Procrastinando

Dice el Merriam-Webser:

Main Entry: pro·cras·ti·nate
Pronunciation: \prə-ˈkras-tə-ˌnāt, prō-\
Function: verb
Inflected Form(s): pro·cras·ti·nat·ed; pro·cras·ti·nat·ing
Etymology: Latin procrastinatus, past participle of procrastinare, from pro- forward + crastinus of tomorrow, from cras tomorrow
Date: 1588

transitive verb

  • to put off intentionally and habitually

intransitive verb

  • to put off intentionally the doing of something that should be done

De donde yo vengo, a eso le decimos estarse haciendo pendejo.

Tengo que titularme pronto; cada vez me cuesta más hacer hasta las cosas más nimias de mi tesis.

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Una de policías y ladrones, otra de mostros

No siempre se puede hacer un miércoles 2 × indio con tres películas. Para empezar, debe haber en cartelera tres películas que uno quiera ver, y después deben acomodarse los horarios.

Cuando voy solo a un miércoles 2 × indio eso no es tan difícil de conseguir; pero como casi no vi a mis cuates por el enclaustro de la tesis he tratado de compensarlo, y entonces he visto varias de mis películas de miércoles 2 × indio con ellos.

En pocas palabras, pues, hoy sólo pude ver dos películas en lugar de tres. La única que hubiera quedado en tercer lugar era Alvin y las Ardillas; y aunque podría haberlo llegado a considerar, estaba doblada, que para mí es un no-no.

Se aplican las advertencias etc.

  • American Gangster (Gánster GringoAmericano).
    American Gangster

    American Gangster

    Qué buena película. No sólo Washington y Crowe actúan soberbio (que era predecible); la historía es rapidísima, muy bien contada y fascinante.

    Realmente no hay mucho que pueda decir de la película, excepto que vayan a verla.

  • Cloverfield (Monstruo).
    Cloverfield

    Cloverfield

    Fabulosa. Es una mezcla entre Godzilla y The Blair Witch Project, con tantita de la mística de Lost.

    Muchas veces me quejo de que una película tenga hoyos en la historia. Hay una obvia excepción a esto: cuando dichos hoyos son algo planeado, y no simple torpeza por parte del director. La película nunca intenta explicar qué es Cloverfield, de dónde viene, o cómo llegó a Nueva York. Y dado que la película es relatada desde el punto de vista de cinco muchachos atrapados en la destrucción del monstruo, realmente no importa: uno se siente como parte del pequeño grupo de muchachos que está tratando de sobrevivir al ataque.

    Que ahí se nota otra cosa similar a Lost, y una de las razones por las que soy gran fan de esa serie; creo que la película consigue generar una efectiva empatía con los personajes. Y es más difícil hacerlo en 84 minutos que en las cuatro temporadas que lleva Lost.

    Y por último, y aunque es medio gratuito, es bonito el poquito de romance que aparece en la historia. Aunque al final acaben hechos mierda todos.

    A mí me gustó mucho. No sé si J.J. Abrams consiga su propósito de crear un Godzilla gringo, pero creo que sí es una perspectiva innovadora a un género que ya está choteadísimo.

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Swfdec

Una de las ventajas de estar sufriendoprobando la versión de desarrollo de GNOME es que nuevos paquetes de los cuales uno sólo había oído de repente son usables.

Uno de ellos es Swfdec.

Swfdec en 64 bits

Swfdec en 64 bits

Mi Firefox a 64 bits por fin puede utilizar Flash con él; particularmente YouTube. No es perfecto; pero ciertamente no truena y más importante aún funciona. Eso es, como que, importante. Flash en Linux siempre ha sido un punto débil; y Swfdec es GPL, así que puede ser distribuido sin ninguna restricción.

Que jale en 64 bits es anecdótico; que por fin tengamos una implementación OpenSource de Flash que (mal que bien)funciona es fabuloso.

Ahora sólo necesito un plugin de Java para 64 bits, y desinstalaré mi Firefox de 32 bits.

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La clase

Hoy volví a dar clases después de casi tres años.

La Facultad sigue estando básicamente igual; pero ahora los edificios tienen sus nombres (“O” y “P”) en letrotas en las paredes… lo cual es útil porque nunca me los aprendí.

El horario es de una a dos, que es de las peores horas para un curso. O bien no han comido los chavos y entonces se están muriendo de hambre, o bien ya comieron y entonces se están durmiendo. Y lo mismo se aplica a mí, por supuesto.

Como sea me divertí. Me gusta dar clase.

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Adoro mis figurillas del Ku Klux Klan

La Occasional Superheroine entró en crisis moral por esta figurilla de Red Skull.

Red Skull

Red Skull

Para los que no lo sepan, Red Skull es un enemigo del Capitán América, y un nazi. Nazi de verdad, por cierto; era mano derecha de Hitler y la chingada.

La crisis de Valerie consiste en que, aunque ella misma admite que la figurilla está muy chida, que cómo podría ponerla en (digamos) la sala de su casa, cuando tiene un uniforme nazi. ¿Qué va a pensar la gente?

A mí se me hace estupidísimo. Es su casa, y sería su figurilla. Ella sabe que no es nazi, y no compraría figurilla para promover el nazismo o porque sea fascista. La compraría porque es fanática de cómics y además la figurilla está muy chida.

Detesto lo “políticamente correcto”. Se me hace estúpido el 90% de las veces. Si yo fuera fan del Capitán América (que por supuesto no lo soy), yo sí compraría la figurilla porque está encabronadamente bien hecha. Si alguien se ofendiera porque un villano nazi tiene un uniforme nazi, eso me parece que es problema del ofendido; no mío.

Es como la gente que criticó el juego de computadora Return to Castle Wolfenstein porque cuando uno jugaba como soldado nazi (¡sorpresa!) uno defendía bases que tenían la bandera nazi. ¿De verdad hay gente tan bestia que confunde el tratar de ser artísticamente cierto, a la promoción del fascismo/nazismo lo que sea?

Yo soy de los primeros en defender que la justicia tiene que tener memoria histórica, y que la humanidad debe conocer y comprender a los monstruos que ha habido en la historia para evitar (o al menos intentar evitar) que surjan de nuevo. Pero esta estupidez de creer que lo “correcto” es tratar de borrar de la memoria los símbolos y parafernalia del nazismo (por ejemplo) me parece justamente lo contrario.

Si uno tiene una figurilla de Red Skull en su casa, y alguien que no sepa de cómics pregunta qué hace uno con una estatuilla nazi en su sala, hay que explicarle que es un villano de un comic, y que entre otras cosas la calavera roja que tiene por cabeza es para expresar lo ruin y malévolo del personaje. La figurilla transmite un aire de maldad y perversidad (perfecto para el personaje, por cierto); si alguien lo confunde con “apoyar” a los nazis hay que explicarle (si quiere entender) que no es esa la idea.

Ser “políticamente correcto” me parece querer ocultar las cosas debajo de la alfombra. Lo verdaderamente inteligente es nunca olvidar de dónde vienen esos símbolos y qué representan, y (más importante aún) que sí existieron, y que hay que hacer todo lo posible para evitar que vuelvan a ocurrir los horrores que causaron la gente que los usaba como estandarte.

Y en ese sentido una figurilla de lo que es obviamente un villano y que usa un uniforme nazi a mí me parece bien; o al menos no ofensivo.

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No, no lo creo

Después de la larga explicación de porqué yo no creo en dios (que se puede resumir a “porque no se me da la gana”), decidí enumerar algunas (que no todas) de las cosas en las cuales no creo.

Voy a poner al inicio de cada una la frase “no creo”, pero eso será sólo para no ofender a nadie; con la enorme mayoría de las cosas en la siguiente lista realmente yo que no son ciertas o que no existen… aunque también lo hago porque quiero evitarme más discusiones epistemológicas, si es posible.

Así que ahí les van:

  • No creo en dios.
  • No creo en el cielo, el limbo o el infierno.
  • No creo que haya vida después de la muerte… con lo que quiero decir que creo que cuando se muere uno deja de existir como ser consciente (evidentemente la vida sigue su curso… para los demás). Lo de la consciencia es importante porque evidentemente uno sigue existiendo como una bola de átomos que conforman moléculas que forman células que se van pudriendo alegremente.
  • No creo que las características físicas sean lo que definen a un ser humano; es consecuencia de lo de arriba. Creo que lo que define al ser humano es su capacidad de pensar; que evidentemente está atado a su cuerpo, pero la sola existencia del cuerpo no determina a un ser humano. Debe ser capaz de pensar.
  • No creo que el aborto sea asesinato (por lo de arriba).
  • No creo que alguien que haya sufrido muerte cerebral siga vivo, a pesar de que tal vez todo el resto de su cuerpo funcione perfectamente. Por eso cuando muera y si mis órganos sirven de algo, los voy a donar a alguien que los necesite.
  • No creo en fantasmas, espíritus, aparecidos, la llorona, vampiros, hombres lobo, ni ninguna de esas mamadas, en parte por lo que digo arriba.
  • No creo en la reencarnación tampoco, por cierto.
  • No creo que la mente del ser humano sea algo metafísico. En otras palabras; pensar es una función del cerebro: si no hay cerebro no se puede pensar. Tampoco se puede separar la mente del cerebro.
  • No creo que se puedan hacer viajes astrales; se puede fumar mota, y probablemente la sensación sea la misma, pero no se puede “desplazar” la mente fuera del cerebro y llevarla a algún otro lugar.
  • No creo en la telepatía.
  • No creo que se pueda adivinar el futuro; ya sea viendo la bola de cristal, soñando, o con sicotrópicos de alta intensidad.
  • No creo en la telequinesis.
  • No creo en la suerte. Con ello quiero decir que no creo que exista la “buena suerte” o la “mala suerte”; el azar evidentemente sí existe (tiren un dado). En particular los gatos negros me caen bien, he roto incontables espejos en mi vida, y cada que veo una escalera contra una pared me gusta pasar debajo de ella.
  • No creo en el destino. No hay nada predeterminado.
  • No creo en el karma. Y dado que no creo en el cielo o el infierno, tampoco creo en el juicio divino. La justicia está en manos de los seres humanos.
  • No creo que los marcianos hayan llegado ya, pero estoy dispuesto a aceptar que lo hicieron bailando el chachachá. Mientras creo muy posible que en el enorme universo allá fuera pueda haber vida en algún lugar, estoy seguro de que no han venido a visitarnos.
  • No creo en los “derechos de los animales”. Si no están en peligro de extinción, y es de utilidad para la humanidad aunque sea marginalmente, yo no tengo ningún problema con que se le haga lo que sea a cualquier animal (con la posible excepción de delfines y primates mayores). Y se me hace muy hipócrita que haya gente que dedique valiosos recursos y tiempo a “defender” los “derechos” de los animales cuando hay millones de seres humanos con problemas mucho más serios. En particular, y por tiernas que sean, yo no tengo problemas con que maten a batazos a las focas bebé.
  • No creo en la homeopatía.
  • No creo que la iglesia de la cienciología sea otra cosa más que un fraude que deberían prohibir legalmente.
  • No creo que para controlar el alcoholismo uno tenga que creer en dios. Y perpetuar esa idea se me hace enfermizo; cualquier ideología cuyo primer paso es negar que uno tiene la capacidad de resolver sus propios problemas va en contra de todo lo que creo.
  • No creo que nadie jamás se haya desdoblado. Y se me hace tan ridículo que ni siquiera voy a explicar en qué consiste “desdoblarse”.
  • No creo que el diablo le jale las patas en la noche a nadie.
  • No creo en el mal de ojo.
  • No creo, en general, en nada que se justifique como “paranormal”.

Hay de dos cosas que quiero decir algo más; una en la lista, y la otra no. La primera es la homeopatía; he leído suficiente del tema como para convencerme de que no sirve para nada. La otra es la acupuntura, de la cual no he leído lo suficiente como para hacerme una idea, pero que me suena muy sospechosa.

Como sea, posiblemente ambas funcionen hasta el punto que funciona cualquier cosa que el usuario quiere que funcione. Se llama efecto placebo, y ambas al menos sirven en ese aspecto. Igual y la acupuntura funciona algo más; no lo sé.

El punto es que no creo que sean particularmente peligrosas. La homeopatía creo que es ridícula, pero no peligrosa (a menos de que alguien realmente enfermo se convenza de sólo seguir “medicina” homeopática en lugar de ir con un doctor de verdad).

Algo parecido me pasa con Alcohólicos Anónimos; varios aspectos de su ideología van en contra de todo lo que yo creo… pero ese es mi caso. Mucha gente de por sí cree en dios y de por sí no se cree capaz de solucionar sus problemas. A ese tipo de gente Alcohólicos Anónimos sin duda alguna les va a servir si se vuelven alcohólicos. De hecho, he visto cómo les funciona.

Y eso se extiende a otras cosas de la lista; mientras que yo creo que todas y cada una de ellas son una bola de mamadas, no me cierro automáticamente a la idea de que pueden jugar un papel positivo en la vida de alguien. Si alguien cree en espíritus y va con una médium, y se cree el cuento de que habla con sus padres muertos y con ello resuelve algún problema sicológico de su infancia, yo supongo que está bien. Creo que hay formas mucho más racionales y sencillas de hacer lo mismo, pero pues cada quien.

(Además, ¿por qué es médium y no entérum?)

Igual si alguien cree en dios y por ello de verdad trata de ser mejor persona. Yo no creo que sea necesario creer en dios para intentar ser mejor persona; pero si a alguien le funciona yo no tengo problemas con eso.

Parte de mi ideología es que cada quien tiene el derecho de creer en lo que se le de la regalada gana. Por más ridículo que a mí me pueda parecer.

La lista no está completa, obviamente; pero creo que sí tiene las cosas más importantes.

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Dios

Desde que escribí mi página de His Dark Materials debo una explicación de a qué me refiero cuando digo que decido no creer en dios, y cuando digo que es una pendejada afirmar que dios no existe (o que existe).

(Escribo “dios” con minúscula en primer lugar porque no creo que exista, y en segundo lugar porque yo al hablar de “dios” me refiero a un concepto, no a un “ente” que merezca nombre propio).

La idea de explicar mi postura al respecto viene incluso antes de escribir la página de los libros de Philip Pullman, pero se me hizo particularmente necesario después de entrar en una discusión con Omar, uno de mis cuates que también es ateo.

La raíz de todo esto es un problema epistemológico; es entender qué carajo es creer, que carajo es saber, y qué carajo es conocer. Mi postura sencillamente es que uno únicamente sabe lo que se puede demostrar con el método científico; todo lo demás es pura creencia.

Visto desde ese punto de vista, y dado que no se puede demostrar que dios existe (ni lo contrario), entonces uno no puede saber si existe (o no). Así que creer (o no) en dios es exactamente eso: creencia. Es un acto de fe.

¿Por qué digo que no se puede demostrar si dios existe? En primer lugar debe quedar claro que cuando yo digo “dios”, me refiero a algo que de manera consciente (o el equivalente de “consciente” que pudiera existir a este nivel) creó al universo. La parte de consciencia es importante, porque si definimos a las leyes físicas que desataron el big bang, por ejemplo, como “dios”, pues evidentemente sí existen. Y por supuesto no me refiero al dios que describen las religiones abrahímicas; ese obviamente no existe (igual que el que describen todas las religiones que yo conozca).

En segundo lugar también debe quedar claro que el concepto de dios siempre se puede discutir, independientemente de si dios existe o no.

Con eso claro es muy fácil explicar porqué yo sostengo que no se puede demostrar la existencia de dios: si es algo que tiene la capacidad de crear conscientemente el universo, es entonces evidente que está por encima de las leyes que dominan a dicho universo. Como nosotros somos parte de ese universo, y sólo podemos demostrar lo que se guíe por las leyes que lo gobiernan, no podemos demostrar que dios exista; si existe, estaría por encima de nuestra capacidad de demostrarlo.

Por exactamente la misma razón no se puede demostrar que dios no existe. A algunos ateos simpáticos les gustan los juegos lógicos del tipo: si dios es todopoderoso, entonces debería poder crear un objeto tan pesado que ni él mismo pudiera levantar… pero si es todopoderoso, entonces debería poder levantarlo; contradicción: por lo tanto dios no existe. En primer lugar, que algo tuviera la capacidad de crear el universo conscientemente no significa que fuera “todopoderoso” (lo que sea que eso signifique). En segundo lugar, de nuevo, ese algo estaría por encima de las leyes que gobiernan este universo; incluyendo la lógica, que al fin y al cabo es invención humana. Por lógica que sea (je).

Por ello, repito, dado que no podemos demostrar que exista o no, lo que uno decida con respecto a dios (creer o no creer), es un acto de fe.

De ahí que yo diga que decido no creer en dios; dado que no podemos demostrar que exista (ni lo contrario), para motivos prácticos da lo mismo si alguien cree o no en dios. Yo decido, de forma consciente, y habiéndolo considerado seriamente, no creer en dios. Que me parece igual de válido decidir creer lo contrario, por cierto.

Y de ahí también que yo sostenga que es una pendejada decir que dios no existe (o que existe); como no podemos demostrarlo, realmente no lo sabemos.

La discusión que tuve con Omar se puede centrar básicamente en lo siguiente: si yo digo que sólo creo en lo que se puede demostrar con bases científicas, ¿entonces por qué no tomo con vampiros, hombres lobos y fantasmas la misma postura que tomo con dios?

La ciencia no puede demostrar que los vampiros no existan; puede demostrar que alguien en concreto no es vampiro, y puede encontrar justificaciones razonables a ciertos eventos que gente ignorante atribuiría a vampiros. Pero no puede demostrar que los vampiros no existan o hayan existido; no de forma absoluta e irrefutable. Para que fuera absoluto e irrefutable, tendría que probarlo para todos los seres humanos que hayan vivido a lo largo de toda la historia, lo cual es sencillamente imposible.

Y lo que pasa con vampiros, fantasmas, chaneques, poltergeists y toda la bola de mamadas sobrenaturales que mucha gente cree, es que ahí sencillamente sí me permito (yo y mucha gente racional más) usar el sentido común. Si toda la evidencia apunta a que los vampiros no existen, y la ciencia sencillamente hace casi imposible que tales seres existan, entonces es bastante seguro decir que no existen. Igual con hombres lobos, chupacabras y la llorona.

Lo que hace Omar de hecho es más sencillo que considerar evidencias; él por omisión no cree en nada, y sólo cree en algo hasta que le demuestran que existe. Si no, como él me dijo, entonces no diría que ni los cleronomigios ni los caraptulenos existen. Su postura es muy razonable, por cierto, y de hecho es la mía con casi todo.

Pero no el concepto de dios (que les recuerdo que el concepto de dios es independiente a que exista o no).

El punto con las mamadas sobrenaturales es que, independientemente de que sus “explicaciones” sean metafísicas, se supone existirían en este universo. Por lo tanto, estarían sujetas a las leyes del mismo, y serían observables y medibles utilizando métodos científicos. Como la ciencia nos dice que banshees y zombies y duendes son con casi absoluta seguridad una bola de mamadas, entonces no sólo no creo en ellas, me atrevo con absoluta seguridad a decir que no existen. Y de hecho con cualquier cosa que se suponga exista dentro de nuestro universo yo sigo la metodología de Omar: no creo en ellas y niego su existencia hasta que se demuestre lo contrario.

(Aunque uso mi sentido común; si me dicen que hay un pez que vive a cientos de metros bajo el mar y que además es ciego, sí lo creo aunque no me lo demuestren. Pero si me dicen que hay un ser inmortal que se alimenta de sangre humana y muere bajo la luz del sol, a eso sí le aplico la cláusula de escepticismo.)

El problema con el concepto de dios es que es muy cabrón filosóficamente; por definición está por encima de las leyes de este universo. Por eso no afirmo (ni afirmaré nunca) que dios no exista; pero sí decido no creer en él de todas formas.

Y de hecho con todo lo que esté por encima de este universo, o que pudiera existir fuera de él (independientemente de que lo creara o no), yo decido no creer en ello; pero no afirmo que no exista.

Y es que sencillamente si está por encima o fuera de este universo, es pendejísimo estar perdiendo el tiempo discutiéndolo (en mi humilde opinión).

Omar me hizo notar que eso podría parecer más ser agnóstico que ateo. Difiero completamente: Omar no cree en dios porque en general su postura es no creer en algo que no le demustren que existe; es una reacción en automático. Yo no creo en dios porque así lo decido, de forma racional y voluntaria.

Desde mi punto de vista, eso me hace más ateo que él. Si tal cosa es posible.

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GNOME Beta

Después de algunas dolorosas interrupciones (por ejemplo, que libgnome no compilara), por fin se terminó de instalar GNOME 2.21.90 en mi máquina de escritorio.

Exceptuando que algunas cosas no funcionan (gnome-settings-daemon dice “Failed to execute program /usr/libexec/gnome-settings-daemon/gnome-settings-daemon: Success”; vayan y descifren eso), en general todo está chido, pero la verdad sí está verde.

En particular el nuevo Nautilus va a ser fabuloso… cuando lo estabilicen, porque ahora se muere a la menor provocación. Que hayan añadido gio y GVFS se nota en todos lados, y creo que el resultado final sí será lo mejor que le ha ocurrido a GNOME desde que se pasaron al modo espacial, pero en estos momentos no le recomendaría a nadie que instalara esta versión; sencillamente está muy inestable. A menos que quieran ayudar con el beta testing, claro.

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Una barata, otra sórdida, y otra de miedito

Hoy tocó miércoles 2 × 1, y aunque tuve que hacer algunos malabares para poder ir a ver tres películas, al final todo salió chido.

Se aplican las advertencias de spoilers normales.

  • The Bucket List (Antes de Partir).
    The Bucket List

    The Bucket List

    Qué película tan barata. Me encantó.

    Es la historia de dos viejitos que tienen cáncer terminal, y que deciden emprender un viaje para poder hacer todo lo que apuntan en una lista (la famosa lista de la cubeta, de cosas que uno quiere hacer antes de patearla).

    (Además, para hacer algo así ayuda mucho que uno de ellos sea ridículamente millonario.)

    Ese es el pretexto de la película, porque su objetivo real era que Jack Nicholson y Morgan Freeman se divirtieran como enanos lanzándose por paracaídas y conduciendo y chocando autos de colección, además de visitando los lugares más fabulosos del planeta.

    La trama es cursi, barata y predecible; pero realmente no importa porque es tan descaradamente obvio que los viejitos de verdad se lo están pasando bomba, que contangian a los espectadores con su circo privado.

    Yo soy fan incondicional de Morgan Freeman, así que veo todas sus películas. Esta no es la mejor pero ni de lejos; pero creo que sí puede ser las más divertida. No la más divertida “ja ja”, sino la más divertida en el sentido de que es un placer verlo a él y a Nicholson divirtiéndose como niños chiquitos. Y además sale Sean Hayes en un papel encantador.

    Yo la recomiendo ampliamente; realmente creo que todo mundo se puede divertir horrores viendo a los viejitos dar de brincos.

  • Si J’étais Toi (Nuestro Secreto).
    Si J'étais Toi

    Si J’étais Toi

    Yo fui a ver ésta porque creí que sería sórdida. Resulta que no lo es tanto, pero además no es un dramototota como podría parecer de los avances… al menos no es nada más un dramototota; también es muy divertida.

    Es básicamente Freaky Friday, nada más un poquito menos pendeja y con ciertos tonos sexuales (la parte “sórdida”).

    Es la historia de una familia que consiste en el papá, la mamá y la hija, y que en un accidente de tránsito en el que viajaban la hija y la madre tiene a bien morirse la primera. La madre en su desesperación para que eso no ocurra, de alguna manera termina “transfiriendo” su mente, o alma, o como quieran llamarle al cuerpo de su hija, matando su propio cuerpo en el proceso.

    Lo que sigue es básicamente un drama de cómo la madre termina entendiendo a su hija (tenían, como buenas madre e hija, una relación de los mil demonios), con bastantes cosas muy cagadas, como que descubre que su hija tiene tatuado en una nalga (en ese momento su nalga) el nombre de un galán.

    La película está bonita, si bien nada espectacular, y David Duchovny y Lili Taylor interpretan a los papás con unas actuaciones pasables pero que serán prontamente olvidadas por la historia. La que es impresionante es Olivia Thirlby; además de que es bellísima, la niña actúa muy bien, haciendo creíbles sus papeles de adolescente confundida y mujer-de-36-años-atrapada-en-el-sexy- cuerpo-de-su-hija.

    Otra cosa interesante; aunque los actores son gringos y la película ocurre en gringolandia, es de hecho una película francesa.

    El churrito está bien, pero la verdad es perfecta para rentarla un día y verla en la comodidad del sillón. Realmente no hay motivo de peso para verla en el cine.

    Excepto tal vez por Olivia Thirlby; de verdad está muy chula la cabrona.

  • El Orfanato
    El Orfanato

    El Orfanato

    El Orfanato es, pero sin lugar a dudas, la mejor película de horror que he visto desde que salió The Ring hace seis años.

    No sólo tiene hartos momentos de “uy, qué meyo”; además es la primera película de horror que veo en años con una historia que tenga sentido.

    Sin duda alguna lo mejor de esta película es la historia tan bien contada y armada. Además de que Belén Rueda está muy guapota.

    Pero no; el énfasis debe estar en la historia. De verdad es refrescante ver una película de horror donde los escritores le echaron materia gris a tratar de formar un marco que tuviera sentido. Altamente recomendable.

Me llevé mi cámara, y pude tomar esta foto de Periférico que me gustó mucho:

Periférico

Periférico
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Rito de pasaje

Ahora por fin puedo decir que soy un hombre de verdad: me rasuré utilizando mi navaja de barbero. Aunque en algún momento había pensado en dejarme la barba hasta mi titulación, recordé que los requisitos para la foto del título son implacables en la UNAM, y eso significaba rasurarme antes de la titulación. Lo que había causado que no lo hiciera antes de hoy fue la enorme hueva que me daba rasurarme: tenía la barba bastante larga.

Yo barbón

Yo barbón

Pero ayer el hartazgo de traer la barba larga le ganó a la hueva, así que tomé mi navaja de barbero y mi tira de cuero, y me apresté a mi rito de pasaje a la verdadera hombría.

Cuero y navaja

Cuero y navaja

¿Es más difícil rasurarse con navaja de barbero que con rastrillo? Sí. No sólo es más difícil; es órdenes de magnitud más difícil. Hasta ayer aprecié al cabrón que se le ocurrió inventar los rastrillos; el tipo es un genio, habría que hacerle una estatua.

El rastrillo es una herramienta para idiotas; cualquier pendejo puede usarlo. Un mono bien entrenado podría usarlo. Creo que uno mal entrenado también. El mango del rastrillo permite saber todo el tiempo en qué dirección van las hojas (porque hace ángulo de 90 grados), y la cabeza permite que las hojas corten en el ángulo correcto, o de plano no corten.

En cambio la navaja de barbero es un instrumento artesanal. Se necesita práctica (y yo y mi cara tememos que mucha) para poder dominarla.

No me corté en ningún momento, porque tuve cuidado; pero sí me irrité la cara. Mucho. No es lo más que me he irritado; pero sí es más de lo que me irrito con el rastrillo normalmente. Creo que no fue tan grave porque al fin y al cabo llevo rasurándome 18 años de mi vida; mi piel se ha curtido en ese tiempo. Si mi primera rasurada hubiera sido con navaja de barbero, yo creo que sí me degüello yo solito.

Además, inicialmente mi idea era rasurarme usando sólo la navaja; ja. Buen chiste. Tuve que recortar la barba con tijera; estaba demasiado larga. Y para quitarme los últimos piquitos sí utilicé un rastrillo; nada mas no le atinaba al flujo del pelo con la navaja.

Creo que me irrité tanto porque fue una locura que en mi primera rasurada con navaja de barbero quisiera quitarme una barba de casi cinco meses. Tendré que probar rasurarme con una barba menos salvaje. Les diré en cuanto termine de cicatrizar mi cara.

Pero bueno, al final de todo, por fin quedé así:

Yo sin barba

Yo sin barba

Y nada más para motivos de comparación, el “antes y después”.

Antes y después

Antes y después
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GNOME 2.22 beta

En general nunca trato de usar versiones inestables de GNOME, pero la siguiente versión va a incorporar gio y GVFS, que terminarán reemplazando GnomeVFS (que ya era hora, por cierto).

Por eso en este momento estoy compilando el overlay de GNOME de Gentoo (disponible aquí, por si a alguien le interesa), con las versiones inestables de GNOME. Está actualizando bastantes cosas, HAL entre ellas, así que no creo hacer el mismo experimento en mi laptop, porque la mitad de cosas medianamente interesantes que hace mi laptop involucran HAL (como suspender e hibernar).

Ya les diré que tan inestable es GNOME inestable.

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Andy Tanenbaum

Yo quiero ser como Andy Tanenbaum cuando sea grande.

Andy Tanenbaum es un académico gringo que vive en Holanda dando clases, haciendo investigación y asesorando estudiantes de doctorado. En otras palabras, básicamente cumple al pie de la letra la definición de “académico”; pero quise poner exactamente qué significa ser académico porque mucha gente realmente no lo sabe.

También es autor de Minix, un “unixcito” que escribió para que sus estudiantes pudieran ver cómo implementar ciertos aspectos de un sistema operativo, y ha escrito de varios libros, principalmente de Sistemas Operativos y Redes, que se han convertido en libros de texto por omisión en casi todos los programas de Ciencias de la Computación en el mundo. Yo llevé dos de sus libros como libros de texto en clases de la Facultad (aunque lamentablemente los cursos no estuvieran a la altura de los libros).

Linus Torvalds ha dicho que uno de los libros de Tanenbaum, Operating Systems: Design and Implementation, fue el que lo inspiró a escribir el kernel de Linux. Entonces ha de haber sido algo medio feo que en enero de 1992, Tanenbaum haya enviado un mensaje al grupo de noticias comp.os.minix (en donde Linus había anunciado Linux unos meses antes), diciendo que Linux “era obsoleto”.

No lo decía en el cuerpo del mensaje, por cierto; lo decía en el título: “Linux is obsolete”.

El punto de Tanenbaum era que Linux utilizaba técnicas de sistemas operativos que venían de los setentas (y de los sesentas en algunos casos), y que por lo tanto estaba condenado al fracaso porque los sistemas operativos “modernos” iban a utilizar técnicas novedosas que harían que nadie quisiera usar Linux. En particular, Tanenbaum se quejó amargamente de que Linux fuera un kernel de diseño monolítico, cuando “todo mundo” sabía que los microkernels eran el camino que había que seguir.

Un kernel monolítico compila todo dentro de sí, y un microkernel (como su nombre lo indica) es un kernel chiquitito que se limita a lo más básico que tenga que ver con el hardware, dejando casi todo lo demás en programas en el espacio de usuario (que suelen llamarse “servidores”). Incluyendo cosas como el manejo de memoria, el manejo de procesos y los sistemas de archivos. La idea es que de esta forma se protege el sistema operativo: si un sistema de archivos falla, el sistema puede seguir corriendo e incluso “reiniciar” el servidor del sistema de archivos. En 1992 el comentario de Andy era verdad: todo mundo creía que los kernels del futuro serían microkernels.

Linus, siendo como es, le respondió a Andy diciéndole que en primer lugar se había puesto a escribir Linux como hobby; que en segundo lugar, Minix era de chocolate (que lo era; Andy mismo siempre lo dijo); y que en tercer lugar podría utilizar técnicas obsoletas, pero al menos funcionaba (refiriéndose a que GNU/Hurd y BSD para motivos prácticos no existían en ese momento).

La cosa rápidamente degeneró en el famoso debate Tanenbaum-Torlvads, una de las flame wars más famosas que han existido, porque aunque indudablemente una flame war, el nivel de discusión se mantuvo bastante elevado la mayor parte del tiempo.

En algún punto del debate, Tanenbaum le dijo a Linus:

“I still maintain the point that designing a monolithic kernel in 1991 is a fundamental error. Be thankful you are not my student. You would not get a high grade for such a design :-)”

Para lo que importe, Andy no le dijo a Linus que lo reprobaría; sólo le dijo que no obtendría una calificación alta.

Por supuesto, todos sabemos qué ocurrió después: Linux terminó convirtiéndose en uno de los sistemas operativos más exitosos de la historia. Pero además varias cosas que dijo Andy (como que en 1997 todos estaríamos corriendo GNU/Hurd en estaciones de trabajo Sparc, o que la arquitectura x86 desaparecería) sencillamente resultaron ser completamente erróneas.

No es que Tanenbaum fuera un idiota, claro; sencillamente en 1992 esas afirmaciones parecían estar justificadas. Y además yo creo que Andy no tomó en cuenta que Linux eventualmente sería escrito por miles de programadores, lo que le permitiría evolucionar mucho más de lo que a Linus jamás se lo podría haber ocurrido.

Dieciséis años después, además, varios aspectos del diseño de Linus que Andy criticó terminaron modificándose hasta acercarse mucho a lo que a él le hubiera gustado; el kernel Linux soporta módulos, que no es algo contemplado en un kernel monolítico “tradicional”. Más aún, cuando yo monto una partición NTFS de Windows en Linux, el código que hace eso corre en el espacio de usuario usando el módulo FUSE.

Aunque durante los años que siguieron al debate mucha gente se quedó con la impresión de que Andy y Linus estaban “peleados”, ambos siempre dijeron que eso no era cierto. En 2004 un instituto de derecha financiado por Microsoft trató de escribir un libro donde planteaban que Linux había robado código de (entre otras fuentes) Minix, que la GPL era “mala” (poco faltó para que la acusaran de comunista), y algunas otras linduras de ese estilo. Al final de cuentas el libro nunca se publicó porque fue hecho pedazos por todo mundo incluso antes de que saliera a la luz pública, pero Tanenbaum salió de inmediato en defensa de Linus diciendo que por supuesto ningún pedazo de Minix había sido “robado” para Linux.

Tanenbaum también dijo lo siguiente:

“I would like to close by clearing up a few misconceptions and also correcting a couple of errors. First, I REALLY am not angry with Linus. HONEST. He’s not angry with me either. I am not some kind of «sore loser» who feels he has been eclipsed by Linus. MINIX was only a kind of fun hobby for me. I am a professor. I teach and do research and write books and go to conferences and do things professors do. I like my job and my students and my university. […] I wrote MINIX because I wanted my students to have hands-on experience playing with an operating system. After AT&T forbade teaching from John Lions’ book, I decided to write a UNIX-like system for my students to play with. […] I was not trying to replace GNU/HURD or Berkeley UNIX. Heaven knows, I have said this enough times. I just wanted to show my students and other students how you could write a UNIX-like system using modern technology. A lot of other people wanted a free production UNIX with lots of bells and whistles and wanted to convert MINIX into that. I was dragged along in the maelstrom for a while, but when Linux came along, I was actually relieved that I could go back to professoring. […] Linus seems to be doing excellent work and I wish him much success in the future.”

“While writing MINIX was fun, I don’t really regard it as the most important thing I have ever done. It was more of a distraction than anything else. The most important thing I have done is produce a number of incredibly good students, especially Ph.D. students. See my home page for the list. They have done great things. I am as proud as a mother hen. To the extent that Linus can be counted as my student, I’m proud of him, too. Professors like it when their students go on to greater glory.”

Tal vez pase desapercibido por muchos, pero que un profesor llame “mi estudiante” a alguien a quien nunca le ha dado clases directamente, y que además diga que está orgulloso de él, es tal vez el elogio más grande que pueda dar. Más aún viniendo de alguien como Andy Tanenbaum.

Andy Tanenbaum también es el “Votemaster” de Electoral Vote, un sitio que hace análisis de encuentas para tratar de determinar quien ganará las elecciones gringas; lo viene haciendo desde 2004. Además de sólo analizar los datos, el sitio es básicamente un blog político, donde Andy comenta las campañas y el espectro político estadounidense de forma muy inteligente, y desde un punto de vista de “izquierda” (entre comillas, porque la izquierda gringa es como que el centro del resto del mundo). Si les interesa aunque sea un poco la política gringa, es un blog que no pueden perderse.

Yo en general no tengo “ídolos” o “héroes”. Me educaron de forma demasiado irreverente como para que se me de eso. Pero Andy Tanenbaum es sin duda alguna alguien que merece todo mi respeto, y que sigue un estilo de vida que yo bien podría tomar como modelo. El tipo me cae muy bien, y sí me gustaría ser un poco como él cuando fuera grande.

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¡Trolls!

Nokia acaba de anunciar que planea comprar Trolltech. Para los que no lo sepan, Trolltech es la compañía detrás del desarrollo de Qt. Para los que no lo sepan tampoco, Qt es la biblioteca gráfica sobre la cual se basa KDE. Para los que no lo sepan una vez más, KDE es el otro principal escritorio para Linux, junto con GNOME. Para los que no sepan qué es GNOME, ¿por qué leen mi blog?

Nokia ha invertido mucha lana en GNOME/Gtk+; de hecho tiene varios desarrolladores de dichos proyectos contratados de tiempo completo. Maemo (la plataforma que corre en los Nokia N770, N800 y N810) es un proyecto exitoso y con una comunidad bastante animada. ¿Es de preocupar que hayan comprado Qt? Digo Qt, porque es básicamente lo que están haciendo al comprar Trolltech; es lo más (por no decir único) interesante que tiene que ofrecer la compañía.

Yo no creo; sencillamente creo que están cubriendo todas sus bases. Maemo es una maravilla, y con cada generación de hardware el consenso es que mejora muchísimo mas. Sin embargo, un tablet es muy distinto a un teléfono celular, y al fin y al cabo el principal negocio de Nokia son los celulares.

Aunque no dudo que Gtk+/GNOME/Maemo pudieran integrarse a un teléfono celular, lo cierto es que Qtopia ya existe, y parece funcionar (dentro de lo razonable). Así que yo esperaría que Nokia siguiera impulsando el desarrollo de Maemo para tablets y otros sistemas que se acercan mucho a una “computadorcita”, y Qtopia para teléfonos celulares y otros dispositivos menos poderosos.

Yo digo que está chido; me estaba esperando a que el iPhone llegara a México: pero si resulta que puedo tener Linux en mi celular, eso sería muchísimo mejor.

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