Mi nuevo Xperia

Después de casi dos años de usarlo sin casi ninguna queja (y de casi perderlo en Barcelona), mi fiel Xperia Z3 sufrió el destino que sufren casi todos los teléfonos celulares (aunque, irónicamente, es la primera vez que me pasa): se cayó y se estrelló su pantalla.

Xperia Z3 estrellado

Xperia Z3 estrellado

Cuando digo que se “cayó” no estoy usando un eufemismo; el teléfono literalmente recorrió la mesa y se suicidó contra el piso. La parte trasera del teléfono es de cristal, y aunque increíblemente elegante, tambiéns es increíblemente resbalosa. Así que aunque uno lo deje en una mesa, con pequeñas vibraciones el teléfono comienza a deslizarse poco a poco hasta un borde, como un lemming con deseos de terminar con todo, y al final se lanza al precipicio sin ninguna consideración por su seguridad o mi economía.

Por esa razón utilicé una cubierta tipo carpeta durante casi todo el tiempo que lo tuve, pero en Barcelona le quité la cubierta y sencillamente lo traía en mi bolso. Podría decirle “mochilita”, pero seré honesto y admitiré que siempre que voy a Europa llevó mi bolso, y ahí pongo mi celular. Como sea; comencé a usarlo sin cubierta, y regresando a México decidí usar el teléfono así, al desnudo.

Lo peor del caso es que el maldito teléfono se cayó como cuatro veces, y no le pasó absolutamente nada en ninguna (y siempre por suicidio de no querer quedarse quieto en una mesa). Pero la última debió caer justo en el peor ángulo posible, y lo perdí para siempre.

Si sólo se hubiera estrellado la pantalla, igual y lo hubiera seguido usando; pero dejó de funcionar el sensor táctil, así que sencillamente me compré un nuevo teléfono. Ya lo había pensado, pero lo tenía planeado para diciembre; sólo adelanté la decisión unos cuantos meses.

Fui y me compré un Xperia Z5, porque es básicamente la versión nueva del Z3. Me encanta el teléfono; mejora varias de las cosas del Z3 que me parecían frágiles (como la parte trasera de cristal), y los ocho núcleos se notan de inmediato. La verdad que la nueva cámara sea de 23 megapixeles en lugar de 20.7 no lo he podido notar de ninguna manera.

Y le compré una cubierta tipo condón, que no es tan estorbosa como las de tipo carpeta que usaba, y que más que protegerlo, espero sirva para que haga fricción en las mesas y evite las tendencias suicidas del teléfono.

Mi celular es una maravilla en México; pero es todavía más espectacular de viaje si uno trae datos: mi plan de Telcel hizo que los datos salieran gratis en Estados Unidos, y en Europa compré un SIM Orange… que por cierto, sigo usando porque el nuevo teléfono es dual; espero depositar 5 euros cada seis meses en mi SIM europeo, y contar ya con un número fijo en Europa. Google Maps por ejemplo me decía los horarios de los autobuses, Google App me avisaba de lugares turísticos a qué ir, y cosas de ese estilo que hacen que me alegre de haberle vendido mi alma a Google.

Pero además la cámara del Z3 (y del Z5 ahora, supongo) es suficientemente buena como para no necesitar una cámara extra. Entonces todo lo que necesito está concentrado en un único electrónico que además de todo está bastante bonito. Y migrar del Z3 al Z5 fue trivial; los teléfonos Xperia tienen un agente de migración que utiliza NFC para que únicamente pegando las partes traseras de los teléfonos, ellos mismos comiencen a transferir la información. Mi Z5 es básicamente un clon (más rápido y moderno) de mi Z3.

Hubiera podido seguir usando mi Z3, pero no me molesta haberlo cambiado. Sólo espero que mi Z5 sí me llegue intacto a los dos años.

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