Treinta y nueve

Hoy cumplí treinta y nueve años. Lo cual significa, por supuesto, que comienzo el último año de mi vida en los treintas.

Y me encanta la idea.

Jamás he mirado hacia el pasado con nostalgia y deseando poder volver a él; en general en todos los momentos de mi vida me he sentido que me la estoy pasando muy bien, e incluso cuando de hecho me la estoy pasando mal (que nunca es mal mal de verdad; soy inmensamente privilegiado), nunca he sentido “quiero volver a como eran las cosas”, siempre ha sido más bien “quiero que este mal periodo termine”. Siempre quiero llegar al siguiente nivel.

Aunado al hecho de ser un optimista empedernido, estoy convencido de que mis cuarentas serán espectaculares, y no sé por qué desde hace años tengo la sensación de que mis cincuentas serán la mejor década de mi vida. Así que no temo ni me preocupa el futuro; todo lo contrario, lo abrazo con gusto y disfruto cada momento que me toca vivir en esta maravillosa si bien perfectamente ordinaria vida que me he formado y me ha tocado.

El año pasado fue increíble para mí; ha sido el periodo más productivo y satisfactorio de mi vida profesional (tanto dentro como fuera de la academia), adquirí varias cosas materiales sin las cuales podría vivir sin ningún problema pero que qué chido es tener (por fin mi compré mi PlayStation 4, si bien no tengo idea de cuándo podré jugarlo con calma), y también fue un año donde (por razones que no he publicado en el blog) me parece que crecí mucho como persona y descubrí muchas cosas de mí que de alguna manera siempre había sabido, pero que nunca había sido realmente consciente de ellas. La mayor parte buenas; pero incluso descubrir las malas fue algo positivo, porque me ha permitido trabajar en ellas.

No puedo dejar de mencionar que estoy perfectamente consciente de que, por más que en general lo haya estado disfrutando, este año de mi vida fue enormemente solitario y que ya llevo, tal vez, demasiado tiempo solo. Pero lo cierto es que me ha permitido tener tiempo (y dinero, no nos olvidemos del dinero) para mí, concentrarme en mi vida académica y profesional, y por último (pero no menos importante) estar cómodo y contento yo solito conmigo mismo sin nadie más. Creo que mi año 38 fue el año de mi vida donde mejor me sentí conmigo mismo, y sin ninguna angustia de sentir que tenía que salir y buscar a alguien nada más para no estar solo. Por experiencia propia y ajena, creo que sentirse angustiado de estar solo es la peor razón para comenzar una relación seria.

Contrario a años anteriores, tengo bastante certeza de qué ocurrirá con mi vida en mi último año de los treinta… al menos profesionalmente; me obligan a escribir un plan de trabajo anual, así que tengo que pensar en eso con anticipación. En el aspecto personal, la verdad no sé… pero ¿quién lo sabe?

Y eso es lo que lo hace divertido.

Un comentario sobre “Treinta y nueve

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *