Dado que consideré que ya era necesario, fui ayer a ver Terminator: Salvation. Ando bastante ocupado, así que decidí no sacar todavía mi membresía club Cinépolis; en su lugar creo que trataré de ir una vez a la semana, y los miércoles para que no salga tan caro.
La verdad había otras películas que quería ver, y no había oído a nadie decir que la última de Terminator fuera buena; pero pues yo quería verla, y no creo que dure mucho más tiempo en el cine, así que esa fue la que elegí.
Se aplican las de siempre.
Terminator: Salvation es una mala película. Es encabronadamente predecible, se toma demasiado en serio, y además la historia que cuenta tiene más hoyos que una red de pescar.
Dicho eso, a mí me divirtió bastante; hace un montón de homenajes a las tres primeras películas, las secuencias de acción están muy bien hechas, y además tiene a Helena Bonham Carter, cuya sola presencia suele mejorar lo que sea. Y de pilón sí fue muy chido ver aparecer de repente al governator hecho (y muy bien hecho) por computadora.
También es interesante que por fin veamos de forma cercana el futuro donde las máquinas dominan, y que por primera vez escuchemos a Skynet “hablar”.
Nada de eso quita que sea una mala película, muy inferior a las otras tres sin duda, pero yo disfruté el churrito, y creo que cualquiera que (como yo) haya seguido la saga casi toda su vida también puede disfrutarla.
Así que yo sí la recomiendo.

A mi en lo particular no me gusta, como dices demaciado predecible, por lo tanto demaciado fácil de digerir. Ahí la clave para la venta de estas pelis, mucho estruendo, acción, los mejores, y al final sales sin ningún sabor de ella. Creo que sigo con las pelis inteligentes y por tanto entretenidas.