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La ética de hacer trampa

(Esta entrada es la décima y última parte de una serie que cubre un proyecto personal que realicé en el verano de 2014; pueden ver todas las partes aquí [1]).

Después de haber armado el hardware y escrito el software para que un robot sacara por mí los trofeos más difíciles de Guitar Hero Metallica, Rock Band 2 y The Beatles: Rock Band, la pregunta obvia es, por supuesto: ¿es esto hacer trampa?

Sí, claro que sí. Obviamente es hacer trampa.

La verdad es, nunca me ha molestado hacer trampa jugando videojuegos para obtener los trofeos. El tipo de trampas que utilizo suelen llamarse glitches, y consisten en pequeños errores en la programación del juego que facilitan al usuario conseguir un objetivo, lo que suele traducirse en un trofeo. Hay glitches para God of War, para Dead Space, para Uncharted, para Grand Theft Auto IV, etc., etc. Muchos de estos glitches requieren cierta habilidad para activarlos, y en muchísimas ocasiones, es divertidísimo en sí mismo el hecho de lograrlos activar.

Tengo mis límites, por supuesto. Hay muchos juegos que permiten cargar un juego salvado (savegame); y en la red abundan savegames que al momento de cargarse, como incluyen los objetivos necesarios para obtener uno o más (en algunos casos todos los) trofeos en el juego, estos comienzan a salir uno detrás del otro. Hay incontables videos en YouTube mostrándolo. Los savegames más sofisticados incluso son descifrados de la encriptación dada por el PS3, editados manualmente en un editor hexadecimal, y vueltos a cifrar.

Jamás he usado un savegame. ¿Por qué? Siendo honesto, no es por un afán ético: creo que es otra forma de hacer trampa. Creo que la respuesta es sencillamente que no me parece divertido. ¿Qué diversión hay en bajar un binario de la red? Si yo mismo descifrara, editara el savegame, y lo volviera a cifrar, tal vez consideraría hacerlo. Tal vez; no me queda claro. Si fuera demasiado sencillo (y me temo que de hecho lo es), no creo que le encontrara ningún chiste.

En cambio escribir mi robot musical fue divertidísimo. Es de verdad de las cosas más entretenidas que he hecho en años, y no es por darme aires, pero no cualquier lo hubiera podido hacer. Un montón de gente lo puede hacer; pero no cualquiera.

Además, está el hecho de que a nadie (excepto a mí) le importa qué trofeos tenga o no. No hay ningún tipo de beneficio en tener muchos o pocos trofeos. Créanme, las nenas no se vuelven locas cuando menciono el número de trofeos de platinos que he ganado. Por lo mismo (y tal vez lo más importante), nadie es afectado negativamente por mí al hacer trampa para tener trofeos. Es un “crimen” sin víctimas, y para obtener algo que básicamente a nadie le importa.

Así que no me arrepiento en lo más mínimo de haber hecho trampa en mis juegos musicales. Sigue siendo de las cosas más divertidas que hecho en años, y probablemente lo vuelva a hacer (nada más tenga algo de tiempo).

Esta entrada concluye el relato de mi proyecto del verano de 2014. Lo único que resta es limpiar un poco el código y ponerlo en GitHub. A ver si este verano tengo tiempo libre para hacerlo.

1 Comment (Open | Close)

1 Comment To "La ética de hacer trampa"

#1 Comment By Adrian On julio 28, 2015 @ 9:04 PM

que tal profesor, me pregunto si podría colgar un video de su robot en acción, me interesa mucho conocer como funciona, saludos!