Total que, a pesar de que Eddie y Vincent llegaron a Barcelona el miércoles, con esfuerzos pude comer con ellos el viernes en la Universidad, y tomarnos un trago ese día en la noche; estaba atareadísimo terminando de escribir lo que estuvimos haciendo aquí en la UPC estas cuatro semanas.
Ayer por fin terminamos de escribir, y hoy fuimos invitados por Arnau a los 10 años de la Denominación de Origen de Cataluña. Me pasé una de las noches más divertidas que he pasado en Barcelona; por 3 euros, uno recibe un boletito para poder probar cinco vinos, o cuatro vinos y una tapa.
La cosa es, casi nadie nos quería marcar el boletito; varios incluso nos decían “venga, así toman más vino”. Terminamos probando cerca de diez botellas de vino, casi todas de excelente calidad, y todas seguro al menos decentes. Además, con la degustación le regalaban a uno la copa donde los iba probando; pero casi todo mundo dejó sus copas en las mesas cuando iba terminando el evento. A mí me valió madre; comencé a juntar las copas usadas en una caja de cartón (que, eso sí, pregunté si podía agarrar), y regresé al piso con unas trece copas, pequeñas pero simpáticas.
Nada más porque mañana vuelo a las 7 de la mañana para Sevilla, y porque el evento acababa a las diez de la noche; de otra manera no veo cómo me podrían haber sacado de ahí. Estuvo muy divertido, y conocí a mucha gente que me dijo cosas muy interesantes de vinos. Lástima que no pude estar ahí más tiempo.
