A las 12:39 le mando un mensajito por el celular:
Vamos a tomar un café en la tarde, cuando acabes de trabajar. ¿Qué dices?
A las 21:39, no me ha respondido.
Voy a suponer que quiso decir no.

Porque a veces tienes tantos pensamientos, que te gustaría sacarte algunos de la cabeza.
A las 12:39 le mando un mensajito por el celular:
Vamos a tomar un café en la tarde, cuando acabes de trabajar. ¿Qué dices?
A las 21:39, no me ha respondido.
Voy a suponer que quiso decir no.
Fui a ver Cœurs porque ya no hay nada que me interese ver en la cartelera, y salí bastante desilusionado. Se aplican las de siempre.
La película es una obvia obra de teatro, sólo que en el cine. No sé si sea por eso, pero a mí me dio una hueva enooooorme; al teatro voy a verlo al teatro. En el cine quiero ver cine.
La historia es de tres hermosas francesitas y tres güeyes y cómo buscan el amor sin poder encontrarlo. O sea, sus dramas emocionales pendejos; que me da hueva ver… para eso, prefiero mis dramas emocionales pendejos.
La película es buena; está bien actuada, bien dirigida, bien contada, bien fotografiada (aunque, repito, es una vil obra de teatro), y nada de eso le quita que sea aburridísima. A lo mejor es mi estado de ánimo, pero de verdad no le vi mucho sentido a dos horas de estar regodeándose en los banales y burdos dramas de seis güeyes que además de todo son de lo más ordinario que he visto. Excepto por Charlotte, pero sólo en un ratito.
Hacia el final la película (que además me metí en parte porque la calificaban de “comedia”) tiene un par de cosas divertidas, pero la verdad cuando terminó quería ir a un lugar solitario y golpear mi cabeza contra la pared. A ver si se me olvidaba.
Repito: la película es indudablemente buena. Y también indudablemente yo no la aguanté.
También había pedido boletos para Le Scaphandre et le papillon, pero al salir la verdad estaba bastante harto por Cœurs. De todas formas fui a la sala; la película empezaba a las 10:55 y eran las 10:51. El monito de la entrada me dijo que aún no acababa la película anterior, y con horror deduje que entonces la película terminaría bastante después de la una de la mañana. Mejor me fui; ni siquiera tenía tantas ganas de verla.
Me había llevado una agradable sorpresa cuando vi L’ Homme de sa vie, pero Sommer ’04 y Cœurs a mí me salieron rana. Lo peor es que me queda clarísimo que las películas son buenas; sólo a mí no me gustaron en lo más mínimo.
Espero que la siguiente europea que vea sí me guste.
Con mi mamá en el teléfono:
Yo: ¿Entonces cuál es la receta para el espagueti con trocitos de tocino que haces?
Mamá: Primero hierves… (sigue larga y tortuosa explicación de la receta de espagueti con trocitos de tocino) …y ya, eso es todo.
Yo: Ajá.
Mamá: Y lo mismo puedes hacer con pulpo, o camarones, o…
Yo: Deja echo a perder el tocino, que sale barato, y ya luego trato de echar a perder cosas más caras.
No tengo problemas con lavar la ropa; de hecho me gusta el olor del suavitel. Tampoco tengo problemas con lavar los trastes, y si hay agua caliente y música agradable, hasta lo disfruto. Mucho menos tengo problemas con mantener ordenado todo; soy lo suficientemente neurótico que de cualquier forma lo haría. Incluyendo tender la cama, que además para mí la definición básica de “cuarto arreglado” siempre ha sido que la cama esté tendida.
Pero sí tengo un problema con barrer, y eso es justamente lo que más tengo que hacer, porque tengo una cantidad tal de pelos sobre todo el cuerpo que tienden a desprenderse y caer al suelo, donde se juntan además con el polvo, y a las pocas horas de que barrí y trapeé ahí están de nuevo esas bolas de pelos que estoy seguro que si dejara que se acumulasen me permitirían construir un montón de Canekitos.
Además, la no despreciable cantidad de pelos que tengo en el pecho, los brazos y (para motivos prácticos) todo el resto de mi cuerpo, mientras que es discutible qué tan bien se ven ahí sobre mi cuerpo (hay opiniones muy firmes en uno u otro extremo), lo cierto es que todos y cada uno de ellos, desprendidos de mí, tienen todo el aspecto de pelos púbicos.
(Lo cual daba motivo a todo tipo de comentarios en la oficina, cuando trabajaba y me ponía a limpiar mi teclado; salían decenas, centenas de dichos pelos).
Mi pequeña aspiradora de mano alivia en algo la situación, pero la realidad es que sencillamente tengo que barrer más seguido; casi diario.
Y con barrer sí tengo un problema.
Hoy vi dos cómics. Se aplican.
Aunque tenía muchas más ganas de ver Hancock, la secuela de Hellboy terminó gustándome mucho, pero mucho más.
Mucho tiene que ver Ron Perlman, que siempre me ha caído bien desde que vi (siendo yo chiquito chiquito) La Guerre du feu y The Name of the Rose (cagadamente, nunca vi la serie de televisión Beauty and the Beast, que creo que muchos la consideran fenomenal).
Creo que al actor le hubiera ido mucho mejor en su vida profesional si no fuera por un pequeño problema: es horripilantemente feo. Por eso creo que Hellboy terminará siendo el papel de su vida; los problemas que puede llegar a sentir Hellboy por su apariencia sin duda alguna los habrá sentido Perlman (toda proporción guardada, claro).
La secuela creo que supera a la primera parte, y además de ser divertidísima y magistralmente hecha, con una historia redondita y perfectamente contada, cuenta con unas actuacioes soberbias. Además del antes mencionado Perlman, regresa Selma Blair (que me encanta) como Liz, con un personaje mucho más seguro de sí mismo, y siendo mucho más proactiva. Doug Jones vuelve a hacerla de Abe Sapien (entre varios papeles), y se roba un montón de escenas, incluyendo la más divertida de todas (en mi humilde opinión) cuando él y Hellboy se emborrachan alegremente escuchando una increíblemente ridícula canción de Barry Manilow, y regodeándose en sus dramas emocionales.
A pesar de que (por suerte) se va abultando lo que podemos calificar como “las mejores adaptaciones de cómics al cine”, Hellboy II: The Golden Army creo que fácilmente terminará ahí, y en las mejores 10 posiblemente. Es divertida, con acción, tiene romance, una historia bien contada, villanos creíbles, y visualmente es maravillosa. Y de verdad Ron Perlman interpreta el papel de su vida, y lo hace con gusto.
Altamente recomendable.
Damn.
Qué triste es ver una idea que a mi parecer es fabulosa, tirada por el escusado.
Me imagino que la idea de Hancock nació cuando alguien dijo “hey, vamos a hacer una película de un superhéroe que le cae mal a la gente”. La idea es genial (digo, en los cómics se ha explorado hasta la ignominia), y llevada bien a la pantalla grande hubiera sido fabulosa…
Sólo que a los tarados que hicieron Hancock se les olvidó de hecho escribir una historia alrededor de dicha idea. Dejen ustedes una historia buena; cualquier historia que hubieran escrito con tantito sentido hubiera servido.
Los primeros veinte minutos de la película son muy divertidos, con Hancock mostrando un desprecio hilarante por la gente que salva (destruyendo todo a su alrededor), y la gente odiándolo como respuesta. Después básicamente todo se va al traste cuando a alguien que salva (Jason Bateman) que de hecho está agradecido (aunque le destruye el carro) decide ayudarlo con su imagen porque se dedica a relaciones públicas.
La película entonces se tambalea entre la parodia y el drama con un Hancock que se comporta de forma inverosímil, y después con una explicación de la mitología de sus poderes que no tiene el más mínimo sentido. Digo, me encanta Charlize Theron, y aquí se ve guapísima, pero que resulte que ella era la única otra con superpoderes, y que sea la esposa del agente de Hancock es absurdo hasta decir basta.
Más adelante la película (si acaso era posible) empeora aún más, con una explicación (si acaso era posible) todavía más mafufa de que Hancock y la güera son pareja desde hace 3,000 años y si se juntan se van convirtiendo en mortales… lo que convenientemente permite que Hancock sea herido para el “clímax” (entre comillas porque no merece ese nombre), donde todos los buenos sobreviven, por supuesto (están pensando en secuelas, probablemente).
Will Smith como el Hancock que desprecia a la gente (“I’ve been drinkin’, bitch” le contesta a una señora que le reclama que huele a alcohol) es fabuloso… y deja de existir a los veinte minutos de película. Después el pobre actor (que creo nos cae que es bueno) se tambalea tratando de encontrar su lugar en una historia que no tiene pies ni cabeza y un personaje cuyas acciones cada vez carecen más de sentido. Charlize Theron también trata de ubicarse en el severo desmadre en que termina convirtiéndose la película, pero lo único que logra es verse guapa, al menos. Bateman creo que fue completa y humillantemente desperdiciado.
Ahora, no descarten completamente la película; dentro del accidente de trenes que termina siendo, hay bastante buenos chistes y escenas divertidas, y también secuencias de acción que superan a otras películas de superhéroes (en particular Superman Returns; para que conste, creo que Hancock es mejor que ésa). Nada más por los efectos especiales y algunos chistes valdría la pena verla. En el cine.
Pero es un churro, y más allá de un churro es un completo desastre en todo lo que tiene que ver con guión, dirección, y consistencia. Y lo triste es que de verdad daba para ser una gran película de un superhéroe falible.
Muy triste.
En general no tengo nada contra Cuajimalpa. Es sólo que está tan lejos, que uno necesita pasaporte para ir.
Y además hace mucho, mucho frío.
Volví a aventarme Underworld y Underworld: Evolution. Las disfruté bastante; más que en el cine, de hecho.
(Mi tele ayuda, claro).
Ambas son malas películas que, sin embargo, están bien hechas, pasablemente actuadas (si bien algo sobreactuadas), y con una historia bien pensada y decentemente contada. Además, tienen a Kate Beckinsale:
También vi (ésta no la había visto nunca) UltraViolet.
Mejor me hubiera quedado sin verla; mala no alcanza a describirla realmente. Pésima también se queda corto.
Lo que me impresiona es que, realmente, no hay gran diferencia entre Underworld y UltraViolet; ambas son churritos de acción con un personaje principal femenino fuerte, con una historia más bien sencilla y mucho énfasis en los efectos especiales y secuencias de peleas. Eso, y que las nenas miran con ojos llenos de odio a sus enemigos. Todo el tiempo.
La diferencia es que a la primera le pusieron un poco más de cuidado y cariño al momento de contar la historia, y eso hace toda la diferencia del mundo. Underworld estoy de hecho pensando seriamente en conseguirla en Blu-Ray, y espero con algo parecido a ansias la tercera parte (que será una precuela, y no tendrá a Kate Beckinsale), que saldrá en el 2009.
Total que mi mamá me llamó porque el teléfono dejó de funcionar, y con ello la conexión a Internet (me llamó por su celular, si acaso era necesario explicarlo). Yo supuse que tendría que ver con el cablerío, así que fui a echar un ojo.
Mi única explicación después de revisar todo, fue que el cable que baja del techo que conecta directamente a la línea de Telmex se había terminado por amolar porque desde hace tiempo le entra agua al tubo que atraviesa la casa para llevarlo a la sala. Tiene un tubo en curva para evitar que eso pase, pero desde hace años el agua se filra en su base.
Total que fui a la calle de Victoria en el Centro a buscar cable telefónico para exteriores… y resultó un desmadre encontrarlo; en cada local que preguntaba me mandaban a otro, hasta que como al octavo por fin lo conseguí.
Lo divertido; cuando llegué a casa de mi mamá, ya habían ido los técnicos de Telmex y resultó que el problema era con la línea de Telmex; todo en casa de mi madre estaba bien. De todas formas sellé con yeso la base del tubo en curva para que no se filtre el agua.
Y ahora tengo once metros de cable telefónico externo que no tengo idea de qué haré con él.
Estúpida disfunción conéctil húmeda.
Hace ya rato que no escribo una aclaración de este estilo, así que va de nuez: yo modero todos y cada uno de los comentarios que aparecen en el blog. Eso quiere decir, por supuesto, que los leo toditos, y que yo (y solamente yo) decido cuáles son publicados y cuáles no.
Inicialmente para evitar que se filtrara el SPAM, seguí haciéndolo porque hay gente idiota que sólo quiere insultar o atacar. Creo (y me precio particularmente de mi blog) de que son la minoría; pero como éste no es un espacio para darle voz a gente estúpida, ese tipo de comentarios sencillamente son eliminados.
Quiero dejar claro que no borro los comentarios de la gente que piensa distinto a mí; al contrario, si se dan una vuelta por la sección de Política e Ideología verán que la mayoría de los comentarios son de gente que piensa distinto a mí. Pero si el comentario sólo es un insulto, o un ataque personal (a mí o alguno de mis lectores), y además es como el que haría un adolescente berrinchudo de doce años, generalmente lo borro. Si está bien argumentado en general lo apruebo todo; incluso ataques a mi persona.
Hay otro tipo de comentarios que también borro, pero son más sutiles. Hay gente que deja comentarios contrarios a mi opinión, y que aunque no son descaradamente infantiles, después de un rato se nota que la única razón de ser que tienen es chingar. Son comentarios que responden a mis entradas diciendo cosas como “eso no es cierto”, o “pues yo no estoy de acuerdo”; pero no dan ningún tipo de argumentación o justifiación, y cuando yo los respondo (genrealmente cuestionando las razones del comentario) no vuelven a responderme. Eventualmente detecto a quien hace ese tipo de comentarios y sencillamente dejo de aprobarlos; como en el salón de clase cuando detectas que hay un alumno que sólo hace preguntas queriendo molestar y le dejas de dar la palabra.
Lo malo con este segundo tipo de comentarios es que es posible que borre el comentario de alguien que sinceramente sólo quería dar su opinión, pero cuya falta de capacidad de comunicación (o de inteligencia) hace que sólo pueda balbucear cosas negativas en lugar de armar un comentario inteligente. Pero en ese caso el blog tampoco pierde nada si el comentario no es aprobado.
(Debo admitir que muchos comentarios que recibo, generalmente en entradas que tocan temas atractivos para niños –como Kim Possible, o Harry Potter, o las Winx–, sí los apruebo. En esos casos sencillamente doy por sentado que son realmente niños los que los escriben, y no le veo mucho daño en aprobarlos.)
Yo agradezco sincera y profundamente los comentarios que me dejan; pero son los comentarios inteligentes los que de verdad me gustan (en otras palabras; que los agradezca no quiere decir que me gusten… y hay cada comentario que qué bárbaro). Así que si algún día no apruebo alguno de sus comentarios, sólo piensen tantito antes de escribir el siguiente.
Ayer fui al cine a ver dos películas cuyos títulos comienzan con W. Se aplican las de siempre.
(En todos lados, incluida la la Wikipedia y los carteles que he visto, el título de la película es Wedding Daze, pero en la IMDb es The Pleasure of Your Company; no tengo idea de por qué).
Ésta me metí a verla porque se me acomodaba antes de WALL•E, y porque sale Isla Fisher, que como ya he dicho antes me parece preciosa y simpatiquísima y encantadora y maravillosa y perfecta en todos los aspectos posibles.
Anderson (Jason Biggs interpretando el mismo papel que hace siempre) se le propone a su perfecta novia disfrazado de Cupido y, obviamente, la mata de la sorpresa. Un año después él sigue sigue deprimido y sin poder olvidarla, pero ante la insistencia de su amigo de que debe conocer a otras personas, le propone matrimonio a una mesera. La mesera, Katie (Isla Fisher, que les digo que es preciosa y simpatiquísima y encantadora y maravillosa y perfecta en todos los aspectos posibles) le dice que sí, porque un día antes su (aparentemente) perfecto novio se le propuso y ella en el fondo no quiere estar con él.
Ante una premisa tan imbécil se siguen noventa minutos de chistes idiotas y un romance piradísimo que, por alguna razón, funcionan muy bien; la película es honestamente divertida, y a pesar de lo increíble que es y lo ilógicos que se comportan los personajes uno se la puede pasar muy chido viéndola. Yo ciertamente me estaba meando de la risa en varias partes.
Además, sale Isla Fisher. ¿Ya mencioné que es preciosa y simpatiquísima y encantadora y maravillosa y perfecta en todos los aspectos posibles?
Es una película muy, muy idiota; pero es muy divertida y no se toma para nada en serio. Aunque es material perfecto para rentarla luego y verla por DVD.
Oh. Dos. Mío.
WALL•E es, sin lugar a dudas, la mejor película que Pixar ha hecho. También es de las mejores películas que he visto este año; y estoy considerando a joyas como Atonement y otras que me han gustado mucho en la comparación.
Dejen ustedes los aspectos técnicos de la película; la animación por computadora es impresionante, los efectos de sonido (que en su mayoría son la “actuación” de la película) son perfectos, y además hacen innovaciones como utilizar movimientos de la cámara mucho más naturales que en otras películas de Pixar, e incluso cosas como que de repente se pierda el foco (como si lo estuvieran filmando con una handycam). Pero eso es, de verdad, lo de menos.
Los personajes (y hablo de los robots, por supuesto) también son maravillosos; se entiende que fueron diseñados pensando en su funcionalidad primero, y que los detalles que les dan un carácter fueron añadidos de forma natural después. Entonces los robotitos se ven reales, y más aún, creíbles; no como la jalada de los pelos que fue Robots (por divertida que fuera). Pero eso es, también, lo de menos.
Lo que importa con WALL•E es que tiene una historia preciosa y magistralmente contada, con personajes muy bien definidos y entrañables, que sólo por una medio casualidad ocurre que en su mayoría son robots.
Para el año 2100 la Tierra ha sido devastada por el consumismo humano y la avaricia de la única corporación que queda, Buy ‘n Large, que incluso ha tomado control del gobierno. Diciendo que limpiarán el planeta la corporación manda a todos los humanos fuera del planeta en cruceros espaciales, dejando atrás a los WALL•E (Waste Allocation Load Lifter Earth-class; Cargadores y Acomodadores de Desperdicio, Tipo-Tierra) para que limpien el planeta. El más grande e importante de estos cruceros es el Axiom, que sale de la Tierra en 2115 en un viaje supuestamente de cinco años, que es el tiempo en que los WALL•E limpiarían.
Setecientos años después ya nada más queda un WALL•E, que es el héroe de la película, y que continúa haciendo diligentemente su labor, autoreparándose con las partes de sus ahora inactivos similares. La Tierra sigue igual de abandonada e igual de sucia; sólo que WALL•E ha ido acomodando los desperdicios en ordenados montones que compiten en altura con los rascacielos vacíos.
En todos sus siglos de existencia WALL•E ha desarrollado una personalidad, e incluso tiene sentimientos y anhelos; todas las noches ve partes de Hello, Dolly!, y se nota que añora el tener compañía (tiene una cucaracha mascota; pero todo mundo sabe que las mascotas son compañía a medias), y en particular una compañera con quien poder andar de la mano. El pequeño robot, como todos nosotros, quiere amar y que lo amen.
Y entonces un día llega EVE (Extraterrestrial Vegetation Evaluator; Evaluador Extraterreste de Vegetación), con la misión de buscar vida vegetal en la Tierra, y WALL•E se enamora perdidamente de la robotita.
No voy a contar más de la historia, porque tienen que ir y ver esta película (dos veces, si se puede; o más), pero a mí me encantó; me hizo reír, me hizo llorar, y varias veces al mismo tiempo.
Además la historia tiene innumerables guiños a películas de Ciencia Ficción como 2001: Space Odyssey, Star Wars, Alien (que igual y no lo notan si la ven, como yo, doblada), etc. Y está el hecho de que la mayoría de los robots no hablan, sino que se comunican por lenguaje corporal y algunos sonidos que parecen voz; en otras palabras, los robots actúan, muestran sus sentimientos y su opinión utilizando en la mayoría de los casos únicamente sus ojos y sus “manos” (y no todos tienen manos).
La película ha sido casi universalmente alabada por la crítica; y a mí no me cabe duda de que es la mejor película que Pixar ha hecho. No sólo en el aspecto técnico; no sólo en la originalidad; no sólo en el mensaje social, ecológico y (hasta cierto punto) político. Creo de verdad que es la mejor historia que han hecho, con un personaje que al fin y al cabo representa a alguien sencillo y trabajador, incluso hasta algo cobarde, que termina dándole una segunda oportunidad a la humanidad porque se enamora y hace hasta lo imposible por estar con quien ama.
Vayan a verla, varias veces. Vayan con niños, y sin niños. Porque esta película es realmente de lo mejor que ha salido este año.
Ayer jueves le di un aventón a una amiga que vive muy cerca de la Fuente de Petróleos en Periférico.
Me fui a dar la espantada de mi vida; había inundaciones por todos lados (incluyendo el Segundo Piso), con una lluvia bestial, y para colmo sin luz en varias partes del trayecto.
Hubo un momento en que mi tsurito estuvo nadando en (al menos) un metro de agua, y yo aferrado al volante esperando por la providencia para que no se me apagara el carro. No lo hizo, por suerte, y pude dejar a mi amiga y regresar a mi casa sin broncas.
Pero de verdad ayer Tláloc se enojó.
Ayer, nada más porque sí, me fui a ver Flawless. Se aplican las advertencias de spoilers habituales.
Qué chingona película. Demi Moore interpreta a una ejecutiva de London Diamonds en 1960, cuando no había casi mujeres ejecutivas. Después de que la ignoran una vez más para una promoción, un viejito de limpieza (interpretado magistralmente por Michael Caine) le propone un plan macabro para robarse un termo (literalmente un termo de café) lleno de diamantes en bruto.
Ella tarda un poco en decidirse, pero al final acepta; sabe que la compañía ni siquiera se percataría de que un termo de diamantes ha desaparecido (tienen toneladas en la bóveda), y está suficientemente encabronada (el viejito le informa que la van a despedir, y ella por su parte descubre que probablemente no encontraría trabajo en ninguna compañía que tuviera relación con LonDi… que eran básicamente todas las del planeta) para tomar el riesgo.
Ya no les voy a platicar más, porque aunque hasta ese punto yo estaba disfrutando la película (Demi Moore sale guapísima y con tacones de cuatro pulgadas todo el tiempo), la verdad es que era una trama común y corriente de un asalto a una bóveda de seguridad. Lo interesante es que se vuelve mucho más poco después.
La Moore además interpreta sin ningún problema a un personaje diez años menor que su edad real, y Michael Caine da una de las actuaciones más simpáticas que yo le recuerde; viejito cabrón, cuando quiere (y no anda nada más tras la lana) hace buenas películas.
Para hacer mejor todo el asunto, la historia está ambientada en un hermosísimo y noir Londres de finales de los cincuentas, y nada más como cereza encima del pastel sale Lambert Wilson (a.k.a The Merovingian) como el ridículamente apuesto Inspector Finch.
Muy agradable película, altamente recomendable.
Es bueno saber qué haré los próximos tres años de mi vida.
Ayer, además de leer dos horas sentado en una banca (cosa que no hacía en meses), fui a ver Get Smart. No había escrito al respecto por disfunción conéctil; se aplican las de siempre.
Esta película la quería ver porque soy fan de Steve Carell desde que veo The Office, y porque Anne Hathaway me parece ridículamente hermosa. Y hociconsota además.
La verdad no he de haber visto más que dos o tres episodios de la serie original, pero sí me parece recordar que Maxwell Smart era un tarado que, de repente (generalmente cuando más era necesario), daba muestras de genialidad, ya fueran éstas innatas o involuntarias. En ese sentido, Carell me pareció perfecto desde un inicio para el papel.
La Hathaway me parece perfecta en casi cualquier papel.
No voy a platicar la trama porque sencillamente es muy, muy idiota; pero hasta cierto punto es lo que buscaban los realizadores, me parece. Creo que tampoco tiene mucho que ver con cómo era la serie de los sesentas, pero dudo mucho que importe; la película es fabulosa.
No sólo es divertida (me-estoy-meando-de-la-risa divertida, en gran medida porque –y ya lo he dicho antes– Carell es un pinche genio de la comedia), además resulta que es una película de acción; hay explosiones, y persecusiones, y caídas en paracaídas, y balazos, y torpes intentos de artes marciales.
Y la Hathaway sale en ropa interior y tacones altos.
He oído a fans de la serie quejarse de que así no era la serie. Creo que pierden el punto principal: la serie no es que fuera así; sencillamente parodiaba las películas de espías de los sesentas. Las películas de espías cambiaron, y entonces esta película parodia a las películas de espías (y consecuentemente, de acción) modernas.
Yo la disfruté enormemente, perdonando sin ningún problema los enormes hoyos en la trama y lo sencillamente increíble que resulta todo, porque de verdad no me divertía así con una película desde Kung Fu Hustle. La escena del baño en el avión literalmente sacó lágrimas a mis ojos de lo fuerte que me estaba riendo.
Y sale Anne Hathaway, bellísima.
Así que vayan y véanla; en el cine. Las secuencias de acción lo justifican, y estoy casi seguro de que se van a divertir bastante.
Michael Turner creó Witchblade, entre otros comics. Tal vez Witchblade sea el mejor ejemplo representativo de su trabajo; a mí me encanta, pero muchos otros siempre lo han calificado como “T & A” (de “tits and ass”, “tetas y culo”). Y ciertamente sus dibujos (y portadas, que es de lo que más ha aparecido de Turner últimamente) suelen ser medio sugestivos:
Hace unos meses me enteré por primera vez del suplicio de Turner, que en el 2000 le diagnosticaron condrosarcoma, un cáncer, en la pelvis derecha, lo que le costó su entera cadera, 40% de su pelvis y kilo y medio de hueso en total.
Ni siquiera sé cómo alguien puede seguir viviendo después de eso.
Michael Turner no sólo siguió viviendo, sino que se mantuvo activo dibujando para su propia compañía e incluso también para otras. Como dije, en el 2007 salieron un montón de portadas dibujadas por él.
Por eso fue triste, y lamentablemente no muy sorprendente, que me enterara de que Michael Turner se murió el viernes 27 de junio. Tenía 37 años.
No me importa lo que dijeron siempre sus críticos; a mí sus dibujos siempre me parecieron fabulosos. T&A o no T&A.
Pretérito pluscuamperfecto de los pendejos.
Linus: So, I’m not a theatre buff.
Mack: Buff? The most difficult tickets to get will be for a Broadway musical.
Linus: Okay.
Mack: That means that the performers will periodically dance about and burst into song.
Es divertida la versión de 1995; aunque por supuesto es incomparable con la de 1954. Por chingón que sea Harrisond Ford no le puede llegar a Humphrey Bogart, y por bonita que estuviera Julia Ormond mucho menos se le acerca a Audrey Hepburn.
Pero está simpática.
Abro mi correo, y hay uno en particular que dice “Jesus is waiting for you”.
¿Lo chistoso? No era nada religioso.
And I was, like, hot damn!
Volví a ver Atonement. Qué. Hermosa. Película. Estoy perdidamente enamorado de ella.
Altamente recomenable.