2018: José Antonio Meade Kuribreña

Soy académico de la Universidad Nacional Autónoma de México y llevó años (décadas, si expandimos la definición) en el medio académico. Además varias personas en mi familia también son académicos (o aspiran a entrar a la academia), así que se puede discutir que desde chiquito estoy aprendiendo cosas del medio académico por ósmosis.

Una cosa importante que he visto durante años de conocer, platicar, trabajar y tratar en general a personas con un alto nivel educativo: ningún grado garantiza que alguien no sea un tarado. Y de hecho es relativamente común que la gente altamente educada sea terriblemente ignorante en cosas que estén fuera de su esfera de estudios.

Me incluyo en esto, por supuesto.

Meade es alguien indudablemente educado; pero por su actuación en las secretarías de energía, hacienda, relaciones exteriores y desarrollo social podía discutirse que es un tarado. Esta campaña lo demostró de manera dolorosamente obvia.

También está el hecho de que Meade es economista. La economía es, en el mejor de los casos, una ciencia social (se puede discutir que es una de las humanidades); pero existen muchos economistas que de verdad creen que es una ciencia exacta, lo cual probablemente sea de los factores más determinantes para que ocurrieran las peores crisis económicas del siglo XIX, XX y XXI.

No hay ciencia más dada al pensamiento dogmático que la economía (si acaso concedemos que la economía es ciencia).

La teoría de que el Estado debe intervenir poco en la economía y dejar que el mercado determine por sí mismo el costo de los productos y la calidad de los mismos, ha sido desacreditada de manera empírica una y otra y otra y otra vez. No me importa qué digan tus modelos matemáticos; no me importa qué digan tus proyecciones en el mercado: si los hechos muestran que existe cada vez más desigualdad; que los pobres son cada vez más y se vuelven más pobres; que los ricos son cada vez menos y se vuelven cada vez más ricos; que el valor adquisitivo de tus trabajadores no ha crecido; y que siguen dándose crisis económicas cíclicas, entonces tu modelo económico no sirve.

Y la necedad de insistir que son factores externos los que evitan que funcione: “hay que implementar más reformas”, “hay que darle más tiempo”… es exactamente lo que decían los regímenes comunistas. La ciencia justamente consiste en ajustar modelos a la realidad, no al revés.

José Antonio Meade es en gran medida la personificación del modelo económico que ha perseguido el país en los últimos 30 años y que ha resultado en que México esté dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo, donde vive el hombre más rico de América Latina junto con más de 50 millones de personas pobres. Trabajó en las administraciones de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, discutiblemente las más ineptas de toda la historia del Estado moderno mexicano y sin duda alguna de las más corruptas. Como secretario de Hacienda y Crédito Público implementó justamente esta idea idiota de “desregularizar” a las empresas, siendo el ejemplo más descarado las famosas Zonas Económicas Especiales, donde empresas no pagan ISR ni IVA durante un tiempo determinado; seguramente ninguna empresa va a abusar de eso. Y por supuesto la gente común y corriente sí sigue pagando IVA.

Por no mencionar la misma corrupción en la que ha participado Meade. Podríamos elucubrar acerca de su involucramiento en “La Estafa Maestra”; mientras no tengamos una impartición de justicia que no sea corrupta no sabremos a ciencia cierta. Pero sin elucubrar, lo cierto es que Meade vio cosas en la administración de Peña Nieto como el caso Odebrecht o el escándalo de la mansión de Angélica Rivera y no dijo nada.

Nada más eso lo descalifica (en mis ojos y los de un enorme sector de la población, aparentemente) como posible presidente; y ni siquiera he mencionado cosas como seguridad, educación, manejo del sector energético, etc. Agréguenle además que su campaña ha mostrado a alguien torpe, desconectado de las necesidades de los mexicanos comunes y corrientes y con el carisma de una suela de zapato, no es de extrañar entonces que esté en último lugar de los candidatos “serios” a la presidencia.

En defensa del tarado de Meade, cualquier candidato del PRI la hubiera tenido difícil; después de las tragedias nacionales que fueron los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, muchos mexicanos estuvieron dispuestos a darle una oportunidad más al PRI, el partido de nuestra dictablanda durante todo el siglo XX después de la Revolución.

Como decía mi directora de tesis de la licenciatura; “todo mundo se merece una segunda oportunidad… ¡pero sólo una!”

De alguna manera la candidatura de Meade es el resultado de la descomposición que ha sufrido el gobierno de Enrique Peña nieto y el PRI. El país está en una crisis muy profunda (únicamente en un país en crisis asesinan a más de 100 políticos durante el proceso electoral) y el grupo en el poder fue completamente incapaz de elegir a un candidato que tuviera al menos la esperanza de llega a ganar. Se puede incluso discutir que eligieron al peor.

A mí me parece que hay una muy alta probabilidad de que Meade haya participado en varios actos de corrupción en las administraciones de Calderón y Peña Nieto; y de hecho, dado el nivel de sus cargos en esas administraciones, me parece que lo difícil sería que no hubiera participado. Si no fuera por eso, me daría pena el tarado de Meade: es patético, como candidato y como muchas otras cosas. Es literalmente un pobre burócrata, por más doctorado de Yale que tenga. Su posición en las encuentas con casi toda certeza se deba más a la maquinaria del PRI que todavía existe en el país que a los logros de su campaña o a su “carisma” como candidato.

Y sin embargo, dicho todo lo anterior, si no estuviera la opción del Peje probablemente votaría por él (y después haría buches de cloro). El Bronco es una broma, como ya he dicho; y de Anaya escribiré más adelante. Y si soy congruente con lo que he escrito (que hay que participar en las elecciones aunque todas las opciones sean una mierda), entonces la opción menos peor entre el Bronco, Meade y Anaya, sin duda alguna (para mí) sería Meade.

Eso no habla de nada bueno de Meade; habla de la espantosa opción que representa Anaya (el Bronco, repito, es una broma… mala). Pero de Anaya escribiré en la siguiente entrada.

8 comentarios sobre “2018: José Antonio Meade Kuribreña

  1. Hola.

    Tengo años de leer tu blog. Normalmente concuerdo contigo en mucho temas. Mi voto se lo daré al Peje, no porque sea un santo o porque tenga una varita mágica con la que resolverá todos los problemas que tienen a nuestro país en una situacion de desigualdad social alarmante; votaré por él porque es el único que está decidido en hacer a un lado el sistema neoliberal. Solo espero que si gana la elección no decepcione como el señor ranchero lo hizo con sus votantes,

    Saludos.

  2. La verdad no creo que Meade sea un tarado.

    Hay que usar un poco de sentido común cuando hablas de gente cuyos logros están años luz por encima de los tuyos. Haber ocupado esos cargos es por si solo garantía de que Meade no es un tarado.

    Imagínate que una persona te dice que Bill Gates es un tarado por X, Y y Z. Sin importar lo que te haya dicho, lo más probable es que el tarado sea el que lo dice, no Bill Gates.

    Ser ignorante no es lo mismo que ser tarado. Todos somos ignorantes de la mayoría de las disciplinas.

    1. Lo que dices tiene todo sentido del mundo, y te agradezco que lo expresaras de forma educada y tranquila. Sólo sí sostengo que Meade es un tarado en las cosas a las que se dedica, dícese política y economía.

      Bill Gates también es un tarado, por cierto. No como hombre de negocios (en eso era muy bueno); pero como computólogo sin duda.

      Yo soy un tarado en un montón de cosas. También (obviamente) ignorante, pero sin duda alguna tarado.

    2. @LorLop

      > Hay que usar un poco de sentido común cuando hablas de gente cuyos logros están años luz por encima de los tuyos.

      Es totalmente subjetivo lo que consideras como “logros que están a años luz” de los propios. Habemos quienes no damos mucho valor a los puestos por sí mismos, sino al desempeño de quien los ocupa.

      En el caso de Meade no hay mucho de qué enorgullecerse, y sí mucho que criticar.

      > Haber ocupado esos cargos es por si solo garantía de que Meade no es un tarado.

      En desacuerdo. Peña Nieto dejo muy claro que un puesto político de alto nivel no es garantía de la competencia (o inteligencia) de quien lo ocupa.

      1. No es subjetivo el decir que Meade, EPN, Bill Gates, Gabriel Garcia Marquez, Donald Trump, Amlo, Linus Torvalis, Steve Jobs, Lula DaSilva, etc, tienen o tuvieron logros años luz por encima de los nuestros. Es un hecho objetivo aunque no nos gusten las personas o lo que han hecho.

        Decir que cualquiera de estos es un tarado implica que es mas probable que el verdadero tarado sea el que lo dice (sin animo de ofender, es solo una inferencia estadística).

        Una persona brillante puede tener mal desempeño cuando la tarea la que se enfrenta es muy compleja, EPN, Fox, Calderón
        tuvieron desempeño mediocre porque se esperaba de ellos cosas realmente difícil de hacer. Lo mismo le va a pasas a Amlo.

        Dentro de 6 años van a estar hablando de lo tarado que es Amlo por no haber acabado con la corrupción y la inseguridad, cuando había prometido que iba a ser muy fácil

        1. > Dentro de 6 años van a estar hablando de lo tarado que es Amlo por no haber acabado con la corrupción y la inseguridad, cuando había prometido que iba a ser muy fácil

          Yo ya digo actualmente que el Peje es un tarado… porque lo es. Es menos tarado que Peña Nieto y sin duda alguna menos tarado que Meade, pero también es un tarado.

          No sé por qué quieres idealizar a alguien nada más por sus grados o sus puestos. Y ciertamente no sé cómo comparas a Meade con Gabriel García Márquez (quien también era un tarado en varias cosas, pero sin duda alguna menos que Meade), o a Lula DaSilva con Trump. Todos son tarados, pero hay niveles.

          Todos ellos (y todos en el mundo) son tarados en varias cosas. Lo que pasa con Peña Nieto y Meade es que fueron particularmente tarados en sus gestiones y Meade como candidato.

          Pensar de otra forma es, sin ánimo de ofender, bastante tarado.

          1. Tarado es sinónimo de tonto o discapacitado mental. Es una discapacidad general de las personas.

            Decir que alguien es tarado en algunas cosas es no entender el significado de la palabra, sin animo de ofender.

          2. De [1] y [2]:

            tarado, da
            Del participio de tarar.

            1. adjetivo. Que padece tara física o psíquica.
            2. adjetivo. Tonto, bobo, alocado. Usado también como sustantivo.

            tonto, ta
            De origen expresivo.

            1. adjetivo. Dicho de una persona: Falta o escasa de entendimiento o de razón. Usado también como sustantivo.

            Que es exactamente lo que quiero decir. Sin ánimo de ofender, generalmente no necesito que nadie me explique el idioma español.

            Esta discusión termina aquí. Evidentemente entiendes a lo que gente como Carlos y yo nos referimos cuando decimos que Meade es un tarado (que lo es) y si recurres a discutir acepciones de palabras, es porque no tienes nada más inteligente que decir.

            No aprobaré más comentarios al respecto; por supuesto puedes discrepar de mi afirmación de que Meade es un tarado, pero no me interesa saber por qué lo haces (que no has dado ninguna buena razón, como Carlos bien explicó, por cierto). Si quieres defender las políticas o decisiones que ha tomado Meade en sus gestiones o como candidato, adelante. Buena suerte con eso.

            [1] http://dle.rae.es/?id=ZAFBHUb
            [2] http://dle.rae.es/?id=a1laMnE

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