Bikini Warriors

A lo largo de múltiples meses, concluyendo después de Kaguya-sama, me chuté Bikini Warriors. No es raro que uno se tarde meses en chutarse un animé; y de hecho si se está viendo en tiempo real de transmisión, es imposible no tardarse meses. No es el caso con Bikini Warriors: tenía toda la serie disponible, y además cada capítulo dura, literalmente, 5 minutos (con apertura y cierre incluidos). Me tardé porque Bikini Warriors es, usando el término técnico, ligeramente retrasada mental.

Binkini Warriors

Binkini Warriors

Como era de esperarse de un animé llamado Bikini Warriors, la serie es arrecha… pero además existe por el hecho de ser arrecha. Siendo justos, también intenta (y a veces consigue) ser divertida, y ciertamente las cuatro estupidísimas aventureras principales son muy agradables de ver.

La “historia” (por decirle de alguna manera) relata los desvaríos de cuatro aventureras en un mundo de ídem, magia, hechiceros y dragones. Nominalmente de eso trata la serie: en los hechos son viñetas (recuerden que duran 5 minutos los episodios) donde las protagonistas caen en situaciones imposibles para que las veamos en poses sugestivas. No hay necesidad de que dichas poses causen que enseñen los calzones, porque básicamente los están enseñando todo el tiempo… o bueno, los “bikinis”.

Enseñando los calzones

Enseñando los calzones

Este animé es de verdad medio retrasado mental; pero sí es divertido en un par de las situaciones imposibles, y las aventureras (que, repito, son muy agradables de ver) son (dentro del nulo desarrollo de personaje que tienen) razonablemente simpáticas y encantadoras. Además de que tiene ideas chistosas, como que por alguna razón (je) en el mundo donde viven, la armadura que mejor las proteje contra ataques físicos, mágicos y elementales, es paradójicamente (je) la armadura que menos cubre de sus cuerpos. Por razones.

La

La “armadura”

¿Vale la pena ver Bikini Warriors? Oh, por el amor de Marx, de ninguna manera. Es literalmente una pérdida de tiempo; es tan estúpida, que las poses sugestivas en las que invariablemente terminan las protagonistas pierden cualquier cualidad erótica que uno pudiera esperar de dibujos animados. Y en los hechos, esa es la razón de existir de Bikini Warriors.

Dicho sea eso, los episodios están tan cortitos y es tan trivial de conseguir (básicamente están todos los capítulos en el tubo), que ver uno a la semana cuando se lavan los platos no es algo descabellado… que me parece fue así como los vi todos.

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