Desde que escribí mi página de His Dark Materials debo una explicación de a qué me refiero cuando digo que decido no creer en dios, y cuando digo que es una pendejada afirmar que dios no existe (o que existe).
(Escribo “dios” con minúscula en primer lugar porque no creo que exista, y en segundo lugar porque yo al hablar de “dios” me refiero a un concepto, no a un “ente” que merezca nombre propio).
La idea de explicar mi postura al respecto viene incluso antes de escribir la página de los libros de Philip Pullman, pero se me hizo particularmente necesario después de entrar en una discusión con Omar, uno de mis cuates que también es ateo.
La raíz de todo esto es un problema epistemológico; es entender qué carajo es creer, que carajo es saber, y qué carajo es conocer. Mi postura sencillamente es que uno únicamente sabe lo que se puede demostrar con el método científico; todo lo demás es pura creencia.
Visto desde ese punto de vista, y dado que no se puede demostrar que dios existe (ni lo contrario), entonces uno no puede saber si existe (o no). Así que creer (o no) en dios es exactamente eso: creencia. Es un acto de fe.
¿Por qué digo que no se puede demostrar si dios existe? En primer lugar debe quedar claro que cuando yo digo “dios”, me refiero a algo que de manera consciente (o el equivalente de “consciente” que pudiera existir a este nivel) creó al universo. La parte de consciencia es importante, porque si definimos a las leyes físicas que desataron el big bang, por ejemplo, como “dios”, pues evidentemente sí existen. Y por supuesto no me refiero al dios que describen las religiones abrahímicas; ese obviamente no existe (igual que el que describen todas las religiones que yo conozca).
En segundo lugar también debe quedar claro que el concepto de dios siempre se puede discutir, independientemente de si dios existe o no.
Con eso claro es muy fácil explicar porqué yo sostengo que no se puede demostrar la existencia de dios: si es algo que tiene la capacidad de crear conscientemente el universo, es entonces evidente que está por encima de las leyes que dominan a dicho universo. Como nosotros somos parte de ese universo, y sólo podemos demostrar lo que se guíe por las leyes que lo gobiernan, no podemos demostrar que dios exista; si existe, estaría por encima de nuestra capacidad de demostrarlo.
Por exactamente la misma razón no se puede demostrar que dios no existe. A algunos ateos simpáticos les gustan los juegos lógicos del tipo: si dios es todopoderoso, entonces debería poder crear un objeto tan pesado que ni él mismo pudiera levantar… pero si es todopoderoso, entonces debería poder levantarlo; contradicción: por lo tanto dios no existe. En primer lugar, que algo tuviera la capacidad de crear el universo conscientemente no significa que fuera “todopoderoso” (lo que sea que eso signifique). En segundo lugar, de nuevo, ese algo estaría por encima de las leyes que gobiernan este universo; incluyendo la lógica, que al fin y al cabo es invención humana. Por lógica que sea (je).
Por ello, repito, dado que no podemos demostrar que exista o no, lo que uno decida con respecto a dios (creer o no creer), es un acto de fe.
De ahí que yo diga que decido no creer en dios; dado que no podemos demostrar que exista (ni lo contrario), para motivos prácticos da lo mismo si alguien cree o no en dios. Yo decido, de forma consciente, y habiéndolo considerado seriamente, no creer en dios. Que me parece igual de válido decidir creer lo contrario, por cierto.
Y de ahí también que yo sostenga que es una pendejada decir que dios no existe (o que existe); como no podemos demostrarlo, realmente no lo sabemos.
La discusión que tuve con Omar se puede centrar básicamente en lo siguiente: si yo digo que sólo creo en lo que se puede demostrar con bases científicas, ¿entonces por qué no tomo con vampiros, hombres lobos y fantasmas la misma postura que tomo con dios?
La ciencia no puede demostrar que los vampiros no existan; puede demostrar que alguien en concreto no es vampiro, y puede encontrar justificaciones razonables a ciertos eventos que gente ignorante atribuiría a vampiros. Pero no puede demostrar que los vampiros no existan o hayan existido; no de forma absoluta e irrefutable. Para que fuera absoluto e irrefutable, tendría que probarlo para todos los seres humanos que hayan vivido a lo largo de toda la historia, lo cual es sencillamente imposible.
Y lo que pasa con vampiros, fantasmas, chaneques, poltergeists y toda la bola de mamadas sobrenaturales que mucha gente cree, es que ahí sencillamente sí me permito (yo y mucha gente racional más) usar el sentido común. Si toda la evidencia apunta a que los vampiros no existen, y la ciencia sencillamente hace casi imposible que tales seres existan, entonces es bastante seguro decir que no existen. Igual con hombres lobos, chupacabras y la llorona.
Lo que hace Omar de hecho es más sencillo que considerar evidencias; él por omisión no cree en nada, y sólo cree en algo hasta que le demuestran que existe. Si no, como él me dijo, entonces no diría que ni los cleronomigios ni los caraptulenos existen. Su postura es muy razonable, por cierto, y de hecho es la mía con casi todo.
Pero no el concepto de dios (que les recuerdo que el concepto de dios es independiente a que exista o no).
El punto con las mamadas sobrenaturales es que, independientemente de que sus “explicaciones” sean metafísicas, se supone existirían en este universo. Por lo tanto, estarían sujetas a las leyes del mismo, y serían observables y medibles utilizando métodos científicos. Como la ciencia nos dice que banshees y zombies y duendes son con casi absoluta seguridad una bola de mamadas, entonces no sólo no creo en ellas, me atrevo con absoluta seguridad a decir que no existen. Y de hecho con cualquier cosa que se suponga exista dentro de nuestro universo yo sigo la metodología de Omar: no creo en ellas y niego su existencia hasta que se demuestre lo contrario.
(Aunque uso mi sentido común; si me dicen que hay un pez que vive a cientos de metros bajo el mar y que además es ciego, sí lo creo aunque no me lo demuestren. Pero si me dicen que hay un ser inmortal que se alimenta de sangre humana y muere bajo la luz del sol, a eso sí le aplico la cláusula de escepticismo.)
El problema con el concepto de dios es que es muy cabrón filosóficamente; por definición está por encima de las leyes de este universo. Por eso no afirmo (ni afirmaré nunca) que dios no exista; pero sí decido no creer en él de todas formas.
Y de hecho con todo lo que esté por encima de este universo, o que pudiera existir fuera de él (independientemente de que lo creara o no), yo decido no creer en ello; pero no afirmo que no exista.
Y es que sencillamente si está por encima o fuera de este universo, es pendejísimo estar perdiendo el tiempo discutiéndolo (en mi humilde opinión).
Omar me hizo notar que eso podría parecer más ser agnóstico que ateo. Difiero completamente: Omar no cree en dios porque en general su postura es no creer en algo que no le demustren que existe; es una reacción en automático. Yo no creo en dios porque así lo decido, de forma racional y voluntaria.
Desde mi punto de vista, eso me hace más ateo que él. Si tal cosa es posible.
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