Poco después de Demon Slayer, terminé Princess Lover!
Princes Lover es el primer animé que reseño que no es original, ni está basado en un manga o una novela ligera; en su lugar, este animé está basado en una novela visual, que es el término que utilizan los japoneses para describir videojuegos donde uno puede tomar un puñado de decisiones, y se la pasa leyendo la historia y viendo los gráficos correspondientes en la pantalla.
Pero siendo más preciso, Princess Lover! es un eroge, que son novelas visuales donde la parte visual es extremadamente arrecha, y en muchos casos definitivamente pornográfica.
No sé qué tan pornográfica sea la novela visual en la que Princess Lover! está basado; pero el animé es bastante arrecho.
Es, en estilo, muy similar a Highschool of the Dead, con la diferencia principal siendo que aunque yo encontré HOTD muy entretenido, Princess Lover! en cambio me pareció bastante aburrido. Y definitivamente estúpido.
La historia es bastante mensa: los padres de Teppei Arima mueren en un accidente automovilístico, y el muchacho es contactado por su abuelo, que resulta es el presidente de una gran conglomerado japonés.
El abuelo le dice a Teppei que quiere hacerlo su heredero y lo inscribe a una escuela de élite, donde un montón de muchachitas que enseñan los calzones a la primera provocación se enamoran de él y se convierten en su harén (la unidad básica familiar del animé), junto con su criada personal Yū, que también atiende a la escuela para poder servir a Teppei literalmente en todo momento.
La historia tiene acción bastante bruta, porque hay intrigas contra el conglomerado del abuelo y contra Teppei por ser el potencial heredero. Todos los personajes son bastante sosos en mi opinión, excepto tal vez por Yū que es completamente fiel a Teppei.
Yū terminó siendo lo único que me gustó del animé: la animación es más bien chafa; el diseño de personajes existe nada más para cosificar al harén (la unidad básica familiar del animé); la historia es inverosímil pero además bastante estúpida; la música es el Jpop más genérico del universo; y es en general una de las peores muestras de lo que puede ocurrir con una serie cuando la intención de los creadores no va mucho más allá de tratar de excitar a adolescentes atolondrados.
Así que yo no recomiendo este animé; la verdad hay un montón de animé de extraordinaria calidad en el mundo, o al menos indudablemente entretenido, como para andar perdiendo el tiempo con creaciones tan mediocres como Princess Lover!
