El sábado (no el pasado, el anterior; he estado ocupado) fui a ver X-Men: Apocalypse [1].
Se aplican las de siempre.
Cuando fui a ver esta película, básicamente todo el mundo estaba diciendo que era “meh”, así que fui con expectativas bastante bajas.
Salí muy contento del cine; es un buen churrito de los X-Men. Valdría la pena nada más por McAvoy y Fassbender, o por Oscar Isaac oculto en maquillaje y sobreactuando deliciosamente, o por Sansa Stark como Phoenix, o por el espectacular cameo de Hugh Jackman (la verdad la participación de Jennifer Lawrence es bastante apocada). Pero lo que, me parece, define a esta película, es la espectacular escena de Quicksilver moviéndose a velocidades que jamás a podido alcanzar en los cómics, y al maravilloso ritmo de Sweet Dreams de Eurythmics.
No es la mejor película de los X-Men, ni siquiera de esta segunda versión de los X-Men; pero es altamente entretenida, y sin duda alguna vale la pena verla en el cine. Y McAvoy rapado es idéntico a Charles Xavier.
Y sí, el universo mutante de Marvel (que es distinto al del capi y Iron-Man) ya está completamente desconectado de lo que ocurre en los cómics, en muchos casos de hecho sin nada que ver. Pero a mí no me importa mucho; están domingueras las películas.
Lo único malo es que ciertamente las probabilidades de que los X-Men y los Avengers se encuentren son básicamente cero a esta altura.
De cualquier forma, vayan a verla al cine.
