Vicky y Cristina no sé, Barcelona seguro

El viernes me llegó la confirmación oficial de que estoy dentro del DocCourse 2009, que se llevará a cabo del 8 de enero de 2009 al 27 de marzo del mismo año en el Centre de Recerca Matemàtica, Campus de la Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra. Mi nombre ya aparece en la lista de participantes.

En otras palabras el martes 6 de enero del año que viene (en poco menos de cuatro semanas) estaré tomando un avión con destino a Barcelona, España, donde pasaré casi tres meses dentro de un curso destinado a gente que comienza a hacer investigación en Geometría Discreta y Computacional.

Es mi primer viaje a Europa, y planeo disfrutarlo al máximo, además de sacarle todo el provecho que pueda al curso, que cubre varias áreas matemáticas donde mi formación ha sido particularmente débil (cuando no inexistente). Después planeo pasar unos días en Londres y otros cuantos más en París, para regresar a México a inicios de abril. Y si es posible espero poder escaparme un fin de semana a Madrid, a ver si al menos puedo dedicarle un día a recorrer algo del Museo del Prado.

Una de las innumerables ventajas que había en quedarme a hacer el doctorado en México es que me daba la oportunidad de salir a trabajar en distintos países, varios de ellos en Europa; cosa que hubiera sido incluso tal vez más difícil si hubiera hecho el doctorado en Canadá, por ejemplo. Que pueda hacerlo tan solo en el segundo semestre me parece excelente, y una muestra de que tomé la decisión correcta al quedarme.

Jorge ha sido un apoyo enorme en todo el proceso; mencionándome el curso en primer lugar, y permitiéndome asistir a él. De hecho soy el único alumno suyo que va. Bernardo y Silvia también me han dicho que es una oportunidad increíble, más que nada por la gente que estará dando pláticas y dirigiendo cursos intensivos. Y por supuesto, es la oportunidad de ir a Europa, que repito será la primera vez para mí.

Mi familia también me ha apoyado mucho; como el curso inicia a principios de año, y además acabamos de cambiar de coordinador del posgrado, el conseguir el apoyo económico ha sido ligeramente engorroso. Lo más grave es que dicho apoyo sólo me lo pueden dar por reembolso; así que me iré con dinero mío y el que mi familia me ha podido prestar, y ya luego el posgrado me reembolsará una parte (que además no será todo; sale caro ir a Europa).

Así que es posible que baje unos cinco kilos de peso por andar comiendo diario sopas Maruchan (o el equivalente que vendan en Barcelona); pero no me importa. Estoy muy emocionado por el viaje; no sólo por la oportunidad académica que representa; no sólo por la bola de gente que voy a conocer (van estudiantes e investigadores de todo el mundo); no sólo por vivir casi tres meses a tiro de piedra de Barcelona; no sólo por cruzar el charco por primera vez en mi vida. Estoy emocionado porque es justo por este tipo de oportunidades que fue que me decidí a quedarme en México a hacer el doctorado; y que además no tengo que esperarme a finales del mismo para aprovecharlas. No llevo ni seis meses en el doctorado y ya estoy a punto de irme a Europa por primera vez; y tengo dos años y medio más para planear otros viajes a otros lugares para poder trabajar con otras gentes.

El viaje está listo; ya compré el boleto de avión, ya pagué la mitad del alojamiento en Bellaterra, y ya ví la mayoría de los relajos burocráticos que tendré que resolver de forma remota cuando esté allá. Estas tres semanas y medias que me quedan aquí voy a descansar, y el 6 de enero tomaré mi avión para cruzar el charco.

Y después espero pasar tres de los mejores meses de mi vida.

La Virgencita

Como ya he dicho varias veces y a cualquiera que haya tenido la paciencia de escucharme, yo soy ateo. No creo en dios, para empezar; y me refiero de hecho al concepto filosófico: ya no digamos a cualquiera de los dioses que dicen representar las innumerables religiones organizadas en el mundo. En particular no creo en el dios que enarbola la biblia y Nuevo Testamento católico, y ni siquiera estoy convencido de que Jesús fuera una figura histórica; mucho menos de que haya tenido una madre “virgen”, y por simple lógica entonces todavía menos creo que se haya aparecido 1,500 años después en Tepeyac.

Así que no debe sorprender a nadie el que me quede claro que todo lo relacionado con la “aparición” de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego entre en lo que yo de forma particularmente elocuente describo como “bola de mamadas”.

Ninguna aparición ocurrió en Tepeyac en 1531. Según varios historiadores, lo más seguro es que ni siquiera haya existido alguien llamado Juan Diego. Es muy probable que la famosa aparición haya sido orquestada como medio de aplacar a la todavía enorme población indígena, como “evolución” de las diosas Tonantzin o Coatlicue; o (si nos ponemos subversivos) un ingenioso método de los indígenas para seguir adorando a su diosa (cualquiera que ésta fuera) sin que los españoles los molestaran.

La aparición de la Virgen de Guadalupe, entonces, es sencillamente un mito. No ocurrió; cualquiera con tantito sentido común sabe esto.

Y sin embargo…

Y sin embargo, lo cierto es que la Virgen de Guadalupe probablemente sea el símbolo más arragaido en el consciente colectivo mexicano. Lo cierto es que, si hay un conjunto de símbolos que pueden abarcar lo que podríamos denominar como “mexicaneidad”, uno de ellos (sin duda alguna) sería la Virgen de Guadalupe.

No es gratuito que Hidalgo la enarbolara como estandarte cuando inició el no muy despreciable desmadre que terminó siendo la Guerra de Independencia. No es gratuito que Morelos la utilizara como sello oficial del Congreso de Chilpancingo. No es gratuito que el primer presidente mexicano cambiara su nombre de Félix Fernández a Guadalupe Victoria (por la Virgen). No es gratuito que cuando el ejército de Emiliano Zapata entró victorioso a la Ciudad de México, varios de sus combatientes cargaran estandartes de la Virgen. No es gratuito que el EZLN nombrara a Guadalupe Tepeyac de esa manera. No es gratuito que los millones de mexicanos viviendo fuera de México en Estados Unidos y otros lugares la utilicen como símbolo de la madre patria, y para identificarse entre ellos y reconocerse de forma silenciosa.

La Virgen de Guadalupe (desde hace tal vez siglos) ha trascendido su origen religioso (trascendido, no abandonado) para convertirse en un símbolo nacional.

¿Es algo malo eso, que una imagen falsa que probablemente nació como método de subyugación de la gente de nuestra nación, se haya convertido en símbolo de la misma? Por supuesto que no; particularmente si la misma gente de forma natural la tomó después como estandarte en todas sus rebeliones.

Y de la falsedad; probablemente tampoco haya habido ninguna águila sobre un nopal devorando una serpiente cuando los aztecas llegaron al lago donde se levantaría la Ciudad de México Tenochtitlan. ¿Qué importa? Como símbolo está poca madre.

Así que (y aquí voy a decir algo que tal vez muchos no entiendan, porque ciertamente lógico no es), aunque estoy convencido de que la aparición es un mito, de que la Virgen no existe (ni como madre de Cristo, ni la que se le “apareció” a Juan Diego), y de que en general en los hechos todo lo relacionado con la aparición de la Virgen de Guadalupe es una bola de mamadas, yo creo en ella.

Únicamente como símbolo de los mexicanos, únicamente como este elemento que de alguna manera sirve de pegamento a lo que es la mexicaneidad (lo que sea que es eso), únicamente como la imagen que los connacionales en todo el mundo saben identificar como símbolo del hogar, pero creo en ella.

(Y es que, además, es chilanga).

Y por lo tanto, yo soy Guadalupano. Y que se vaya a la verga la gente tarada atea o de izquierda que es demasiado exquisita para poder aceptar eso.

Dos románticas

Fui a ver dos películas, porque anda baja mi cuota de las mismas. Se aplican las de siempre.

  • Nick and Norah’s Infinite Playlist (Nick y Norah: Una Noche de Música y Amor).
    Nick and Norah's Infinite Playlist

    Nick and Norah’s Infinite Playlist

    Ésta es una película cursi, barata y predecible. A mí me encantó, en gran medida porque Michael Cera se está convirtiendo en uno de mis actores favoritos, y porque Kat Dennings tiene los labios más deliciosos que haya visto en mucho tiempo. De hecho es una niña muy linda; creo que donde peor se ve es en el cartel de la película.

    Cera interpreta a Nick, un adolescente miembro de una banda fresa de punk donde el resto de los integrantes son gays, cuya novia lo tronó y no puede superarlo. Dennings interpreta a Norah, una compañera de escuela de la ex novia de Nick, que sin conocerlo se medio enamora de él porque ha escuchado todos los CDs con mezclas que el tipo le ha hecho a su ex con la esperanza de recuperarla.

    De ahí básicamente pueden adivinar qué va a ocurrir en toooda la película, y posiblemente le atinarán incluso al orden de las escenas. No termino de entender lo unilineal y monotemático de las comedias románticas gringas; y en particular las de adolescentes suelen ser casi todas casi exactamente iguales.

    Esta película se destaca (mínimamente) por las buenas actuaciones de los chavos (aunque Cera, por bien que me caiga, parece siempre interpretar al personaje que tenía en Arrested Development), y que tiene una ligeramente mejor variedad en cuanto a música.

    Pero está tierna, y los chavos tienen químicas, y está bonita, y me hizo reír varias veces. Así que no la descarten por completo.

  • Vicky Cristina Barcelona (Vicky Cristina Barcelona, Un Lío Amoroso).

    Vicky Cristina Barcelona

    Vicky Cristina Barcelona

    Woody Allen es mi ídolo. Además de darnos una película fabulosa, nos regala el sueño húmedo que me imagino no pocos hombres hemos tenido; un sensacional faje entre Scarlett Johansson y Penélope Cruz.

    Vicky (Rebecca Hall que ya había visto en Starter for 10 y me había encantado) y Cristina (la Johansson, más bella que nunca bajo el sol de Barcelona) son dos gringuitas de vagaciones en Barcelona, donde conocen al pintor Juan Antonio (un asquerosamente sexy Bardem), que las invita a comer, beber y coger, no necesariamente en ese orden, en un pueblito cercano llamado Oviedo.

    Vicky, que está comprometida, se escandaliza de la descaradamente sincera propuesta, pero a Cristina le gusta la idea. Al final van las dos y aunque Cristina está puestísima a tirarse al pintor, la comida le cae mal y queda indispuesta. Mientras tanto su amiga termina acompañando al pintor y cae bajo su seducción, para regresar corriendo a Barcelona y tratar de olvidar el asunto.

    Después Juan Antonio vuelve a llamar a Cristina e inician una rápida relación que los lleva a vivir juntos, donde son al parecer felices hasta que aparece María Elena (Penélope Cruz robándose toda la película de forma magistralmente descarada), la ex esposa del pintor. Mientras tanto Vicky se casa con su prometido y comienza un matrimonio que le parece aburridísimo y en donde es infeliz.

    La película es algo snob con ciertas cosas, como el desprecio que muestran por los maridos “normales”; pero es tan fabulosa en todo lo demás, que es imposible no enamorarse de ella. El hermosísimo escenario que ofrece Barcelona ayuda mucho, me parece. Además, al fin y al cabo no hace juicio acerca de qué es mejor o cuál es la actitud “correcta” que hay que seguir con las relaciones amorosas; al contrario, básicamente el punto de la película es que cada quién intenta acomodar sus acciones con sus sentimientos como mejor lo considera, y de cualquier forma lo más seguro es que termine uno en un desmadre emocional. Me gusta pensar que es así en general, porque me da cierta paz respecto a mi vida amorosa.

    Mención aparte merece Penélope Cruz, que creo da aquí el papel de su vida; tomen a la novia más demente que hayan tenido, y elévenla al cubo y pónganle esteroides: de cualquier forma se queda corta con cómo es María Elena. Y a pesar de ello (o, me temo en mi caso, precisamente por ello) es tan enloquecedoramente atractiva que uno entiende la tentación de pagar el precio de sus locuras por el divino placer de poder estar a su lado. De verdad se roba la película de forma tan descarada que hasta tantita lástima sentí por la Johansson; se la come viva.

    Woody Allen es mi héroe; después de su triología en Inglaterra, que fue una excelente, otra pésima y una más que pues por ahí se va, se pasa a España y comienza con una película tan maravillosa, que de verdad no sé si se pueda superar a sí mismo. No se la pueden perder.

Adoctrinamiento

Dada la forma en la que fui educado (y supongo que también por la forma en que inherentemente soy, si tal cosa existe), tardé en darme cuenta de que tenía ciertas ideas arraigadas en la cabeza de tal forma que, cuando me presentan algo que da por hecho que tales ideas son falsas y/o equivocadas, tengo que hacer una recalibración consciente en mi cerebro para poder entenderlo.

Por ejemplo: cualquier persona que pertenece a la CIA es, por definición, alguien malo o en el que no hay que confiar. Cuando veo series o películas donde el héroe es alguien de la CIA, tengo que hacer un esfuerzo consciente para poder creerlo. Y hasta cierto punto nunca lo creo.

Otra: ser liberal es algo bueno, deseable incluso. Cuando hay quien utiliza el término liberal como insulto, me quedo como pendejo varios segundos hasta que mi cerebro puede interpretar el contexto de tal forma que me queda claro que, de hecho, no están bromeando. Y aún así mi opinión de alguien que utiliza “liberal” como insulto (o como algo malo) casi siempre es baja.

Una más: un anticomunista es alguien malo, ignorante, o ambos. Y en cualquiera de los casos alguien peligroso. “Anticomunista” es para mí como “liberal” es a la gente a la que me refería el párrafo anterior.

Podría seguir con muchos otros ejemplos; pero me parece que queda claro. El punto es que esas ideas no son tanto una conclusión razonada de mi parte; sencillamente crecí en un ambiente donde se daban por hecho. Ya como adulto independiente sigo creyéndolas, si bien con sus bemoles y ya no a nivel de dogma; pero hay una parte de mí que supongo sólo puedo calificar como adoctrinada que reacciona de esa manera de forma automática. Estoy bien con eso; no me molesta.

Pero aguas si un día conozco a un agente de la CIA que desprecie a los liberales y sea anticomunista.

Dibujitos cachondos menores de edad

Ya tiene unos días, pero hasta ahorita entré de lleno en la discusión, que un hombre en Australia fue encontrado culpable de tener pornografía infantil porque tenía dibujos hechos por fans de Bart, Lisa y Maggie Simpson teniendo sexo.

Lo cual, por supuesto, es idiota.

Lo he dicho varias veces, pero va de nuevo: las leyes no se deben establecer basadas en la moral de nadie. Sencillamente porque nada más elegir la moral de quién sería un desmadre. Las leyes se deben establecer únicamente para proteger los derechos de personas.

Las leyes de pornografía infantil no se establecen porque el que haya niños teniendo sexo entre ellos o haya niños teniendo sexo con adultos sea algo “malo” (lo que sea que signifique “malo”… y para quién). Se establecen porque donde sea que haya menores de edad y sexo abre la (muy real) posibilidad de que se cometan abusos contra niños que no tienen forma de defenderse.

No es un asunto moral; es un asunto práctico donde millones de niños (y en México tenemos un serio problema al respecto) son abusados de formas que sólo pueden calificarse como inhumanas. Estar perdiendo el tiempo porque a alguien le gusta ver dibujitos de Mafalda haciéndole un guagüis a Felipe no sólo me parece patético; distrae del verdadero y real problema de niños siendo explotados.

Dibujos de personajes “menores de edad” (que ya ahí comienzan las idioteces; ¿cuál es la “edad” de un dibujo?) teniendo sexo no es pornografía infantil. Y tampoco deberían prohibirse por ninguna otra razón, y el motivo es muy sencillo: nadie ve sus derechos afectados cuando alguien produce o consume dichos dibujos.

Así de simple; que a muchos les parezca ofensivo o de mal gusto es otra cuestión. Lo importante es que nadie real es dañado por ello.

Les doy un ejemplo del otro lado; un chavo y una chava de 17 años deciden divertirse y se graban a sí mismos teniendo sexo. ¿Eso es pornografía infantil?

Por supuesto que sí es pornografía infantil. ¿Los chavos merecerían ir a la cárcel por eso? Por supuesto que no.

Es pornografía infantil (tiene que ser pornografía infantil), porque si permitimos que ese caso no lo sea, alguien será lo suficientemente perverso y ojete como para abusar ese resquicio legal y con ello dañar los derechos de alguien más. Si algún día llegara a las cortes un caso así, por supuesto que a los chavos no debería castigárseles con ninguna pena (ni siquiera administrativa, diría yo); pero debe quedar en las leyes estipulado como pornografía infantil.

Porque la idea de las leyes es proteger. Dibujitos de niños cogiendo realmente no dañan a nadie; entonces no hay ninguna razón para prohibirlos.

(Por supuesto, las mismas restricciones a menores de edad que aplican para pornografía “normal” deben aplicar para dibujitos de niños cogiendo).

Hace años encontré en la red un manga llamado “Please Teach Me”, donde ponen a mi querida Sakura Kinomoto (uno de mis personajes animados favoritos) haciendo cosas que hasta a mí me parecen depravadas.

Please Teach Me

Please Teach Me

¿Es pornografía? Oh sí, sin duda. No sólo eso, es bastante hard-core. ¿Es de mal gusto? Sin duda alguna muchos lo encontrarán de mal gusto y desagradable; a mí ciertamente me desconcierta ver a Sakurita, una adorable niña de 10 años, haciendo esas cosas. ¿Es pornografía infantil? Por supuesto que no.

Sakura, por más que quiera al personaje, no existe. Ningún niño o niña fue abusado para crear ese manga.

Platiqué con mi hermano abogado al respecto, y parece que aquí en México legalmente sí sería pornografía infantil, por un desmadre de “similaritud” o algo por el estilo. Pero está mal. Por mucho que pueda ofender a alguien, no daña los derechos de nadie. Si comenzamos a tener leyes para aplacar la moral de algunos, vamos a terminar en un infierno.

Por supuesto es letra muerta; nadie ha sido acusado o enjuiciado al respecto, que yo sepa. Pero (toda proporción guardada) igual que con la estúpida penalización del aborto, debe erradicarse.

Preocúpense de la gente que obliga a niños indefensos a tener sexo con extraños o entre ellos para crear verdadera pornografía infantil; preocúpense de esos niños reales. No pierdan el tiempo atacando a quien dibuja o le gusta ver dibujos de niños teniendo sexo.

Podrá parecerles de mal gusto, o asqueroso, o perverso o lo que ustedes quieran; pero nadie es realmente dañado por ello. Están en su derecho entonces de no ver ese tipo de dibujos, si no les gusta; pero no se metan con el derecho que tienen los que sí les gusta de hacer lo que quieran, si no dañan a nadie.

Y ahora hablo de terceros porque de verdad a mí no me gusta. Ya saben que yo defiendo la pornografía y admito sin problemas que me gusta verla (eso y que me gusta fumar mota y otras cosas más). Pero esto de verdad a mí no me gusta. No sé si llegaría tan lejos como para decir que me da asco o que me parece de mal gusto; pero sí me queda claro que no me gusta.

Pero también me queda claro que nadie ve sus derechos afectados por ello, y entonces creo que sí es derecho de que a quien le guste (por las razones que sea) pueda producirlo y/o consumirlo.

Madagascar 2

Después de que mi hermano y yo jugamos Rock Band hasta la ignominia, fuimos a ver Madagascar: Escape 2 Africa. Se aplican las de siempre.

Madagascar: Escape 2 Africa

Madagascar: Escape 2 Africa

No hay mucho que decir de la película; está muy cagada, mucho más que la primera. Y me gusta mucho que no se toma en serio para nada.

Pero es una pendejada. Divertidísima, pero una pendejada.

Rock Band: Family

Total que cuando mi hermano vio cómo jalaba Rock Band, le dieron ganas de comprárselo también. Como quería realmente ver cómo estaba la batería, yo le recomendé que mejor comprara Guitar Hero III: Legends of Rock, porque en todos lados he leído que en ese juego el periférico de la batería está mucho mejor hecho.

El viernes me mandó un mensaje de que ya lo había comprado, y yo hubiera ido a su casa a probarlo el sábado, pero tenía una cruda infernal que de hecho apenas hoy al medio día comenzó a quitárseme, así que fui hasta hoy en la tarde.

Puta. Madre. Es divertidísimo.

Al final ni mi hermano ni yo jugamos mucho en la batería; en primer lugar porque nos gustó más Rock Band (que yo había leído que probablemente así sería; tiene mejores rolas y la interfaz aunque casi idéntica es más amigable), y porque al parecer todavía no funciona la batería de Guitar Hero: Legends of Rock en Rock Band. Activision e Informix (las compañías de los juegos) han dicho que están chambeando en eso, así que espero que eventualmente se resuelva. Pero encima usar la batería es cansadísimo; después de cada rola a mi hermano y a mí nos dolían los brazos.

Pero sí jugamos yo usando la guitarra y él el bajo (casualmente mi hermano “toca” el bajo como yo “toco” la guitarra), Rock Band principalmente. Y puta madre, qué divertido es jugar así. Nos aventamos un montón de rolas juntos, hasta que nos dolieron las muñecas. No recuerdo cuándo fue la última vez que me divertí tanto con mi hermano.

Además él tiene un Sistema de Entretenimiento Bose, 5.1 obviamente, y la diferencia en sonido es abismal comparado con mi configuración. Claro que hasta ahora he corrido mi PlayStation 3 conectando el sonido a las bocinas de mi tele, que son de chocolate; no he visto cómo conectarlo directamente a mis bocinas 5.1. Dudo que suene tan chingón como en casa de mi hermano; pero la diferencia sería menor, supongo. En casa de mi hermano es impresionante la calidad de sonido.

Fue muy divertido estar jugando Rock Band con mi hermano, y sí me dieron ganas de probar un poco más la batería. Dicen que si uno saca las rolas en el modo más difícil, básicamente uno ya sabe tocar la batería de verdad; no sé qué tan cierto sea, pero hasta cierto punto sí me lo creo. Ciertamente es más posible que con la guitarra; ser bueno con la guitarra en Rock Band no sirve de nada para tocar la guitarra de verdad. Bueno, tal vez algo de agilidad digital, pero nada más.

Ya quedamos de juntarnos de nuevo; y a ver si él se compra Rock Band y luego jugamos en línea. Pero juntos es muy divertido.

Mi gato

Ayer fui a comer con mi mamá, y en una de esas le pregunté que cómo andaba mi gato. Me dijo que bien, que tal vez algo más apagado que de costumbre.

Cuando vi a mi gato lo cargué y lo abracé, y estuve acariciándolo un rato. Después dejé que se fuera a caminar, pero al rato regresó hacia mí, y hasta ese momento le vi bien la cara. Estaba asimétrica, con una de sus mejillas obviamente inflamada. Como los gatos tienen pelo en todos lados, luego es difícil notar cuándo tienen una parte de su cuerpo inflamada, pero yo tengo experiencia.

Lo tomé de nuevo entre mis brazos y le toqué la hinchazón con cuidado, y no tardé en descubrir la costra. Le pedí a Susi unas servilletas, y de un solo jalón le quité la costra; como esperaba, comenzó a salir la pus de una mordida que le habían dado, que era lo que causaba la inflamación. Lo que no esperaba es que la pus fuera verde.

Inicialmente sólo planeaba limpiarle la herida; pero como la pus salió de color verde decidí llevarlo con el veterinario. Además, el hoyo de la mordida era enorme (para un gato), y entre eso y que pudiera estar infectada me preocupó bastante. Y de pilón lo vacunaba contra la rabia, que ya le tocaba.

Metí a Tigger al carro y conduje a la veterinaria, donde con asombro descubrí que había dejado de existir como tal. No sé qué habrá sido de Cristina, la veterinaria de mi gato; era bastante buena, y cuidó a mis gatos en general y a Tigger en particular durante años.

Entonces lo llevé a otro veterinario cerca de casa de mi mamá, que me cayó bien porque es de la UNAM y se mostró bastante amable y parecía saber lo que hacía.

El veterinario le rasuró alrededor del hoyo de la mordida (que, repito, está enorme), y le terminó de limpiar; me dijo que yo ya le había limpiado bastante bien la herida, pero le echó agua oxigenada y la limpió a profundidad. Después le puso la vacuna contra la rabia a mi gato; debo hacer notar que el animalito nunca se quejó, ni cuando le quité la costra ni cuando le exprimí la pus ni cuando el doctor le rasuró la herida o se la limpió con agua oxigenada. Con la vacuna tampoco se quejó; Tigger siempre ha sido un gato muy tranquilo. Sólo temblaba un poco de estar en la mesa de metal frío del veterinario.

Pero entonces le puso una inyección con un antibiótico de larga duración, y me advirtió que ésa sí le iba a doler. Tigger se molestó cuando se la puso, y le siseó dos veces al veterinario, que fue el que le puso la inyección, aunque era yo el que lo sostenía. Después se calmó de nuevo.

Una cosa que siempre me ha preocupado con mi gato, es que crea que lo llevo al veterinario para torturarlo. No veo como podría entender (si tal cosa puede hacer un gato) que lo hago por su bien; desde su perspectiva el animal lo único que ve es que de repente lo subo al carro para llevarlo a un lugar donde lo tienen en una mesa de metal fría, y donde lo agarran, jalan y pican sin preguntarle si está de acuerdo o no. Espero que note, si se sentía mal de la mordida, que comenzó a sentirse mejor después de haberlo llevado.

Cuando regresamos a la casa Tigger se fue a donde sea que se va cuando está molesto, pero en la tarde yo estaba acostado en el sofá de la sala, y mi gato llegó a acostarse conmigo un rato. No parecía molesto, pero se ve muy cagado con su cachete rasurado, y un hoyo ahí que me dijo el veterinario tiene que estar drenando hasta que cicatrice.

Tigger cumple nueve años de que lo llevé a mi casa en mayo del año que viene. Es, por mucho, el gato que más nos ha durado, y el que más hemos querido. Cuando me mudé de casa de mi mamá pensé en llevármelo conmigo; y aunque sí me muero de ganas de tener un gato, lo cierto es que estoy gran parte del día fuera de mi departamento, y además no estaré ahí al inicio del año que viene.

Le pregunté al doctor que cuánto vivían los gatos, y él me dijo que en promedio 12 años. Tigger tendrá 9 dentro de poco, lo que quiere decir que es posible que no dure muchos años más. Sólo quiero que esté a gusto y contento el tiempo que le quede por vivir; todavía es un gato activo (aunque mucho menos que antes), y es capaz de correr y brincar sin muchos problemas. Pero la verdad es que prefiere dormir y comer; no necesariamente en ese orden.

Ayer después del susto de verlo supurar pus verde, estuvimos acostados él y yo viendo la tele, el gato durmiendo y ronroneando apaciblemente a mi lado. Creo que estaba contento, y me da gusto eso.

El Niño con el Pijama a Rayas

Fui a ver The Boy in the Striped Pajamas. Se aplican.

The Boy in the Striped Pajamas

The Boy in the Striped Pajamas

Esta es una película cursi, predecible y barata. De hecho es tan barata, que podría llegar a resultar casi asquerosa, si no estuviera tan bien hecha.

Asa Butterfield da una espectacular actuación como Bruno, un niño alemán de 8 años durante la Segunda Guerra Mundia, cuyo padre (David Thewlis; Remus Lupin en las películas de Harry Potter) lo mandan de Berlín a supervisar un campo de concentración. El niño lo puede ver desde su ventana, e inocentemente cree que el campo es una granja, y le extraña que los judíos ahí usen “piyamas”.

Eventualmente conoce a un niño de su edad dentro del campo (Jack Scanlon, también muy bien en su papel), sin que sus padres se enteren, y de forma todavía más barata se hacen amigos.

A partir de ahí ya pueden saber exactamente qué ocurre, con la posible excepción del mero final.

Repito; esta película es tan barata que a mí me hubiera puesto de mal humor si no hubiera sido porque está increíblemente bien hecha, y muy bien actuada. Pero es un chantaje emocional baratísimo de principio a fin.

Todo eso es soportable por la calidad de la misma película, como ya dije; pero es todavía más perdonable por el final, que es terriblemente bueno. Digo; la película predeciblemente acaba mal (no es posible que una historia que combina niños, nazis y campos de concentración acabe bien): pero era difícil de anticipar que acabaría tan mal.

Así que yo sí la recomiendo. De hecho quiero leer el libro; que debe ser aún más barato porque puede extender y detallar todavía más todo el chantaje emocional.

Pero todas las cosas buenas que tiene (que son muchas) no le quitan que es baratísima.