Blanca Nieves y el Cazador

El viernes pasado fuimos a ver Snow White and the Huntsman, a insistencia mía. No escribí al respecto porque no he tenido tiempo esta semana.

Se aplican ya saben.

Snow White and the Huntsman

Snow White and the Huntsman

Voy a suponer que nadie necesita un resumen en general de la historia. A mí me gustó muchísimo esta película por varias razones: es una modernización interesante (si bien no necesariamente inteligente) del cuento clásico de Blanca Nieves; Chris Hemsworth es endemoniadamente simpático; los siete enanos están muy cagados; Kristen Stewart agrega una expresión más a su anterior portafolio de dos expresiones faciales (la nueva es “te voy a matar, pinche vieja”); y muchas más razones en el aspecto técnico, como la buena utilización de efectos especiales, música, vestuario, etc., etc.

Sin embargo, la razón más importante por la cual me gustó esta película, es sin duda alguna Charlize Theron, que en mi opinión debió recibir primer crédito porque ella en gran medida sostiene la película, y podemos discutir que la historia relata más a bien a su personaje, aunque su nombre no aparezca en el título.

La Theron no sólo se ve guapísima la maldita, además interpreta su papel con tanto gusto que es casi indecente ver cómo se divierte haciéndolo. Además de que por supuesto su personaje es como catorce millones de veces más interesante que Blanca Nieves, el susodicho cazador, o los cagados enanos, con un odio y rencor hacia los hombres no completamente desubicado.

Por lo demás, es un cuento de hadas; hay princesas, caballeros, y no poco importante para el género, hadas de hecho. Sólo se hace un intento de “modernizarlo”, donde por “modernizar” se entiende hacerlo un poco más oscuro, si acaso se podría oscurecer más un cuento para niños donde una reina malvada le paga a un cazador para que le saque el corazón a Blanca Nieves y se lo lleve como prueba de que de hecho la mató. Así era la versión “original” del cuento, aunque claro es difícil definir “original” para estas leyendas europeas.

La película tiene sus problemas, pero a mí me gustó bastante y me estaba meando de la risa durante casi todo el tiempo que estuvo proyectándose. No me parece que los realizadores esperaran realmente que esa fuera la reacción de los espectadores, pero el resultado es entretenido al fin y al cabo. Sorprendentemente además hay promesas (o amenazas) de que harán la segunda parte, y me parece que yo podría ir a verla sin mucha resistencia: ciertamente será interesante ver qué tanto más pueden exprimirle a una historia tan idiota.

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