Como Pedro por su casa

Como comentaba hace unos días, leí de nuevo Cien años de soledad. El punto de esta entrada es cómo lo leí; inicialmente no pensaba leerlo, sólo quería la cita que andaba buscando. Lo que hice fue lo que he hecho en otras ocasiones: me puse a buscar un PDF pirata de la novela.

He comprado Cien años de soledad varias veces en mi vida, generalmente para regalarlo, porque me parece trágico cuando encuentro a alguien que no la ha leído; no siento el menor remordimiento de conciencia de también haberlo conseguido (en múltiples ocasiones) de forma pirata en PDF, generalmente justo porque quiero una cita exacta.

Pero esta vez no pude, así que me metí a Google Play y lo compré en 89 pesotes. No me arrepiento en lo más mínimo; si hay libros que quiero tener siempre disponibles en mis dispositivos ligados a mi cuenta de Google, Cien años de soledad es sin duda alguna el primero en la lista. Me sacó un poco de onda que le piqué a “Comprar”, y Google lo hizo de inmediato, sin en ningún momento pedir mis datos o una contraseña. Ya había comprado antes ahí, así que no es que sacaran los datos de mi tarjeta de crédito del éter; pero de todas maneras fue ligeramente desconcertante picarle “Comprar”, y que Google alegremente me informara que ya tenía un nuevo libro en mi tableta, y que el cargo correspondiente a mi tarjeta de crédito ya se había realizado. Se metió a mi cuenta de banco como Pedro por su casa.

No me preguntó ninguna contraseña, ningún dato, un CCV, nada. Sólo de repente Google agarró y se metió en mi cuenta del banco y dijo “banco, dame dinero”, y el banco dijo “chingón”, y yo quedé 89 pesos más pobre, pero con una versión digital bastante bonita de la obra maestra de Gabo.

Como ya dije, no me arrepiento. Sólo no me gusta tanto la idea de que gastar dinero sea tan sencillo en un dispositivo amarrado a mi tarjeta de crédito.

El lector de libros digitales de Google está poca madre; en mi Nexus 7 al pasar las páginas, hay una animación como si uno literalmente pasara la página. Hay marcadores, se pueden hacer anotaciones, búsquedas, y hasta donde pude ver no tenía un solo error la edición; lo más que puedo quejarme es que de repente una “página” se quedaba en blanco a la mitad, para continuar en la siguiente. No tengo idea de por qué; un error en el algoritmo espaciador de párrafos, me imagino.

Leer en el Nexus 7 es la neta; mucho más ligero que un libro y sin problemas de iluminación (ya sea en la calle o bajo techo). Por supuesto ya había leído PDFs antes; pero este es el primer libro digital que de hecho compré, y debo admitir que me apantalló bastante. Estoy pensando seriamente comprar otros libros usando Google Play; lamentablemente, muchos de los que me interesan son en inglés, y no tengo ni puta idea de cómo conseguirlos en su idioma original. Google Play sólo me ofrece versiones en español.

Si logro resolver eso, voy a comenzar a hacerme de una copiosa biblioteca digital.

6 comentarios sobre “Como Pedro por su casa

  1. Si no mal recuerdo, los pagos en Google Playa se hacen vía Google Wallet, que cuando pagas te pregunta si quieres que no te vuelva a pedir tu contraseña. Le has de haber puesto que no te la pidiera en una compra anterior. (Yo tengo cuidado de nunca ponerle que me deje de pedir la contraseña, por si las moscas.) Supongo que en la configuración de Wallet puedes pedir que te la pida de nuevo.

    También, piedra quitar esa horrible animación de darle vuelta a la página a Google Books (por cierto, creó que se la robaron a Apple iBooks o como se llame el lector de libros de iOS).

    1. Estuve buscando cómo cambiar esa configuración y nunca la hallé. Así que busqué Google Wallet, y me sugirió instalarlo. No tengo Google Wallet instalado en ninguno de mis dispositivos; ni en mi teléfono, ni en mi tableta, ni en mis navegadores. Si lo estoy usando “indirectamente”, no veo cómo cambiar esa configuración a partir de las opciones en Google Play, ni en mi perfil de Google.

      Puede ser que Google me preguntara si yo no quería volver a meter mi contraseña al comprar, pero realmente dudo mucho que yo aceptara. A lo mejor tengo que instalar Google Wallet para cambiar la opción, pero no lo he hecho aún.

  2. De hecho la oferta de títulos en inglés es más extensa y completa. Según yo basta con escribir el título en inglés en el buscador. Aunque no creo que quieras libros de autores latinoamericanos con sus versiones en inglés ¿verdad? En lo personal he buscado libros que me interesan y sólo está la versión en inglés (no soy muy bueno leyendo gabacho) por ejemplo Hyperion y otros libros de Dan Simmons. Saludos

  3. Como experimento acabo de intentar comprar un app y después de aceptar los permisos que pide, me sale otro pop-up con un botón que dice “Buy”. Junto al botón hay una W multicolor que creo es el logo de Google Wallet. (No me acuerdo si tuve que configurar Google Play y Wallet para que funcionaran juntos así.) Sí le pico a “Buy” sale un terce pop-up que dice “Confirm password”, tiene un checkbox que dice “Never ask me again” y un botón que dice “Confirm”. Ese es el checkbox que decía.

    Ahora, si ya está no pidiéndote contraseña, creo que dónde se le cambia es en la configuración de Google Play (no Google Wallet, como erróneamente dije antes). En el app de Google Play, el menú tiene “Settings” y ahí en la sección “User control” me sale “Require password for purchases” que te deja escoger “For all purchases through Google Play on this device”, “Every 30 minutes” y “Never”.

    1. OK, o encontré un bug, o no entiendo las opciones; en mi teléfono y en mi tableta, la opción que estaba marcada era “Every 30 minutes”. Pero cuando compré en mi tableta Cien años de soledad, no me preguntó nada… sólo lo compró. La última vez que compré algo con mi tableta fue por julio; yo esperaría que “4 meses” excedieran los “30 minutos”.

      ¿A lo mejor 89 pesotes lo considera tan poco como para no preguntar?

      Como sea, ya le puse que me pregunte siempre, en caso de que por alguna razón 4 meses sea menor a 30 minutos.

  4. Suena como un bug! Yo lo tenía en “cada 30 minutos” y sí me pide contraseña cada vez (digo, “cada vez”, porque nunca, que yo recuerde, he comprado cosas con menos de 30 minutos de separación).

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