No es terriblemente complicado, pero sí tedioso, así que no lo voy a explicar; pero es lo que le permitirá al PAN tener 72 diputados, a pesar de que únicamente pudo ganar en 32 distritos. Si somos sinceros, esa es la verdadera “sobrerrepresentación”: el PAN tendrá más diputados plurinominales que los que pudo ganar en todos los distritos; pero está bien, para eso justamente son los plurinominales, como lo señala la constitución.

Que hablando de ella, justamente trataron de presionar al TEPJF e INE para que “interpretaran” como se les daba la regalada gana el artículo 54, sección IV:

Artículo 54 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:

Artículo 54.-

[…]

IV. Ningún partido político podrá contar con más de 300 diputados por ambos principios [mayoría relativa y plurinominales];

Lo que quería la oposición es que se “interpretara” la sección IV del 54 como “ninguna coalición” o “ninguna fuerza política”, para con esto evitar que Morena, junto con el Verde y el PT, excedieran los 300 diputados.

Lamentablemente para estos tarados, no hay nada que interpretar, la constitución es llanamente clara: son partidos, no coaliciones o fuerzas políticas. El nivel de presión, que incluyó a casi toda la comentocracia chayoteril y muchísimos de los intelectuales que chillan por ya no ser apapachados, fue la verdad muy entretenida de ver. Literalmente es como si se hubieran puesto de acuerdo para gritarle a las nubes que la Tierra es plana.

Y con básicamente el mismo nivel de éxito a fin de cuentas: el viernes el INE aprobó por mayoría la asignación de plurinominales en el congreso; y por unanimidad la asignación de plurinominales en el senado.

Va a haber impugnaciones, por supuesto, porque a nuestra patética y perdedora oposición al parecer ya le agarró el gusto a perder; pero es trivialmente previsible que serán desechadas todas y cada una de ellas.

El pueblo votó el 2 de junio, claramente; y bajo las reglas establecidas (que son básicamente las mismas desde hace décadas), Morena y sus aliados ganaron legal y legítimamente una mayoría calificada en la cámara de diputados; y una muy cercana en la cámara de senadores. Todos los lloriqueos de la oposición son exactamente eso: lloriqueos. No tendrán ninguna consecuencia significativa: el domingo 1º de septiembre se instalarán ambas cámaras con los números que aprobó el INE el viernes.

Por cierto, honor a quien honor merece: Mario Delgado, que fungió como presidente de Morena durante las elecciones y a quién nuca había mencionado en este blog porque me cae muy mal, hizo un trabajo excelente contando los frijoles y poniéndose de acuerdo con el Verde y el PT para decidir cómo competirían en la cámara de diputados los candidatos de la coalición; en algunos distritos fueron en coalición, mientras en otros fueron los tres partidos separados, para así poder maximizar (con base en las encuestas y análisis de cada distrito) el número de diputados que podían ganar los partidos de la coalición, tanto por mayoría como por segunda minoría.

Es un problema NP-duro, y estoy seguro de que varios cuentafrijoles bien informados los asesoraron, porque un resultado de este estilo no es casualidad. Así que me caerá muy mal Mario Delgado, pero la verdad hizo muy bien su chamba.

Con este trámite ya superado, sólo faltará el trámite de desechar todas las ridículas impugnaciones de la oposición para que en exactamente una semana se instaure nuestro congreso (en los hechos) constituyente y comiencen a aprobarse las reformas que tanta falta le hacen al país para continuar la Transformación.

Se va a poner muy divertido.

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Fate∕Stay Night: Unlimited Blade Works

De nuevo, no recuerdo exactamente cuándo; pero sí después de ver Fate∕Zero, me chuté Fate∕Stay Night: Unlimited Blade Works… porque sí seguía intrigado de por qué tanta alharaca con la famosa serie.

Fate∕Stay Night: Unlimited Blade Works

Fate∕Stay Night: Unlimited Blade Works

Como ya he comentado, Fate∕Whatever está basado en un videojuego, una novela visual; que algunos califican de pornográfica pero yo, de lo que he leído (no la he jugado; y dudo hacerlo), más bien calificaría de bastante arrecha, pero no pornográfica.

Como sea; la novela tiene 3 rutas, como suele ser en este tipo de cosas: cada una de las rutas determina una muchacha con la que se queda Shirou, el protagonista del juego y animés, y el hijo (adoptado) del protagonista de Fate∕Zero.

La ruta más famosa (hasta lo que he podido entender) es ésta, UBW o Unlimited Blade Works, donde Shirou termina con Rin Tohsaka, en mi opinión la mejor de las posibles opciones del muchacho. De hecho es tan famosa que hubo una película antes de esta serie, que no he visto y no planeo ver.

La serie es… ¿meh? No la odié, pero al igual que Fate∕Zero, tampoco me gustó mucho. Excepto por Rin Tohsaka, que es adorable y como es una tsundere que utiliza doble coletas de cabello, estoy contractualmente obligado a que me guste.

Rin Tohsaka

Rin Tohsaka

Pero fuera de eso, la serie me dio más bien hueva. Toda la mitología del Santo Grial y las peleas vía apoderados (los famosos sirvientes) no podrían haberme importado menos (justamente por eso generalmente no ando viendo animés de madrazos); y aunque el romance entre Rin y Shirou está tierno, la verdad el muchacho me parece que actúa de manera medio ininteligible, probablemente porque el animé descarta e incorpora trozos de las otras ruta del juego, que a lo mejor tienen sentido en su conjunto, pero que en esta particular historia no.

Además, es eterna con 25 capítulos. Así que, de nuevo, no la recomiendo realmente. Pero de cualquier manera terminé echándome todavía una película más de la franquicia.

Está en Crunchyroll, si les interesa.

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La doctora presidenta (electa)

En la Facultad de Ciencias (y, me imagino, toda la UNAM), cuando haces tu examen profesional y lo pasas, no te dan tu título: te dan un vale por un título, que en mis tiempos tardaba como seis meses en estar listo y que me dicen que ahora es un poco menos, pero siguen siendo meses. Estando listo el título, uno va con su vale por un título y lo intercambia por el artículo genuino.

Algo así pasa con las presidentas, al parecer, porque el jueves le dieron a Claudia Sheinbaum un vale para ser presidenta en un par de meses.

La doctora presidenta (electa)

La doctora presidenta (electa)

Esto por supuesto ya sabíamos que iba a ocurrir, después de la madriza histórica que le dio la Transformación a la derecha en México el 2 de junio. Lo interesante son las circunstancias bajo las cuales se emitió la famosa constancia de presidenta electa para la doctora.

Primero: el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechó todas las impugnaciones que, de manera caricaturesca, interpusieron los de la oposición. Digo caricaturesca porque después de interponerlas no se les ocurrió ir a argumentarlas ni presentar pruebas válidas. Se desecharon absolutamente todas y no se anuló ni un solo voto de los millones emitidos para Claudia el pasado 2 de junio.

Segundo: los magistrados del TEPJF determinaron por unanimidad, que el Peje no intervino en los resultados de los comicios del pasado 2 de junio. En toda la historia del país, legalmente, el único presidente que ha intervenido en una elección fue Vicente Fox en el 2006; los muy cobardes magistrados de hace casi veinte años no anularon las elecciones entonces, pero sí dejaron en el registro histórico que Fox había intervenido en las mismas… no sólo porque la evidencia al respecto era abrumadora, sino porque eventualmente el tarado de Fox mismo admitiría que así había sido

Esto es un pequeño detalle que quedará para la historia, pero que a mí me parece es necesario resaltar: la elección de Claudia fue legal bajo cualquier definición del término: la autoridad máxima electoral así lo determinó. Unánimamenete. Pero más importante que eso, es que fue una elección legítima: el compañero Presidente no intervino en la elección, ni en términos legales ni mucho menos en términos de legitimidad: fue un triunfo limpio e incólume.

Mucha gente no entiende qué significa que algo sea legítimo; y en defensa de todos ellos, la definición misma es relativa, no absoluta. Por cierto, si quieren oír a alguien que de verdad sabe del tema, mi mamá se le ocurrió abrir un canal en YouTube de Ciencia Política, y justamente su último video es acerca de qué es la legitimidad.

El usurpador Calderón, aunque técnicamente fuera el presidente legal, nunca fue presidente legítimo, después del descarado fraude de 2006; justamente su ilegitimidad fue parte de lo que lo llevó a iniciar una criminal “guerra contra el narco” que inundó de violencia al país durante décadas y donde, de pura casualidad, resultó que el Secretario de Seguridad Pública que él designó trabajaba para los narcos.

Similarmente, Salinas trató de comprar su legitimidad después del fraude de 1988 con varias obras que intentaron distraer de los enormes robos a la nación que ocurrieron durante su sexenio, pero al final y para la historia, fue un presidente ilegítimo, aunque de nuevo técnicamente lo fuera legalmente.

Los mejores presidentes mexicanos que se sentaron en la Silla del Águila fueron presidentes con una legitimidad avasalladora: y me refiero por supuesto a Benito Juárez y Lázaro Cárdenas. Y por más que les duela a sus malquerientes, con casi toda certeza el Peje será recordado como uno de los presidentes más legítimos de este país, tal vez incluso acercándose a don Beno y al general Cárdenas.

Porque además de ser relativa, la legitimidad es dinámica: cambia con el paso del tiempo. Vicente Fox fue electo presidente de México legal y legítimamente: ganó limpiamente las elecciones de 2000 y llegó al poder con un gran capital político respaldándolo. Llegó con mucha legitimidad.

Sin embargo, la bola de imbecilidades que un día sí y otro también cometía el tarado de Fox fueron mermando esa legitimidad: fue una decepción, en el mejor de los casos, y un embustero que engañó a los que votaron por él, en el peor; por no decir de justamente participar en el fraude electoral e intervenir en las elecciones de 2006, como ya mencioné que él mismo admite. Terminó diluyendo por completo o casi por completo su legitimidad.

En cambio el Peje se puede discutir que incrementó su legitimidad; que es fácilmente argumentable por el hecho de que Andrés Manuel ganó con el 53% de los votos en 2018 y su sucesora lo hizo con el 59%.

Y, repito con cierto placer en mi voz, Claudia ganó sin que el Peje interviniera en las elecciones: así lo determinaron, por unanimidad, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Será la presidenta legal del país, pero más importante, será la presidenta legítima; tal vez la presidenta que llega al poder con más legitimidad en casi cien años de transiciones pacíficas en el país.

Por supuesto habrá quienes nieguen la realidad y digan que el Peje, o Claudia, o los dos en los casos más delirantes, son, de alguna manera, ilegítimos. Esta gente está más allá de toda posibilidad de que tratemos de razonar con ellos; pero son muy poquitos y podemos fácilmente ignorarlos. No importan demasiado, en este tema al menos; y tampoco en muchos otros.

Son los mismos que no entienden que venimos ganando de calle la discusión durante los últimos años. Creen que, dado que no los convencemos a ellos (porque encima de todo son risiblemente necios), que entonces eso de alguna manera implica que ellos ganan la discusión. No entienden (en algunos casos no pueden entender), que el objetivo de este tipo de discusiones no es convencer a todos, ni mucho menos a ellos: el objetivo es convencer a la mayoría.

Y como quedó apabullantemente demostrado el 2 de junio, hemos convencido a la mayoría. A una gran mayoría.

A una mayoría calificada, de hecho.

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BioShock

El siguiente platino que obtuve fue el de BioShock.

BioShock

BioShock

Como ya he comentado múltiples veces, no suelo jugar videojuegos de primera persona en mis PlayStations. Nada más no me acomodo con un control.

Sin embargo, cuando regresé a jugar videojuegos después de que me forzaran a cambiar de cuenta en la PlayStation Network, decidí que valdría la pena intentarlo. De todas maneras continuaba sin querer utilizar un control para jugar un FPS, así que decidí experimentar con algunos productos.

Free Wolf G6L

Free Wolf G6L

El principal fue un Free Wolf G6L; la idea del aparatejo es que uno le conecta un teclado y ratón vía USB, el adaptador se conecta a un PS3 (o PS4, Xbox o Nintendo Switch; dice que funciona con casi todo), y entonces los movimientos del teclado y el ratón son transmitidos como movimientos de un control para el PlayStation.

Además compré un ratón con alta resolución, un medio teclado (sólo necesitaba la parte izquierda), y un cosito para poder poner todo esto en mis piernas y jugar en mi sofá usando teclado y ratón. Armado con estas alternativas a tener que jugar un FPS con control, comencé BioShock, porque como chinga todo mundo conque es uno de los mejores juegos del PlayStation 3 (y 4, y 5, y Xbox, y PC).

¿Funcionó?

Técnicamente… sí puedo controlar a mi monito usando teclado y ratón, pero es increíblemente engorroso. Por más aceleración que configure en el juego y más resolución que tenga el ratón, nada más no se mueve con suficiente fluidez el monito. Tampoco ayudaba que mi cosito en las piernas no tenía suficiente superficie para mover cómodamente el ratón.

Como a la cuarta vez que lo intenté, tiré la toalla y continué jugando el juego usando un control, porque sí era desesperante la otra opción. Podría haber intentado mover mi PS3 a mi escritorio y jugar ahí, donde al menos la superficie sería suficiente, pero la idea de llevar el mugrero de cables a mi escritorio literalmente me deprimió, entonces mejor seguí jugando con el control.

Y, no sé si lo haya mencionado, queridos lectores, pero detesto jugar juegos FPS con un control, especialmente aquellos donde se está disparando continuamente.

Total que al final de todo el chisme estaba medio hasta la madre del juego; sencillamente no me gustan las mecánicas de primera persona mientras yo utilizo un control. Entonces si esperan que yo diga que el modo de juego estuvo padre, púdranse, porque sí medio lo odié con la intensidad de diez mil soles.

Lo cual está medio triste, porque la verdad la historia del juego sí me gustó mucho. Una crítica inclemente a la ideología idiota del libertarismo, el juego tiene personajes fascinantes y más giros inesperados que toda la filmografía de M. Night Shyamalan combinada.

Además, para obtener el platino tuve que conseguir el final “bueno”, donde el protagonista rescata a todas las pequeñas hermanas, y entonces la historia termina con las pequeñas monstruitas viviendo una vida normal y feliz, asumiendo al protagonista como su padre, y estando junto a él al final de su vida. Es el video que pongo allá arriba.

Normalmente hubiera estado berreando como niña chiquita, si no fuera por el hecho de que estaba hasta la madre de haber tenido que jugar el puto juego en primera persona con un control DualShock 3.

Tengo ahí varios juegos FPS, y la verdad no sé si valga la pena que yo los juegue. Si son como Deliver Us The Moon, no hay problema, porque no hay necesidad de ser ágil o de apuntar eficazmente para disparar; The Turing Test, por ejemplo, ya lo jugué en mi computadora y puedo sin problemas jugarlo en mi PS4 o PS5. ¿Pero los juegos modernos de Wolfestein o Doom? Híjole; sí me lo pienso.

Incluso BioShock 2 y BioShock: Infinite (que de nuevo, como chingan conque son muy buenos) me lo estoy pensando: además de todo el problema de FPS-con-control que tengo, los mismos incluyen múltiples trofeos en línea, y si algo podría empeorar mi experiencia de jugar un FPS con un control, sería tener además que lidiar con idiotas en la red.

Como sea, aunque la excelente historia de BioShock sí alivió un poco toda mi incomodidad de usar un control en primera persona, la verdad sí me dejó un ligero mal sabor de boca al final. Entonces yo no lo recomiendo; pero sí entiendo a un nivel intelectual que para alguien que los FPS con control no presenten ningún problema, probablemente sí sea de los mejores juegos que se puedan jugar.

¿Por mi parte? Yo sí quería aventarle el control a mi tele.

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Los Juegos del Hambre: La balada de Pájaros Cantores y Serpientes

A mediados de noviembre del año pasado, me chuté The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes, básicamente porque ya me había chutado la trilogía original, entonces pues ya qué.

The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes

The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes

Llevo más de una década diciendo que Suzanne Collins es una mujer más bien inocente (si no es que bruta), pero que tiene el corazón en el lugar correcto. Para mí, esta precuela lo confirma.

La idea es la misma: criticar el consumismo, la opresión y la desigualdad, pero ahora con una historia más idiota y que menos sentido tiene. Nominalmente la historia relata los décimos juegos del hambre, así como el ascenso al poder (más propiamente, el inicio del ascenso al poder) de Coriolanus Snow, el papel que interpretaba con lasciva delicia Donald Shutherland.

No voy a entrar a detalles; porque púdranse en primer lugar, queridos lectores, pero también porque no tiene (literal y figurativamente) ningún sentido. Es de verdad una historia muy pendeja donde encima de todo los personajes actúan de manera inverosímil nueve de cada diez veces.

Sin embargo, a mí sí me gustó la película. El elenco es espectacular; Viola Davis hace lo de siempre y eleva cualquier obra donde aparezca, por más idiota que sea (como ésta); y pues Peter Dinklage hace más o menos lo mismo. Nada más valdría la pena la película por ellos; aunque lamentablemente aparecen muy poco tiempo.

Los protagonistas no estoy seguro de que de hecho sepan actuar; pero a mí no me importó, porque están estupidizantemente bonitos ambos: Rachel Zegler en particular es tan hermosa, que yo vería una película donde ella nada más se sentara (de preferencia en un vestido chiquitito) y leyera el directorio telefónico.

Y pues por fin vemos los hechos que inspiraron a The Hanging Tree, que originalmente interpretaba (sorprendentemente bien) Jennifer Lawrence y que ahora la Zegler (que de hecho es cantante profesional) interpreta en una versión más bluesera.

Los pajaritos y las vilíboras no es una película buena, realmente; pero no creo que importe demasiado. Está medianamente entretenida, salen muchachos muy bonitos dándose de besotes cuando no se andan matando entre ellos, y Amanda Waller y Tyrion Lannister declaman sus líneas de manera sedosa y decadente.

Además, y no puedo dejar de hacer énfasis al respecto, a pesar de lo simple y barata de la historia, la misma sigue estándo del lado correcto de la historia: por más torpe o caricaturesco que lo exponga, sigue estando en contra de la opresión y la desigualdad y el consumismo. Ya nada más en ese sentido supera a cualquier pendejada que haya escrito Tolkien, por más magistralmente que lo haya hecho el inglés racista.

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Fate/Zero

En algún momento en los últimos años, me aventé Fate∕Zero.

Fate∕Zero

Fate∕Zero

Fate es una de esas sagas legendarias de animé, que incluso los más clavados fans de la misma admiten que es medio imposible ver todas las series y películas que han salido (por no decir juegos y otros medios asociados), o al menos hacerlo en un orden que tenga sentido.

Sin embargo sí quería echarle un ojo, entonces vi Fate∕Zero porque es una precuela, y esto me parece fue un error: la precuela en gran medida tiene sentido sólo si uno sabe qué pasa en alguna de las historias futuras; hay varias, porque siendo la obra original un videojuego (una novela visual), hay distintos finales dependiendo de qué ruta toma el jugador.

Fate/Zero no me gustó mucho, la verdad; Saber, la versión idiota y femenina del Rey Arturo y que es en gran medida la mascota de toda la franquicia, actúa como una kuudere, pero es más bien sosa desde mi punto de vista. Todos los personajes son basuras de seres humanos (o basuras de “sirvientes”); y además casi todos carecen del más mínimo sentido del humor. Excepto Iskandar, la versión idiota de Alejandro Magno de la serie; él es la neta.

Las escenas de acción están padres, la verdad; pero eso nunca ha sido lo que más me llama la atención en un animé.

Por último, pero no por ello menos importante (y me imagino que varios de ustedes, queridos lectores, ya habrán adivinado qué diré), le falta romance y el final es deprimentemente deprimente.

No me queda claro por qué muchos arman tanta alharaca respecto al animé; la historia me parece increíblemente pretenciosa y varias de las reglas de la magia, poderes y sirvientes en torno a lo cual gira la misma son medio incoherentes.

Sin embargo sí la terminé; y aunque no me gustó mucho, sí me gustó. Nada más creo que se exagera lo buena qué es. Está en Crunchyroll, si les interesa.

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Deliver Us The Moon

Después del juego de Miles Morales, el siguiente platino que obtuve fue Deliver Us The Moon.

Deliver Us The Moon

Deliver Us The Moon

Otro de los juegos gratuitos que bajé para mi PlayStation 5 con mi suscripción a PS+, Deliver Us The Moon es más o menos diferente del tipo de juegos que suelo jugar en mis consolas PlayStation.

Para empezar, es de primera persona; y si no lo han notado, queridos lectores, casi no juego videojuegos de primera persona en mis consolas. Esto es por el hecho de que crecí jugando distintas versiones de Wolfenstein, Doom y Quake en la computadora, con ratón y teclado (como Marx quería que fuera), y entonces nunca me acomodé a jugar juegos de primera persona con un control. Lo cual es medio incomprehensible, porque no tengo ningún problema jugando juegos de tercera persona en mis consolas; de hecho es casi el único tipo de juegos que juego.

(Paradójicamente, o tal vez no tanto, casi no juego videojuegos de tercera persona con teclado y ratón).

Para continuar, Deliver Us The Moon es nominalmente un videojuego de sobrevivencia, donde un astronauta tiene que sobrevivir (les digo), primero en una estación espacial y luego en múltiples bases lunares. En los hechos sin embargo es un juego de acertijos (puzzles) que, sí, el resolverlos es lo que le permite al astronauta sobrevivir, pero en general no hay mucha angustia ni gran presión de tiempo: sí hay múltiples acertijos que se tienen que resolver con un límite de tiempo, pero el mismo casi siempre es más que generoso. No hay enemigos ni combate de ningún tipo.

La historia está bien desde un punto de vista de personajes y las relaciones entre ellos, además de que se puede intuir cierto romance, lo cual para mí siempre es un bono. Desde un punto de vista de ciencia ficción, es una completa mamada: toda la narrativa parte de que la Tierra se ha quedado sin fuentes de energía (porque el sol, el viento, las mareas y la energía geotérmica al parecer son inutilizables), y entonces la humanidad decide minar helio-3 en la Luna, generar energía así y transmitirla por microondas al planeta.

Por supuesto ocurre una tragedia (el apagón, le dicen) y el transmisor de microondas deja de funcionar; Rolf Robertsson, uno de los trabajadores en la estación espacial orbitando la Luna consigue escapar, pero deja atrás a una de sus colegas, Sarah Baker. Unos años después, cuando el mundo (inexplicablemente) decidió abandonar el intentar reparar las bases lunares y el transmisor de microondas, Robertsson, con la ayuda de un grupo de “rebeldes”, secuestra un cohete y regresa a la Luna, pasando por la estación espacial en órbita de la misma donde originalmente trabajaba.

La premisa es idiota, como suele ser cualquiera que alegremente da por perdido al planeta para forzar a los protagonistas a ir al espacio (te estoy mirando, Interstellar). Pero si uno acepta esa premisa, el resto de la historia es bastante entretenida: el fallo de las bases lunares fue por parte de una facción de los que trabajaban ahí que decide unilateralmente que el helio-3 disponible en la Luna no es suficiente para sostener a la humanidad, y entonces deciden escapar en naves generacionales, con casi todo el combustible minado que tenían, con la idea de que es mejor salvar a sólo una pequeña parte de la humanidad, en lugar de arriesgarnos a la extinción tratando de salvarla a toda.

Baker, después de que se separa de Robertsson, trata heróicamente de restablecer las bases y el transmisor de microondas; y Rolf, nuestro intrépido protagonista sigue sus pasos años después para completar la chamba y con la esperanza de encontrarla y rescatarla.

La historia termina de manera agridulce: Robertsson, gravemente herido después de haber reparado el transmisor de microondas y resuelto todo el misterio de qué había pasado, localiza a Sarah en una cámara de hibernación y consigue enviar una señal de auxilio para que vayan a rescatarla, pero muere al no haber otra cámara de hibernación para él. Además, Rolf descubre que la facción traidora tenía razón: el helio-3 en la Luna no alcanza para sostener a la Tierra a largo plazo; y encima las naves generacionales aparentemente fallaron todas en su travesía buscando un nuevo mundo que sirviera de hogar a los remanentes de la humanidad.

La historia sería terriblemente deprimente si no fuera porque está disponible Deliver Us Mars, la continuación; además del planeado Deliver Us Home, que cerrará la trilogía. Además, en una nota alegre, el tercer juego fue financiado por los fans de la serie vía Kickstarter, lo cual siempre es chido oír. Ahí tengo ya Deliver Us Mars, aunque todavía no lo juego.

Me gustó bastante el juego, pero es muy simple realmente. También tiene un par de bugs que me forzaron a tener que cargar un juego salvado anterior, porque dejaban atrapado al pobre de Robertsson en un vagón del metro lunar. En trofeos es casi trivial; me llevó poco más de una semana obener todos los trofeos, incluyendo el platino.

Yo lo recomiendo, si bien no ampliamente; pero la historia y algunas escenas que bien podrían haber salido de Alien o de 2001: Space Odyssey, donde intrépidos astronautas tienen que hacer circo maroma y teatro para tratar de sobrevivir, me parece sí le pueden gustar a casi todo mundo.

Además, como es tan simple el juego, el mismo está disponible hasta en lavavajillas, entonces es muy fácil de adquirir y experimentar.

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The Marvels

A inicios de noviembre del año pasado fui a ver, como es mi costumbre, la última película del MCU el día de su estreno.

Había comenzado a ver la serie Ms. Marvel cuando se estrenó, pero la verdad me resultó difícil: aunque me parece adorable Iman Vellani como la epónima heroína adolescente, la verdad no estaba de humor para ver las aventuras con su familia paquistaní. La dejé de ver después del primer episodio y tuve que terminarla de corrido justo antes del estreno de la película; nada más no conectó conmigo.

Así que esperaba poco de la película. Se aplican las de siempre.

The Marvels

The Marvels

Salí sorprendidamente satisfecho del cine: no es (definitivamente) la mejor película del universo Marvel; pero tampoco se merece las carretadas de odio racista y misógino que recibió. Es una película competente de superhéroes, nada más con el elemento de que son 3 heroínas trabajando juntas. Contra una villana, además.

Y de hecho Iman Vellani se roba gran parte de la película; y otra parte importante se la roba su familia, porque son adorables también.

En lo negativo, yo adoro a los gatos, y hasta a mí me pareció sumamente estúpido utilizar a los flerkens para desalojar S.A.B.E.R.

Pero fuera de eso me gustó bastante. Repito, no es ni de lejos lo mejor de Marvel, pero está entretenida y tiene bastantes escenas de acción más que pasables.

Lo peor que tiene la película, es lo mismo malo que han tenido todas las entregas de este universo después de Endgame: no tienen un hilo conductor que una a todas las historias que están contando. GotG Vol. 3 escapó esto en gran medida por ser el cierre de una trilogía; pero justamente con The Marvels esperaban poder hacer una tercera película con Brie Larson como Captain Marvel, y además subir de nivel a Teyonah Parris e Iman Vellani como Monica Rambeau y Ms. Marvel respectivamente, para pasarlas de la televisión a la pantalla grande.

Eso ahora está en el aire, como varios otros proyectos de Marvel como son las apariciones de Kang el Conquistador (porque Jonathan Majors le gusta usar a sus novias como sacos de boxeo); o la ya ahora mítica película con un nuevo Blade interpretado por Mahershala Ali, que ha cambiado como cinco veces de director.

Muchos creíamos posible que la nueva película de Deadpool lograra reconfigurar todo el MCU; y yo así lo esperaba, porque aunque salí satisfecho de haber visto The Marvels en el cine, es una triste sombra de lo que Marvel estaba haciendo cuando todo se encaminaba a Infinity War y Endgame. Sin embargo, habiendo ya visto Deadpool & Wolverine, dicha reconfiguración no se dio, así que quién sabe cómo le funcione al MCU el reciclar a Tony Stark como Victor von Doom.

De cualquier manera recomiendo The Marvels; Iman Vellani es adorable; Teyonah Parris es guapérrima y simpatiquísima; y Brie Larson sale vestida de princesa y canta en un número musical. ¿Qué más quieren en la vida?

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