Impuestos

Hay varias cosas que detesto produndamente, pero los trámites burocráticos deben estar en el top five fácilmente. Y de los trámites burocráticos que más aborrezco, los peores son todos los relacionados con impuestos.

En parte por eso me gusta cuando me becan y cuando trabajo en la universidad; todos esos trámites son realizados por gente que no soy yo.

He pagado impuestos dos veces en mi vida, y las dos debo admitir que no hubo mayor complicación; pero el simple hecho de tener que hacerlo me sumió en angustia y desesperación. Pero lo peor es que los trámites siguen y siguen, porque cada mes y cada año tengo que declarar en ceros. Sé que podría darme de baja temporal, pero entonces luego se me dificulta que me paguen (en mi no muy extendida experiencia, cuando uno comienza a ganar ciertas cantidades de dinero es muy difícil que no le exijan a uno recibos o facturas).

Y sí, ya sé que las declaraciones anuales y mensuales se pueden realizar por Internet… eso no me ayuda, de todas formas hay que hacerlo.

Me cae que para mí es razón suficiente como para dedicarme a la vida académica.

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Bueno

Hace como veinte años (no exagero), descubrí que el que algo sea de buena o mala calidad no tiene (necesariamente) nada que ver con que me guste o no.

Desde entonces he sido muy feliz con las cosas que disfruto. En particular, Kafka me da una hueva enooooooooorme.

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Me los podría tragar… fácilmente

Hoy estaba jugando con el microSD que venía con mi teléfono celular, de 256 megabytes. Viene con un adaptador a SD, y siendo yo como soy no puedo evitar el estar sacándolo y metiéndolo.

Tardé un rato en percatarme de que (obviamente) el microSD de 2 gigabytes es idéntico en tamaño, y que hay en existencia microSD de 4 gigabytes, sólo que mi celular no podía leerlos. Supongo que 8 gigabytes no deben de tardar.

El microSD es, para motivos prácticos, del mismo tamaño que mi uña del dedo medio, y más delgado que un milímetro. Podría sin ningún problema meterlo debajo de mi lengua o entre mis encías y labios. Una cantidad de información equivalente a casi una película en DVD puede ser transladada físicamente de forma virtualmente imperceptible.

Supongo que no será tan ventajoso cuando algún día pierda gigabytes de información entre los cojines de un sofá; pero de cualquier forma es impresionante.

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Por supuesto, no podía faltar

En el colmo de la desidia con esto de re-etiquetar mis MP3, escribí el programa tal vez más inútil en la historia de la humanidad.

ID3v2 soporta el poder embeber imágenes arbitrarias; lo cual suele utilizarse para guardar dentro del MP3 la portada del disco de donde viene dicha canción. Yo he estado usando esa característica de ID3v2 justo así, aunque ningún programa que yo use la aprovecha; Rhythmbox en particular guarda y lee las portadas de discos de un directorio.

Como sea, después de poner bonita la carpeta de mis discos “ripeados”, decidí que sería padre que cuando abriera un directorio con MP3s en Nautilus, que en lugar del icono genérico de “archivo de sonido” que normalmente aparece, que apareciera la portada del disco si el MP3 la tuviera embebida.

Así que me puse a programar un “mp3-cover-thumbnailer” que hace justamente eso; si el MP3 tiene la portada (y sólo la portada) del disco embebida, la saca y genera un thumbnail para el archivo, siguiendo los estándares de Nautilus y freedesktop.org.

La cosa fue una tortura de programar porque en ningún lado queda explícitamente claro cómo carajo ID3v2.4.0 utiliza enteros “synch-safe”, y entonces tuve que averiguarlo leyendo el código de LibTag y abriendo con un editor hexadecimal los JPEGs y los datos que iba sacando del MP3. Y todo es completa y absolutamente inútil, porque (al igual que con la carpeta que contiene a los discos) casi nunca abro una carpeta con MP3 en Nautilus, y aún si lo hago el famoso generador de thumbnails lo único que hace es generar un directorio con un montón de imágenes repetidas:

Thumbnails en vista de iconos

Thumbnails en vista de iconos

Y peor aún, en los raros casos que abro mis directorios con MP3s, suelo verlos en el modo de lista, lo que causa que los famosos thumbnails se vean diminutos e indiscernibles… y todos repetidos de nuevo.

Thumbnails en vista de lista

Thumbnails en vista de lista

Como sea, los que me conocen saben que me divierto con este tipo de pendejadas; así que voy a dejar mi thumbnailer por inútil que sea, y aquí lo dejo si alguien quiere utilizarlo: mp3-cover-thumbnailer.py. Háganlo ejecutable en algún lado, y agreguen estas dos llaves en GConf:

/desktop/gnome/thumbnailers/audio@mpeg/command = /usr/local/bin/mp3-cover-thumbnailer -s %s %i %o
/desktop/gnome/thumbnailers/audio@mpeg/enable = true

El programa necesita Python Imaging y TagPy.

Así que ahí lo tienen, un programa inútil e innecesario, pero que me divirtió unas horas hacerlo.

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Pero se ve bonito

Ahora que me estoy tomando la chinga de re-etiquetar mi música, aproveché y mi carpeta de discos “ripeados” (¿cuál es la traducción correcta al español?, ¿”digitalizados”?) la puse “bonita”; puse como icono de cada carpeta la portada escaneada del disco correspondiente, le puse un fondo distinto al de mis carpetas normales, y le aumenté algo el zoom porque en el normal las portadas salían muy chiquitas.

Carpeta arreglada

Carpeta arreglada

La idea es que una vez “ripeado” un disco (y más ahora que ya le puse toda la información que espero necesitar) dicha carpeta jamás cambiará, y pues mejor que se vea bonito. Es completamente inútil, entre otras cosas porque mi carpeta de discos “ripeados” jamás la abro; mi música la escucho únicamente con Rhythmbox.

Pero pues se ve bonito.

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Re-etiquetando

Mi colección de MP3s está bastante bien organizada, pero tiene una desventaja (para mí) muy grave; las etiquetas están en el formato ID3v1. Es grave entre otras cosas porque sólo hay 30 bytes para el título de la canción, por ejemplo, que se traduce a de hecho menos caracteres cuando utilizo UTF-8… que de por sí se supone ID3v1 no soporta UTF-8.

UTF-8 fue la razón principal por la cual mi colección de música utiliza ID3v1; ID3v2 (con todas su innegables ventajas) no soportaba UTF-8 cuando comencé a preocuparme de verdad por la etiquetación de mis MP3s. ID3v1 tampoco lo soporta, pero las aplicaciones que uso (mayormente Rhythmbox) sí podían sacar fácilmente las cadenas UTF-8 de mis archivos MP3 con ID3v1; no pasaba lo mismo con ID3v2 (probablemente porque parsear el segundo es mucho más difícil que el primero).

Con ID3v2 versión 2.4 por fin se soporta UTF-8 de forma nativa, y en particular TagPy lo soporta, que es lo que utiliza GStreamer, y por lo tanto todas las aplicaciones que me importan (mayormente, de nuevo, Rhythmbox). Por ello estoy pasando mis MP3s de ID3v1 a ID3v2.

Por suerte EasyTag ya es usable, y entre otras cosas puedo meter dentro del MP3 la imagen con la portada del disco sencillamente arrastrándola en la aplicación, lo cual es über cool. Aprovechando, y dada la versatilidad de ID3v2, voy a aprovechar para refinar todavía más la información en toda mi música, porque así de obsesivo soy.

Lo único malo es que mi colección de música es bastante grande, así que no espero terminar pronto.

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Fue bueno mientras duró

Hoy anduve sin carro la mitad del día, y en lugar de usar mi viejo y querido iPod Shuffle, utilicé mi nuevo celular para oír música. Funciona bastante bien, y con el manos libres ni siquiera tengo que meter mi mano al bolsillo para cambiar de canción. Lo cual es bueno, porque supongo que debía verse sospechoso que estuviera metiéndome la mano al bolsillo y haciendo movimientos raros cada rato.

Además de todo lo anterior, a mi celular le caben el doble de canciones que al Shuffle, y de hecho puedo ver el título y artista de la canción que se esté interpretando. La única desventaja es que el estúpido celular no entiende UTF-8, y entonces todas las etiquetas ID3 se ven mal cuando el título o artista usan acentos; pero eso es (literalmente) cosmético, y se soluciona con un sencillo script de Python.

Así que básicamente estoy jubilando a mi querido Shuffle. Fue bueno mientras duró; pero ya me conseguí una más buena, más bonita y más joven.

Máquina, por supuesto.

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Ventajas

Hasta hoy que tuve que actualizar mi currículum me di cuenta de la principal ventaja de haberme titulado de la maestría; ya no soy Licenciado en Ciencias de la Computación: ahora soy Maestro en Ciencias.

Sigo sin entender de quién fue la brillante idea de que los computólogos fuéramos los únicos de la Facultad de Ciencias cuyo título comenzara con “licenciado”.

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Nokia 6300

Para mi examen decidí que era necesario tener un celular, para poder comunicarme con todo mundo, siendo “todo mundo” básicamente mi familia y mis jurados. El teléfono que escogí fue el Nokia 6300, que yo sigo diciendo que es bastante sencillo, pero que el resto del universo se empeña en calificar como “poca madre”.

Nokia 6300

Nokia 6300

El teléfono está muy bonito, es muy delgado, muy ligero, y tiene cubierta de metal que a mí me parece mucho mejor que las cubiertas de plástico que todos los celulares tienen ahora. Además tiene toda la bola de mamadas que en estos tiempos uno no puede evitar conseguir en un teléfono, como cámara, radio, video y un largo etcétera.

En añadidura, parece que puede hacer y recibir llamadas también.

Entre el largo etcétera está incluido un reproductor de MP3 y una tarjeta de expansión microSD, así que ayer sábado acompañé a Enrique al Centro con la idea de comprar una tarjeta con capacidad decente (la incluida es de 256 MB). Deduje que si un MemoryStick PRO de Sony de 4 GB costaba 550 pesos, entonces un microSD debería costar mucho menos.

No me equivoqué; costaba 310, pero lamentablemente mi teléfono no soporta microSD HC (de “high capacity”), así que tuve que “conformarme” con uno de 2 GB (por 140 pesos). Les digo que no es tan bueno el teléfono.

Quiero ver si puedo reemplazar mi viejo y querido iPod Shuffle con mi teléfono; le cabe más, y como ventaja puedo de hecho ver el título de la canción que esté reproduciendo. La desventaja es que parece ser que el reproductor no entiende UTF-8, entonces todas mis rolas con acentos y símbolos internacionales aparecen con símbolos ASCII raros.

También tiene la monería de que se puede comunicar vía Bluetooth, entonces podré sincronizar mis contactos entre el teléfono y mi N800, y el N800 y Evolution en mi desktop. Además, se conecta a la computadora con un cable USB común y corriente, no un cable especial de Nokia, y aparece como un disco normal en mi escritorio. De cualquier forma no creo usarlo mucho así, porque es lentísimo; mejor saco la tarjeta microSD y la conecto con mi lector de tarjetas externo. Así es mucho más rápido.

Como sea el teléfono está mono y yo sigo diciendo que es bastante sencillo, de los modelos de Nokia disponibles, porque siempre he usado celulares de Nokia (excepto el primero) y no veo por qué cambiar.

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Una niñera en apuros

Ayer después de ir al Cenote Azul, Juan y Enrique me convencieron para que fuera con el primero al cine. Por recomendación de Juan, y porque era la que menos tiempo había que esperar, entramos a ver The Nanny Diaries.

Diría que se aplican advertencias de spoilers, pero es tan asquerosamente mala que realmente no importa.

The Nanny Diaries

The Nanny Diaries

La película es mala, pendeja y barata, pero eso no es lo realmente grave. Lo realmente grave es lo clasista y sexista que es, además de toda la estupidez de “pobres niños ricos” que plantea. Cuando hay millones de niños con problemas de verdad graves, como ser abusados sexualmente, asesinados en guerras idiotas o sencillamente muriéndose de hambre, esta película estúpida quiere que nos preocupemos de un pendejo y execrable niño que jamás le faltará nada porque su mamá lo ignora.

Asquerosa. Vomitiva. La peor película que he visto de Scarlett Johansson, incluso peor que Scoop. Evítenla como la peste.

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El examen

Ayer, después de un ligero momento de pánico porque Bernardo y Silvia estaban AWOL, fui a Ciudad Universitaria donde me reuní con ellos y con Jorge, para ir después a comer todos a Perisur.

En la comida estuvimos platicando de los posibles problemas con los que podríamos seguir trabajando, y sobre otras cosas más; estuvo bastante interesante. Después nos tardamos en regresar a CU porque Insurgentes estaba completamente bloqueada; después Rafa me platicaría que fue por no sé qué relajo que involucró dos camionetas robadas y chocadas, la policía y una niña secuestrada. No estaba preocupado por llegar tarde; iba en el mismo carro que el resto de mi jurado.

En el IIMAS me encontré con mi familia y varios cuates que llegaron con distintos grados de puntualidad, y mientras yo configuré el cañón y mi laptop. Que por cierto estuvo muy padre; todo jaló de inmediato con mi laptop, incluyendo el apuntador que se conecta por USB y que además funciona para adelantar y atrasar los slides en la presentación. Por fin comencé el examen como a las 4:30, y la presentación creo que quedó muy bien, si bien me equivoqué en un par de ocasiones, y hubo un momento donde me quedé callado unos cuantos segundos porque se me olvidó de qué estaba hablando.

Las preguntas estuvieron en general fáciles; excepto por Jorge, porque no me preguntó de lo que había hecho, sino de cosas que a él se le iban ocurriendo de qué podían hacerse. Y por fin como suele ser en este tipo de cosas nos pidieron que nos saliéramos mientros ellos deliberaban. Fue mucho tiempo el que estuvimos fuera; o al menos así me lo pareció a mí, pero for fin nos mandaron llamar de nuevo para, literalmente, leerme la cartilla.

Yo y el jurado

Yo y el jurado

La primera sorpresa es que cuando Silvia estaba leyendo el acta, el número de cuenta del titulado no era el mío, cosa que inmediatamente señalé: “ése no es mi número de cuenta”. Después de un ligero momento de confusión decidieron continuar con el protocolo mientras Lulú hacía un acta que de hecho tuviera mi número de cuenta, y ahí vino la segunda sorpresa cuando Silvia me dijo que me habían dado mención honorífica.

Después me dieron mi vale por un título, y comenzó el abrazadero, y por último me fui con Enrique, Juan y Yazmín a tomarnos algo en el Cenote Azul. La verdad yo estaba agotadísimo, y no físicamente; sencillamente quería acostarme y dormir, así que no estuvimos ahí mucho tiempo.

Y ese fue mi examen de la maestría.

Ahora me falta el doctorado.

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Maistro

Hoy, a las 4:00 PM (minutos más, minutos menos), comenzó mi examen de grado de maestría. Una hora y media después me estaban dando mi vale por un título de maestría, que deberá estar como en tres meses.

La verdad no hubo ninguna sorpresa; en Ciencias (y el IIMAS, que en el área de teoría tiene casi pura gente de Ciencias) cuando uno hace el examen ya los sinodales se han encargado de que el trabajo de tesis tenga la calidad requerida, y entonces la defensa de la misma es (o debería ser) bastante sencilla porque uno ya hizo las correcciones que le hayan pedido los sinodales.

Sólo una cosa ocurrió que yo no esperaba: me dieron mención honorífica.

(Que, obviamente, no me quejo; sólo no lo esperaba).

Me gustó mi exposición, y cómo quedó la presentación; pero la verdad ahorita estoy demasiado molido como para hablar de ella, así que lo dejaré para después. Eso, y el subir las fotos que Enrique me hizo el favor de tomar con mi camara.

Así que con su permiso, me iré a dormir.

Ya soy maistro.

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Hot

Hoy, por tercer día consecutivo, me bañé dos veces durante el día. No recuerdo cuando fue la última vez que hiciera tanto calor; es ridículo. Freír huevos en la banqueta ridículo.

Cuando estuve en California me compré algunas bermudas y un par de playeras sin mangas porque todo mundo andaba en bermudas y playeras sin mangas, y porque el calor lo justificaba. Las compré consciente de que probablemente nunca las usaría aquí en la Ciudad, pero estos días he salido de mi casa vestido así, y la verdad me siento bastante cómodo usándolas; con este calor me dan ganas de salir a la calle en calzones.

Espero que comiencen pronto las lluvias; lo malo es que muy al inicio no va a servir de nada, de hecho lo empeorará: en las épocas de mucho calor las primeras lluvias lo único que consiguen es convertir a la jungla de asfalto en el baño de vapor más grande que existe.

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Ese eslogan no es muy bueno

Estaba en el Instituto de Ciencias Nucleares bajando una escalera, cuando de repente vi un anuncio. El anuncio era de una plática en la sala “Sotero Pietro”, pero como lo vi rápido lo primero que leí fue “Soltero Prieto”.

Lo primero que pensé es que no recordaba haber puesto ningún anuncio. Lo segundo fue que el eslogan probablemente podría ser mejor.

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Y por eso no lo lavo yo

Hacía años que no lavaba mi carro. Quiero decir que lo lavara yo, con mis manos. En general siempre he tenido disponibles los 15 ó 20 pesos cada quince días que es lo que cuesta que le laven a uno el carro, y siempre me ha parecido un precio razonable por evitarme lo engorroso y tardado (para mí) de la tarea.

Como desde hace ya dos o tres meses mi lana es peligrosamente escasa, hice lo más sencillo: dejé de lavar mi carro. Durante semanas.

Hoy, dado que sigo ligeramente estresado porque aún no sé cuándo será mi examen, y porque mi carro tenía una costra de varios milímetros de polvo reseco sobre toda su superficie, me puse a lavarlo.

Me tardé dos horas porque soy bastante malo para este tipo de cosas, y porque en algún momento habré pasado sobre un charco de pintura morada que se pegó en uno de sus lados, y que me costó un huevo quitar. Lo aspiré, le limpié los vidrios; le hice limpieza completa.

Y acabé madreadísimo. Eso sí, se ve bonito.

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