Llevaba casi todo este año muy orgulloso de mí mismo porque más o menos ya me puse al día con mis reseñas de películas, cuando caí en cuenta de que se me había pasado Mission: Impossible – The Final Reckoning [1].
La vi a finales de junio justo antes de F1, pero compré los boletos el mismo día, por lo que los mensajes de confirmación se mezclaron y pues se me pasó. Al menos lo detecté relativamente pronto.
Como sea, Misión Imposible: Parte 8.
Por múltiples motivos estuve a punto de perderme esta película en el cine; y de hecho sí dudé ir a verla a la pantalla grande. No nada más porque realmente no me importaba mucho qué fuera a pasar con la historia; estaba oyendo que no era particularmente buena.
Pero terminé yendo por un muy simple motivo: me cayó el veinte de que he ido a ver al cine todas las películas de Misión: Imposible, desde que se estrenó la primera en 1996, hace casi 30 años. Excepto las primeras dos, que salieron antes de que comenzara a escribir en mi blog, las he reseñado todas en el mismo. Todas [3] y cada [4] una [5] de [6] ellas [7].
Así que me dije a mí mismo: “mí mismo, ya es tradición”. Y pues la fui a ver al cine.
Es… mala, realmente. Quiero decir, está bien hecha, el elenco es espectacular, el fanservice con personajes y menciones de las películas pasadas está divertido, y pues Tomás Crucero sigue intentando suicidarse haciendo escenas de acción que son a su vez espectaculares y ridículas.
Pero es una mala película donde tienen que cumplirse de manera simultánea múltiples situaciones imposibles para que la misión sea exitosa… claro que entonces es que uno cae en cuenta que la película se llama “Misión: Imposible” y que por lo tanto probablemente esté justificado todo.
No me malinterpreten, queridos lectores: me divertí mucho en el cine viendo la bola de pendejadas que se idearon para esta última entrega. Pero eso no quita que la película sea objetivamente mala.
Y pues no tengo idea de dónde pueda ir esta franquicia hacia adelante, mucho menos si ni siquiera tiene sentido que lo intenten.
Pero si lo hacen, ahí estaré yo para ver una nueva entrega. Porque pues ya es tradición para mí, aparentemente.
[8] Imprimir entrada [8]