2018: La relación bilateral

México y Estados Unidos tienen una relación simbiótica. Así ha sido desde el siglo XIX y probablemente así será para siempre. Con casi toda certeza además ninguno de los dos países deje de existir nunca (a menos que todos los países dejen de existir), por lo que dicha simbiosis sólo seguirá estrechándose cada vez más. Esta relación simbiótica además es un hecho, le guste o no a quien sea (ellos o nosotros, o algunos de ellos y algunos de nosotros).

Lamentablemente (para nosotros principalmente) la relación será simbiótica, pero no simétrica. Desde cualquier punto de vista que importe, México es un país más débil que Estados Unidos.

En general, si a Estados Unidos le va mal, a México le va mal. Pero si a México le va mal, esto no necesariamente implica que a Estados Unidos le vaya a ir mal; la proporción en que la situación en Estados Unidos afecta la situación en México es enorme en comparación de cómo la situación en México afecta a la situación en Estados Unidos (aunque los afecta). Peor aún, si a Estados Unidos le va bien, tampoco se traduce esto en que a México le vaya bien.

Entonces, como política nacional, nunca nos ha convenido y probablemente nunca nos vaya a convenir que le vaya mal a los gringos. Tenemos que ser sus aliados nada más por simple supervivencia.

Esto me costó mucho a mí admitirlo, porque detesto cómo hacen muchas cosas los gringos y si por mí fuera, preferiría que no tuviéramos nada que ver con ellos; pero es completamente irreal y de hecho ni siquiera tiene sentido: la historia de México está ligada a la de Estados Unidos y viceversa, ya que ambos somos el vecino más grande que tiene el otro. Esto es cierto al menos en población (Canadá será muy grande territorialmente, pero no llega a los 40 millones de habitantes), pero se puede discutir que en muchas otras cosas también. Las diferencias culturales entre gringos y canadienses, aunque reales, son relativamente menores dado que ambos países fueron originalmente colonias inglesas que masacraron a las poblaciones nativas (Quebec no importa, como siempre1); cómo nos influenciamos cultural y socialmente entre gringos y mexicanos es un fenómeno fascinante y de hecho objeto de estudio de toda la vida para un montón de sociólogos y antropólogos de ambos países.

Aceptar esta realidad, sin embargo, es algo muy lejano a lo que han hecho los gobiernos mexicanos durante las últimas tres décadas, que es querer actuar como sirvientes de los gringos esperando que con eso nos traten mejor. Literalmente como la chava que su novio le pega y que entonces se esfuerza más por complacerlo para que ya no le pegue, es una estrategia estúpida y con la cual México no ha ganado nada significativo. Como México es el socio más débil en la relación bilateral (y también en la trilateral con Canadá, por cierto), la única estrategia que tiene sentido es siempre decir que, de entrada, no gracias; pero que (con algunos asuntos) estamos dispuestos a discutirlo.

Esto es porque, si de verdad quieren jodernos, los gringos siempre van a poder jodernos. Existen mecanismos internacionales y de diplomacia que se pueden utilizar, pero en general si llevamos a los extremos las cosas, los gringos siempre van a ganar, porque tienen todas las de ganar económica y militarmente. Los retrasados mentales que han dirigido la política exterior nacional en los últimos 30 años entienden esto de la peor manera (igual que la economía, por cierto) y entonces toman una estrategia servil ante los gringos, cuando obviamente lo único que esto resulta es en que los gringos abusen. Una y otra y otra vez.

Si lo pensamos como en niños peleando por juguetes, México es el niño chaparrito y escuálido y los gringos son el niño gordo y alto que pesa tres veces más. Si el niño escuálido se porta servicialmente ante el gordo, el gordo siempre se va a aprovechar de la situación. En el otro extremo, si el niño escuálido se le pone al brinco al gordo a lo puro pendejo, se lo van a madrear. Lo que hay que hacer (como casi todo en la vida y que por supuesto es más difícil) es justamente buscar ese tenue equilibrio donde podemos defender nuestros derechos, pero sin dar pie a una madriza. Que por cierto, cada vez se hace más difícil esa madriza mientras sigamos colonizando el sur de los Estados Unidos2.

No sugiero esto ni por nacionalismo ni por simple orgullo; literalmente es economía y teoría de juegos. Que además se alinee con la defensa de la soberanía nacional es una agradable consecuencia secundaria. Estamos demasiado cerca de y en una situación de debilidad comparativa muy grande con los Estados Unidos como para poder actuar de otra forma. Una actitud servil en el mejor de los casos resultaría en algo a similar a lo que tienen los puertoriqueños; y ya ven qué bien les ha funcionado a ellos. Con casi toda certeza Puerto Rico jamás será una nación independiente ni un estado más de los Estados Unidos. Sus ciudadanos (mientras se queden en su isla) están condenados a ser “ciudadanos” de segunda clase que no pueden votar por presidente y que no tienen representación en el congreso y senado federales.

Pero además Puerto Rico puede al menos masturbarse mentalmente con la idea de ser algún día estado de los gringos; tienen menos de 4 millones de habitantes. México tiene más de la tercera parte de la población gringa; una actitud servicial (como la de los puertoriqueños) nada más resultaría en que fuéramos una especie de colonia, en el mejor de los casos. Un traspatio olvidado es más probable.

Siendo justos con las últimas administraciones federales mexicanas, era más fácil en los 60s y 70s para el servicio diplomático mexicano el resistirse a los gringos; la existencia de la Unión Soviética benefició mucho a México en ese aspecto. No porque nos alineáramos con ellos; era imposible hacer eso por nuestro valor económico y social y nuestra cercanía a los gringos. Simplemente por el hecho de que hubiera un contrapeso a los gringos le servía de palanca (por débil que fuera el albur) a los diplomáticos mexicanos para poder defender la soberanía nacional.

Pero eso no justifica la postura y actitud de los últimos gobiernos mexicanos respecto a la relación bilateral. En particular, la respuesta que ha habido al intervencionismo gringo en Latinoamérica (que por estas fechas suele ser más económico y mediático que militar) ha sido vergonzoso; especialmente porque (por simple viveza) el ponernos del lado de la nación Latinoamericana intevenida es siempre la opción que nos conviene, por simple supervivencia nuestra. Cada país latinoamericano que los gringos comienzan injerir en su vida política y que México no protesta formalmente, es salir a gritar a la calle que no vamos a quejarnos si injieren (más) con la nuestra.

Vivimos al lado de un gigante demente. No podemos madreárnoslo; pero eso no significa que debamos ponernos de pechito para que abuse de nosotros.

Relacionado justo con lo anterior, otra manera que tenemos de defendernos en la relación bilateral es ver las opciones que tenemos fuera de la relación bilateral. Debería ser obvio que lo que le conviene a México es estrechar, por todos los medios posibles, todas las relaciones con Latinoamérica. Con los Estados Unidos nunca tendremos una relación de iguales; pero con Argentina y Brasil sí es posible. Pero además tenemos mucho más en común con nuestros hermanos latinoamericanos que con los gringos; juntos podemos hacer un frente real a los Estados Unidos.

Esto lo ha entendido mucho mejor Europa; ningún país europeo (incluyendo Alemania y el Reino Unido) puede ponerse de tú a tú con Estados Unidos. Pero la Unión Europea sí, lo que hace todavía más demente el Brexit. América Latina debería impulsar algo por el estilo; en este momento juntos todavía no tenemos el poder económico de la Unión Europea, pero con tiempo e inteligencia tenemos los recursos humanos y naturales para ser una potencia mundial. Por supuesto a los gringos nunca les va a gustar esa idea, que es de las razones por las que siempre han intervenido cultural, económica y militarmente en toda Latinoamérica; pero justamente si hubiera una alianza real entre todo el continente americano, de México a Chile, no hay mucho (fuera de una acción militar descarada) que los gringos pudieran hacer.

Pero eso es sueño guajiro ahorita; de cualquier manera, una estrategia diplomática inteligente para México es siempre mirar primero al sur antes del norte. Y no hay necesidad de limitarnos; podemos negociar con China directamente también (que es de las razones por las que no le conviene a México el TPP, ni el esperpento que le siguió).

Como sea, lo importante es siempre desconfiar de los gringos y siempre decirles que no a la primera para después negociar, con el mayor cuidado posible, cualquier cosa con ellos. Porque si se los permitimos, los gringos siempre van a abusar: según ellos, es su destino manifiesto.

1 Esto es un chiste, ríanse.
2 Chiste… en su mayoría.

4 comentarios sobre “2018: La relación bilateral

  1. ¿Podrías decir exactamente cuáles abusos han cometido los gringos con nosotros en los últimos 30 años? En serio, no se a qué te refieres.

    Que yo sepa, en ese tiempo firmamos el TLC y nos prestaron dinero durante la crisis del 1995 y ha habido mucha colaboración en miles de temas.

    Creo que te echaste un rollo victimista estilo Eduardo Galeano (Las Venas Abiertas de América Latina).

    Curioso que Donald Trump ande diciendo lo mismo: que los mexicanos abusan de los estadounidenses, que las negociaciones siempre benefician más a México, y que va a poner fin a años y años de abuso por parte de los mexicanos.

    1. > ¿Podrías decir exactamente cuáles abusos han cometido los gringos con nosotros en los últimos 30 años? En serio, no se a qué te refieres.

      Bueno, deberías informarte un poco más. Por mencionar uno económico (que EU impuso ilegalmente), sencillamente las restricciones al atún mexicano, que México ganó el caso ante la Organización Mundial de Comercio (pero que los muy idiotas no resolvieron por estar negociando el TLC) [1]. Una injerencia política reciente es la intervención para bloquear al general Moisés García Ochoa como secretario de defensa [2]. Y por supuesto está “Gunwalker” [3]. De verdad, deberías cuidar esa ignorancia en la relación bilateral; es lo parte de lo que está mal en la misma.

      > Que yo sepa, en ese tiempo firmamos el TLC y nos prestaron dinero durante la crisis del 1995 y ha habido mucha colaboración en miles de temas.

      Primero, es obvio que no sabes mucho (o peor: no te importa). Segundo, ¿no encuentras irónico que menciones el TLC como algo bueno, cuando al año siguiente se dio la crisis del 1995? ¿No ves la conexión?

      Yo no soy extremista al respecto; no veo al TLC como un negocio donde todo era malo para México. Pero definitivamente no le convenía/conviene a la población en general (aunque sí una minoría), y además era un tratado de “libre comercio” donde no se liberó el recurso más importante de México (puede discutirse del mundo): la mano de obra. Un verdadero tratado de libre comercio le daría la libertad a los trabajadores mexicanos de buscar empleo legalmente en Estados Unidos.

      > Creo que te echaste un rollo victimista estilo Eduardo Galeano (Las Venas Abiertas de América Latina).

      Por las justificaciones que das, no me importa mucho qué creas. Me queda claro también que hay mucho que desconoces o no le das la importancia que merece.

      > Curioso que Donald Trump ande diciendo lo mismo: que los mexicanos abusan de los estadounidenses, que las negociaciones siempre benefician más a México, y que va a poner fin a años y años de abuso por parte de los mexicanos.

      Esa comparación es obviamente incorrecta; si hubieras leído con cuidado lo que dije, habrías visto que de las cosas que digo está:

      Entonces, como política nacional, nunca nos ha convenido y probablemente nunca nos vaya a convenir que le vaya mal a los gringos. Tenemos que ser sus aliados nada más por simple supervivencia.

      Pero además se ve que no entiendes mi punto principal (y no sólo de esta entrada): no hay “buenos” ni “malos”. No es (justamente como el tarado de Trump lo pone) “ellos” contra “nosotros”, mucho menos “nosotros los buenos” y “ellos los malos”; sencillamente cada país cuida (o debería cuidar) sus intereses. Los gringos van a defender antes que nada sus intereses; eso es completamente natural y no tiene nada (inherentemente) de malo. Pero debe quedarnos claro que sus intereses muchas veces se contraponen con nuestros intereses. De nuevo: no hay nada moral en el asunto, cada país tiene sus propios intereses.

      Y como los de México los debemos poner primero (como los gringos hacen con los suyos) y nuestra relación es asimétrica, tenemos que estar a la defensiva. No hay nada victimista (¿o vas a decir que estamos al mismo nivel para negociar con los gringos?), es una estrategia de sentido común.

      Si tú crees que los gringos son los buenos y nada más nos quieren ayudar; o (igual de estúpido) que los mexicanos somos los únicos buenos y los gringos los malos, esas visiones no son sólo inocentes, sino peligrosas. No es lo que yo estoy diciendo: te recomendaría que leyeras con cuidado lo que escribí y que estudiaras cómo los gringos han jodido a México una y otra y otra vez; no por “malos” (no hay tal cosa), sino porque en ese momento histórico ellos creían que eso era lo mejor para sus intereses (y también se equivocan los tarados… al igual que nosotros).

      [1] https://en.wikipedia.org/wiki/Tuna-Dolphin_GATT_Case_(I_and_II)
      [2] https://www.nytimes.com/2013/02/05/world/americas/us-stepped-in-to-halt-mexican-generals-rise.html
      [3] https://en.wikipedia.org/wiki/ATF_gunwalking_scandal

  2. Los tres ejemplos que se te ocurrieron: atún, armas y el general, son cosas insignificantes para el tamaño de los países.

    Esos conflictos han ocurrido siempre entre países vecinos. Por ejemplo, disputas entre España y Francia o entre Peru y Chile.

    Creo que abusas de la palabra “abuso”.

    En el caso de las armas, los mismos gringos ya metieron al bote a los policías que tuvieron el plan de introducir armas.

    En lo del general, el gobierno de EUA dijo tener información comprometedora. Pudo haber sido una manipulación, un error, o realmente tenían algo. No sabemos. ¿Acaso tu meterías la mano al fuego por el general?

    Se te pasó la mano en eso de que el TLC fue malo porque no incluyó el libre transito de trabajadores. Tampoco incluyó que nos regresaran Texas y California.

    El TLC es tan bueno que ni AMLO se opone a él. Realmente es muy difícil encontrar un político opositor de izquierda o derecha que se oponga al TLC.

    Cuahutemoc Cardenas se opuso en la época en la que estaba en negociación. Después se calló la boca y no volvió a oponerse.

    Eso de que el TLC causó la crisis del 95, lo dices desde la ignorancia. El que X haya sucedido antes que Y, no implica que X causó a Y.

    De cualquier forma. el hecho de que no se te haya ocurrido algo decentemente “abusivo” me da la razón.

    1. > Los tres ejemplos que se te ocurrieron: atún, armas y el general, son cosas insignificantes para el tamaño de los países.

      Esos conflictos han ocurrido siempre entre países vecinos. Por ejemplo, disputas entre España y Francia o entre Peru y Chile.

      “Mi novio me pega; pero es lo normal en todas las relaciones”. Seguro.

      > Creo que abusas de la palabra “abuso”.

      Creo que necesitas un diccionario.

      > En el caso de las armas, los mismos gringos ya metieron al bote a los policías que tuvieron el plan de introducir armas.

      “Ya hablé con su mamá, y me prometió que nunca más me va a pegar”. Seguro. Además de que no importa que los hayan castigado, sino que lo hicieron.

      > En lo del general, el gobierno de EUA dijo tener información comprometedora. Pudo haber sido una manipulación, un error, o realmente tenían algo. No sabemos. ¿Acaso tu meterías la mano al fuego por el general?

      “A lo mejor me puso o el cuerno; a lo mejor no. No sabemos”. Seguro.

      > Se te pasó la mano en eso de que el TLC fue malo porque no incluyó el libre transito de trabajadores. Tampoco incluyó que nos regresaran Texas y California.

      ¿Quién es el victimista ahora, mijito?

      Tu miopía y dogmatismo sólo te permite ver las cosas en absolutos: “bueno” y “malo”; “todo” o “nada”; “ganar” y “perder” (justo como Trump). No tenía que permitirse el libre tránsito de todos los trabajadores todo el tiempo; pero sí se podía hacer presión para ciertos casos, como lo jornaleros. Trabajos que se ha demostrado una y otra vez que sencillamente los gringos no quieren hacer, se podría haber conseguido garantías y prestaciones para que nuestros paisanos trabajen allá legalmente. O sea, negociar.

      No espero que lo entiendas.

      > (Un montón de alucinaciones tuyas del TLC).

      A ver, mijito; deja de alucinar cosas. Yo no dije nada en mi entrada del TLC; lo sacaste en un comentario y yo sólo respondí que no ha beneficiado a la mayoría de los mexicanos (o en el mejor de los casos no lo ha hecho significativamente, pero ni siquiera eso concedo). Eso está demostrado; el porcentaje de mexicanos viviendo en pobreza o pobreza extrema ha aumentado; los salarios se han estancado; la desigualdad ha crecido. Eso es un hecho, mijito.

      Pero encima de todo, de nuevo todo lo del TLC te lo alucinaste; yo no estoy en contra del TLC. Nunca lo dije en la entrada (te reto a que lo busques). Tú mismo lo dices; nadie está diciendo que se disuelva o que se eche para atrás; ni siquiera que se renegocie (excepto Trump). ¿Entonces por qué lo sacas? ¿Qué te metiste que alucinas?

      > De cualquier forma. el hecho de que no se te haya ocurrido algo decentemente “abusivo” me da la razón.

      No, mijito; tu dogmatismo y miopía te evitan ver qué es abuso, como la novia que le pegan. Y tu ignorancia y alucinaciones te hacen creer que lo que dices te da la razón; como los creacionistas que dan como argumento de que la biblia la escribió dios, porque la biblia dice que la escribió dios.

      A mí los hechos me dan la razón: el país está peor en muchos aspectos (no en todos; nadie ha dicho eso, así que evito tus alucinaciones de antemano) desde que se firmó el TLC.

      Pero además la entrada no es del TLC, y ya me aburriste. En esta entrada (o sea, tema) no voy a aceptar más comentarios del TLC; y en particular ninguno tuyo.

      No me importa ni me interesa tu opinión; has demostrado demasiada ignorancia y demasiadas alucinaciones como para perder mi tiempo contigo.

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