El Choque De La Glorieta De Insurgentes

Digamos que el fin de semana no empezó bien.

El jueves fui a inscribirme al IIMAS, a comer en la Facultad con Enrique y a cobrar mi último cheque de la UNAM (y el último dinero que recibiré hasta que alguien me beque). Después fui al departamento de Juan para otra tarde de animé… sólo que hubo errores de comunicación y Juan se fue a ver Ong Bak y Batman Begins. Así que Omar y yo (y Juan Manuel que nos abrió la puerta del departamento) vimos Four Rooms y tantito de Barbarella (la verdad no creo que pudiéramos ver más… bueno, yo sí, si se le seguían transparentando los pezones a Jane Fonda).

Después fuimos a comer tacos y a platicar, y decidimos ir a dejar a Omar a su casa porque ya era tarde. Agarramos Insurgentes, que desde que abrieron el Metrobus está mucho más fluido, y todo iba bien hasta que llegamos a la Glorieta de Insurgentes.

Nadie iba terriblemente rápido; al menos yo no iba terriblemente rápido, y por lo que alcancé a apreciar, tampoco los carros adelante de mí. Llovía, y hay mucha gente que se queja, pero aquí en el DF la gente sí sabe manejar, y eso incluye bajar la velocidad cuando está lloviendo. Al irnos acercando a la glorieta, todos los carros adelante de mí comenzaron a invadir el carril del Metrobus; yo lo hice también, porque había un camión estacionado en la esquina inmediata anterior a la glorieta, y porque había un charco tamaño Lago de Texococo en los otros dos carriles. Pudimos invadir el carril del Metrobus porque ahí no hay acotamiento; pero en la glorieta hay unos bloques de concreto que la hacen de ídem.

Los carros entonces íbamos en fila india, que es otra regla cuando llueve: sigue al de adelante. Yo comencé a cambiarme al carril que no es del Metrobus (o sea me hice a la derecha), porque era obvio que no había que seguir ahí si ya no había charco; pero el que iba adelante de mí le gustó ese carril para andar por él, y tardó mucho en darse cuenta de la existencia de los bloques de concreto, así que de repente se metió delante de mí, reduciendo su velocidad a casi cero.

Por supuesto yo soy un conductor responsable, así que había dejado el necesario espacio de seguridad entre mi carro y el de adelante, y pude frenar a tiempo (aunque me costó; estaba lloviendo y sí derraparon las llantas como 20 centímetros de pavimento). Estaba felicitándome de mis rápidos reflejos, cuando el indeseado tunk de un carro impactándose contra el mío se oyó y se sintió. Fue un buen madrazo; movió otros 30 centímetros el carro, a pesar de que seguía pisando el freno.

Les pregunté a Juan y a Omar si estaban bien, y procedí a estacionar el carro. Las golpeadoras eran siete chavas que estaban asardinadas en un Ford Fiesta, y también estaban bien (quiero decir que no se lastimaron… un par estaban guapetonas). Al Ford Fiesta no le había pasado nada.

Cuando vi mi carro, sin embargo, descubrí que el mío sí había sufrido daños considerables:

Mi carro, madreado

Mi carro, madreado

Mi carro, madreado

Mi carro, madreado

La chavita que iba manejando preguntó si así lo dejábamos. Ella no había visto el daño en mi carro, así que se lo mostré y le dije que había que llamar a los seguros, cosa que hicimos. Al momento de anotar el número del siniestro, resultó que Juan tenía pluma pero no papel, así que lo anotó en su mano. Como se andaba borrando de su mano también, le tomamos una foto.

Número de siniestro

Número de siniestro

En los cuarenta minutos que esperamos, tomé varias fotos de los carros y metrobuses pasando. Me gustó particularmente esta:

Metrobus

Metrobus

Mientras esperábamos, estábamos Juan y yo (Omar se fue porque le cerrraban el metro), y las chavitas en su grupo. Siendo como somos Juan y yo, no tratamos de ligárnoslas (y creo que fuimos los únicos; un policía, el de la aseguradora e incluso dos güeyes que se pararon a preguntar por un antro lo intentaron).

Pero le pregunté a la que iba conduciendo si me dejaba tomarle una foto a su carro. Creo que en ese momento se empezaron a asustar con nosotros, pero no me importó y le tomé una foto a su Ford Fiesta del lado del madrazo; al maldito carro no le pasó nada.

Ford Fiesta

Ford Fiesta

Resultó que las chavitas y yo tenemos el mismo seguro (ING), así que fue un único ajustador (¿por qué no hay reinitas ajustadoras?) El tipo nos hizo movernos (a petición de una patrulla que llegó a chismear), tomó fotos, declaraciones, y se encerró a “deliberar”.

Sólo que yo noté algo; la chavita que declaró como si ella hubiera manejado, no era la que estaba manejando al momento del accidente. Lo cual habría podido yo usar si se ponía feo el asunto; pero no se puso. El ajustador nos llamó y nos dijo “En los siniestros siempre hay que asignar responsabilidades. Eso de que «el que pega paga» es un invento.” En ese momento pensé yo “Ya valió madre. Éste güey le hizo caso a los ojitos de la reinita y me va a echar la culpa a mí”.

Pero el tipo siguió: “En este caso, según el reglamento, hay que dejar un espacio respecto al carro de adelante para tener espacio de maniobra en situaciones imprevistas. Así que la responsabilidad es del Fiesta.” Yo pensé que entonces era el que pega paga, pero no dije nada. La chavita estuvo de acuerdo, nos dio nuestras hojas de servicio y nos fuimos. Pero sí le dije a la chavita que nos debían una por no decir nada de quién iba manejando.

A consecuencia del golpe, mi cajuela no cerraba, así que fue rebotando todo el camino al depa de Juan, y después hasta mi casa. Saqué mi herramienta, mi llanta de repuesto, y en general vacié la cajuela antes de dejar el carro (con la cajuela abierta) para que pasara la noche.

Ya dentro de mi casa, levanté el teléfono: le había estado tratando de llamar a mi mamá para decirle que iba a llegar tarde, pero sonaba ocupado. Al levantar el teléfono escuché sólo ruidos extraños.

Aprovechando mi diseño modular, desconecté la caja que lleva la señal DSL y vi, con horror, que así sí servía la línea. Así que ahora sí era el cable de teléfono.

Esto era alrededor de la 1:30 de la mañana, yo cansado y estresado del accidente. Pero no teléfono en mi cuarto implicaba no internet, así que me subí las mangas y me puse a limpiar el cable de la enredadera y de la lluvia (lo cual implicó varios minutos colgado del techo de mi casa).

Cerca de las 3 de la mañana ya había terminado, conecté todo, descolgué el teléfono y… no funcionó.

Carajo.

Me dormí mandando todo al yeye, y en la mañana vi Gilmore Girls, y después fui a comprar cable telefónico de 2 hilos para exteriores a la ferretería. En la ferretería se dio el siguiente diálogo:

Yo: ¿Cuánto cuesta el metro de cable telefónico de dos hilos para exteriores?
Empleado (mientras revisaba): Mmmh. 2.20 pesos el metro.
Yo: Deme 40 metros de cable telefónico de dos hilos para exteriores. Y el cutter grandote.

Armado de tan modernas herramientas, volví a tender el cable que conecta a la sala (y línea principal) a mi cuarto (y módem DSL), uniendo con cinchos de plástico Truper el cable de teléfono al de cablevisión (que ya ni sirve porque no tengo tele en mi cuarto, pero está bien pegado a la pared), y reconecté todo. Aleluya aleluya alabado sea el señor, todo regresó a la normalidad.

Y me sobraron 35 metros de cable telefónico de dos hilos para exteriores en caso de que tenga que hacer lo mismo 7 veces más.

Cable nuevo

Cable nuevo

Después fui a dejar mi carro a la agencia, que por suerte está a diez minutos a pie de mi casa. Dos semanas voy a estar sin carro, por el chiste de las nenas estas que no saben guardar su distancia.

Pero bueno; pudo salir mucho peor. Nadie salió herido, y al menos yo no tuve que pagar nada.

Ahora sólo me gustaría que dejara de dolerme el cuello.

5 comentarios sobre “El Choque De La Glorieta De Insurgentes

  1. Quisiera conseguir una Ley de tránsito, para cerciorarme en qué parte exactamente menciona eso de que el que pega paga…Que bueno que en éste relato ambos vehículos tenían seguro y que nadie salio herido…SUERTE¡

  2. yo digo que hay veces en las que si aplica el que pega paga de ehcho hoy me pegaron y me querian cobrar y hasta llamaron al seguro y todo por un golpecito que tiene un costo de 50 pesos de la cera tempo :P pero bueno hya otros casos que no como todo sus esepciones

  3. El que pega paga es un chiste, no es real. Tu vas por una calle donde tu tienes la preferencia y el otro se atraviesa y tu, porque el se atraveso, le pegas.. aun asi, sigue siendo su culpa

    El que pega paga es falso totalmente

  4. efectivamente el q pega paga es un mito todas las responsabilidades de los hechos de transito se dan en base al reglamento y tecnica de transito el accidente q sufriste se le denomina alcance y efectivamente es por no llevar la distancia del vehiculo q t antecede

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