Hoy al medio día salí a fotografiar una rosa particularmente frondosa en el jardín de mi mamá:
Después de tan agotadora tarea, regresaba a mi encierro frente a la computadora, cuando noté el cable del teléfono, el que lleva la señal DSL a mi cuarto desde la sala:
La maldita enredadera que ya he comentado [3] en otras ocasiones [4] ha vuelto a crecer alrededor del cable.
Ahora ya sé que en sí la enredadera no hace nada; no creo que cause mayores problemas. Pero aún así me impresiona; el arbusto del que sale la enredadera casi lo reduje a un tronquito la última vez que limpié el cable. Qué tenacidad.
