Hoy a las 9 de la mañana recogí a mis intrépidos compañeros en Taxqueña (que no me importa quién diga qué cosa, Taxqueña es con ‘x’), y a las 9:54 estábamos en la primer caseta de nuestro viaje a Oaxaca. Como a la 1:30 estábamos en la última caseta, y a la 1:42 llegábamos a la ciudad de Oaxaca.
Según yo salimos de la Ciudad de México por el oriente y tomamos la autopista México-Puebla (MEX150), y poco antes de llegar a la ciudad de Puebla nos desviamos a la autopista Cuacnopalan-Oaxaca (MEX190), por la que seguimos hasta llegar a nuestro destino.
Si la ruta que dije es la correcta, sería esta en Google Maps:
Aquí tienen la liga, por si quieren hacer zoom y cosas del estilo.
Según Google Maps (y, repito, si esa fue la ruta) recorrimos 273.37 millas, que son equivalentes a 439.94 kilómetros, en poco menos de cuatro horas, lo que quiere decir que viajamos a un promedio de alrededor de 110 kilómetros por hora. Contando el hecho de que nos detuvimos a cargar gasolina, que nos hicieran la factura y comprar algunas botanas, me imagino que sí es posible.
El viaje estuvo bueno; la carretera es muchísimo menos aburrida que la que va a Guanajuato (con amplios tramos con sólo dos carriles; uno por sentido), llevábamos buena música y no lo sentí demasiado pesado. También creo que, dentro de lo razonable, viajamos de forma segura y educada para con los demás automovilistas. Creo que es el mejor viaje en autopista que he hecho, en una autopista que nunca antes hubiera viajado.
Ahora vamos a pasear algo durante la tarde y noche, y mañana vamos a turistear con otros cuates que vinieron aparte, y todavía más que llegarán en autobús y avión. Y el lunes empieza el trabajo de verdad.

Cómete una memela con manteca de asiento y un consomé de chivo por mí.
Estoy de acuerdo, Taxqueña es con X, como México