La red privada virtual

Hace años, Enrique y yo configuramos una computadora de la Facultad de Ciencias para que sirviera como servidor de una VPN (Virtual Private Network, red privada virtual), en gran medida para poder jugar videojuegos en línea cada quien en su casa como si estuviéramos en una LAN. Lo interesante por supuesto fue echarla a andar; la usamos creo que una vez y nunca más lo volvimos a intentar, porque justo en ese momento llegábamos a un punto donde no teníamos mucho tiempo para jugar, mucho menos en línea. Usamos OpenVPN, que desde entonces era el estándar a usar para estas cosas, especialmente en Linux.

Cuando entré a la Facultad como profesor de tiempo completo, de las primeras cosas que hice en Aztlán fue configurar OpenVPN. En su momento lo hice básicamente para poder navegar desde mi casa con una dirección IP de la UNAM; varias revistas de investigación y bibliotecas en el mundo tienen un convenio con la UNAM para poder descargar artículos y consultar libros si uno se conecta con una dirección IP de la UNAM. Fuera de eso (que lo hice pocas veces) no la usé mucho durante mucho tiempo.

Ahora que tengo mi nueva encarnación de Tenochtitlán, sin embargo, sí quería poder conectarme rápidamente a ella desde cualquier lugar; como la computadora está detrás de Aztlán, normalmente tengo que conectarme a ella primero y de ahí brincar a Tenochtitlán. Lo que hice fue agregar a Tenochtitlán a la VPN y luego configurar mi laptop y mi computadora de escritorio para que automáticamente se conecten a la VPN.

De esta manera casi todas mis computadoras están en una misma red privada virtual, por lo que se pueden ver entre ellas de manera automática y todo funciona como uno esperaría que funcionara. Pero entonces me pregunté si podría agregar mi celular y mi tableta a la VPN; y por supuesto es posible.

Con mis dispositivos móviles no tengo la VPN activada todo el tiempo, porque OpenVPN cifra todo el tráfico que viaja a través de ella; y eso se traduce en que la batería se gaste mucho más rápido que lo normal. Sin embargo es relativamente sencillo activarla y entonces ahora sí todas mis computadoras con Linux pueden estar en mi VPN.

Ahora, podría ver si es posible poner a mis PlayStations en la VPN; pero dado que mis consolas básicamente sólo se conectan a la PSN, y que con casi toda certeza no hay aplicación de OpenVPN en la PlayStation Store, no le veo mucho sentido.

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