Otros 450 mililitros

Total que el lunes un cuate me llamó para preguntarme si podía donar sangre, porque van a operar a su mamá. Por supuesto le dije que sí, y ahí estuve el lunes en la mañana en la Clínica Londres (que ahora es, literalmente, sucursal del Hospital Ángeles) para que me sacaran otros 450 mililitros de sangre fresca.

De verdad, los peores lugares donde me han sacado sangre, han sido hospitales privados. El enfermero que me puso la aguja grande le temblaban las manos; no recuerdo que me haya dolido tanto antes.

Para hacerla peor, cuando terminé de donar no me llevaron de comer. Dijeron que lo harían, y ahí estuve con mi cuate y su mujer esperando que llegara la comida, y después de veinte minutos después decidimos mejor ir a desayunar a un Toks. Yo creo que eso fue lo que me dio en la madre; si algo he aprendido de haber donado sangre tantas veces, es que uno debe consumir alimentos inmediatamente después de hacerlo.

Anduve como zombie todo el día, y apenas ahorita comienzo a sentirme mejor. Pero bueno; todos los análisis indicaban que mi sangre era apta para donar, y hoy operan a la mamá de mi amigo, así que espero todo salga bien.

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