El granito de arena

Es muy bonito cuando, cerca del final del semestre, uno comienza a notar a los alumnos que se ve que sí están comenzando a entender de verdad de qué se trata el asunto.

Por supuesto me gustaría que fueran todos; pero también me queda claro que ese casi nunca será el caso. Y al fin y al cabo es la razón por la que uno da clases; ciertamente no es el salario. Es poder contribuir con un granito de arena.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *