Procrastinando

Dice el Merriam-Webser:

Main Entry: pro·cras·ti·nate
Pronunciation: \prə-ˈkras-tə-ˌnāt, prō-\
Function: verb
Inflected Form(s): pro·cras·ti·nat·ed; pro·cras·ti·nat·ing
Etymology: Latin procrastinatus, past participle of procrastinare, from pro- forward + crastinus of tomorrow, from cras tomorrow
Date: 1588

transitive verb

  • to put off intentionally and habitually

intransitive verb

  • to put off intentionally the doing of something that should be done

De donde yo vengo, a eso le decimos estarse haciendo pendejo.

Tengo que titularme pronto; cada vez me cuesta más hacer hasta las cosas más nimias de mi tesis.

Una de policías y ladrones, otra de mostros

No siempre se puede hacer un miércoles 2 × indio con tres películas. Para empezar, debe haber en cartelera tres películas que uno quiera ver, y después deben acomodarse los horarios.

Cuando voy solo a un miércoles 2 × indio eso no es tan difícil de conseguir; pero como casi no vi a mis cuates por el enclaustro de la tesis he tratado de compensarlo, y entonces he visto varias de mis películas de miércoles 2 × indio con ellos.

En pocas palabras, pues, hoy sólo pude ver dos películas en lugar de tres. La única que hubiera quedado en tercer lugar era Alvin y las Ardillas; y aunque podría haberlo llegado a considerar, estaba doblada, que para mí es un no-no.

Se aplican las advertencias etc.

  • American Gangster (Gánster GringoAmericano).
    American Gangster

    American Gangster

    Qué buena película. No sólo Washington y Crowe actúan soberbio (que era predecible); la historía es rapidísima, muy bien contada y fascinante.

    Realmente no hay mucho que pueda decir de la película, excepto que vayan a verla.

  • Cloverfield (Monstruo).
    Cloverfield

    Cloverfield

    Fabulosa. Es una mezcla entre Godzilla y The Blair Witch Project, con tantita de la mística de Lost.

    Muchas veces me quejo de que una película tenga hoyos en la historia. Hay una obvia excepción a esto: cuando dichos hoyos son algo planeado, y no simple torpeza por parte del director. La película nunca intenta explicar qué es Cloverfield, de dónde viene, o cómo llegó a Nueva York. Y dado que la película es relatada desde el punto de vista de cinco muchachos atrapados en la destrucción del monstruo, realmente no importa: uno se siente como parte del pequeño grupo de muchachos que está tratando de sobrevivir al ataque.

    Que ahí se nota otra cosa similar a Lost, y una de las razones por las que soy gran fan de esa serie; creo que la película consigue generar una efectiva empatía con los personajes. Y es más difícil hacerlo en 84 minutos que en las cuatro temporadas que lleva Lost.

    Y por último, y aunque es medio gratuito, es bonito el poquito de romance que aparece en la historia. Aunque al final acaben hechos mierda todos.

    A mí me gustó mucho. No sé si J.J. Abrams consiga su propósito de crear un Godzilla gringo, pero creo que sí es una perspectiva innovadora a un género que ya está choteadísimo.

Swfdec

Una de las ventajas de estar sufriendoprobando la versión de desarrollo de GNOME es que nuevos paquetes de los cuales uno sólo había oído de repente son usables.

Uno de ellos es Swfdec.

Swfdec en 64 bits

Swfdec en 64 bits

Mi Firefox a 64 bits por fin puede utilizar Flash con él; particularmente YouTube. No es perfecto; pero ciertamente no truena y más importante aún funciona. Eso es, como que, importante. Flash en Linux siempre ha sido un punto débil; y Swfdec es GPL, así que puede ser distribuido sin ninguna restricción.

Que jale en 64 bits es anecdótico; que por fin tengamos una implementación OpenSource de Flash que (mal que bien)funciona es fabuloso.

Ahora sólo necesito un plugin de Java para 64 bits, y desinstalaré mi Firefox de 32 bits.

La clase

Hoy volví a dar clases después de casi tres años.

La Facultad sigue estando básicamente igual; pero ahora los edificios tienen sus nombres (“O” y “P”) en letrotas en las paredes… lo cual es útil porque nunca me los aprendí.

El horario es de una a dos, que es de las peores horas para un curso. O bien no han comido los chavos y entonces se están muriendo de hambre, o bien ya comieron y entonces se están durmiendo. Y lo mismo se aplica a mí, por supuesto.

Como sea me divertí. Me gusta dar clase.

Adoro mis figurillas del Ku Klux Klan

La Occasional Superheroine entró en crisis moral por esta figurilla de Red Skull.

Red Skull

Red Skull

Para los que no lo sepan, Red Skull es un enemigo del Capitán América, y un nazi. Nazi de verdad, por cierto; era mano derecha de Hitler y la chingada.

La crisis de Valerie consiste en que, aunque ella misma admite que la figurilla está muy chida, que cómo podría ponerla en (digamos) la sala de su casa, cuando tiene un uniforme nazi. ¿Qué va a pensar la gente?

A mí se me hace estupidísimo. Es su casa, y sería su figurilla. Ella sabe que no es nazi, y no compraría figurilla para promover el nazismo o porque sea fascista. La compraría porque es fanática de cómics y además la figurilla está muy chida.

Detesto lo “políticamente correcto”. Se me hace estúpido el 90% de las veces. Si yo fuera fan del Capitán América (que por supuesto no lo soy), yo sí compraría la figurilla porque está encabronadamente bien hecha. Si alguien se ofendiera porque un villano nazi tiene un uniforme nazi, eso me parece que es problema del ofendido; no mío.

Es como la gente que criticó el juego de computadora Return to Castle Wolfenstein porque cuando uno jugaba como soldado nazi (¡sorpresa!) uno defendía bases que tenían la bandera nazi. ¿De verdad hay gente tan bestia que confunde el tratar de ser artísticamente cierto, a la promoción del fascismo/nazismo lo que sea?

Yo soy de los primeros en defender que la justicia tiene que tener memoria histórica, y que la humanidad debe conocer y comprender a los monstruos que ha habido en la historia para evitar (o al menos intentar evitar) que surjan de nuevo. Pero esta estupidez de creer que lo “correcto” es tratar de borrar de la memoria los símbolos y parafernalia del nazismo (por ejemplo) me parece justamente lo contrario.

Si uno tiene una figurilla de Red Skull en su casa, y alguien que no sepa de cómics pregunta qué hace uno con una estatuilla nazi en su sala, hay que explicarle que es un villano de un comic, y que entre otras cosas la calavera roja que tiene por cabeza es para expresar lo ruin y malévolo del personaje. La figurilla transmite un aire de maldad y perversidad (perfecto para el personaje, por cierto); si alguien lo confunde con “apoyar” a los nazis hay que explicarle (si quiere entender) que no es esa la idea.

Ser “políticamente correcto” me parece querer ocultar las cosas debajo de la alfombra. Lo verdaderamente inteligente es nunca olvidar de dónde vienen esos símbolos y qué representan, y (más importante aún) que sí existieron, y que hay que hacer todo lo posible para evitar que vuelvan a ocurrir los horrores que causaron la gente que los usaba como estandarte.

Y en ese sentido una figurilla de lo que es obviamente un villano y que usa un uniforme nazi a mí me parece bien; o al menos no ofensivo.

No, no lo creo

Después de la larga explicación de porqué yo no creo en dios (que se puede resumir a “porque no se me da la gana”), decidí enumerar algunas (que no todas) de las cosas en las cuales no creo.

Voy a poner al inicio de cada una la frase “no creo”, pero eso será sólo para no ofender a nadie; con la enorme mayoría de las cosas en la siguiente lista realmente yo que no son ciertas o que no existen… aunque también lo hago porque quiero evitarme más discusiones epistemológicas, si es posible.

Así que ahí les van:

  • No creo en dios.
  • No creo en el cielo, el limbo o el infierno.
  • No creo que haya vida después de la muerte… con lo que quiero decir que creo que cuando se muere uno deja de existir como ser consciente (evidentemente la vida sigue su curso… para los demás). Lo de la consciencia es importante porque evidentemente uno sigue existiendo como una bola de átomos que conforman moléculas que forman células que se van pudriendo alegremente.
  • No creo que las características físicas sean lo que definen a un ser humano; es consecuencia de lo de arriba. Creo que lo que define al ser humano es su capacidad de pensar; que evidentemente está atado a su cuerpo, pero la sola existencia del cuerpo no determina a un ser humano. Debe ser capaz de pensar.
  • No creo que el aborto sea asesinato (por lo de arriba).
  • No creo que alguien que haya sufrido muerte cerebral siga vivo, a pesar de que tal vez todo el resto de su cuerpo funcione perfectamente. Por eso cuando muera y si mis órganos sirven de algo, los voy a donar a alguien que los necesite.
  • No creo en fantasmas, espíritus, aparecidos, la llorona, vampiros, hombres lobo, ni ninguna de esas mamadas, en parte por lo que digo arriba.
  • No creo en la reencarnación tampoco, por cierto.
  • No creo que la mente del ser humano sea algo metafísico. En otras palabras; pensar es una función del cerebro: si no hay cerebro no se puede pensar. Tampoco se puede separar la mente del cerebro.
  • No creo que se puedan hacer viajes astrales; se puede fumar mota, y probablemente la sensación sea la misma, pero no se puede “desplazar” la mente fuera del cerebro y llevarla a algún otro lugar.
  • No creo en la telepatía.
  • No creo que se pueda adivinar el futuro; ya sea viendo la bola de cristal, soñando, o con sicotrópicos de alta intensidad.
  • No creo en la telequinesis.
  • No creo en la suerte. Con ello quiero decir que no creo que exista la “buena suerte” o la “mala suerte”; el azar evidentemente sí existe (tiren un dado). En particular los gatos negros me caen bien, he roto incontables espejos en mi vida, y cada que veo una escalera contra una pared me gusta pasar debajo de ella.
  • No creo en el destino. No hay nada predeterminado.
  • No creo en el karma. Y dado que no creo en el cielo o el infierno, tampoco creo en el juicio divino. La justicia está en manos de los seres humanos.
  • No creo que los marcianos hayan llegado ya, pero estoy dispuesto a aceptar que lo hicieron bailando el chachachá. Mientras creo muy posible que en el enorme universo allá fuera pueda haber vida en algún lugar, estoy seguro de que no han venido a visitarnos.
  • No creo en los “derechos de los animales”. Si no están en peligro de extinción, y es de utilidad para la humanidad aunque sea marginalmente, yo no tengo ningún problema con que se le haga lo que sea a cualquier animal (con la posible excepción de delfines y primates mayores). Y se me hace muy hipócrita que haya gente que dedique valiosos recursos y tiempo a “defender” los “derechos” de los animales cuando hay millones de seres humanos con problemas mucho más serios. En particular, y por tiernas que sean, yo no tengo problemas con que maten a batazos a las focas bebé.
  • No creo en la homeopatía.
  • No creo que la iglesia de la cienciología sea otra cosa más que un fraude que deberían prohibir legalmente.
  • No creo que para controlar el alcoholismo uno tenga que creer en dios. Y perpetuar esa idea se me hace enfermizo; cualquier ideología cuyo primer paso es negar que uno tiene la capacidad de resolver sus propios problemas va en contra de todo lo que creo.
  • No creo que nadie jamás se haya desdoblado. Y se me hace tan ridículo que ni siquiera voy a explicar en qué consiste “desdoblarse”.
  • No creo que el diablo le jale las patas en la noche a nadie.
  • No creo en el mal de ojo.
  • No creo, en general, en nada que se justifique como “paranormal”.

Hay de dos cosas que quiero decir algo más; una en la lista, y la otra no. La primera es la homeopatía; he leído suficiente del tema como para convencerme de que no sirve para nada. La otra es la acupuntura, de la cual no he leído lo suficiente como para hacerme una idea, pero que me suena muy sospechosa.

Como sea, posiblemente ambas funcionen hasta el punto que funciona cualquier cosa que el usuario quiere que funcione. Se llama efecto placebo, y ambas al menos sirven en ese aspecto. Igual y la acupuntura funciona algo más; no lo sé.

El punto es que no creo que sean particularmente peligrosas. La homeopatía creo que es ridícula, pero no peligrosa (a menos de que alguien realmente enfermo se convenza de sólo seguir “medicina” homeopática en lugar de ir con un doctor de verdad).

Algo parecido me pasa con Alcohólicos Anónimos; varios aspectos de su ideología van en contra de todo lo que yo creo… pero ese es mi caso. Mucha gente de por sí cree en dios y de por sí no se cree capaz de solucionar sus problemas. A ese tipo de gente Alcohólicos Anónimos sin duda alguna les va a servir si se vuelven alcohólicos. De hecho, he visto cómo les funciona.

Y eso se extiende a otras cosas de la lista; mientras que yo creo que todas y cada una de ellas son una bola de mamadas, no me cierro automáticamente a la idea de que pueden jugar un papel positivo en la vida de alguien. Si alguien cree en espíritus y va con una médium, y se cree el cuento de que habla con sus padres muertos y con ello resuelve algún problema sicológico de su infancia, yo supongo que está bien. Creo que hay formas mucho más racionales y sencillas de hacer lo mismo, pero pues cada quien.

(Además, ¿por qué es médium y no entérum?)

Igual si alguien cree en dios y por ello de verdad trata de ser mejor persona. Yo no creo que sea necesario creer en dios para intentar ser mejor persona; pero si a alguien le funciona yo no tengo problemas con eso.

Parte de mi ideología es que cada quien tiene el derecho de creer en lo que se le de la regalada gana. Por más ridículo que a mí me pueda parecer.

La lista no está completa, obviamente; pero creo que sí tiene las cosas más importantes.

Dios

Desde que escribí mi página de His Dark Materials debo una explicación de a qué me refiero cuando digo que decido no creer en dios, y cuando digo que es una pendejada afirmar que dios no existe (o que existe).

(Escribo “dios” con minúscula en primer lugar porque no creo que exista, y en segundo lugar porque yo al hablar de “dios” me refiero a un concepto, no a un “ente” que merezca nombre propio).

La idea de explicar mi postura al respecto viene incluso antes de escribir la página de los libros de Philip Pullman, pero se me hizo particularmente necesario después de entrar en una discusión con Omar, uno de mis cuates que también es ateo.

La raíz de todo esto es un problema epistemológico; es entender qué carajo es creer, que carajo es saber, y qué carajo es conocer. Mi postura sencillamente es que uno únicamente sabe lo que se puede demostrar con el método científico; todo lo demás es pura creencia.

Visto desde ese punto de vista, y dado que no se puede demostrar que dios existe (ni lo contrario), entonces uno no puede saber si existe (o no). Así que creer (o no) en dios es exactamente eso: creencia. Es un acto de fe.

¿Por qué digo que no se puede demostrar si dios existe? En primer lugar debe quedar claro que cuando yo digo “dios”, me refiero a algo que de manera consciente (o el equivalente de “consciente” que pudiera existir a este nivel) creó al universo. La parte de consciencia es importante, porque si definimos a las leyes físicas que desataron el big bang, por ejemplo, como “dios”, pues evidentemente sí existen. Y por supuesto no me refiero al dios que describen las religiones abrahímicas; ese obviamente no existe (igual que el que describen todas las religiones que yo conozca).

En segundo lugar también debe quedar claro que el concepto de dios siempre se puede discutir, independientemente de si dios existe o no.

Con eso claro es muy fácil explicar porqué yo sostengo que no se puede demostrar la existencia de dios: si es algo que tiene la capacidad de crear conscientemente el universo, es entonces evidente que está por encima de las leyes que dominan a dicho universo. Como nosotros somos parte de ese universo, y sólo podemos demostrar lo que se guíe por las leyes que lo gobiernan, no podemos demostrar que dios exista; si existe, estaría por encima de nuestra capacidad de demostrarlo.

Por exactamente la misma razón no se puede demostrar que dios no existe. A algunos ateos simpáticos les gustan los juegos lógicos del tipo: si dios es todopoderoso, entonces debería poder crear un objeto tan pesado que ni él mismo pudiera levantar… pero si es todopoderoso, entonces debería poder levantarlo; contradicción: por lo tanto dios no existe. En primer lugar, que algo tuviera la capacidad de crear el universo conscientemente no significa que fuera “todopoderoso” (lo que sea que eso signifique). En segundo lugar, de nuevo, ese algo estaría por encima de las leyes que gobiernan este universo; incluyendo la lógica, que al fin y al cabo es invención humana. Por lógica que sea (je).

Por ello, repito, dado que no podemos demostrar que exista o no, lo que uno decida con respecto a dios (creer o no creer), es un acto de fe.

De ahí que yo diga que decido no creer en dios; dado que no podemos demostrar que exista (ni lo contrario), para motivos prácticos da lo mismo si alguien cree o no en dios. Yo decido, de forma consciente, y habiéndolo considerado seriamente, no creer en dios. Que me parece igual de válido decidir creer lo contrario, por cierto.

Y de ahí también que yo sostenga que es una pendejada decir que dios no existe (o que existe); como no podemos demostrarlo, realmente no lo sabemos.

La discusión que tuve con Omar se puede centrar básicamente en lo siguiente: si yo digo que sólo creo en lo que se puede demostrar con bases científicas, ¿entonces por qué no tomo con vampiros, hombres lobos y fantasmas la misma postura que tomo con dios?

La ciencia no puede demostrar que los vampiros no existan; puede demostrar que alguien en concreto no es vampiro, y puede encontrar justificaciones razonables a ciertos eventos que gente ignorante atribuiría a vampiros. Pero no puede demostrar que los vampiros no existan o hayan existido; no de forma absoluta e irrefutable. Para que fuera absoluto e irrefutable, tendría que probarlo para todos los seres humanos que hayan vivido a lo largo de toda la historia, lo cual es sencillamente imposible.

Y lo que pasa con vampiros, fantasmas, chaneques, poltergeists y toda la bola de mamadas sobrenaturales que mucha gente cree, es que ahí sencillamente sí me permito (yo y mucha gente racional más) usar el sentido común. Si toda la evidencia apunta a que los vampiros no existen, y la ciencia sencillamente hace casi imposible que tales seres existan, entonces es bastante seguro decir que no existen. Igual con hombres lobos, chupacabras y la llorona.

Lo que hace Omar de hecho es más sencillo que considerar evidencias; él por omisión no cree en nada, y sólo cree en algo hasta que le demuestran que existe. Si no, como él me dijo, entonces no diría que ni los cleronomigios ni los caraptulenos existen. Su postura es muy razonable, por cierto, y de hecho es la mía con casi todo.

Pero no el concepto de dios (que les recuerdo que el concepto de dios es independiente a que exista o no).

El punto con las mamadas sobrenaturales es que, independientemente de que sus “explicaciones” sean metafísicas, se supone existirían en este universo. Por lo tanto, estarían sujetas a las leyes del mismo, y serían observables y medibles utilizando métodos científicos. Como la ciencia nos dice que banshees y zombies y duendes son con casi absoluta seguridad una bola de mamadas, entonces no sólo no creo en ellas, me atrevo con absoluta seguridad a decir que no existen. Y de hecho con cualquier cosa que se suponga exista dentro de nuestro universo yo sigo la metodología de Omar: no creo en ellas y niego su existencia hasta que se demuestre lo contrario.

(Aunque uso mi sentido común; si me dicen que hay un pez que vive a cientos de metros bajo el mar y que además es ciego, sí lo creo aunque no me lo demuestren. Pero si me dicen que hay un ser inmortal que se alimenta de sangre humana y muere bajo la luz del sol, a eso sí le aplico la cláusula de escepticismo.)

El problema con el concepto de dios es que es muy cabrón filosóficamente; por definición está por encima de las leyes de este universo. Por eso no afirmo (ni afirmaré nunca) que dios no exista; pero sí decido no creer en él de todas formas.

Y de hecho con todo lo que esté por encima de este universo, o que pudiera existir fuera de él (independientemente de que lo creara o no), yo decido no creer en ello; pero no afirmo que no exista.

Y es que sencillamente si está por encima o fuera de este universo, es pendejísimo estar perdiendo el tiempo discutiéndolo (en mi humilde opinión).

Omar me hizo notar que eso podría parecer más ser agnóstico que ateo. Difiero completamente: Omar no cree en dios porque en general su postura es no creer en algo que no le demustren que existe; es una reacción en automático. Yo no creo en dios porque así lo decido, de forma racional y voluntaria.

Desde mi punto de vista, eso me hace más ateo que él. Si tal cosa es posible.