The Devil is a Part-Timer

En la pandemia vi The Devil is a Part-Timer.

The Devil is a Part-Timer

The Devil is a Part-Timer

Cuando la vi, The Devil is a Part-Timer era legendaria porque fue un exitazo con los fans y la crítica, pero fue una única temporada de 13 episodios en 2013 y parecía que nunca más harían otra temporada.

Meses después de que la acabé anunciaron la segunda temporada, que en estos momentos está siendo transmitida en Japón. Y por supuesto muchos fans se quejan de que no es tan buena como la primera; supongo es la naturaleza inevitable de estas cosas.

Hataraku Maō-sama! es un isekai volteado, supongo sería el mejor término para describirla; en lugar de un teto japonés que es enviado a un mundo de fantasía para eliminar al demon lord, en esta serie en un mundo de fantasía derrocan al demon lord y el mismo procede a huir a nuestro Japón, junto con su más cercano general.

Ya estando aquí utiliza sus muy disminuidos poderes para aprender japonés y falsificar una identidad, y consigue trabajo de medio tiempo en la más cagada parodia de MacDonald’s que existe.

Y ya: eso es la serie.

Quiero decir; hay algunos elementos más: tiene una compañera de trabajo adolescente que se enamora de él (y que por alguna razón del mundo tiene unas chichotas); y de alguna manera termina aquí otro demonio de su derrotado ejército, arrumbados todos en el departamentito que apenas pueden pagar porque Satán (así se llama) trabaja de medio tiempo en MacDonald’s.

Sasaki Chiho

Sasaki Chiho

También acaba aquí la heroína en gran medida responsable por su caída en primer lugar, nada más que con un trabajo mucho mejor pagado y consecuentemente con una mucho mejor calidad de vida. Y (obviamente) como el otro interés romántico del demonio caído en desgracia (cuando no están tratando de asesinarse mutuamente).

La estupidísima historia es salvada porque es de las series más divertidas que yo jamás haya visto, con un elenco de personajes más allá de entrañables y unas aventuras más idiotas que nada pero siempre entretenidas. Ayuda que únicamente sean 13 episodios; la serie no sobreextiende su bienvenida.

No hay mucho más que decir; es de verdad muy divertida y yo sí la recomiendo. Nada más no está disponible legalmente en ningún servicio de streaming; aunque sí el Blu-ray, un poco caro eso sí. La segunda temporada está en Crunchyroll.

The Saga of Tanya the Evil

Después de Saekano (o al mismo tiempo; fue en la pandemia, entonces no me acuerdo), vi The Saga of Tanya the Evil.

The Saga of Tanya the Evil

The Saga of Tanya the Evil

Un japonés ateo fascistoide es asesinado por un empleado que despidió, empujándolo a las vías del metro; antes de morir, dios le reclama que nunca tuviera fé. El pronto a ser occiso se burla de dios, negando su existencia (de manera bastante estúpida; literalmente le está hablando, pero bueno); por lo que como castigo lo reencarna como una niña huérfana alemana en una universo paralelo donde la Primera Guerra Mundial se ha extendido a los años veintes.

Su misión es morir de manera natural y en paz; o tener fé (que todo el chiste de la fé es que es voluntaria, pero bueno) y pedirle ayuda a dios. Si no consigue una de esas dos cosas, su alma saldrá de la rotación infinita de muerte y reencarnación y terminará en el infierno o algo así.

Tanya

Tanya

Siguiendo la lógica más rebuscada de toda la historia, la ahora llamada Tanya, que físicamente es una niña muy linda, rubia y de ojos azules; pero internamente es el mismo japonés ateo fascistoide de antes de reencarnar, decide que su mejor oportunidad es entrar al ejército (en un país en guerra) y conseguir un rango militar suficientemente alto como para poder estar en un puesto seguro detrás de los múltiples frentes que los idiotas alemanes al parecer son incapaces de evitar en todos los universos posibles.

Para los que me lean desde hace tiempo, a estas alturas del partido no les deberá extrañar que yo veo animé por los doki dokis y los ara aras; la acción me entretiene, pero la verdad no es suficiente como para que me prenda de una serie. Casualmente, las series puramente románticas también suelen aburrirme; prefiero comedias románticas, donde sea principalmente comedia pero haya una fuerte componente romántica; o cualquier otro género, pero con una fuerte componente romántica.

Youjo Senki, como se llama la serie en japonés, no tiene doki dokis ni ara aras, pero acabé chutándomela toda (y la subsecuente película), porque es cagadísimo ver a una niña prepubescente (Tanya no debe tener ni 10 años), en uniforme completo de oficial del imperio alemán, asesinando soldados a diestra y siniestra en el campo de batalla (usan algo de magia, entonces se pone imaginativa la matadera); y porque toda la premisa es ridícula e idiota, pero la verdad sí es divertida.

Nominalmente la serie es un isekai, pero se brinca básicamente todos los clichés de la categoría, así que podemos verla casi como realidad alterna; y todo el conflicto entre Tanya y “dios” realmente no tiene mucha importancia en la historia, que se centra en la violencia de la guerra efectuada por una niña de menos de 10 años.

La acción está increíble con un uso bastante inteligente de CGI; pero lo entretenido es ver a una niña inequívocamente mala… porque realmente no es una niña, es un japonés ateo fascistoide, pero bueno.

La serie completa (incluyendo la película) está en Crunchyroll, y pronto estrenarán la segunda temporada. Es más bien alejada de lo que normalmente me gusta, pero sí la recomiendo; ver a Tanya siendo diabólica es muy entretenido.

How to Raise a Boring Girlfriend

Después de Bunny Senpai, terminé How to Raise a Boring Girlfriend, también conocida como Saekano.

Antes de empezar, debo decir que, con un poquito de vergüenza, Saekano es de mis animés favoritos de todos los tiempos. La vergüenza radica en el hecho de que, a pesar de que los valores de producción de la serie son más que competentes (un buen diseño de personajes, una animación decente, música pasable), la verdad es que Saekano es de mis animés favoritos de todos los tiempos nada más por las encantadoras muchachas del harén (la unidad familiar básica del animé); porque es adorablemente arrecha; y porque es de las mejores historias de amor que he visto en años.

Y con final feliz, debo señalar.

Sólo quería dejarlo claro, antes de empezar.

Saekano

Saekano

Yo soy fan de The Big Bang Theory. Durante casi todo su tiempo en aire original la vi con puntualidad que rayaba en lo religioso; pero en la temporada 10 dejé de verla sin ningún motivo en particular. Estaba muy ocupado o perdí un poco el interés; no recuerdo, pero dejé de verla. No fue porque me dejara de gustar, sin embargo. En la pandemia la terminé; y sigo diciendo que soy fan de The Big Bang Theory.

¿Qué tiene que ver esto con Saekano? Pues que son superficialmente similares en los motivos por los cuales tienen una enorme base de fans bastante leal; y una legión de gente que las detesta con la intensidad de diez mil soles: porque se burlan del grupo de personas a las cuales está principalmente dirigido el programa.

The Big Bang Theory es, a la vez, una carta de amor y una burla inmisericorde del grupo nebuloso de personas que podemos considerar geeks. No voy a entrar en la definición formal de dicho grupo porque a) es nebuloso (pongan atención); y b) le quita todo el chiste a, bueno, el chiste; pero sin duda alguna incluye la gente interesada en la ciencia ficción, fantasía, cómics, computadoras y videojuegos; y que estereotípicamente tienen habilidades sociales pésimas cuando no nulas y consecuentemente les cuesta trabajo conseguir novia/o.

Ni siquiera entretendré la idea de discutir la calidad de TBBT; no emitiré juicio acerca de si está bien o mal escrita; o de si su humor es inteligente y/o vulgar. Porque no es eso por lo que la detestan ciertas personas con la intensidad de diez mil soles, realmente; la detestan porque “perpetúa” estos esterotipos acerca de los integrantes del geekdom, aunque 3 de los 4 protagonistas terminan casados con mujeres que la única manera de calificarlas es de extraordinarias. Que tiene todo el sentido del mundo porque los mismos protagonistas también son extraordinarios, aunque cumplan con los estereotipos que los detractores de la serie detestan ver representados en pantalla.

En mi mediana edad tengo ya muy poca paciencia para la gente que se ofende de ver cosas que son ofensivas con el propósito de ser divertidas. Soy fan de Louis CK y de Ricky Gervais; me gusta TBBT y Saekano; quiero protagonistas falibles y con defectos; quiero héroes que fallen y villanos que ganen, aunque sea a veces. Una narrativa ficticia no es el medio para que la sociedad tome decisiones de qué es correcto y qué es incorrecto; y si de verdad tenemos que estar preocupándonos de que haya gente que se tome en serio lo que dicen personajes ficticios en programas de televisión bobos (especialmente los de comedia), entonces tenemos problemas más graves que el que dichos programas se burlen de los fans de cómics, aunque me incluya yo en ese grupo.

Así que si no les gusta TBBT (o Saekano), bien por ustedes; pero entonces no me interesa mucho su opinión al respecto, porque yo las encuentro muy divertidas. Yo les sugeriría que no las vieran; pero eso le quita todo el chiste a estarse quejando de cosas en línea en lugar de estar tratando de efectuar cambio real en el mundo ídem, supongo.

Saekano cuenta la historia de Tomoya Aki, un blogger de animé, manga y novelas ligeras y visuales, con suficientes lectores como para influenciar un poquito a la industria. En su prepa asisten Utaha Kasumigaoka, su senpai y diosa de hielo de la escuela, que es una exitosa escritora de novelas ligeras; y Eriri Spencer Sawamura, su amiga tsundere de la infancia que es una exitosa dibujante de manga para adultos (que es una manera muy educada de decir que le gusta dibujar pornografía). Además están Izumi Hashima, que es kouhai de Tomoya y una dibujante que aspira llegar al nivel de Eriri y que (por supuesto) está enamorada de Tomoya; y Michiru Hyoudo, una muy buena guitarrista y la prima que se le arrima a Tomoya y obligatoria marimacha (tomboy) que no puede faltar en un harén (la unidad familiar básica del animé).

Ese párrafo de arriba es básicamente la plantilla para todos los haréns en existencia en la historia del animé, combinando varias veces los estereotipos de dos en uno para ahorrar protagonistas (como Eririn, que cumple el obligatorio papel de amiga de la infancia y además la necesaria tsundere).

La serie es, en toda su trama secundaria, una carta de amor y una burla inmisericorde de la cultura otaku japonesa, así como de la industria relacionada en ese nivel casi único de Japón donde fans comunes y corrientes comienzan a producir obras que rayan en lo profesional y que muchas veces son punto de partida para que los otakus se integren a dicha industria de manera formal.

La trama principal es que un día de buenas a primeras, Tomoya recoge en la calle la boina de Megumi Kato (la linda muchachita de arriba); y al levantar la mirada para buscar a la dueña, se encuentra con la visión angelical de la muchacha, que ese día había decidido, sin ninguna razón en particular, arreglarse particularmente linda.

En un animé normal Tomoya se hubiera enamorado de Megumi y se seguiría una tortuosa (y probablemente divertida) comedia de desencuentros; pero Saekano no es un animé normal. Lo que ocurre con Tomoya es que encuentra tan angelical la imagen de Megumi, que decide que debe crear él un novela visual (un videojuego con texto e imágenes, pero muy poca interacción con el jugador) con una protagonista basada en la muchachita; poder transmitir al jugador esa infatuación que él sintió al verla y con ello hacer una novela ligera revolucionaria.

Sólo hay un pequeño problema; al otro día Tomoya se encuentra a Megumi en su escuela y excitadamente se presenta para poder comentarle su idea de la novela ligera. Y la muchachita procede a recordarle al muy imbécil que se conocen desde hace años porque van en la misma escuela; sólo el muy idiota nunca la había notado.

De ahí el título del animé: How to Raise a Boring Girlfriend; contrario al resto de las muchachas en el harén (la unidad básica familiar del animé), Megumi no es uno de los clichés estereotípicos del género: es, bajo cualquier definición del término, normal; y por lo tanto (y lo siguiente lo digo con todo el sarcasmo del universo) aburrida.

La serie deconstruye muchos de los clichés que existen en las comedias románticas con un harén (la unidad básica familiar del animé), comenzando con Megumi que es un personaje espectacular a lo largo de toda la historia, sin caer jamás en ninguno de los terriblemente choteados estereotipos que aquejan al género. Es una niña normal y generalmente desconcertada de que Tomoya y el resto de las muchachas actúen como lo hacen (siguiendo las reglas del género).

Y de hecho cuando varios personajes comienzan a cuestionarle si está enamorada de Tomoya, su respuesta suele rayar entre el hartazgo y la desesperación, ¿por qué rayos se iba a enamorar de él?

Claro que de cualquier forma se enamora de él, por supuesto.

Tomoya recluta a Utaha como escritora de la novela visual; a Eriri como la dibujante del arte; a su prima Michiru como la compositora de la música (y su banda de rock para interpretarla); y nominalmente a Megumi como musa inspiradora mientras la “entrena” para que no sea tan “aburrida” (o sea, normal), generalmente poniéndola a jugar otras novelas visuales, lo que causa que la muchacha se quede a dormir con él muchas noches (los papás de Tomoya, siguiendo el cliché correspondiente, brillan por su ausencia).

Todas las muchachas en el harén (la unidad básica familiar del animé) terminan pasando la noche en casa de Tomoya en múltiples momentos; varias veces en grupo, generalmente trabajando en distintas partes del proyecto; y no, nunca pasa absolutamente nada entre nadie, pero es muy divertido y adorablemente arrecho.

Megumi termina aprendiendo a escribir la programación (que es relativamente sencilla) necesaria para el juego; porque aunque Tomoya sin duda alguna es el director y fuerza creativa detrás del proyecto, el muy imbécil es medio inútil para todas las partes concretas que tienen que hacerse para llevarlo a cabo.

La serie describe más o menos a profundidad las vicisitudes y obstáculos por los que pasan los creadores de este tipo de juegos; que no son profesionales, pero que aspiran a serlo. También es divertidísima por la gentil competencia que tienen las muchachas por la atención de Tomoya (descontando a Megumi, que no entiende porqué hacen eso; y porque es al final la única que no tiene que competir).

Por supuesto Tomoya y Megumi se enamoran y por supuesto tienen que superar varias fases de su relación, pero terminan siendo novios y (en una escena poscréditos de la película con la que termina) de hecho casados. Lo cual me hace sonreír como adolescente realizada, debo aclarar.

La historia es nada más interesante por cómo completan la novela visual Tomoya y su harén (la unidad básica familiar del animé); pero además las muchachitas del mismo son todas adorables y encantadoras, aunque precisamente caigan todas (excepto Megumi) en los clichés correspondientes del medio. Y pues es un romance adolescente; los que ya me conocen saben que no pido mucho más.

Así que la recomiendo ampliamente; la primera temporada está en Crunchyroll; la segunda temporada está en Prime Video; y la película con la que cierra la serie no tengo idea de cómo puedan verla legalmente, así que averigüen cómo hacerlo de manera no tan legal. Pero de verdad vale la pena.

Rascal does not Dream of Bunny Senpai

Poco después de Eva, me chuté Rascal does not Dream of Bunny Senpai, que contrario a KonoSuba no tiene el buen gusto de contar con una versión corta para su ridículamente largo título. Informalmente, muchos fans le decimos Bunny Senpai, porque por qué no.

Rascal does not Dream of Bunny Senpai

Rascal does not Dream of Bunny Senpai

Este animé tiene de los diseños de personajes más atractivos y adorables que he visto en mucho tiempo.

Diseño de personajes

Diseño de personajes

También una música pegajosísima y espectacular en la apertura; y de las más dramáticas en el cierre; una animación excelente (más aún considerando que es básicamente una dramedia romática); y por si no fuera poco, de los personajes mejor definidos, más entrañables y más tridimensionales que ha habido en animé en años (más aún considerando que es básicamente una dramedia romática).

Lástima que la historia sea una pendejada de proporciones inconmensurables. Quiero decir, la premisa de la historia: si desconectamos las neuronas y aceptamos dicha premisa como artículo de fe, de hecho la historia es bastante buena. Sólo a mí me costó bastante desconectar dichas neuronas.

La historia sigue a Sakuta Azusagawa, un preparatoriano con mala fama (un bribón o rascal, si lo prefieren) que vive con su hermanita menor agorafóbica. Un día en la biblioteca, Sakuta se encuentra a su senpai, Mai Sakurajima, en un disfraz de conejita de PlayBoy. Después de comprobar que no está soñando (dándole una muy estúpida razón de ser al título ridículamente largo de la serie), Sakuta se percata de que nadie más, excepto él, puede verla (la razón de ponerse el disfraz de conejita era justo para comprobar si alguien podía verla).

Por qué nadie más puede ver a Mai (y eventualmente, por poco, Sakuta tampoco), es la parte pendeja de la historia: Mai es una actriz con cierta celebridad, y por eso entra a la prepa de Sakuta a mitad del término escolar, cuando todos los grupos de amigos ya se habían formado. Esto (aunado a su celebridad) causa que nadie se le acerque para formar una amistad, lo que evoluciona a que nadie en la escuela pueda verla, y que esta situación se vaya esparciendo por la ciudad.

Sakuta sospecha que Mai sufre de “síndrome adolescente”, que es una leyenda urbana que dice que todos los cambios que sufren los adolescentes pueden resultar en que los mismos experimenten fenómenos inexplicables. Cuando Mai está a punto de ser olvidada por absolutamente todo mundo, Sakuta incluido, el muchacho se le ocurre la solución de emergencia de declarar su amor por ella a gritos en medio de la pista de carreras de la escuela; el episodio es tan memorable, que todos en la escuela vuelven a ver a Mai, y de hecho nunca se percatan de que habían dejado de hacerlo.

Es, de verdad, muy pendejo… pero pues Mai está linda y Sakuta la salva poniéndose a gritar a los cuatro vientos que quiere que sea su novia para que toda la escuela se entere, así que no pude permanecer muy enojado con el animé.

La serie en general fue muy bien recibida, porque todas las muchachas que Sakuta cuenta en su harén (la unidad básica familiar del animé) son encantadoras y adorables, con personalidades muy bien definidas y deseos y necesidades bastante bien explicados, y dichos deseos y necesidas son atendidos de manera bastante inteligente por la historia. Nada más los fenómenos sobrenaturales por los que atraviesan son estupidísimos, y todavía más las explicaciones para los mismos.

Y así es toda la serie: un montón de cosas excelentes que me encantan, retocadas al final o de fondo por algo tan estúpido que dan hasta ganas de llorar. Por ejemplo: Sakuta le pide ayuda a su mejor amiga, Rio Futaba, que es “científica” porque tiene lentes y usa una bata de laboratorio. La muchacha utiliza pésimas analogías de física cuántica para tratar de explicar los fenómenos naturales, lo cual hace que la serie pierda la poca seriedad que para ese momento aún tenía.

Pero exasperantemente Rio es chulísima, y mi personaje favorito en toda la serie, porque está perdidamente enamorada del mejor amigo de Sakuta (que tiene una novia que lo detesta), y cuando logra superar su propio “síndrome adolescente”, se le confiesa. Y es pronta y gentilmente rechazada.

Rio Futaba

Rio Futaba

Y después siguen todos siendo amigos.

De verdad, si hubieran dicho que un amuleto mágico maldito estaba causando todos los fenómenos sobrenaturales, esta serie me hubiera gustado muchísimo más. Pero que en verdad trataran de darle una explicación “científica” tan chafa amargó para mí varias partes del animé. Por no decir los últimos episodios, donde el melodrama se eleva a 120%, con sacrificios, muertes, viajes en el tiempo, mensajes del futuro, y pendejadas de ese estilo.

Y es una lástima: los valores de producción son muy buenos (los reto a que oigan toda la apertura y no anden después todo el día tarareándola); los personajes son entrañables; y los misterios y problemas que surgen alrededor del “síndrome adolescente” están muy divertidos. Nada más la justificación de los mismos sí fue demasiado para mí, que normalmente soy bastante tolerante de estas cosas.

Pero es, al fin y al cabo, una dramedia romántica; así que yo sí la recomiendo. Está en Netflix, si les interesa.

Neon Genesis Evangelion

Durante la pandemia y poco después de Overlord volví a ver Neon Genesis Evangelion. Hago énfasis en que volví a ver Eva; no faltará quien quisiera destriparme por atreverme a tardar un cuarto de siglo en ver el seminal animé.

Neon Genesis Evangelion

Neon Genesis Evangelion

Antes de empezar, nada más dejemos claro que técnicamente Eva es una obra maestra del animé: con una extraordinaria música; un diseño de personajes básicamente perfecto; y una animación espectacular, en particular en sus escenas de acción.

Sólo quiero dejar eso claro para que lo podamos ignorar a partir de este momento.

Mi relación con Eva es… complicada. No lo vi cuando salió; me parece que pocos en México la vieron dentro del primer año de que saliera: sólo los más clavados fans de animé, esos que comparaban los VHS piratas y unas cuantas hojas con descripciones muy generales de lo que ocurría en la pantalla (no existían todavía los fansubs), lo hicieron.

Yo tardé poco menos de una década en ver el animé; la primera vez que vi Eva fue alrededor del año 2002 o 2003. Y como digo, mi relación con Eva es… complicada.

Toda la primera parte me encanta; el inicio está bien, pero para mí la serie se volvió irresistible a partir del episodio 8; y básicamente perdió el encanto hacia el final del episodio 18. El final (los episodios 25 y 26 originales) me pareció, como a casi todo mundo, no sólo incomprehensible (porque lo es); me dejó, como a casi todo mundo, absolutamente insatisfecho.

Lo que ocurre en el episodio 8 es, por supuesto, que introducen a Asuka Langley Soryu, la prototípica tsundere, y sin duda uno de los personajes más encantadores y entrañables (e insoportables) que han existido jamás en la historia del animé.

Asuka Langley Soryu

Asuka Langley Soryu

Lo que ocurre en el episodio 18 es, por supuesto, que Shinji casi mata a Toji y al siguiente episodio nos enteramos que le amputan una pierna a causa de la resultante batalla. La serie pierde algo en ese momento; y no hablo nada más de la pierna de Toji: cierta inocencia que el animé había conservado hasta ese momento, incluso con todo el sufrimiento que Shinji, Asuka y Rei habían pasado. Pero a partir de que Toji tiene su fatídica prueba como piloto de un Eva la serie toma un tono indisputablemente deprimente, que se acentúa más y más conforme se acerca al final.

Lo cual hace todavía más incomprehensible el final original de los episodios 25 y 26; después de ahondar todavía más en los aspectos depresivos del animé, el mismo da un giro de 180 grados y termina, literalmente, con todo mundo aplaudiendo a Shinji y diciéndole que hizo un buen trabajo.

El final original de Evangelion

El final original de Evangelion

Todo esto se entiende un poco más si uno se pone a investigar acerca de la serie (que por cierto, habla pésimo de la misma, que sea necesario ver fuera de ella para entenderle): Hideaki Anno, el creador de la serie, estaba combatiendo (y lo siguió haciendo durante muchos años después) los efectos de él mismo tener una depresión crónica de la chingada; lo que al final causó que literalmente decidiera al último momento cómo terminar la serie.

El final, mientras es nominalmente “feliz”, es increíblemente insatisfactorio porque no resuelve absolutamente nada: no se explica qué era Seele o Nerv; no resuelve los conflictos interpersonales entre ninguno de los personajes; no explica el final de la guerra con los ángeles; y así con casi todos los elementos que hacían interesante al animé. Lo único que hace el final es explicar que Shinji supera sus miedos y/o depresión y/o resentimiento y encuentra paz consigo mismo. Que, bien por él, supongo.

Lo que nos lleva a la película The End of Evangelion, que básicamente funciona como un final alternativo: podemos olvidarnos de los episodios 25 y 26, y reemplazarlos con EoE.

Mi relación con EoE es… complicada. Sin duda alguna se entiende más que el final original; se explican un montón de las cosas que dejaron colgando originalmente; y es un final, la historia termina… de alguna manera.

El problema es que Hideaki Anno, además de no siempre poder decidir qué chingados es lo que quiere decir (dejen ustedes cómo), en el fondo siempre ha detestado a los fans de Eva. No a todos, por supuesto; pero sí a los más clavados… que son la mayoría de los fans de Eva, porque la serie es todo menos fácil de seguir.

Anno es (o fue durante una porción muy importante de su vida), por todo lo que puede entenderse de leer del tipo, un otaku de hueso colorado; y Anno odia (al menos odió durante una porción muy importante de su vida) eso de sí mismo, y por extensión de los fans de Eva, que suelen ellos mismos ser otakus.

Anno odia a sus fans, porque en muchos sentidos le recuerdan aspectos de él mismo que quisiera casi olvidar. Esto resultó en que EoE sea un no muy sutil púdranse a los fans de la serie, que me parece es perfectamente representado por la escena inicial de Shinji masturbándose (hasta eyacular) con el cuerpo desnudo y comatoso de Asuka.

Semen

Semen

Nunca cambies, Japón…

Eva y EoE han sido analizados durante décadas por gente mucho más clavada que yo; pero algo que se puede entender fácilmente del animé es que realmente está compuesto de múltiples factores: por un lado tenemos una historia de adolescentes japoneses de secundaria y los problemas y vicisitudes relacionados, una sitcom básicamente (con personajes entrañables y muy divertida, si me permiten opinar); por otro lado tenemos una historia de acción con mechas gigantes y el destino de la humanidad en la balanza (con excelente acción y un mundo fascinante, si me permiten opinar); y encima (o debajo) de todo eso tenemos una historia filosófica y sicológica compuesta en su mayoría por monólogos que discuten la soledad, las barreras que formamos con otros seres humanos (en particular la base para el Absolute Terror Field, o AT field, que son los escudos de fuerza que utilizan tanto los ángeles como los Evas), y la depresión y otros malestares mentales que tenemos, especialmente en la adolescencia.

Las primeras dos historias es muy común que sean combinadas en animé; lo que hace único a Eva es justamente ese tercer factor filosófico/sicológico: pero el mismo no deja de ser increíblemente pretencioso; en general incoherente (porque el mismo Anno no sabía exactamente lo que quería decir, ni cómo); y la verdad ligeramente de hueva para muchos que nunca hemos sufrido particularmente por depresión opresiva.

Justo hasta que leí cómo influyó la serie a la gente con fuertes problemas de depresión, y que les ayudó mucho el identificarse con Shinji y su incapacidad de meterse al Eva como mucha gente depresiva es incapaz de levantarse de la cama, fue que me cayó el veinte de por qué la serie nunca me satisfizo realmente. Yo no soy depresivo; obviamente he pasado por múltiples episodios de depresión en mi vida (todos lo hacemos), pero nunca ha sido algo que me debilite hasta incapacitarme de vivir mi vida. En ese sentido, aprecio la historia que (torpemente) Anno intenta contar en el final original del animé; pero no es algo con lo que me identifique, ni algo que me llame mucho la atención.

Eso sí, hizo cambiar mi opinión de Shinji; inicialmente me desesperaba mucho cómo se comportaba en la serie. Ahora me queda claro que era un pobre muchacho de 14 años, sin madre, que su papá nunca quiso (de querer y de amar), y que le estaban poniendo el peso del mundo encima. Mi empatía por Shinji ha ido en aumento a lo largo de mi propia vida personal.

Como sea; Eva en general conecta con la gente que ha sufrido el tipo de depresión que el mismo Anno sufrió; y aunque eso no repara el terriblemente insatisfactorio final original, por todo lo que deja en vilo, sí arroja una luz muy diferente a ver que justamente Shinji supera su depresión (y todas las causas de la misma) y que sus seres queridos lo celebran por eso. Puedo entender lo emocionalmente gratificante que puede ser para alguien que se identifique con Shinji.

Esto ahora tiene más sentido

Esto ahora tiene más sentido

Pero no lo es para mí.

Yo soy monotemático y unilineal: yo quiero ver romance adolescente, y quiero ver finales felices de dichos romances adolescentes. Y gente como yo somos legión: los episodios 25 y 26 originales de la serie contienen una escena de alrededor de cuatro minutos, donde se muestra una realidad alterna en la cual Shinji y Asuka son amigos de la infancia (con ella igual de tsundere e igual de enamorada de él que siempre), y Rei es una estudiante de intercambio que llega a su salón y de inmediato causa que Asuka se ponga celosa.

La realidad alterna

La realidad alterna

Para un montón de fans es nuestra parte preferida de esos dos episodios finales (y de gran parte de la serie), y nos encantaría una serie que se centrara en eso. Que por supuesto es la base de Girlfriend of Steel 2nd, un videojuego (y manga) que transcurren en ese universo alterno. Y que fueron un exitazo, obviamente.

Anno tomó este deseo de muchos fans (que varios no dudaron en hacérselo saber de la forma más agresiva posible), y lo interpretó de la peor manera posible: no como un inocente y genuino deseo de ver un romance adolescente finalizado satisfactoriamente; sino como una muestra de masculinidad tóxica de los peores otakus posibles, que lo que esperan es que si Shinji hace “puntos” metiéndose por fin al puto Eva, entonces se “merece” ganarse a Asuka como si fuera un trofeo.

De ahí que lo primero que puso Anno en EoE es a Shinji (el avatar de estos otakus misóginos y tóxicos), masturbándose hasta eyacular con el cuerpo desnudo y comatoso de Asuka.

Esto ahora tiene más sentido

Esto ahora tiene más sentido

En otras palabras, púdranse. Que en su defensa, sí existen ese tipo de otakus, y además varios de ellos literalmente le mandaron amenazas de muerte después de la transmisión de los episodios 25 y 26 originales.

El problema es que el púdranse también nos incluye a los que siempre esperamos poder ver el romance de Shinji y Asuka florecer; no porque él se lo hubiera “ganado”: sino porque (además de la obvia atracción y química que existe entre ellos) son los únicos seres humanos que han pasado por el trauma de pilotear un Eva cotidianamente y son los únicos que pueden comprenderse y quererse y respetarse entendiendo eso el uno de la otra. Rei, recordemos, no es exactamente humana (y es de alguna manera la mamá de Shinji, entonces ew).

Además, tampoco es que como fans nos hayamos inventado el romance entre Shinji y Asuka, o que sólo apareciera en la realidad alterna de los episodios 25 y 26 originales; la relación más importante de Shinji (además de la que tiene con su padre) es sin duda con Asuka (y viceversa).

Se puede discutir que el núcleo emocional de la serie es justo ver cómo este par de adolescentes idiotas no pueden comunicar ni expresar sus sentimientos, en particular los que se tienen el uno con la otra (la persona más importante para cada uno, fuera de sus familias): lo cual hace más doloroso que en EoE Anno decida no resolver dicho núcleo (cuando sí resuelve muchas otras cosas); o incluso de alguna manera lo niegue o minimice, como la famosa escena en la cocina (realmente en la mente de Shinji), donde el muchacho le ruega a Asuka que lo ayude y ella se niega, reclamándole a su vez que él nada más la lastima y que ni siquiera se ama a sí mismo, implicando que cómo sería posible que la amara a ella o a nadie más. A lo cual Shinji procede a responder ahorcándola.

La escena de la cocina

La escena de la cocina

De nuevo: púdranse; Shinji responde a los justificados reclamos de Asuka como Anno imagina responderían los otakus tóxicos que tanto desprecia, como lo haría un novio manipulador si su novia comenzara a liberarse de esa relación tóxica, recurriendo al abuso físico: “si no me vas a amar entonces te voy a destruir”.

Por supuesto esa escena detona el viaje pirado al final, que incluye escenas de los mismos fans de Anno en el mundo real en un cine, donde condescendientemente les pregunta (o bueno, a su avatar, Shinji) si se siente bien estar escapando de la realidad y de sus depresiones en lugar de enfrentar el mundo real.

Does it feel good?

Does it feel good?

De nuevo: púdranse; y definitivamente olvídense del núcleo emocional de la serie, que es la relación (que va mucho más allá de sentimental) entre Shinji y Asuka.

Y aún así, aún así, EoE termina con Shinji y Asuka juntos después del apocalipsis; no necesariamente queda claro (porque el pinche Anno es incapaz de dar respuestas, si es que las tiene) si más seres humanos serán restaurados (como lo fue Asuka) del jugo Tang que es el LCL en que se convirtió la humanidad; o si ellos dos se convertirán en unos nuevos Adán y Eva. No importa mucho: acaban juntos.

Por supuesto sigue siendo increíblemente frustrante, porque no los vemos realmente nunca interactuar… excepto cuando Shinji trata de nuevo de ahorcarla, y Asuka lo detiene con el gesto sorprendentemente más tierno que tiene para él en toda la serie: acariciando suavemente su cara.

La caricia

La caricia

A lo que Asuka procede a decirle a Shinji (el avatar) que qué desagradable es, cuando él se echa a llorar. Porque púdranse.

Así que por eso es que mi relación con EoE es… complicada. Me encanta que un montón de los hilos de la trama en la serie sean respondidos o al menos atendidos; y por supuesto es espectacular desde el punto de vista técnico (la escena de Asuka despedazando los Evas fabricados en masa es fácilmente de mis preferidas en toda la historia del animé). Pero lo que yo y muchos consideramos uno de los pilares de la historia (la relación, incluyendo la parte romántica, entre Shiji y Asuka) es hecha de lado, si no es que minimizada (o peor aún: ridiculizada) por Anno, porque el idiota sentía despecho de que sus fans le reclamaran su final original, al no entender su incoherente mensaje de que la serie siempre fue acerca de depresión adolescente.

Lo que nos lleva a la tetralogía cinematográfica Rebuild of Evangelion… pero esa es otra bestia completamente distinta, así que hablaré de ella en otra entrada.

Nada más para terminar con Eva: varias partes de la misma (comenzando con Asuka) son de mis favoritas de todos los tiempos en animé; pero también hay muchas partes que no me gustan. En su conjunto la serie (y también EoE) son increíblemente frustrantes para mí.

Pero sigue siendo un animé seminal y lo magistral de sus aspectos técnicos son innegables. Nada más, como serie no es mi favorita; y con todos los problemas que tiene, encuentro a Darling in the FRANXX muchísimo más satisfactoria.

De cualquier forma vean Eva; a estas alturas del partido es básicamente inevitable si uno ve animé, y pues está toda en Netflix, así que tampoco es como que sea difícil.

Overlord

Después de Guilty Crown, me aventé Overlord.

Overlord

Overlord

Overlord es un isekai casi al pie de la letra: el líder de una cofradía (guild) en un DMMOPRG (Dive Massively Multiplayer Online Role Playing Game; el Dive significando que es realidad virtual), que ha estado funcionando durante 12 años se prepara dentro del juego a que por fin apaguen los servidores. El líder había invitado a todos los miembros de la cofradía al evento, pero sólo pudo ir uno, y se desconecta antes de que el juego termine para siempre.

Así que el líder permanece conectado, pero cuando los servidores se apagan descubre que permanece en un mundo que es el del videojuego, y que al parecer él conserva los casi ilimitados poderes que tenía en el mismo. Todos los NPCs del juego ahora son sus habitantes, comenzando por los sirvientes de la cofradía, que por supuesto incluyen múltiples féminas que se pelean entre ellas por la atención del líder.

La parte novedosa es que tanto el líder (u overlord) como todos los miembros de la cofradía (que al parecer ninguno estaba cuando se apagaron los servidores), y también todos los NPCs que los servían y que aún existen en este nuevo mundo, son monstruos; no son humanos o las razas comunes aliadas (elfos, enanos y demás).

El cambio en el líder incluye al parecer perder su humanidad y su deseo sexual; lo primero causa que no tenga miramientos en asesinar miles de humanos si le conviene a sus planes; y lo segundo frustra a todas las sexys monstruas que quieren literalmente tronarle sus huesitos (el líder es un esqueleto en el videojuego y en el nuevo mundo).

El líder

El líder

El animé cumple con casi todos los clichés de la categoría isekai, pero está muy interesante el nuevo mundo que antes era un videojuego, y es divertido ver cómo el líder tiene poderes casi ilimitados en el mismo. Lo único es que la historia no es muy emocionante que digamos: el líder es para motivos prácticos indestructible e invencible, y sus sirvientes (los que antes eran NPCs) se le acercan en poder, entonces básicamente pueden conquistar a todo el mundo sin muchos problemas.

Los diseños de personajes están bastante padres (especialmente porque casi todos los sirvientes del líder son monstruos); la animación es espectacular en las escenas de acción (que abundan); y la música está bastante divertida. Overlord utiliza CGI en múltiples ocasiones, en particular para representar ejércitos masivos. Hay muchos fans del animé que consideran el uso de CGI como un sacrilegio (con muy pocas excepciones); a mí no me molesta, y me queda claro que la industria de animé en Japón es básicamente insostenible actualmente, y dicha insostenibilidad empeoraría todavía más si esperáramos que todos los cuadros de todos los animés fueran dibujados a mano.

Hay un par de escenas donde el CGI de Overlord sí es algo acartonado y por lo tanto resalta feamente; pero la verdad no lo veo como algo terriblemente grave. Más adelante reseñaré animés donde el CGI sí llega a grados ridículos; pero no es el caso con Overlord, me parece.

La serie es más o menos arrecha, especialmente con Albedo y Shalltear, la súcubo y vampira que más se disputan entre ellas la atención del líder; pero en general el animé utiliza esto para generar chistes, no para ofrecer fanservice.

Shalltear y Albedo

Shalltear y Albedo

Fuera de eso, la verdad es que me chuté las tres temporadas que hay del animé, y probablemente me chute las que sigan (estaría padre averiguar el misterio de cómo el líder acabo en un mundo que es idéntico al del videojuego), pero no estoy al borde de mi asiento esperando una nueva temporada. Está divertida y sí me ha gustado, pero tampoco es que esté entre mis favoritas; probablemente porque casi no hay romance: la pérdida de humanidad del líder básicamente impide que lo haya con el protagonista principal. Sin embargo sí hay un pequeño romance entre uno de los sirvientes del líder y una humana; y sí es de las cosas que más me gustó de la serie, pero es muy cortito y no muestran mucho al respecto.

Como sea; sí recomiendo Overlord, pero tibiamente; está divertido, pero tampoco es espectacular, desde mi punto de vista.

Guilty Crown

Poco después de Princess Lover! vi Guilty Crown.

Guilty Crown

Guilty Crown

Muchos fans del animé decimos, cuando queremos ser graciosos, que vemos animé “por la trama”, donde se entiende que “la trama” son los imposiblemente zangoloteables senos desafiantes de la gravedad que suelen caracterizar al medio. O como dicen más sucintamente los gringos: big ass anime tiddies.

Sinceramente yo no veo animé nada más “por la trama”; y no se me escapa la ironía de que probablemente todos los que sí lo ven “por la trama” dirían exactamente lo mismo; pero en serio, a estas alturas de mi vida lo que menos me importa es la cantidad de fanservice que tenga una caricatura japonesa. No me molesta ver “la trama” (estoy tratando de ser sincero); pero no la necesito para disfrutar un animé.

Repito: mi animé favorito de todos los tiempos, Cardcaptor Sakura, no tiene “trama” en lo más mínimo. Dicho todo lo anterior, he de admitir que Guilty Crown la comencé a ver exclusivamente por “la trama”.

La

La “trama”

Al ver esa escena en YouTube, y como la adorable Hare trata de ligarse a Shu, me dije a mí mismo: “mí mismo, hay que ver ese animé…”

“Por la trama.”

Lo cual, tal vez predeciblemente, resultó en que terminara completamente decepcionado con la serie. Irónicamente, tiene una trama muy mala; una trama, no una “trama”; la “trama” está bastante bien, de hecho, como pueden ver arriba.

Haría una sinopsis de la historia, pero me niego; involucra una preparatoria (por supuesto), y poderes que pueden adquirir y son generalmente usados por adolescentes (por supuesto). También hay una tragedia que ocurrió hace años y que es un misterio; organizaciones gubernamentales malévolas y una resistencia que se le opone; y por alguna razón una ídolo que canta de manera particularmente sosa.

No importa: la historia es medio retrasada mental y los personajes actúan de forma completamente inverosímil casi todo el tiempo; después de que es absolutamente obvio que Shu está trabajando con la resistencia, sigue acudiendo a su prepa a pesar de estar bajo la vigilancia del gobierno malévolo, y nadie menciona que esto es probablemente lo más estúpido del mundo mundial. Pero supongo que no querían abandonar la ambientación preparatoriana.

La serie tiene varias cosas buenas; el diseño de personajes es maravilloso (véase: “la trama”); la animación y las escenas de acción son espectaculares; y la idea de los poderes de los adolescentes (aunque una completa mamada) está interesante. Pero todo lo demás se cae literalmente a pedazos; particularmente la música, que juega un papel muy importante en la serie, y que yo al final ya me tenía hasta la madre. Eso casi nunca me pasa a mí con animé.

Sin embargo lo que causó que este animé me perdiera para siempre, fue que a la mitad matan a Hare (dícese: “la trama“): la encantadora muchachita era por mucho el personaje más entrañable; su poder era probablemente de los más útiles; y era sin duda alguna la única pinche vieja que le convenía a Shu, porque el resto son insoportables, con Inori además siendo mustia como una mosca.

Guilty Crown lo comencé a ver por “la trama”, y la terminé por disciplinado; pero es de verdad de los animés que más me han decepcionado en muchos años: tenía todo el aspecto ténico resuelto de manera casi perfecta, nada más se les olvidó escribir una historia decente (y componerle una buena música) alrededor.

Así que no la recomiendo; de verdad no la vean… a menos que sea nada más por “la trama”.

Princess Lover!

Poco después de Demon Slayer, terminé Princess Lover!

Princess Lover!

Princess Lover!

Princes Lover es el primer animé que reseño que no es original, ni está basado en un manga o una novela ligera; en su lugar, este animé está basado en una novela visual, que es el término que utilizan los japoneses para describir videojuegos donde uno puede tomar un puñado de decisiones, y se la pasa leyendo la historia y viendo los gráficos correspondientes en la pantalla.

Pero siendo más preciso, Princess Lover! es un eroge, que son novelas visuales donde la parte visual es extremadamente arrecha, y en muchos casos definitivamente pornográfica.

No sé qué tan pornográfica sea la novela visual en la que Princess Lover! está basado; pero el animé es bastante arrecho.

Es, en estilo, muy similar a Highschool of the Dead, con la diferencia principal siendo que aunque yo encontré HOTD muy entretenido, Princess Lover! en cambio me pareció bastante aburrido. Y definitivamente estúpido.

La historia es bastante mensa: los padres de Teppei Arima mueren en un accidente automovilístico, y el muchacho es contactado por su abuelo, que resulta es el presidente de una gran conglomerado japonés.

El abuelo le dice a Teppei que quiere hacerlo su heredero y lo inscribe a una escuela de élite, donde un montón de muchachitas que enseñan los calzones a la primera provocación se enamoran de él y se convierten en su harén (la unidad básica familiar del animé), junto con su criada personal Yū, que también atiende a la escuela para poder servir a Teppei literalmente en todo momento.

La historia tiene acción bastante bruta, porque hay intrigas contra el conglomerado del abuelo y contra Teppei por ser el potencial heredero. Todos los personajes son bastante sosos en mi opinión, excepto tal vez por Yū que es completamente fiel a Teppei.

Yū Fujikura

Yū Fujikura

Yū terminó siendo lo único que me gustó del animé: la animación es más bien chafa; el diseño de personajes existe nada más para cosificar al harén (la unidad básica familiar del animé); la historia es inverosímil pero además bastante estúpida; la música es el Jpop más genérico del universo; y es en general una de las peores muestras de lo que puede ocurrir con una serie cuando la intención de los creadores no va mucho más allá de tratar de excitar a adolescentes atolondrados.

Así que yo no recomiendo este animé; la verdad hay un montón de animé de extraordinaria calidad en el mundo, o al menos indudablemente entretenido, como para andar perdiendo el tiempo con creaciones tan mediocres como Princess Lover!

Demon Slayer

Después de HOTD, me chuté Demon Slayer; que antes de empezar a hablar de él, me parece importante mencionar que creo es de los mejores animés que han salido en los últimos años, y que probablemente deberían ir y verlo. Y después la película, Demon Slayer: Mugen Train, porque también es de las mejores películas de animé que han salido en los últimos años.

Demon Slayer

Demon Slayer

En la primera mitad del siglo XIX, el artista japonés Hokusai creó la impresión xilográfica 神奈川沖浪裏, La gran ola de Kanagawa, que es considerada (si le creemos a la Wikipedia) una de las obras de arte japonesa más reconocidas en el mundo.

La gran ola de Kanagawa

La gran ola de Kanagawa

A mí empíricamente me parece que sí lo es, porque la tengo grabada en mi memoria cultural desde que era niño, sin de hecho saber su nombre hasta que la busqué para escribir esta entrada.

Demon Slayer basa mucho de su estilo, de manera explícitamente no sutil, en La gran ola de Kanagawa; los ataques de Tanjiro utilizando el estilo de Respiración de Agua para katana evocan a la impresión xilográfica de manera indudable.

Water Breathing

Water Breathing

Como yo lo veo, Demon Slayer intenta evocar a La gran ola de Kanagawa en mucho más que el estilo visual; sinceramente aspira a convertirse en una obra de arte que todo mundo reconozca de inmediato como algo intrínsecamente japonés.

El animé relata la historia de Tanjiro Kamado, un adolescente japonés al inicio del siglo XX, que recolecta carbón y lo vende en la villa más cercana para apoyar a su familia. Su padre murió unos años antes, pero tiene a su madre y varios hermanos menores, y es un muchacho gentil y amable.

Un día que regresa de haber vendido carbón, encuentra a toda su familia asesinada de la manera más violenta posible por demonios, y a su hermosa hermana Nezuko transformada en uno. Con mucho esfuerzo Tenjiro consigue hacer que Nezuko lo reconozca (y no trate de comérselo), y en ese momento aparece un demon slayer; un miembro de una organización secreta que tiene siglos combatiendo a los demonios.

Inicialmente el demon slayer quiere matar a Nezuko, pero Tanjiro lo convence de que no lo haga, especialmente cuando le explica que su hermana aún no ha asesinado ni comido a un ser humano. El demon slayer pone a Tanjiro en el camino de convertirse también en un demon slayer, con el objetivo de encontrar una cura para Nezuko, lo que se traduce en años de entrenamiento con katanas perfeccionando técnicas de respiración especiales que, cuando son usadas de la manera correcta, le dan casi superpoderes a los demon slayers; lo que les permite enfrentarse a los demonios y sus poderes sobrenaturales. Mientras Tanjiro entrena, Nazuko duerme en una especie de hibernación; pero de cualquier manera el muchacho le pone a su hermana un pedazo de bambú como bozal, para ayudarla a controlar sus ansias de comer seres humanos.

Nezuko

Nezuko

Una vez concluido su entrenamiento, que incluye un examen de graduación brutal donde de decenas de candidatos sólo sobreviven un puñado, Tanjiro comienza a viajar con misiones para asesinar demonios, y el muchacho viaja con una caja a su espalda donde Nazuko se esconde (uno de los poderes de demonio que la muchacha tiene es poder aumentar y disminuir su tamaño).

Tanjiro y su caja

Tanjiro y su caja

La caja también es necesaria porque Tanjiro viaja de día, y los demonios mueren si son expuestos a la luz del sol; eso y las espadas especiales que utilizan los demon slayers son lo único que los puede matar, y únicamente decapitándolos. La muchacha no es nada más bulto; como Tanjiro suele cazar a los demonios de noche, Nezuko puede ayudarlo a enfrentarlos, lo que normalmente ocurre.

A lo largo del camino Tanjiro se hace amigo de otros dos demon slayers igual de novatos que él: Zenitsu, que es superficialmente un cobarde y medianamente incompetente (al menos al inicio), pero que cuando pierde el conocimiento (normalmente de lo asustado que está), resulta que puede ejecutar un movimiento (y sólo uno) de katana poderosísimo a la perfección, lo cual suele salvar al grupo en más de una ocasión (y siempre sin que Zenitsu recuerde que lo hizo); e Inosuke, un perfecto espécimen de la raza humana (además con un rostro hermoso, incluso para ser hombre), que es básicamente un guerrero salvaje que utiliza una cabeza de jabalí como casco, y que sus habilidades de combate son superadas únicamente por su inverosímil ego.

Tanjiro, Zenitsu e Inosuke

Tanjiro, Zenitsu e Inosuke

Poco a poco Tenjiro va descubriendo o perfeccionando sus habilidades innatas; además de contar con un olfato extraordinario (que es invaluable al combatir demonios), el muchacho cuenta con una cabeza extremadamente dura (físicamente dura, no que sea necio), y encima de todo tiene una empatía enorme, lo que le permite sentir lástima incluso por los demonios que asesina.

Demon Slayer es, nada más desde el punto de vista técnico, una obra de arte; no sólo los diseños de personaje son de los más llamativos que he visto en años, la animación es espectacular; la música está increíble; y en general se puede calificar como un animé perfecto desde un punto de vista artesanal.

Pero por encima de todo ello, la historia es de las cosas más interesantes, entretenidas, emocionantes, sentimentales y divertidas que he visto en mucho tiempo; con un montón de personajes entrañables (incluyendo varios demonios), y una mitología que se va expandiendo poco a poco conforme uno mira la serie.

Y además, por si no fuera poco, es de las series más respetuosas que he visto con respecto a sus mismos personajes: no sólo los villanos son mostrados en general bajo una luz más acongojada que enojada (Tanjiro no odia a los demonios; les tiene lástima); no sólo se le da espacio a cada personaje para explicar sus antecedentes y permitirle crecer; es además de los pocos animés donde básicamente el fanservice no existe, donde no se sexualiza a las mujeres (sin que por ello dejen de ser bellísimas), y donde Tanjiro es la antítesis de la masculinidad tóxica.

Kanao

Kanao

El muchacho, sin en ningún momento dejar de ser un héroe y un guerrero valiente, idealista y entregado, jamás es agresivo de manera gratuita; jamás abusa de sus poderes; y siempre mantiene el buen y humor y la gentileza, estando dispuesto a sonreír incluso después de todos los traumas por los que debe atravesar en su carrera como demon slayer.

Tanjiro sonriendo

Tanjiro sonriendo

Y en último pero definitivamente no menos importante lugar, la primera temporada del animé continúa con una de las películas basadas en animé más extraordinarias que yo jamás haya visto; no sólo (una vez más) por los aspectos técnicos y artesanales: también por una extraordinaria historia con un impacto emocional que es literalmente difícil de explicar: de verdad vayan y vean el animé y después la película (pueden ver la película sin la serie, pero el impacto es mucho mayor si lo ven todo junto).

La única cosa que podría mejorar la serie para mí, sería que de hecho tuviera romance; pero nuestros héroes están muy ocupados decapitando demonios como para poder preocuparse de ese tipo de nimiedades. Hay una pista de tal vez un interés romántico para Tenjiro en la primera temporada; pero como es él, probablemente termine siendo sólo su amiga y él celebre esto; y también está la innegable atracción que siente Zenitsu por Nezuko, pero la serie utiliza esto más bien como material para hacer chistes, además de que está el problema de que, ya saben, Nezuko es un demonio.

Demon Slayer sería mi serie favorita si no fuera por la falta de romance (hey, tengo principios); pero es sin duda de las mejores (si no es que la mejor) que he visto en muchos años. Véanla, por favor, es de verdad una obra de arte y algo que no se deben perder: está en Netflix (al menos el animé), así que no tienen pretexto para no hacerlo.

Highschool of the Dead

Poco después de The Future Diary me chuté Highschool of the Dead, también conocida por sus siglas, HOTD.

Highschool of the Dead

Highschool of the Dead

Hay tres cosas que me gustan en la vida: animé, romance adolescente e historias de zombies… ¿cómo es que entonces a nadie más se le había ocurrido combinar todas estas cosas en una divertidísima serie?

HOTD es hilarante, varias veces de manera involuntaria. La historia está ahí, en el título: son preparatorianos sobreviviendo un apocalipsis con zombies, y la serie es completamente honesta al respecto: no es más ni menos que eso.

Obviamente, como corresponde a una historia con zombies, la violencia es gutural e inverosímil; los muchachos disponen de zombies utilizando bats, katanas, lanzas y, eventualmente, armas de alto calibre y vehículos blindados.

No tiene el menor sentido (comenzando con el hecho de que sobreviven); pero es divertidísimo y extremadamente violento.

Obviamente, como corresponde a una historia de preparatorianos, el “romance” y las hormonas de los mismos están presentes todo el tiempo; la serie es arrecha de forma, valga la rebuznancia, caricaturesca: ya he mencionado el inigualablemente imposible zangoloteo de senos con consistencia de gelatina que el animé produce regularmente. HOTD alcanza niveles tan ridículos al respecto, que me parece que da la vuelta al continuo de lo que es pésimo, y se convierte en una forma de arte paradójicamente sublime.

Eso, o al menos es increíblemente divertido ver cómo la serie se las ingenia para que estas pobres muchachas enseñen los calzones en absolutamente todas las oportunidades posibles, e incluso en múltiples oportunidades no posibles.

Fanservice

Fanservice

Nunca cambies, Japón…

Eso es HOTD: zombies, violencia extrema (entre más sangre y entrañas, mejor), y muchachas enseñando los calzones y zangoloteando sus gelatinescos senos a la menor provocación. Avienten en medio unos cuantos chistes juveniles, y básicamente han destilado el animé a sus componentes básicos principales.

A mí me encantó: el diseño de personajes es un poco más estilizado de lo que me gusta, pero las muchachas están guapas y la serie no perderá tiempo en restregarles este hecho en sus caras; la música es espectacular, con una de las mejores aperturas (si no es que la mejor) de rock (o bueno, pop-rock) que ha habido en un animé; y con una animación excelente con muchísima acción con lujo de violencia y fanservice absolutamente gratuito. ¿Qué más se puede pedir en la vida?

¿Una buena historia? ¿Personajes tridimensionales con deseos y necesidades bien establecidos? ¿Acción que, ya saben, siga las reglas de la física? Nah; todo eso son nimiedades para esta serie: HOTD consiste en ver adolescentes ridículamente sexualizadas destripando zombies con máximo lujo de violencia, mientras enseñan los calzones y zangolotean sus senos desafiando a la gravedad.

Bajo esos criterios, HOTD es tan bueno como uno podría esperar, y se puede discutir que es lo mejor del género. No hay ninguna pretensión, ninguna aspiración cultural o intelectual: la serie es lo que es, y dentro de lo que es, probablemente sea de lo mejor que exista.

Agreguen que tiene una pizca de romance, ya saben, romántico, y es sin duda alguna una de mis series preferidas: es estúpida como un costal de ladrillos, y la adoro como no tienen idea.

Mi único pesar es que el creador del manga sobre el que se basa el animé, Daisuke Satō, murió en marzo de 2017, dejando la historia sin concluir; y el resto de los realizadores decidieron dejar la historia así, inconclusa. Nunca sabremos qué será de Takashi y su harén (la unidad básica familiar del animé) de compañeritas con senos gelatinescos.

Tal vez sea algo positivo: el delicado equilibrio que tiene que tener una creación artística tan mala para que de hecho se vuelve buena sería muy fácil de romper, si hubiera habido más de los doce episodios y el solitario OVA con el que contamos.

Yo recomiendo HOTD ampliamente; es lo que es, y no pretende ser nada más. Si la ven bajo esa perspectiva (y de preferencia apagando sus neuronas mientras lo hacen), me parece que también la pueden disfrutar mucho; está en Netflix, si les interesa.

The Future Diary

Alrededor de la época en que estaba viendo Scum’s Wish, terminé The Future Diary; de hecho me la habían recomendado años atrás, pero no la empecé a ver sino hasta la pandemia.

The Future Diary

The Future Diary

Yukiteru Amano, un muchacho de 14 años, vive su vida apuntando religiosamente todo lo que ve en un diario en su teléfono celular (un flip-phone; la serie está basada en un manga que se comenzó a publicar en 2006), cuando de repente se ve envuelto en un torneo mortal donde participan múltiples personas: el ganador del torneo se convertirá en el nuevo dios del universo; el actual (y moribundo) dios (que por alguna razón era amigo de Yukiteru) es el organizador del mismo.

Cada participante tiene un teléfono celular, y algún poder asociado al mismo; Yukiteru en particular puede ver entradas de su diario en el futuro, y como él apunta todo lo que ve, es bastante útil porque puede en general enterarse de todo lo que verá en el futuro, excepto él mismo (Yukiteru nunca escribía de sí mismo, sólo de sus alrededores).

Independientemente de esa desventaja, Yukiteru hubiera durado como catorce segundos en un torneo donde los participantes tratan de matarse entre todos, pero se alía con él Yuno Gasai, un simpática, lindísima, sociópata y violentísima muchachita, que alegremente le informa que lo ama, y que tiene años siguiéndolo en secreto y anotando todo lo que él hace en su celular: su teléfono entonces le avisa de todo lo que Yukiteru hará, por lo que combinando ambos básicamente tienen completa información de lo que pasa alrededor de ellos, siempre y cuando permanezcan juntos.

Yuno no nada más tiene un teléfono perfecto como complemento al de Yukiteru; además es excelente para pelear a muerte (particularmente usando navajas y/o espadas), y una completa indiferencia a asesinar a cuantos seres humanos sean necesarios para mantener a Yukiteru a salvo.

Yuno Gasai

Yuno Gasai

La serie, como podrán ver, es estupidísima; pero también es divertidísima por varias razones.

En primer lugar, es muy interesante ver cómo funcionan los teléfonos de todos los participantes y las estrategias que se les ocurren para utilizarlos efectivamente y matarse entre ellos. En segundo lugar, la serie es violentísima al estilo de las películas de Tarantino: acción ininterrumpida, sangre a cubetadas, y siempre siendo muy entretenido.

En último pero definitivamente no menos importante lugar, Yuno se roba toda la serie; la simpática muchachita está genuinamente enamorada de Yukiteru (lo cual, dado cómo es ella, se traduce en que no pocas veces trate de asesinarlo), y Yukiteru se mantiene junto a ella porque sin duda alguna la necesita para sobrevivir, pero también porque no puede dejar de notar lo linda que es: Yukiteru está a la vez imposiblemente atraído a e increíblemente aterrado de la bellísima muchachita. Yuno no ayuda, cambiando mercurialmente de besarlo apasionadamente a tratar de acuchillarlo en lo que dura un parpadeo y dependiendo de las circunstancias.

Belleza asesina

Belleza asesina

La serie es arrecha, obviamente, con además bastantes temas adultos que van de la explotación sexual infantil a, ya saben, el asesinato de decenas de personas utilizando bombas por parte de una terrorista convertida eventualmente en superheroína.

A mí me gustó mucho; la historia no tiene el menor sentido, especialmente hacia el final cuando se revelan realidades paralelas y viajes en el tiempo, pero el trayecto es genuinamente divertido y Yuno es de los personajes más dañados que yo haya visto en un animé, sin por ello dejar de ser lindísima y adorable; incluso cuando mata gente al por mayor, como si fuera miércoles de plaza.

Y aunque de forma muy enferma, la serie está anclada en el romance entre Yukiteru y Yuno, y de forma increíblemente oscura y delirante les permite a los dos tener su final feliz como dioses en un nuevo universo que ellos crean y donde definen sus propias reglas.

Es, de manera terriblemente tóxica, de las series más románticas que he visto. Pero no se preocupen: está toda la demás violencia para que se entretengan con eso, si el romance no les interesa. Además, el diseño de personajes está bastante padre; la animación es espectacular en la delirante acción mientras todos tratan de matarse entre ellos; y la música está muy divertida.

Así que yo sí lo recomiendo; nada más no esperen un animé convencionalmente divertido o romántico: es gente destazándose con lujo de violencia durante 26 episodios. Está en Funimation, si les interesa.

Scum’s Wish

Poco después de The Rising of the Shield Hero, me chuté (¡dos veces!) Scum’s Wish.

Scum's Wish

Scum’s Wish

A ver, déjenme ver si lo puedo resumir rápidamente: Hanabi está enamorada Narumi, que crecieron como hermana y hermano mayor, pero que él ahora es su maestro en la prepa; Mugi es compañero de Hanabi y está perdidamente enamorado de Akane, la nueva maestra de música, aunque la conoce de años atrás que era su tutora; Noriko es la amiga de la infancia de Mugi, y siempre ha estado enamorada de él; Sanae es amiga de Hanabi, pero en el fondo está enamorada de ella.

Para desesperación de Hanabi y Mugi, Narumi y Akane comienzan a salir; y como Narumi ni siquiera ve a Hanabi como mujer; y Akane es literalmente el diablo encarnado, Hanabi y Mugi deciden comenzar a salir y hacer “cosas” (no necesariamente en ese orden), básicamente por una combinación de despecho, frustración, aburrimiento, y una indudable química que se tienen desde que comienzan a llorar el uno en el hombro de la otra por sus amores no correspondidos con sus profesores. Que Hanabi y Mugi salgan a su vez desata los celos de Noriko y Sanae, lo que las lleva a hacer sus propias movidas.

La serie es, pues, una pinche telenovela que bien podría hacerle la competencia a las de Televisa; pero me prendió completamente por una escena entre Hanabi y Akane (que, repito, es el diablo encarnado); dándose cuenta la joven y bonita maestra de música, de que la adolescente está enamorada de su nuevo novio, le dice cuando se la encuentra en el pasillo después de pasar su primera noche con él: “yesterday, we had sex.”

Ayer, me lo cogí

Ayer, me lo cogí

Es tan malévolo, tan mezquino, tan hijo de la chingada, que me enamoré de Akane: es de verdad el diablo encarnado. Porque además procede a cogerse a Mugi también, nada más para quitárselo a Hanabi también.

Una persona más fría que Hanabi habría acusado a Akane con Narumi, y más fríamente incluso con las autoridades escolares; le podría haber destrozado la vida. Pero Akane calcula (correctamente) que Hanabi es incapaz de causarle ningún dolor a Narumi y que entonces se quedará callada.

Lo que hace Hanabi en cambio es aceptar los avances de Sanae y tener una sana experimentación sexual lésbica, porque por qué no. A Noriko, por cierto, nadie le da cumplimiento; lo que es medio una tragedia, porque es una belleza… todas son unas bellezas en este animé, como era de esperarse.

Sanae, Narumi, Hanabi, Mugi, Akane y Noriko

Sanae, Narumi, Hanabi, Mugi, Akane y Noriko

La serie es por supuesto tan arrecha que hasta salpica; pero lo es de manera muy sincera y muy sexo positiva: quitando la relación sexual entre Akane y Mugi (que es él menor de edad y su alumno), es realmente una exploración muy sana y honesta de la sexualidad adolescente y de cómo afecta la amistad y las relaciones de todos los involucrados (que uno esperaría normalmente fueran dos, pero pues ya ven cómo es la vida).

A mí me encantó la serie, a pesar de (o justamente por) ser terriblemente melodramática y tomarse completamente en serio; nada más no me gustaron dos cosas: la primera, que Hanabi y Mugi nunca pueden explorar su relación en paz, por andar enamorados de otras personas y porque Akane va y mete su sucia cuchara en el asunto. Y la segunda, que Narumi está dispuesto a aceptar a Akane tal y como es (incluyendo el hecho de que le va a ser infiel), y esto causa que Akane comience un camino de redención que incluye el que Hanabi la perdone hacia el final cuando Narumi y Akane anuncian su próximo matrimonio.

No me molesta que Narumi acepte a Akane con todo e infidelidad; de hecho me parece muy progresivo de su parte. No me molesta que Akane comience a redimirse; todo mundo merece el intentar corregir sus errores (y ojo: ni yo ni la serie ponen la promiscuidad de Akane como un error; los errores son lastimar y mentirle a la gente, especialmente de gratis). Tampoco me molesta que Hanabi la perdone; todo mundo merece una segunda oportunidad. No, lo que me molesta es que la comiencen a redimir; me hubiera encantado que continuara con su forma de ser malévola, y que además Narumi la siguiera aceptando así, mala como la carne en chile verde y en ayunas.

Además, dentro del hecho de que Hanabi y Mugi nunca pudieran explorar su relación en paz, está que nunca tienen sexo. Juguetean un poco y hay cierta exploración sexual; pero nunca se acuestan “propiamente”, si tal cosa existe. Y yo creo que sí merecían el intentar estar propiamente juntos, porque sinceramente se gustaban y se querían y se respetaban.

Sin embargo, al parecer, no estaba destinado a ser.

Yo recomiendo altamente esta serie: la música está padre; el diseño de personajes me parece muy bonito; la historia es deliciosamente melodramática; y es de verdad muy divertida. Nada más no se equivoquen; es casi exclusivamente romance adolescente, con una dosis muy saludable de sexo e infidelidad; y el ritmo es más bien lento mientras los personajes ponderan acerca de sus sentimientos o (en el caso de Akane) a quién hay que chingarse en ese momento.

Está en Prime Video, si les interesa.

The Rising of the Shield Hero

Poco después de Love and Lies me chuté casi de corrido The Rising of the Shield Hero.

Antes de que lean mi reseña: les recomiendo encarecidamente que vayan y vean este animé. Es de lo mejor que he visto en años y (para aquellos de mis lectores que esto les preocupe) no es un animé romántico… digo, sí tiene romance (sigo siendo yo), pero es un animé de acción y aventura, y es de verdad extraordinario.

The Rising of the Shield Hero

The Rising of the Shield Hero

The Rising of the Shield Hero es un isekai casi al pie de la letra, pero que cambia un par de clichés que lo hacen muy interesante; además de que es indiscutiblemente muy bueno.

El protagonista es Naofumi Iwatani, que no es nini, ni es adolescente, ni es antisocial, ni muere atropellado por truck-kun; en su lugar, Naofomi es un joven adulto japonés que un día de buenas a primeras se ve invocado (por no decir raptado) a un mundo de fantasía, magia, héroes y monstruos.

Más diferencias: Naofumi no es el único héroe invocado (o raptado); es parte de un grupo de héroes: uno de la espada, otro del arco, otro de la lanza y Naofumi, del escudo; además, cada héroe viene de Japón, pero los cuatro muchachos se dan cuenta rápidamente de que vienen de versiones de Japón distintas (los primeros ministros son diferentes para cada uno, y no reconocen a los de los demás). La otra diferencia: los héroes no son encomendados a derrotar al demon lord; más bien tienen que defender al reino de una serie de ataques (llamados olas, waves) por parte de un enemigo nebuloso que nadie explica claramente.

Los problemas comienzan para Naofumi porque, por cómo lo tratan todos en el reino, al parecer nadie da dos pesos por el héroe del escudo, considerándolo medio inútil a comparación de los héroes que pueden realizar ataques.

Y además del sutil desprecio con el que todo mundo lo trata, Naofumi es embaucado por Malty, la primera princesa del reino, que promete ayudarlo para casi inmediatamente después acusarlo (falsamente, por si era necesario aclararlo) de haberla violado.

Por qué hace esto la princesa es medio enredado; tiene que ver que la religión estatal sólo reconoce a los tres héroes con armas de ataque, desconociendo al héroe defensivo. También tiene que ver que en el reino todo mundo (al parecer) desprecia al héroe del escudo. Y también lo hace para actuar como damisela desprotegida frente al héroe de la lanza, que es muy guapo y ligeramente retrasado mental.

Pero principalmente lo hace porque es una hija de la chingada.

Malty

Malty

La princesa Malty es de esos extraordinarios villanos del estilo de Dolores Umbridge o Gríma Wormtongue; alguien que no necesariamente está aliado con el villano principal, y de hecho se puede considerar nominalmente un aliado de “los buenos”; pero que es sin duda alguna un villano. Malty es de verdad la personificación del privilegio, el prejuicio, y (por si no fuera suficiente) el racismo, como se revela después en la historia.

Y todo lo asociado con ella es fabuloso en la historia.

Después de convencer a todo mundo que Naofumi la violó, queda claro que no pueden matarlo porque entonces perderían al escudo (se necesitan los cuatro héroes para detener las olas de ataques); y la única manera de cambiar de héroes es que los cuatro mueran y los reemplacen de golpe. Así que lo dejan ir, pero humillado, sin un centavo encima, y sin ningún apoyo por parte del reino (los otros héroes reciben en cambio todo el apoyo económico y moral que deseen).

Completamente amargado por la experiencia (hasta el gusto por la comida pierde Naofumi), el muchacho comienza a entrenar por su cuenta, decidido a limpiar su nombre y demostrarles a todos que sí es un héroe; pero rápidamente se da cuenta de que no puede avanzar (en niveles, experiencia y demás) por sí mismo: su arma (el escudo) no le permite atacar (o al menos al inicio no sabe cómo), y de hecho lo inhabilita para utilizar cualquier otra arma; por lo que necesita de alguien que pelee por él.

Y como absolutamente nadie en el reino está dispuesto a ayudarlo, Naofumi consigue ahorrar dinero derrotando monstruos débiles (un montón de monstruos débiles), y va y se compra una niña semihumana como esclava, Raphtalia.

Raphtalia chiquita

Raphtalia chiquita

Naofumi elije a Raphtalia básicamente por eliminación: además de ser una niña, está terriblemente enferma (el que se la vende le advierte que probablemente muera pronto), por lo que no tiene que pagar mucho por ella. Naofumi descubre con su escudo la capacidad de alimentarlo con básicamente cualquier material que le ofrezca, lo cual le permite analizar las cualidades de estos materiales, y eventualmente descubrir recetas de cómo combinarlos para hacer múltiples cosas, incluyendo medicina.

De esta manera Naofumi cura a Raphtalia y procede a entrenarla para que sea su espada; la niña inicialmente está aterrada (como esclava tiene un hechizo que le evita poder desobedecer a Naofumi), pero al poco tiempo se enfrentan a un enemigo que al parecer es demasiado para ellos, y cuando ve que su amo está dispuesto a sacrificarse por ella, toma la decisión de protegerlo con su vida misma, con lo cual ganan la pelea. La decisión también está justificada por múltiples otros episodios donde Naofumi la trata con más respeto del que casi nadie más le había dado, si bien de manera seca y cortante, porque él sigue amargado.

A partir de ese momento Raphtalia comienza a aumentar rápidamente sus habilidades de combate y subir sus niveles, lo cual hace que crezca aceleradamente (es una característica de los semihumanos, y parte de la razón por la cual son discriminados en el reino). Lo que nos lleva a que Raphtalia, que conocemos como una adorable niña, se convierta en esto:

Raphtalia grandota

Raphtalia grandota

A pesar del espectacular mujerón en que rápidamente se convierte Raphtalia, realmente sigue siendo una niña de 10 años; y por supuesto termina perdidamente enamorada de Naofumi (está orgullosa de y prefiere ser su esclava), pero sigue siendo tan inocente que cree que si dos adultos se besan quiere decir que tendrán un hijo.

Naofumi por lo mientras, la sigue viendo como si tuviera 10 años y es incapaz de ver que ella desea desesperadamente que le truene su cacahuatito.

El harén (la unidad básica familiar del animé) de Naofumi se ve completado por Filo, un monstruo en forma de ave (parece una gallina gigante), pero que puede adquirir la forma humana de una pequeña niña con alitas, literalmente como un angelito.

Filo

Filo

Así que nuestro héroe termina con un harén (la unidad básica familiar del animé) formado por niñas, no sólo menores de edad, sino prepubescentes, lo cual lleva a preguntarnos si realmente filo no es un juego de palabras con pedófilo.

Nunca cambies, Japón…

Siendo justos, Naofumi nunca intenta nada con Raphtalia (para desesperación de ella, ni siquiera le cruza por la cabeza); y con Filo tiene de hecho una relación padre/hija bastante chida (que no evita que Filo cele a Naofumi con Raphtalia). Siendo justos, también, la tercera integrante del harén (la unidad básica familiar del animé) de Naofumi es Melty, la hermana menor de Malty y segunda princesa del reino, que también es menor de edad y prepubscente.

Melty

Melty

Tampoco intenta nunca nada con ella (y ella tampoco se enamora de él, aunque lo respeta bastante), pero sí es desconcertante que el héroe termine rodeado de niñas prepubscentes (por más desarrollado que esté el cuerpo de Raphtalia).

Quitando esos elementos ligeramente incómodos (acusaciones falsas de violación, compra de esclavas, niñas prepubscentes viajando con un hombre adulto), la historia es espectacular: Naofumi tiene que trabajar absolutamente por todo, sin ayuda de nadie excepto sus niñas prepubescentes, y con todo mundo juzgándolo como violador de princesas indefensas.

Y él lo hace, de muy mal humor, pero disciplinadamente, eventualmente volviéndose mucho más poderoso que el resto de los héroes (tal vez predeciblemente, dado que ellos tenían un montón de ayuda y nada que probar, contrario a Naofumi).

La acción es espectacular; la música es espectacular; Raphtalia y su romance adolescente medio no correspondido es espectacular; los personajes son espectaculares (incluyendo los villanos); y el misterio del mundo y las famosas olas de ataque son también espectaculares. Es de verdad de los mejores animés que yo haya visto en mucho tiempo, y tiene literalmente de todo: acción, comedia, romance, intrigas políticas, comentario social…

Y por encima de todo a Raphtalia, que de verdad es de los mejores personajes que uno pudiera imaginarse: increíblemente hermosa, terriblemente aguerrida, y completamente leal a Naofumi; que una vez que ella está enferma le pide a él que pasen la noche juntos, y el muy estúpido cree que es porque tiene frío y le ordena a Filo que duerman juntas. Raphtalia es una feroz guerrera, pero nunca deja de ser adorable.

Así que vayan y véanlo; es muy bueno, increíblemente satisfactorio, y la segunda temporada se estrena en abril del año que viene. Está en Crunchyroll; no puedo recomendarlo lo suficiente, así que repito: vayan y véanlo.

Love and Lies

Para el punto en que estaba viendo KonoSuba, la cronología se pone un poquito más complicada; en general para ese momento ya veía varios animés a la vez. Así que (más o menos) a partir de ahora, reseñaré los animés en el orden en que los terminé; de cualquier forma es muy probable que confunda el orden de varios.

Como sea; el que sigue es Love and Lies.

Love and Lies

Love and Lies

La premisa de este animé es bastante chida; en una realidad alterna en Japón, ante la baja tasa de crecimiento poblacional (que sí es un problema real en nuestro Japón desde hace décadas), el gobierno establece un sistema donde cada japonés, al llegar a los 16 años, se le asigna una pareja con la que se tiene que casar; la selección es utilizando un algoritmo que maximiza la probabilidad de que el matrimonio sea duradero y que los hijos salgan sin cola de cochino. Si una pareja decide no casarse, las consecuencias son “severas”, pero nunca quedan claramente definidas.

(Qué pasa con los homosexuales, con la población transgénero, con los asexuales, o sencillamente la gente que le gusta dormir sin que alguien le arrime pies congelados en la noche, la serie hace como si tal gente no existiera; o al menos nunca se menciona nada al respecto.)

Yukari Nejima es un muchacho a punto de cumplir 16, que está aterrado de que le asignen una pareja distinta de Misaki Takasaki, de quien está enamorado desde que eran niños, así que un día antes de su cumpleaños, le pide a la muchacha que se reúnan en un parque para confesarle su amor (o bueno, que le gusta, porque es animé). La muchacha tarda horas en llegar, que él aprovecha en jugar en la arena del parque (lo cual es intrascendente), y cuando está a punto de irse, Misaki llega. Después de darle vueltas al asunto, Yukari por fin se arma de valor y le dice a Misaki que le gusta. Para su sorpresa, la muchacha le dice que a ella también le gusta él (al parecer porque le prestó una goma cuando eran niños… es intrascendente); lo que escala a que Yukari la abrace y le diga que quiere estar siempre con ella; lo que escala a que Misaki le proponga que se besen, porque le gusta de tal forma que le dan ganas de besarlo… y otras cosas. No estoy bromeando, es en serio lo que dice la alegremente caliente muchacha.

Other things...

Other things…

Milagrosamente para este tipo de animé, los muchachos proceden a tener el primer beso de sus vidas, e inmediatamente después, Yukari recibe una notificación del gobierno en su celular, diciendo que su pareja es Misaki (justo se dio la media noche mientras se besaban). Sin embargo, la notificación (que parecía ser un glitch) se borra, y en ese momento aparecen dos agentes del gobierno con un sobre con la notificación de su pareja… que no es Misaki, sino Ririna Sanada, que por supuesto no conoce. Entendiblemente destrozada, Misaki le desea toda la felicidad del mundo con su futura esposa y se va llorando, y unos días después Yukari va y conoce a Ririna, que resulta ser una belleza que además no está interesa en casarse con él si no la ama, y cuando se entera de Misaki básicamente le da su bendición de que ande con ella.

Ririna Sanada

Ririna Sanada

De todas formas Yukari y Ririna tienen que hacer múltiples actividades que el gobierno les impone y que sus familias les piden, así que los tres terminan pasando un montón de tiempo juntos, a lo que eventualmente se les une un amigo de Yukari, que dicen que es muy guapo, pero que tiene la personalidad de una caja de pañuelos y a mí me pareció intrascendente. Las muchachas, como era de esperarse, se vuelven amigas, y después de pasar algo de tiempo juntos, como era de esperarse, Ririna se enamora de Yukari (y en el fondo también viceversa), así que el muchacho termina con un mini harén (la unidad familiar básica del animé).

El harén de Yukari

El harén de Yukari

Ni se emocionen de la imagen, era sólo una sesión de fotografía. El conflicto de la serie radica básicamente en que Yukari y Ririna (al menos inicialmente) no quieren casarse, y que Ririna quiere facilitar que Yukari ande con Misaki. Misaki a su vez no quiere meter en problemas a Yukari y Ririna, y ya que la conoce y se hace su amiga (y se da cuenta de que se enamora de su novio), tampoco quiere interponerse, en particular con la notificación del gobierno. Todo eso está padre; es más o menos novedoso y es una manera de modernizar el cliché del matrimonio arreglado. Yo en general, desde que vi Robotech siendo niño, nunca le he dicho que no a un triángulo amoroso.

La serie es justificablemente arrecha; estamos hablando de adolescentes con hormonas hasta las narices, al fin y al cabo, y además Misaki Y Ririna sí son muy bonitas y simpáticas. Lo que me molesta es que la serie termina sin ningún tipo de resolución (y el OVA que salió unos años después tampoco mejora la situación): Ririna en algún momento le propone a Yukari que actúen durante seis meses como si no se soportaran, y entonces hay una solicitud que se le puede hacer al gobierno para que les elijan nuevas parejas, bajo el argumento de que el matrimonio no sería duradero (que es todo el punto del sistema). Pero ninguno de los dos quiere hacer eso, y además no garantiza que Misaki sea asignada a Yukari (además de que quién sabe quién le tocaría a Ririna).

Así que el animé termina con Yukari decidiendo que quiere a ambas muchachas en su vida, pero sin dar ninguna explicación de cómo va a funcionar eso o cuál es el plan cuando por fin le asignen su pareja a Misaki. Es bastante frustrante.

El diseño de personajes no me gusta particularmente; pero lo perdono por cómo dibujan los ojos enormes de las muchachas; la animación es pasable, pero nada más; y la música está simpática. Así que es, viéndolo de manera desapasionada, un animé bastante mediocre (aunque con misericordiosamente pocos episodios); pero a mí me gustó bastante, excepto por el ambiguo final. Es puro romance adolescente; unas dosis decentes de buen humor; y el ver como tres adolescentes medianamente estúpidos exploran su sexualidad y lo que es querer estar con alguien (nadie nunca tiene sexo, sólo sesiones medianamente intensas de faje). Y aunque no entran mucho en detalle al respecto, siempre es interesante el atacar la pregunta de qué es lo que causa que dos personas se enamoren, y de si es posible automatizar el proceso para hacerlo más efectivo y exitoso (dada la tasa de divorcios en todo el mundo, la idea no suena tan descabellada).

Así que yo sí recomiendo Love and Lies; no es nada del otro mundo, pero si les gusta el romance adolescente, la serie tiene de eso para aventar al techo.

KonoSuba

KonoSuba (técnicamente God’s Blessing on this Wonderful World!, pero nadie le dice así) es de los mejores animés que he visto, principal (pero no única) mente por su sentido del humor. Es hilarante casi todo el tiempo, pero este humor está anclado en los cuatro protagonistas principales, que son personajes muy bien definidos, que crecen a lo largo de la serie (con la posible excepción de Aqua), que tienen necesidades y deseos, y que son en general patéticas excusas de seres humanos (con la posible excepción de Aqua, porque no es humana, es diosa… una patética excusa de diosa).

KonoSuba

KonoSuba

Me da gusto que sea KonoSuba el primer isekai que reseño, porque es de los que más deconstruyen los clichés de los animés en la categoría. Kazuma (el protagonista) es un nini recluso antisocial, pero en lugar de morir gracias a truck-kun, realmente trata de salvar a una muchacha de ser atropellada por un tractor… innecesariamente, porque el tractor iba como a dos kilómetros por hora. Sin embargo Kazuma creía que había salvado a la muchacha y que iba a morir… lo que causa que muera… de miedo.

Su acción técnicamente heróica le gana la oportunidad de ser transferido con su cuerpo (y vestimenta) tal como era en la Tierra a un nuevo mundo de fantasía, así como elegir un arma y/o poder que le permitan derrotar al rey demonio de ese mundo, como bien tiene a explicarle Aqua, la diosa asignada a su caso. Sin embargo, cuando Aqua se desternilla de la risa al explicarle que su sacrificio fue bastante estúpido dado que el tractor al que se le aventó enfrente iba a dos kilómetros por hora, Kazuma (justificablemente molesto con la burlona diosa) decide que lo que elige para llevar al nuevo mundo es justamente a Aqua, lo que causa que de inmediato aparezca otra diosa (que era la subordinada de Aqua) y les diga a ambos que el deseo es concedido y los manda prontamente al nuevo mundo, no sin dejar de advertirle a Aqua que no puede regresar a sus labores como diosa hasta que hayan derrotado al rey demonio.

En el nuevo mundo Kazuma y Aqua descubren que no sirven para nada como aventureros: él tiene estadísticas pésimas en todas las categorías, excepto suerte; y Aqua es relativamente poderosa, pero su inteligencia la clasifica básicamente como una muy funcional retrasada mental… que la hermosa y estúpida diosa tiende a demostrar todo el tiempo.

El harén (la unidad familiar básica del animé) de Kazuma se ve completado por Darkness, una voluptuosa cruzada que es básicamente indestructible pero es incapaz de conectar con su espada a nada que se mueva (y muchas veces a nada que no se mueva), que además le encanta probar su indestructibilidad porque es masoquista y le encanta que se la madreen (y amarren, humillen, griten, y cualquier otra cosa que la ponga en una situación de sumisión); y Megumin, una linda hechicera que se especializa en explosiones… y absolutamente nada más, lo cual la vuelve inútil en casi toda circunstancia normal porque tiende a destruir todo lo que esté a su alrededor (aunque sí es estúpidamente poderosa).

KonoSuba entonces cumple con los clichés que mencionaba de isekai, pero con una sutil diferencia en cada caso, generalmente buscando burlarse del cliché, y además colgarse de ello para hacer chistes. Y yo le digo al de Kazuma harén (la unidad familiar básica del animé), pero realmente Aqua, aunque ridículamente hermosa, es tan retrasada mental que literalmente aniquila el líbido de Kazuma; Darkness probablemente podría andar con Kazuma, si el muchacho adquiriera los arrestos para darle a la cruzada el rigor de varón que probablemente ella ansía, pero Kazuma justo no tiene esos arrestos, además de que el ver que Darkness básicamente tiene un orgasmo cada vez que uno de los múltiples enemigos del grupo se la madrea también le mata el líbido; y al final está Megumin, que probablemente sí termine en algún momento siendo su novia (y ciertamente es lo que la mayor parte de los fans esperamos, porque es adorable).

El harén de Kazuma

El harén de Kazuma

Debo aclarar que no he leído las novelas ligeras sobre las que se basa el animé, entonces igual y la vida romántica de Kazuma toma direcciones completamente diferentes; pero ciertamente el animé al menos parece dirigir la historia a que Kazuma y Megumin se hagan novios… si no se matan mutuamente en el proceso. Que, como veremos más adelante, no es tan grave.

Megumin y Kazuma

Megumin y Kazuma

Establecidos ya los cuatro como grupo de aventureros (con Kazuma como reluctante líder), comienzan a tener aventuras que lo más común es que terminen en desastre: porque Aqua es retrasada mental; Darkness es una masoquista inútil para el combate; Megumin destruye todo lo que está a su alrededor; y Kazuma es bastante débil, por más ganas que a veces le eche. Esto causa que eventualmente Kazuma decida que sólo quiere tener aventuras hasta conseguir suficiente dinero para vivir cómodamente y olvidarse del rey demonio, lo cual por supuesto Aqua no quiere, porque necesita que lo derroten para regresar a sus labores como diosa.

A pesar de los deseos de Kazuma, y la innegable ineptitud de su grupo para ser eficientes y eficaces como unidad de combate, terminan derrotando (muchas veces por accidente o suerte tonta) a varios de los generales del rey demonio, cuando ningún otro grupo en ese mundo lo había conseguido. En el proceso de todas formas terminan metiéndose en múltiples problemas porque son medio idiotas, y no es raro que Kazuma termine muerto (en una ocasión, decapitado); pero entre el hecho de que tiene muy alta suerte y de que Aqua es aún, técnicamente, una diosa, siempre lo terminan reviviendo y restaurando su cuerpo. Esto ha ocurrido suficientes veces como para que en alguna ocasión Kazuma considerara seriamente el pasar a mejor vida definitivamente, pero Megumin sencillamente no le permite hacer eso, probablemente porque está enamorada de él.

La serie es una comedia irreverente que no se toma nada en serio; pero la historia está bien contada y no tiene inconsistencias; los personajes están bien definidos con deseos y necesidades claras y con un impacto en la historia; la animación es espectacular, con un frenesí hilarante en las múltples escenas de acción; y la música es más que pasable. Pero lo que a mí me encanta de la serie (además del romance entre Kazuma y Megumin, que es por sí mismo hilarante), es que los cuatro personajes principales son los más falibles y dañados que he visto en mucho tiempo. Son bastante idiotas, más bien egoístas, muchas veces flojos (especialmente Kazuma), y meten la pata hasta la ingle en casi todas las oportunidades que se les presentan. Y aún así se quieren y se protegen entre ellos, y por las razones que sean, pero terminan siendo el grupo más exitoso de ese mundo contra las fuerzas del rey demonio.

Por encima de todo, KonoSuba es hilarante; “me estoy meando de la risa” hilarante. Han salido dos criminalmente cortas temporadas, dos OVAs de media hora cada una, y una película espectacular entre otras cosas porque lleva al grupo a la villa de Megumin; Kazuma conoce a sus papás; y la mamá de Megumin hace todo lo posible para que tengan sexo, porque por supuesto que eso hace.

El animé es indiscutiblemente arrecho; Aqua usa algo que me parece ya ni siquiera puede calificar como minifalda (y no queda claro que use calzones); Darkness, como ya mencioné, básicamente tiene un orgasmo cada vez que se la madrean (que es lo común); y el único poder ligeramente útil de Kazuma es el de poder robar cosas mágicamente… que generalmente usa para robarle los calzones a las muchachas que lo molestan (y Megumin).

La

La “minifalda” de Aqua

Nunca cambies, Japón…

Sin embargo, como todo lo demás en la serie, el ser arrecha es algo que tampoco se toma en serio: sólo es material para hacer más chistes. Vulgares y juveniles, pero chistes al fin y al cabo; y en su defensa, sí suelen ser bastante divertidos.

Yo sí recomiendo mucho que vean KonoSuba; es hilarante, por supuesto: pero de verdad es una historia muy padre de cuatro amigos, estúpidos como ellos mismos, pero que se quieren y se cuidan (después de burlarse y molestarse entre ellos, por supuesto). De verdad no creo que se arrepientan; está en Crunchyroll, si les interesa.

Isekai

En esta entrada voy a tratar de describir la categoría animé de isekai; porque está de moda desde hace unos años; porque varios de los animés que he visto caen en dicha categoría; y porque entonces puedo referirme a esta entrada cuando necesite usar ciertos términos, conceptos o clichés de la misma.

Los animé isekai suelen seguir, en múltiples casos al pie de la letra, los siguientes clichés:

  1. El protagonista es generalmente hombre y nini (NEET en inglés), además de muchas veces un recluido social que se niega a salir de su casa.
  2. El mismo procede a ser isekaiado a un mundo de fantasía con magia y dragones (o similares); la mecánica para ser isekaiado varía, pero suele involucrar a truck-kun atropellando al protagonista para que reencarne en el mundo de fantasía; o a veces siendo sencillamente raptado de nuestro mundo al mundo de fantasía.
  3. El protagonista es encomendado con derrotar al demon lord (o una misión del estilo) y recibe una o múltiples habilidades que lo vuelven (en general) básicamente un dios en el nuevo mundo.
  4. El protagonista se rodea de un harén (la unidad básica familiar del animé) de muchachas ridículamente hermosas que por alguna razón siempre andan enseñando los calzones a la menor oportunidad, y que todas desean casarse y/o acostarse y/o comerse al protagonista.

Esas son, me parece, los clichés generales de la categoría isekai; no son leyes, hay múltiples animés en isekai que no cumplen uno o varios de los clichés, pero el protagonista siempre es de alguna manera transportado de un mundo (generalmente el nuestro) a otro (generalmente de fantasía). El mundo de fantasía además suele cumplir las reglas de los juegos de computadora JRPG: es común que haya niveles, XP/MP, misiones y demás. Esto es importante, porque suele liberar a los creadores de tener que explicar a detalle las reglas del mundo, dado que con casi toda certeza los miembros principales de la audiencia esperada de este tipo de animés han jugado estos juegos. A isekai le digo categoría porque no me parece que sea un género; los géneros dentro de isekai varían enormemente: hay aventura, por supuesto; pero también comedia, romance, tragedia, slice of life, y múltiples otros.

Sin embargo, en el fondo los animés que caen dentro de isekai son, casi en su totalidad, fantasías de poder diseñadas para espectadores que probablemente se parezcan a los protagonistas: chavos (hombres casi todos) que no trabajan y muchas veces no estudian, que se la viven encerrados por el terror de interactuar con otros seres humanos, y que entonces pueden proyectarse en un protagonista que se les parece, y que llega a un mundo nuevo donde adquieren poderes increíbles y se ven rodeados de muchachas hermosas que quieren ligárselos, donde además tienen una misión importante a nivel mundial lo que a su vez los hace igualmente importantes.

Viéndolo desde esta perspectiva, es medio patético el asunto (aunque no por ello necesariamente menos entretenido).

Lo interesante de casi todos los animés dentro de la categoría que voy a mencionar, es justamente cuando no siguen los clichés arriba mencionados; o mejor aún, cuando los siguen pero de formas originales o variadas. De hecho, creo que casi ninguno de los animés que reseñaré dentro de la categoría cumplen estos clichés al pie de la letra… excepto tal vez Sword Art Online, que reseñé hace varios años. Paradójicamente, no creo que SAO sea isekai: el protagonista y su harén (la unidad básica familiar del animé) no son transportados de nuestro mundo; entran a un mundo virtual, pero su cuerpo permanece en el nuestro (y supongo que sus mentes también).

Entiendo perfectamente el atractivo que tiene una fantasía de poder; es la misma razón por la cual muchos gamers jugamos videojuegos. También entiendo la crítica a los animés que suelen estar en la categoría isekai; como son en el fondo fantasías de poder para hombres adolescentes, suelen caer en los excesos comunes al respecto: misoginia, sexismo, cosificación de mujeres y demás prejuicios, en general contra mujeres porque suelen estar orientados para hombres. Pero repito, eso no les quita, necesariamente, que sean muy divertidos: especialmente cuando tratan de deconstruir dichos clichés.

Varios de los animés que reseñaré en el futuro entran dentro de la categoría, entonces trataré de hacer énfasis en cuáles de los clichés correspondientes se cumplen en los mismos.

Bikini Warriors

A lo largo de múltiples meses, concluyendo después de Kaguya-sama, me chuté Bikini Warriors. No es raro que uno se tarde meses en chutarse un animé; y de hecho si se está viendo en tiempo real de transmisión, es imposible no tardarse meses. No es el caso con Bikini Warriors: tenía toda la serie disponible, y además cada capítulo dura, literalmente, 5 minutos (con apertura y cierre incluidos). Me tardé porque Bikini Warriors es, usando el término técnico, ligeramente retrasada mental.

Binkini Warriors

Binkini Warriors

Como era de esperarse de un animé llamado Bikini Warriors, la serie es arrecha… pero además existe por el hecho de ser arrecha. Siendo justos, también intenta (y a veces consigue) ser divertida, y ciertamente las cuatro estupidísimas aventureras principales son muy agradables de ver.

La “historia” (por decirle de alguna manera) relata los desvaríos de cuatro aventureras en un mundo de ídem, magia, hechiceros y dragones. Nominalmente de eso trata la serie: en los hechos son viñetas (recuerden que duran 5 minutos los episodios) donde las protagonistas caen en situaciones imposibles para que las veamos en poses sugestivas. No hay necesidad de que dichas poses causen que enseñen los calzones, porque básicamente los están enseñando todo el tiempo… o bueno, los “bikinis”.

Enseñando los calzones

Enseñando los calzones

Este animé es de verdad medio retrasado mental; pero sí es divertido en un par de las situaciones imposibles, y las aventureras (que, repito, son muy agradables de ver) son (dentro del nulo desarrollo de personaje que tienen) razonablemente simpáticas y encantadoras. Además de que tiene ideas chistosas, como que por alguna razón (je) en el mundo donde viven, la armadura que mejor las proteje contra ataques físicos, mágicos y elementales, es paradójicamente (je) la armadura que menos cubre de sus cuerpos. Por razones.

La

La “armadura”

¿Vale la pena ver Bikini Warriors? Oh, por el amor de Marx, de ninguna manera. Es literalmente una pérdida de tiempo; es tan estúpida, que las poses sugestivas en las que invariablemente terminan las protagonistas pierden cualquier cualidad erótica que uno pudiera esperar de dibujos animados. Y en los hechos, esa es la razón de existir de Bikini Warriors.

Dicho sea eso, los episodios están tan cortitos y es tan trivial de conseguir (básicamente están todos los capítulos en el tubo), que ver uno a la semana cuando se lavan los platos no es algo descabellado… que me parece fue así como los vi todos.

Kaguya-sama: Love is War

Durante la pandemia, y después de Domestic Girlfriend, me chuté las dos temporadas de Kaguyama: Love is War, y es de las cosas más divertidas que he visto durante este encierro interminable; la trama no importa mucho, entonces pueden leer mi reseña sin problemas, pero de verdad vayan y véanla, es hilarante.

Kaguya-sama: Love is War

Kaguya-sama: Love is War

Kaguya-sama: Love is War trata del concejo estudiantil de la Academia Shuchiin, que es una prepa de élite en Japón donde casi todos los estudiantes son hijos de ricos y famosos; aún así, los requisitos académicos de la escuela son altísimos. El concejo está formado por el presidente, Miyuki Shirogane, que es literalmente el mejor estudiante de la escuela (y el segundo en Japón, basado en los exámenes diagnóstico que realizan en ese país dos veces al año), que no es hijo de ricos y famosos (todo lo contrario), lo que causa que encima de su brutal agenda de estudio tenga que trabajar de medio tiempo, lo que resulta en que siempre esté tenso, cansado y con ojeras (además de ser increíblemente codo con el dinero); la vicepresidenta Kaguya Shinomiya, que es hija de un potentado japonés y que es literalmente la segunda mejor estudiante de la escuela, además de una experta en artes marciales y en arquería; la secretaria Chika Fujiwara, que es bastante avispada para cosas inmediatas y para relaciones interpersonales (excepto las que están justo en frente de ella), pero bastante mensa en lo académico e intelectual; y el tesorero Yu Ishigami, que es bueno con las cosas tecnológicas y malo en básicamente todo lo demás: escuela, deportes y cómo interactuar con seres humanos.

Cuando la historia comienza, Miyuki y Kaguya ya están perdidamente enamorados mutuamente, y conforme avanza la serie ese amor (y tensión sexual) sólo se incrementa, porque los muy estúpidos están esperando que el otro sea el que se confiese. De ahí el título de la serie: los dos muchachos actúan todo el tiempo como si estuvieran en un campo de batalla, donde la derrota en cada batalla consiste en demostrar interés o atracción por el otro; y la derrota final de la guerra es declarar su amor por el otro. Que es por supuesto de las premisas más idiotas de todo el universo; la historia terminaría de inmediato si, como seres humanos normales, Miyuki y Kaguya fueran honestos el uno con la otra; y cada uno consigo mismo, porque Kaguya, dada su posición social (y la de su familia), además de su condición de mujer, está convencida de que lo único propio y correcto es que Miyuki se le declare, y ni siquiera puede admitirse que ella también está enamorada (aunque por supuesto da por hecho que él está enamorado de ella incondicionalmente); y Miyuki tampoco se admite sus sentimientos porque en el fondo tiene un terrible complejo de inferioridad por su condición social, y no puede ni siquiera soportar la idea de que ella responda a sus avances con un cruel y despectivo “qué lindo” (“okawaii koto”, en japonés, que es el eslogan definitorio de Kaguya, aunque de hecho ella nunca lo haya dicho y probablemente nunca lo haga, al menos no como lo teme Miyuki).

Okawaii koto

Okawaii koto

El humor entonces viene de estos dos adolescentes superdotados intelectualmente, que se comportan como retrasados mentales cuando están juntos… justo como adolescentes enamorados. También están los increíblemente complicados planes (principalmente de Kaguya, asistida por su criada y confidente de toda la vida, Ai Hayasaka) para tratar de forzar al otro a que confiese un amor que ellos mismos no están dispuestos a admitir.

Es hilarante, porque además en esta dinámica estupidísima se integran Yu, que es inicialmente una caricatura del otaku japonés (aunque eventualmente tiene una evolución padrísima, auxiliado por los otros miembros del concejo); pero por encima de todo Chika, que en múltiples ocasiones se roba la serie porque en su inocencia y estupidez (principalmente al no darse cuenta de los sentimientos que tienen Miyuki y Kaguya el uno por la otra), hace y dice un montón de pendejadas para desternillarse de la risa, siendo además siempre adorablemente simpática y encantadora. Es muy probable que hayan visto el “baile de Chika”, que los realizadores avientan como si no fuera la gran cosa al final de un episodio, y donde probablemente se gastaron el 30% del presupuesto de animación de la primera temporada.

Chika

Chika

Chika es de verdad uno de los personajes más entrañables que se hayan creado en la historia del animé; me encantaría que Miyuki y Kaguya se dejaran de pendejadas y comenzaran a andar entre ellos, pero si por alguna razón Miyuki y Chika anduvieran, estaría padrísimo nada más por ver la reacción de Kaguya, que le tiene muchísimos celos a Chika y sus senos varias veces más grandes que los suyos. Esto nunca ocurriría, porque otra de las cosas padres que tiene el animé es que Miyuki y Chika son de verdad amigos nada más; pero las escenas donde Kaguya cela a Miyuki porque Chika dice o hace algo que le frustra sus planes son hilarantes; de inmediato Kaguya comienza a juzgar mentalmente a Chika como traidora/seductora/ganado/parásita y otra bola de pendejadas, para inmediatamente después darse cuenta de que está equivocada y disculparse con la mensa muchacha, que es en el fondo su mejor amiga, y que no suele darse cuenta de nada.

Kaguya y Chika

Kaguya y Chika

Además de un diseño de personajes encantador; una historia sorprendentemente bien contada y dirigida; personajes entrañables que además son multidimensionales y con deseos y necesidades relativamente complejos; una música espectacular (que además se sale de las choteadas tonaditas J-pop que suelen dominar el animé romántico); y una animación excelente; esta serie tiene un sentido del humor que es de los más inteligentes e hilarantes que yo haya visto. No era muy raro que tuviera que ponerle pausa a la serie, porque me estaba riendo tanto que ya no podía leer los subtítulos.

El animé tiene muy poco (casi inexistente) fan service, y a pesar de lidiar con adolescentes envueltos en el romance más retrasado mental de la historia, mi evaluación es que de hecho no es arrecho; porque el amor que se tienen Miyuki y Kaguya es una sincera atracción por la otra persona: por su comportamiento, forma de pensar y (por encima de todo lo demás) la innegable inteligencia que tienen ambos muchachos… cuando no están llevando a cabo algo de sus planes estúpidos para “ganarle” al otro en la “guerra” del amor. Los muchachos, además, se respetan sinceramente, por sus logros académicos y por su forma de ser, que es la base de cualquier relación que tenga alguna esperanza de tener éxito.

El aspecto sexual está presente, por supuesto (siguen siendo adolescentes); pero en el fondo es realmente muy inocente el asunto, y casi todo el tiempo para hacer bromas bastante efectivas, como cuando Kaguya, que por su educación súper tradicional (dícese: mocha y reprimida) básicamente no tiene ningún conocimiento del sexo o del discurso adolescente al respecto, se pone a estudiar por su cuenta y cae en la fase (no extraña entre muchachas: Hermione cae en un episodio similar en Harry Potter and the Goblet of Fire) de no poder aguantarse la risa cada vez que alguien hace mención de algo que incluso pudiera interpretarse como un pene… que Chika procede a explotar para casi hacerla orinarse de la risa.

Wiener

Wiener

Es de verdad un animé extraordinario y no puedo recomendarlo lo suficiente; es romántico, tierno y divertido todo el tiempo, incluso en las pocas escenas dramáticas que se gana con un muy buen pulso dadas las tribulaciones de sus muy estúpidos personajes, por más genios académicos que sean los dos principales. La pueden ver en Crunchyroll.

Domestic Girlfriend

Poco después de Gurren Lagann, vi Domestic Girlfriend.

Se aplican las de siempre.

Domestic Girlfriend

Domestic Girlfriend

Domestic Girlfriend es un animé ecchi; nadie pone eso en duda y no está a discusión: la serie es arrecha de forma directa y honesta. Dicho sea eso, el que sea arrecha se puede discutir que es lo apropiado: varias veces los personajes tienen sexo; hay senos que literalmente brincan a la vista en múltiples escenas; y hay una más que saludable dosis de fanservice; pero todo esto ocurre de manera orgánica: las muchachas enseñan los calzones en general porque están a punto de coger, no nada más para enseñarlos. Y dentro de lo que cabe Domestic Girlfriend ni siquiera es muy extrema; nada es de excesivo mal gusto, en mi opinión… que estoy seguro no todo mundo compartirá.

Esto no es lo que hace que a mucha gente le desagradara Domestic Girlfriend; es la historia la que genera sentimientos encontrados y extremos entre los espectadores.

Natsuo es un estudiante preparatoriano de 17 años (o sea, ilegal, pero apenas) que está perdidamente enamorado de su joven profesora, Hina. El muchacho sensatamente siente que no tiene ninguna oportunidad con una mujer tan hermosa e “inteligente” como Hina, entonces cuando sus amigos lo invitan a un mixin, que son básicamente reuniones sociales que tienen los japoneses con el propósito explícito de ligar (generalmente en un karaoke o un bar cuando son adultos), Natsuo decide ir a ver si la experiencia al menos lo distrae. Por supuesto esto no ocurre; el muchacho se siente terriblemente incómodo, y cuando ve a una muchacha que al parecer está igual de incómoda que él, va a hacerle la plática cuando ella rellena su refresco. Mientras lo hace, se percata de que la muchacha, Rui, se parece un poco a Hina.

Después de platicar banalidades, Rui le pregunta a Natsuo si quiere irse de la reunión; de ahí procede a pedirle que le haga un favor; llevárselo a su casa, a su recámara y a su cama; y desvirgarlo mientras ella misma pierde la virginidad. De hecho así empieza la serie: la primera escena es Rui y Natsuo post coito, ambos con cara de no saber exactamente qué procede después de haberse acostado menos de cuatro horas después de haberse conocido; cómo se conocen y acuestan se muestra inmediatamente después. Rui sencillamente quería ver qué se sentía tener sexo, y Natsuo le dio un aire tan extremadamente virgen (porque lo tenía) que decidió usarlo para tener su primera experiencia sexual, suponiendo que sería relativamente seguro/equilibrado de esa manera. También, evidentemente, porque le resulta suficientemente atractivo.

Hasta aquí todo normal; es un poco raro que un animé que no sea hentai comience de inmediato con sexo, pero de hecho se agradece (hay un montón de series donde ni siquiera se dan un beso los protagonistas). Lo que procede en la historia es lo que genera la reacción negativa a la serie.

A los pocos días, y después de un par de pláticas entre Natsuo y Hina, donde el muchacho comienza a hacerse la ilusión de que tal vez sí tenga una esperanza de ligársela, el papá de Natsuo le sale con la noticia de que se casó de nuevo… con la mamá de Hina y Rui, que son por supuesto hermanas. Y ahora los cinco van a vivir juntos, porque claro que eso va a pasar.

La serie, en sus misericordiosos pocos episodios, relata las relaciones de Natuso con Rui, Hina y un par más de sus compañeras en la prepa. Hay quienes tienen una reacción casi instintivamente repulsiva al hecho de que Natsuo y Rei tengan relaciones sexuales en la serie, porque técnicamente son hermanos. De verdad no entiendo eso: no son hermanos de sangre y (tal vez más importante) no crecieron juntos. Sólo por culpa de sus papás los dos (y los quince millones de hormonas alborotadas que como adolescentes tienen) ahora viven bajo el mismo techo y pueden escabullirse fácilmente entre sus recámaras cuando los demás duermen o no están en la casa (los demás son adultos y trabajan).

La otra queja es la relación, que eventualmente se vuelve sexual, entre Natsuo y Hina. Eso lo entiendo más, porque es ilegal, y definitivamente es terriblemente impropio que una profesora se acueste con un estudiante, por joven que sea Hina (que sí es muy joven, tiene 22 años). Sin embargo, durante la serie absolutamente todo mundo (comenzando por Natsuo y Hina) están conscientes de que lo que están haciendo está mal; y cuando inevitablemente los cachan en la prepa, Hina tiene que rogar literalmente de rodillas para que la dejen transferirse a otra prepa y que no hagan público el escándalo, principalmente para protejer a Natsuo (y la reputación de la escuela, que es realmente por lo que aceptan).

La postración de Hina

La postración de Hina

La transferencia de escuela resulta en que Hina se tenga que mudar de la casa de Natsuo, lo que le da a Rui la oportunidad de hacer su movida, porque por supuesto que Rui también quiere a Natsuo para ella.

Entiendo la crítica al personaje de Hina; entiendo incluso también que se critique que no reciba un castigo más severo (perder su licencia de profesora; tal vez incluso ir a prisión). Pero no creo que estas decisiones creativas demeriten a la obra; la mayor parte de las películas exitosas de asaltos a una bóveda aplauden las acciones de criminales: no veo por qué no hacer lo mismo con una profesora joven e inmadura que comete un crimen por amor (desde su evidentemente dañada perspectiva).

Dicho todo lo anterior, tampoco es que Domestic Girlfriend sea una obra de arte elevadísimo: es terriblemente melodramática; está llena de clichés; los personajes cometen acciones que no tienen sentido en la cabeza de cualquier ser humano con dos dedos de frente; y es, usando el término muy diplomáticamente, increíblemente telenovelesca.

Y me encantó como no tienen idea.

Los diseños de personajes están padrísimos: Rui, Hina y el resto del harén (la unidad básica familiar del animé) de Natsuo son bellísimas y sexys; las escenas sexuales me parecen razonablemente eróticas (y sí, voy a incluir ahí la escena donde a Rui le da una fiebre muy alta y Natsuo, siguiendo las instrucciones de su madastra, le administra un supositorio); la serie está bien animada y dirigida; y (tal vez por encima de todo) musicalmente este animé tiene una de las aperturas más espectaculares de los últimos años… que es todavía más espectacular cuando uno se entera de que la compositora e intérprete tenía 17 años cuando compuso y grabó la rola.

Y sí, es telenovelesca y melodramática; pero a mí me encanta eso. Me encantan los celos que se tienen las hermanas sobre Natsuo; me encanta que Hina hipócritamente le prohíba a Rui acostarse con Natsuo porque es su “hermano” (“if not blood related, is good to be dated”); me encanta la alegremente promiscua Momo y que Natsuo se niegue a acostarse con ella; es de verdad, para mis gustos, para lamerse los dedos.

Así que yo sí la recomiendo; ampliamente, de hecho: nada más vale la pena por escuchar esa apertura al inicio de cada capítulo (que repito, son pocos); pero además si les gusta el drama, el romance adolescente, y una actitud bastante positiva hacia el sexo entre adolescentes (y una muy joven, inmadura y bruta adulta), me parece que también les va a gustar.

El animé termina razonablemente bien, con Natsuo y Hina terminando su relación y Rui básicamente dándole entender al muchacho que se prepare, porque se le va a aventar con todo. Tengo entendido que el manga tiene mucho más drama y que el final es delirante (bodas, embarazos, accidentes que dejan a los protagonistas en coma); pero ya no tengo edad (ni tiempo) de estar leyendo los mangas sobre los que se basan los animés, así que yo me quedo nada más con la serie, muchas gracias.

Está en Crunchyroll, si les interesa.

Las tres categorías del animé para adultos

Hay varios animés que planeo reseñar que entran en la categoría de animé para adultos. Aunque esto le haga pensar a un montón de gente en básicamente tentáculos, muchachas adolescentes en uniformes de marinerito y a lo que todos sabemos que esto lleva, hay un montón de animé para adultos que no tiene nada de sexual; únicamente está pensado para adultos. Y por supuesto, también hay muchos más animés que cubren todo el rango desde sexualmente juguetón (imaginen el equivalente de múltiples películas de Marilyn Monroe), hasta básicamente pornografía que no sólo es hardcore, sino que abarca cosas mucho más depravadas que cualquier película pornográfica con seres humanos pudiera cubrir, porque es justo la libertad que da el dibujar las escenas: la imaginación es el único límite (una vez más: tentáculos).

No voy a cubrir pornografía en mis reseñas: pero sí voy a cubrir múltiples animés que me parecen sí son para adultos (como de hecho creo que lo son Citrus y Goblin Slayer, que ya reseñé); y un par que si somos sinceros probablemente rayen en la pornografía… si bien todos han sido transmitidos en la televisión abierta en Japón (aunque este par que menciono generalmente de madrugada).

Todo lo que sigue es lo que yo entiendo del medio; sin duda alguna puedo equivocarme y a lo mejor doy algunas de definiciones mal. Se aceptan correcciones.

En animé básicamente se tienen tres categorías para adultos: la primera, animé que sencillamente está pensado para adultos, por los temas que cubre, pero que no tiene contenido sexual, siguiendo la idea mocha de que ver un humano destrozado de la manera más violenta no es tan “grave” como mostrar un par de nalgas o un triste pezón.

En la segunda categoría básicamente puede haber desnudos (pero nunca genitales; particularmente en Japón… aunque cagadamente genitales de niños varones chiquitos se consideran casi como chistes), pero no hay nunca sexo explícito. A lo más una pareja puede abrazarse y besarse poco antes o poco después del coito, pero el acto mismo no se muestra… aunque a veces se escucha mientras la cámara enfoca una esquina del cuarto, o las caras de los participantes… o sus pies, como la famosa escena de Shinji viendo las memorias de Misato teniendo sexo con Ryoji en End of Evangelion.

Los pies de Misato

Los pies de Misato

Esta segunda categoría también abarca los animés que simpáticamente evitan desnudos utilizando trucos de cámara para ocultar pezones y/o genitales. Como siempre, Evangelion vuelve a dar aquí un buen ejemplo, en este caso en la segunda parte de Rebuild of Evangelion, Evangelion 2.0: You Can (Not) Advance.

Asuka y las cervezas

Asuka y las cervezas

A esta segunda categoría, que es básicamente todo lo que cubre a imágenes sexualmente sugestivas más que explícitas, se le suele denominar (al menos fuera de Japón) ecchi, y es la gran mayoría del animé para adultos que se transmite en la televisión abierta en Japón. Como digo arriba, hay animé para adultos sin contenido sexual, generalmente porque trata cosas como alta violencia, uso de drogas y cosas por el estilo; y también hay animé para adultos que sencillamente no está pensado para niños: de cualquier manera, todo esté animé para adultos sin contenido sexual está en la minoría.

Ahora: contenido sexual no necesariamente quiere decir contenido sexual. Dentro de ecchi se suele aventar, junto con pegado, a todo el animé (que se puede discutir es la mayoría) que utiliza el famoso fan service, en mayor o menor medida. El fan service ha evolucionado, en particular fuera de Japón; hoy en día por ejemplo, la escena con Dr. Strange en Thor: Ragnarok se le puede clasificar como fan service porque es literalmente en servicio de los fans. En Japón y con animé en particular, sin embargo, fan service es básicamente muchachas bonitas enseñando los calzones o el inigualablemente imposible zangoloteo de senos que produce la animación japonesa. Obviamente hay más variedad, pero en general son panty shots, muchachas (casi invariablemente muchachas) en vestimenta ridículamente reveladora y/o ceñida en poses sugestivas, o el antes mencionado imposible zangoloteo de senos como si estuvieran hechos de gelatina.

Aunque no es el 100%, el fan service sí permea a casi todo el animé; incluyendo múltiples series indiscutiblemente para niños y que la enorme mayoría de los espectadores no necesariamente clasificaríamos como ecchi. Para bien o para mal, es como ha sido el medio básicamente desde el inicio, y no se ve que vaya a cambiar pronto: pero sí es importante señalar que existen animés (muy buenos varios) que no tienen absolutamente nada de ecchi ni de fan service.

La tercera categoría es básicamente dibujos animados pornográficos; el sexo es explícito (aunque, hilarantemente, con genitales pixelados, por varias leyes arcaicas en Japón) y en un porcentaje no pequeño de los animés en esta categoría la historia es nada más un pretexto para mostrar encuentros sexuales entre los protagonistas… justamente como en las películas pornográficas; aunque también hay varios con historias muy buenas. A esta categoría se le conoce (de nuevo, fuera de Japón) como hentai, y exceptuando un puñado de casos nebulosos, los animés en esta categoría nunca se transmiten en televisión abierta en Japón; las series se compran vía Blu-ray (me parece que no hay realmente distribución digital).

La línea divisora entre las distintas categorías es borrosa, por decir lo menos, y como muchas cosas en la vida todo depende del cristal con que se mira: como ya mencioné, hay animé que tiene fan service pero es discutible si realmente es ecchi nada más por mostrar de vez en cuando calzones de muchachas; y animé ecchi que bajo cualquier definición legalera de pornografía debería ser hentai, si no fuera por el hecho de que habemos muchos que sentimos literalmente en las tripas que el animé en cuestión merece más que esa categorización. Como decía Potter Stewart, juez de la suprema corte gringa: “I could never succeed in intelligibly [define hardcore pornography…] But I know it when I see it“.

¿Por qué estoy dedicando tantos pixeles a tratar de enmarcar estas categorías? En primer lugar, porque me parece que cualquier expresión artística tiene el derecho de existir (módulo la paradoja de la tolerancia), incluso si la intención del o los artistas que la crearon sólo era ganar dinero. En segundo lugar, porque creo sinceramente que muchos animés ecchi (y un puñado de hentai) no tienen únicamente la intención de excitar a adolescentes urgidos; sino que sinceramente intentan ser sexo positivos, que me parece es algo que el mundo podría hacer más uso de (especialmente ciertos sectores de las izquierdas en todas las culturas1). Y en tercer lugar, porque mucha gente tiene la idea de que todo el animé es inherentemente ecchi (si no es que hentai); esta idea, en defensa de quienes la tienen, se la ha ganado Japón a pulso, porque ciertamente la enorme mayoría del animé es al menos un poquito arrecho2… pero como ya dije no todo el animé es así: mi serie favorita de todos los tiempos, Cardcaptor Sakura no tiene nada de arrecha, así como tampoco, por ejemplo, Violet Evergarden… aunque, paradójicamente, Violet es sin duda alguna adulta, nada más sin temas sexuales (excepto una insinuación de abuso sexual).

Obviamente que una expresión artística tenga el derecho de existir automáticamente implica que todo mundo tiene derecho de criticarla; y dicha crítica puede ser tan inmisericorde como el mismo crítico decida. Eso es perfectamente válido: lo que no es válido es llamar a la censura bajo ninguna circunstancia (entendiendo que clasificar algo como “sólo para adultos” no es censurar); mucho menos satanizar al creador, que tiene el derecho de expresarse de todas las maneras que quiera (módulo la paradoja de la tolerancia); y mucho menos el caer en kinkshaming. Los fetiches y perversiones de cada quien, siempre y cuando sean con el consentimiento de todos los involucrados y sin violar los derechos de nadie, son asunto individual de cada persona, y nadie tiene el derecho de criticar a nadie más por ellos.

¿Es mucho del animé que existe (y que probablemente seguirá existiendo) arrecho? Eso es indiscutible; se puede incluso argumentar si es una característica semidefinitoria del medio. ¿Es esto algo malo? No necesariamente; que es justamente el punto de esta clasificación que planeo utilizar en mis reseñas: un montón de animé del que he escrito y del que escribiré es sin duda alguna arrecho: pero eso no es en sí mismo algo malo, y en muchos casos (como cuando es sinceramente sexo positivo) de hecho es algo bueno, me parece. Y, lo siento, sé que es juvenil y que puede hacer sentirse incómodas a ciertas personas, pero a veces que una muchacha enseñe los calzones sí es honestamente divertido. No digo que sea el paragón del humor inteligente; pero sí puede ser fuente sincera de humor bien intencionado.

¿Hay animé misógino? Por supuesto que hay animé misógino; en una cultura tan machista, conservadora, conformista y tradicional como la japonesa, sería absurdo imaginar que mensajes o tendencias misóginas no se filtraran en uno de los productos más emblemáticos de dicha cultura: los personajes femeninos son rutinariamente cosificados; las mujeres que suelen ser ostentosamente sexuales son casi invariablemente villanas; y en el siglo XXI el ideal femenino sigue siendo (con sus debidas excepciones) la mujer callada, abnegada, sumisa y buena para las labores del hogar. Y no sólo hay misoginia; hay una tradición ya añeja en el animé de mensajes homofóbicos y transfóbicos, donde los personajes codificados como queer son representados como sujetos de los cuales hay que desconfiar o tenerles cierta repulsión, incluso cuando son aliados de los héroes, como Leeron Littner en Gurren Lagann; o son de plano villanos deformes, como el Barón Ashner en Mazinger Z.

Leeron Littner y el Barón Ashner

Leeron Littner y el Barón Ashner

Y dejen ustedes la misoginia, homofobia y transfobia; la japonesa es una cultura históricamente xenofóbica y racista, incluso (o particularmente) contra “razas” cercanas como los chinos y koreanos, ya no digamos contra negros, donde en el animé suelen ser, valga la rebuznancia, una caricatura, como Mr. Popo en Dragon Ball; que paradójicamente es una serie en general adorada por los negros gringos.

Mr. Popo

Mr. Popo

Todo esto es cierto: hay mucha misoginia, homofobia, transfobia, xenofobia y racismo en el animé: los ejemplos abundan y en muchos casos hay personajes profundamente insultantes a un montón de sectores en todo el mundo. Nada de eso, necesariamente, afecta la calidad de un animé. Se vale criticar estos aspectos, por supuesto, pero los mismos no necesariamente demeritan a una serie en su conjunto.

Se está dando una tendencia desde hace varios años ya en este siglo, en círculos académicos y de gente educada y “progresista”, de tratar de clasificar como “mala” a toda expresión artística que no incluya los mensajes “correctos” de los árbitros de la moral moderna; donde se espera que toda historia incluya personajes diversos y la representación de todos los grupos sea “apropiada”, donde sepa la chingada qué quiere decir “apropiado”, pero lo que sea que definan probablemente esté mal para múltiples personas y/o grupos. Peor aún, se trata de “cancelar” a los creadores que producen cualquier tipo de contenido que no cumpla esta imposiblemente alta vara de medir, donde los postes se van moviendo constantemente de cuál es el mensaje “correcto” que una expresión artística debe tener. O peor aún, si un creador abre el hocico y dice alguna estupidez, hoy en día hay quien aboga por casi casi destruir sus obras o al menos satanizarlas (retroactivamente en muchos casos, además).

En mi humilde opinión, esto es una bola de pendejadas.

Mi novela favorita de todos los tiempos, Cien Años de Soledad, se puede discutir que es básicamente misógina, donde todas las mujeres son santas o putas (o santas bien putas). Una de mis novelas favoritas de ciencia ficción, Starship Troopers es básicamente un ensayo en favor del fascismo, e incluso se podría discutir que raya en la paradoja de la tolerancia (yo no creo que sea así, pero se puede discutir). Gone With the Wind es innegablemente racista y pro esclavitud, y parte del mensaje absurdo de la causa perdida de la confederación gringa. Todos esos son ejemplos de obras de arte innegablemente buenas (aunque me da hueva Gone With the Wind; debería durar 45 minutos menos); el mensaje de las mismas incluye estos componentes misóginos, fascistas y racistas, pero su calidad como expresión artística es ortogonal a esto.

O el caso de J. K. Rowling, que lleva ya varios años sin poder cerrar el hocico de la bola de pendejadas transfóbicas que se le ocurren, lo que ha causado que haya quienes quisieran básicamente quemar los libros de Harry Potter. Con todo respeto, váyanse mucho al carajo: en primer lugar los libros de Harry Potter son increíbles; en segundo lugar los mismos tienen varios de los mensajes más liberales, de izquierda y progresista de las últimas décadas; y en tercer y más importante lugar, sólo los Nazis queman libros.

Critiquen los componentes que merezcan la pena ser criticados de una obra; pero eso no necesariamente define a la obra en su conjunto. Critiquen a los creadores, si lo consideran pertinente, pero lo que dicen y hacen los creadores es en general ortogonal a la calidad de las obras que producen, y las mismas deben ser criticadas por su valor innato. Y ciertamente no critiquen a los fans de ciertas obras/medios/genéros, si los mismos no se meten con nadie. Es una extensión de que hacer kinkshaming está mal: si una persona no infringe los derechos de nadie más, no le hace daño a nadie, entonces nadie más tiene el derecho de criticarlos porque tienen ciertos gustos. Cada quien.

Y de hecho, si ciertas expresiones artísticas les parece tienen un mensaje incorrecto o los hace sentir incómodos, por supuesto están en su derecho de analizar y criticar dichas expresiones, si bien no de llamar a que se censuren o que se destruyan. Pero, ¿no sería más sencillo (y productivo) si no consumieran dichas expresiones en primer lugar? Que es el otro factor moderno problemático: la cultura de hoy en día de “compartir” y mezquinamente pelear por likes y similares recompensa mucho más la crítica destructiva (entre más vociferante mejor), que el alegremente platicar de las pendejadas que nos gustan sin meternos con los gustos de los demás. Sin duda alguna se va a generar más tráfico si me pongo a explicar, de la forma más agresiva o condescendiente posible, por qué ésto que le gusta a ciertas personas está mal, y encima por qué ellos fallan como seres humanos por tener esos gustos.

Ésta era la clara diferencia entre ser liberal y conservador hace unas décadas; los conservadores eran los que querían controlar qué pensaban y qué gustos tenían las personas: de ahí las “terapias de conversión” para los homosexuales; literalmente la idea era “cambiarles el gusto” para que quisieran andar con el sexo opuesto. Los liberales eran los que abogábamos por la libertad de cada quien de cómo pensar y de tener nuestros propios gustos, siempre y cuando no se infringieran los derechos de nadie más.

Ahora hay un sector no pequeño de gente que se autodenomina de izquierda, liberal y “progresista” que literalmente quiere humillar a otras personas por los gustos que tengan aunque no le hagan daño a nadie. Critiquen a las obras en su conjunto, no nada más por un aspecto que no les gusta (es su gusto; no el de todos); critiquen a los creadores, pero entiendan que las obras existen independientemente de los creadores (y siguen existiendo mucho después de que los creadores mueran); y definitivamente no critiquen a la gente que disfruta estas obras, si los mismos no le hacen daño a nadie.

Yo no quiero que los productos culturales que consumo tengan mensajes idílicos y los personajes en los mismos sean ejemplos intachables de cómo se deben comportar los seres humanos perfectos (bajo sepan ustedes qué definición de “perfecto”); quiero héroes y villanos dañados y falibles, que realicen acciones que yo nunca podría llevar a cabo, y con historias cuyos mensajes puedan contradecir lo que pienso y lo que digo, incluso cuando dichos mensajes estén mal. Si no qué hueva.

Y por supuesto me reservo el derecho a criticar inmisericordemente todas estas obras; o a no hacerlo si sólo ciertos aspectos son criticables y en su conjunto las encuentro de mi agrado.

No voy a ser parte de esta policía moral que se comporta como lo hacen los conservadores: tratando de determinar qué es o no lo “correcto” en ficción, y criticando a gente nada más por sus gustos. Así que en mis reseñas de cualquier tipo, pero particularmente de animé, porque ahí se darán los ejemplos más “controversiales”, no necesariamente mencionaré estos aspectos “negativos” si me parece que en general no demeritan a la obra en su conjunto.

Eso sí, siempre diré en cuál de las tres categorías del animé para adultos pertenecen, en mi opinión. Y si son o no arrechos, porque me encanta el término y quiero usarlo más seguido.

1Hablando de eso, vayan y vean Sex Education en Netflix: es espectacular y un ejemplo excelente de qué es ser sexo positivo.

1El término en inglés es, por supuesto, horny; la traducción obvia al español sería caliente, pero además de que no me parece que encapsule exactamente lo que quiero decir, el término usado en la Costa Chica de Guerrero (de donde es mi padre) es arrecho (especialmente cuando es aplicado a una mujer, arrecha), y creo que es un término que vale la pena que se recupere en español.