Ayer jueves le di un aventón a una amiga que vive muy cerca de la Fuente de Petróleos en Periférico.
Me fui a dar la espantada de mi vida; había inundaciones por todos lados (incluyendo el Segundo Piso), con una lluvia bestial, y para colmo sin luz en varias partes del trayecto.
Hubo un momento en que mi tsurito estuvo nadando en (al menos) un metro de agua, y yo aferrado al volante esperando por la providencia para que no se me apagara el carro. No lo hizo, por suerte, y pude dejar a mi amiga y regresar a mi casa sin broncas.
Pero de verdad ayer Tláloc se enojó.
