Diabólica Tentación

El sábado antes de venir a Oaxaca fui al cine a ver Jennifer’s Body. No escribí al respecto por el súbito coma de Xochitl, y porque he estado ocupado. Sin embargo ahora corrijo ese error.

Se aplican las de siempre.

Jennifer's Body

Jennifer’s Body

Debo ser sincero y admitir que, en gran medida, fui a ver esta película por Megan Fox. Sin embargo, en el espíritu de redimirme a mí mismo, debo hacer notar que Amanda Seyfried fue una razón también muy importante: como ya lo he dicho, cuando sonríe y pela sus ojotes azules uno sabe que el mundo está bien y que hay razones para seguir viviendo.

También estaba el hecho de que la escritora es Diablo Cody, la misma de Juno, y que la película fue dirigida por una mujer. Dado el tema de la película, se me hizo una combinación interesante.

La trama es bastante sencilla; Jennifer (Fox) y Needy (Seyfried) son amigas desde que estaban en la guardería, la primera siendo un forrazo apabullador, y la segunda siendo una nerdcita (aunque a mí me parece bellísima). Un día van a un concierto, y los miembros de la banda raptan a Jennifer y la sacrifican queriendo hacer un pacto con el diablo para hacerse ricos y famosos. Sólo que los güeyes creían que era virgen (y como la misma Jennifer hace notar, no lo es “ni de atrás”), y el resultado es que la muchacha es poseída por un demonio y se dedica a comer chavos para sustentarse. Comer comer, con dientes y la madre.

Yo pensé que la película sería un vehículo para mostrar a la despampanante Megan Fox en su versión más sexy; y de hecho así es. Lo sorprendente es que no es únicamente eso; es tal vez la película más divertida que he visto en todo el año, y me atrevería a sugerir que de las mejores también.

La película es divertida, inteligente, cínica, sexy, descarada y muy bien actuada. Como todo mundo sabe, Megan Fox es incapaz de actuar; pero su personaje es básicamente una versión caricaturizada de sí misma (como ella ha dicho en diversas entrevistas), así que no ha mucho donde pueda cagarla. Y su celestial (o infernal) belleza compensan por todo lo demás.

Amanda Seyfried se la come viva; en mi opinión, aunque ni de lejos tan apabullante como la Megan Fox, la Seyfried se roba toda la película. Johnny Simmons rompe el estereotipo de todas las películas de adolescentes gringas y no es un freak, ni un geek, ni un “chavo popular”. Es, sencillamente, normal; y su papel es tan encantador que es difícil no encariñarse con él. Y de pilón sale J. K. Simmons, que comienza a ser regla mía que si sale él, la película se me hará fabulosa.

Pero la película es de las dos chavas realmente; todos los otros personajes (con la posible excepción del novio de Needy) son comparsas si los comparamos con la relación entre las dos muchachas. Y (¡gracias, gracias, gracias!) hay una escena con un faje lésbico entre las dos que vale como por 186% de la película.

Debo repetirlo: la escritora y directora de esta película son mujeres (y excelentes en sus trabajos, me parece). Los dos principales personajes (y para motivos prácticos los únicos) son mujeres. Y lo más importante de la película no es el “terror” ni los chistes; es la relación entre las mujeres. No voy a decir que es una película feminista; pero ciertamente dista mucho de ser sexista. Es una película sorprendentemente inteligente, y ciertamente divertida y bien hecha.

Véanla. Varias veces. Altamente recomendable.

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