Sí, por supuesto que sí

El viernes acabé los trámites para la propuesta de mi jurado en mis exámenes generales del doctorado. Lo cual es bueno, porque el Comité Académico del posgrado probablemente se reúna el lunes, y si no estaba mi propuesta lista para ese día, quién sabe cuándo se volvería a reunir el comité. Por justo ese motivo fue que acabé mi tesis de maestría en diciembre, pero terminé titulándome en abril.

Como sea, tuve que ir por la firma de Jorge y lo agarré terminando su clase de algoritmos en la Facultad; se ve que estaba discutiendo algo con sus alumnos, porque en cuanto me vio me preguntó: “¿sí hay clases el lunes, verdad?” A lo que yo, de forma automática y volteando a ver los chavos contesté: “sí, por supuesto que sí”.

Visualicen un salón lleno de estudiantes de alrededor de 20 años, todos y cada uno de ellos tratando de asesinarme con sus miradas.

Claro que puedo recordar lo que era estar en sus lugares, y desear poder tener cinco días de puente. Pero que no jodan; todavía que (con muchos sacrificios) reciben una educación de primera y sin pagar un centavo, y quieren desperdiciar un día sólo porque cae antes del 15 de septiembre.

Yo voy a dar clase el lunes. Mis alumnos tampoco me han de querer mucho.

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