El domingo fui a ver Date Night, y escribo de eso hasta hoy porque, pues, así es la vida.
Tenía muchísimas ganas de ver esta película. Steve Carell es (lo vengo diciendo desde hace mucho) un pinche genio de la comedia, y Tina Fey es igual si no es que mejor comediante que él. Que hicieran una película juntos era una casi fantasía para mí.
La historia es bastante sencilla; Phil y Claire Foster son un aburrido matrimonio en sus cuarentas que tratan de ir a un restaurante super fino en Nueva York para tratar de reavivar la chispa en su vida de casados, y al no poder entrar por no tener reservación se hacen pasar por dos güeyes que no responden al ser llamados. Como es de esperarse, los güeyes desaparecidos resultan ser buscados por policías corruptos, gángsters y políticos sexómanos, y todo mundo cree que los Foster son ellos. El caos se sigue.
La película no me decepcionó realmente; me estuve (literalmente) meando de la risa casi todo el tiempo. Ciertamente la historia no es terriblemente original; pero son tan encantadores Carell y Fey en sus papeles, que realmente compensan por casi todo lo demás. Y como puede verse por las escenas fallidas que pasan durante los créditos finales, se ve que ambos improvisaron un montón de sus líneas, de forma magistral si es necesario que lo diga.
La verdad es completamente posible ver esta película en video, y no hay ninguna necesidad de verla en el cine; pero pues yo me divertí horrores y sí la recomiendo.
