La mudanza

Y total que Isabel y yo nos fuimos a vivir juntos. Para mí en particular eso normalmente significaría contratar un camión de mudanzas con dos tipos fornidos que llevaran todas las cosas pesadas de mi departamento al que ahora compartiré con Isabel; sin embargo Isabel tuvo la fabulosa idea de mejor conseguir una camioneta con su familia, y poner a cargar al indio. Dícese, yo.

Entonces ahí me tienen cargando mi lavadora mientras Isabel me echaba porras. De verdad espero no volver a pasar por una situación similar en mucho tiempo.

Ya hemos transportado casi todo, y básicamente sólo falta mi escritorio y pendejaditas diversas. Falta acomodar un buen de cosas en el que ahora es nuestro departamento, pero como ya están conectados la tele y el PlayStation, el resto a mí me parecen sólo superfluosidades.

Así que ahora comienza otra etapa de mi vida, aunque la verdad no creo que cambie mucho las cosas entre Isabel y yo: básicamente ya vivíamos juntos. Sólo que ahora será en un solo departamento, en lugar de dos.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Un comentario sobre “La mudanza

  1. Me acordé de cuando me casé y mi esposa llegó a vivir a mi departamento (en el cual ya tenía un buen tiempo viviendo solo), cada vez que abría una puerta o cajón sentía que había sido víctima de una invasión. Te deseo suerte!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *