Focus: Maestros de la estafa

Estas dos semanas de mi vida han sido, como dicen los gringos, an emotional rollercoaster. Que es una manera muy mamona de decir que han sido muy intensas.

El sábado en la noche fui al cine para despejarme un poco la cabeza; vi Focus.

Se aplican las advertencias habituales de spoilers.

Focus

Focus

Como en general elige muy malas películas para hacer, y suele aportar mucho de su personalidad en la vida real a sus personajes, a veces es fácil olvidar qué buen actor es Will Smith. En Focus hay una secuencia durante un Super Bow en particular, donde de verdad el tipo es increíble.

Los avances de esta película hacían creer que es un thriller. No se dejen engañar; Focus no es un thriller.

Es una comedia romántica. Con humor negro, pero comedia romántica al fin y al cabo.

Smith (que a sus 46 años continúa viéndose arrebatadoramente guapo) interpreta a un timador; un confidence man o conman como les dicen en el gabacho. Esto es una manera elegante de decir que es un ratero; aunque ciertamente queda claro que nunca utiliza violencia, y en general roba a gente que no extrañará en demasía lo que le quiten.

Al timador tratan de timarlo un par de amateurs, y por supuesto les pone una revolcada explicándoles por qué su timo está súper chafa. La chavita amateur (la estupidizantemente hermosa Margot Robbie) lo sigue y le pide que le enseñe a ser profesional, como él. El tipo la pone a prueba, y cuando ve que sí tiene madera, la agrega a su equipo, donde después de varias muy divertidas aventuras (y la fabulosa escena en el Super Bowl), ganan muncho dinero.

Para este momento Smith y Robbie ya son amantes, pero el tipo decide terminarlo todo porque en esa “profesión” las conexiones emocionales siempre son un lastre. Tres años después está tratando de hacer un trabajo en Argentina más complicado de lo normal, cuando se la vuelve a encontrar.

La película me encantó; en el fondo es un romance al fin y al cabo; tiene más giros inesperados que todas las películas de M. Night Shyamalan juntas; y es consistentemente bien actuada y divertida. Además, Smith y Robbie son encantadores en todo momento, y se cargan una química impresionante.

Como bono a esto, el hecho de que el personaje de Will Smith (como él mismo) sea negro no importa en lo más mínimo. Es el galán; la raza (como debería ser siempre) no importa. Sólo lo mencionan en un chiste muy menso en algún momento.

Consecuencia de esto, es la primera vez que el interés romántico de Smith en una película es una mujer blanca, y que de hecho termine al lado de ella (en Hancock Charlize Theron es blanca, pero no acaba a su lado). Ya había escrito antes de esto; en general en las películas gringas los negros nunca se ligan a las blancas, a menos que la trama sea justamente de relaciones interraciales. Hollywood teme (o temía) que la población de hombres blancos fuera a sentirse amenazada de que los negros fueran a quitarles a sus mujeres. Las parejas de negros eran negras, latinas, o asiáticas en casi todos los casos.

Eso sí, un blanco podía ligarse una negra; eso estaba “bien”.

Me alegra ver que este estereotipo haya sido ignorado en Focus, y espero que continúe siendo ignorado en el futuro.

La película está muy divertida, bien hecha, bien actuada, y bien contada. La recomiendo ampliamente.

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